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Crítica: Lifan X70

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Texto y fotos de Orly Cristófalo

Desde Lijiang (China) – A pesar de que llegará a la Argentina recién en 2019 y de que las unidades eran de pre-serie, tuvimos la oportunidad de manejar el más flamante modelo de Lifan en China: la X70, una SUV del Segmento C (compacto) que se posicionará por encima de la actual X60 (Segmento B, chico), que ya se vende en nuestro mercado (ver equipamiento y precio).

Que las unidades hayan sido de pre-serie significa que todavía no eran para clientes. Se llaman pre-serie a los ejemplares de un nuevo modelo, que se fabrican mientras aún se pulen detalles del proceso de producción y controles de calidad. Por eso, por ejemplo, los tapizados estaban revestidos con un plástico, ocultando sus terminaciones.

El contacto con la nueva X70 se realizó en la pista de pruebas off-road de Lifan. Fueron varias vueltas a un circuito de 700 metros, que combina diferentes complejidades: cambios de nivel, pozos de todos los tamaños y estilos, piedras sueltas, tierra, agua, etcétera.

Probamos dos versiones: con caja manual de cinco velocidades y automática CVT, con siete marchas. Las dos tenían el mismo motor naftero: 2.0 16v, con 140 caballos de potencia. Por sus características, la principal rival en la Argentina hoy sería la Chery Tiggo5 (leer más).

La posición de manejo de la X70 se ajusta bien con los comandos eléctricos de los asientos (aunque la versión de entrada a gama tiene ajustes manuales). De todos modos, la postura ante el volante es elevada, como en muchas SUVs de este segmento. En las versiones que probamos, los laterales de la butaca del conductor estaban como demasiado “cerrados”. No llegaban a molestar, pero se notaba (o tal vez será mi Dieta China de los últimos días).

El tablero es claro y simple de leer, con buena información. La pantalla central multimedia incluye cámara de retroceso y es compatible con Apple Car Play. También se puede conectar un pendrive para asegurarnos música durante viajes largos, donde CC y su radio AM no capten señales.

Ponemos primera y empezamos con una pequeña recta de pasto, con varios pozos de diferentes dimensiones. Las suspensiones responden bien, se escucha algún ruido del tren delantero, pero nada grave. Es algo bastante entendible en una versión pre serie, que ya fue maltratada por otros periodistas. Vimos a gente acelerando sobre estos baches como si fuera el sprint final del Dakar.

La versión con caja manual responde bien a los pedidos del acelerador. La variante con CVT es más cómoda, pero se toma un poco más de tiempo en responder a las órdenes del pie derecho. Hay que tomarle la mano a este tipo de cajas, ya que no responden como una automática con convertidor de par.

Nos pusimos “picantes” en una curva muy cerrada y jugamos a hacer deslizar la cola: el tren trasero respondió sin problemas. El andar es firme, adentro no hay mayores ruidos ni sacudidas, excepto cuando agarro algún pozo grande por nostalgia: sólo para recordar cómo es andar por ciertos lugares del Gran Buenos Aires.

La segunda vuelta la hice un poco más rápido, buscando complicar a la X70, pero sin llegar a límites que comprometan nuestra estadía en China. Nuestros anfitriones son muy educados, cordiales y serviciales, pero no me gustaría conocerlos enojados, por un “fuori pista” en medio del campo.

Terminamos la prueba y pasamos a la modalidad “juego” de la tarde. Mismo recorrido, un piloto y un copiloto. Walter Togneri (Revista Parabrisas), toma el volante y quien escribe se queda con el asiento de la derecha, por su supuesta experiencia en arrojar dardos. Sí, dardos.

Se trata de hacer el mismo recorrido, pero con cuatro paradas, donde realizaremos pruebas de destreza. O algo así, para sumar puntos. Eso determinará un ganador. El equipo argentino es uno de los dos que representa a Sudamérica, el otro está compuesto por chilenos.

Arrancamos y la primera prueba es lanzar tres dardos a un blanco sin bajarse de la X70. El representante de Autoblog lanza el primero y acierta al centro. La ovación (?) sigue cuando tira el segundo y lo clava en el segundo círculo interno. Llega el tercero, ¡centro otra vez! Pero el dardo se clavó con poca fuerza y se cae. Quisimos explicarles a los chinos que valía igual, pero nunca nos quisieron entender. O, realmente, no nos entendieron.

Partimos veloces a la segunda prueba, donde había que estacionar marcha atrás en un cubículo bastante ajustado. El exceso de entusiasmo perjudicó a nuestro conductor, que no sólo demoró más de lo previsto (15 segundos), sino que también “acomodó” un banderín.

Tercera parada. Nos dan un recipiente de plástico lleno de agua hasta el borde. Literal, hasta el borde. Debíamos recorrer 50 metros sin derramar nada. Claro, el camino era un slalom de piso de pasto y pozos. Resultado: el brazo de quien escribe terminó totalmente mojado y con un dedo menos… de agua en el vaso. Quisimos hacer trampa rellenando, con una botella que teníamos a bordo, pero nos miraron justo. Así no vamos a ganar nunca.

Última parada, y allí otra vez la puntería del representante de Autoblog en la picota. Cinco tachos de basura de importantes dimensiones, que ofician de cestos para embocar cinco pelotas de tenis. Una, dos, tres al hilo. Se entusiasma quien escribe y se desconcentra: falla las dos finales.

Aceleración plena hasta el final y freno de mano para celebrar… que no ganábamos ni de casualidad. Y así fue, a la noche nos dieron los resultados y quedamos lejos, pero como los mejores de Sudamérica (eso sí no contamos a los de Brasil, que hicieron equipo aparte).

Un par de días después, ya en Chongqing y en un entorno menos didáctico, volvimos a tomar contacto con la X70 en una de las plantas de Lifan. Allí nos prestaron las dos versiones: manual y automática, esta última con mayor cantidad y calidad de equipamiento. Seguían siendo versiones de pre-serie, pero ahora la prueba fue sobre asfalto.

Nos dirigimos a la pista de pruebas de la marca, allí donde los operarios prueban vehículos recién salidos de la línea de producción y algunos modelos en desarrollo. No es un circuito de grandes dimensiones, pero sirvió para completar nuestras sensaciones al volante.

Lo primero que notamos es el buen andar: firme, prolijo, silencioso, pero con el sonido necesario para saber que hay un motor debajo del capot. Al menos, a mí me gusta que sea así. Primero me subí a la versión manual, que estaba menos equipada, con una radio/pantalla sin Bluetooh ni GPS ni cámara de retroceso. La caja es fácil de manejar, los cambios entran sin mayores inconvenientes y la dirección es asistida, pero no tanto, como para no perder sensaciones de manejo.

El pedal de freno es esponjoso, demasiado para mi gusto, pero una vez que te acostumbrás a eso frena derecho y bien.

El motor tiene buen torque y jugamos un rato con él en una pendiente grande que tiene la pista. Subí en primera, soltando el embrague y sin tocar el acelerador. Llegó arriba sin problemas.

Pedimos el cambio de unidad y nos pasamos a la versión CVT, que cuenta con tres programas para la caja, además de poder controlarla en forma manual-secuencial. Otra vez, la misma sensación que en Lijiang: en modo CVT parece no reaccionar ante un pedido de aceleración fuerte. En modo secuencial cambia bastante, pero se siente el retardo. ¿Lo mejor? Tener el motor “en vueltas” en primera y pisar fuerte el acelerador. Ahí los 140 caballos reaccionan mejor y más alegres.

La pista tenía pianitos, zonas con desniveles y más tramos que reproducían calles en mal estado. La X70 responde.

Nos bajamos e intercambiamos opiniones. Hay varios detalles que dejan ver que aún no es el modelo definitivo, como las pinzas de frenos delanteras y traseras de diferente color, algunos ajustes en la parte trasera del escape, o el vano motor (qué palabra antigua), muy despoblado. Lo que sí es cierto es que Lifan tiene un modelo para salir a competir en el mercado y hacer ruido en el segmento de las SUVs.

Habrá que esperar hasta 2019, para saber el precio y la configuración final para nuestro país.

O.C.

***

La X70 es la nueva SUV de Lifan para el Segmento C (compacto).

Cuando llegue en 2019, se posicionará por encima de la X60 (Segmento B, chico).

Autoblog la manejó en las pistas de pruebas de las plantas de Lifan en Lijiang y Chongqing.

Pistas de recorrido corto, pero con todo tipo de terrenos.

Por ser unidades de pre-serie, sólo algunas partes del interior estaban a la vista.

Tablero claro y completo. Volante multifunción revestido en cuero.

Baúl amplio, pero con los tapizados que ocultaban sus detalles (por ser unidades de pre-serie).

Roberto Alabés (1,80 metros), responsable de Marketing de Lifan Argentina, muestra el espacio de las plazas traseras en una unidad que sí tenía los tapizados a la vista.

Walter Togneri (Revista Parabrisas) prueba el ESP.

Y una vez más.

Todas las X70 tienen un motor 2.0 16v con 140 cv. Caja manual o automática CVT.

Diseño agradable y moderno. Un salto importante con respecto a antiguos modelos de Lifan.

El enviado de Autoblog no rompió nada, acertó con los dardos y se mojó todo. O algo así cuenta en el relato de acá arriba.


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