Texto y fotos de Orly Cristófalo
Una de los trabajos que trae aparejado ser colaborador de Autoblog es leer los comentarios de mis propias notas y así poder responder cosas puntuales, agradecer los elogios e ignorar las críticas. Bueh, en realidad, las críticas se leen, no se responden y se trata de mejorar para que la próxima vez sean menos (cosa que no siempre pasa).
Esos comentarios muchas veces apuntan a “ché, prueban siempre la versión más cara, algún día testeen la más barata”. Y aquí estamos, al volante de la versión de menor valor del Peugeot 308 S, o sea: “el francés”.
Presentado en enero de este año en Cariló, el 308 II con las versiones S GT (ya la probó C.C. acá), y la S Allure Plus, que es la que tuve entre manos. La S que llevan es la identificación para que sepamos que son los modelos “importados” de la gama 308 I, que se vende en nuestro país, fabricada en El Palomar.
Manejé durante una semana el 308 S Allure Plus de 2.110.700 pesos y la crítica se reproduce a continuación.
POR AFUERA
“Es lindo”. Esa fue la sentencia que escuché una y otra vez con diversas personas que me fui cruzando por la calle durante los siete días de prueba. El diseño del Peugeot 308 S Allure Plus, sin ser revolucionario, es agradable, prolijo, correcto. ¿Te va a hacer dar vuelta en la calle porque te llamó la atención? Lo dudo, pero tampoco te van a hacer bullying.
En la trompa se destaca la parrilla con los bordes y el León cromados, además de las luces leds, que le dan esa “firma lumínica” (como les gusta decir a diseñadores y marketineros). Personalmente me gustaron las tiras de leds que bordean los faros delanteros. El perfil es la mejor vista de este 308 S: un hatchback con todas las letras.
Quizás, visualmente, quedan un poco chicos los conjuntos neumáticos/llantas (225/45 R17, mientras que el GT tiene de 18″), pero nada grave. ¿El diseño no es el más moderno de su gama? No, pero tampoco es un auto antiguo. Un pequeño alerón en el techo y los faros metiéndose en el lateral son los distintivos de la cola, donde la superficie vidriada parece mayor desde afuera que lo que en realidad es, cuando estamos sentados al volante. Y ahí vamos.
Al repasar a los competidores, comprobamos que quedan pocos hatchbacks del Segmento C (compacto) entre las marcas generalistas de nuestro mercado: Chevrolet Cruze 5 (argentino, 153 cv, entre 1.1 y 1.6 millones de pesos) y Volkswagen Golf VII (mexicano, 150 cv, entre 1.4 y 1.6 millones de pesos).
POR DENTRO
Cuando probé el Peugeot 2008 (2020, leer crítica), una de las cosas que menos me gustó fue el iCockpit y la posición de manejo. Nunca me encontré cómodo. Bueno, este Peugeot 308 francés viene con la segunda generación de iCockpit y, además, es un talle más grande. Y acá sí me gustó. Cada día que pasaba de la prueba me sentía más y más cómodo con la idea de tener el volante por debajo de la altura del tablero. Ya lo he dicho, y lo recuerdo en cada prueba: soy un tipo “grandote”. Y más de una vez me sorprendí manejando el 308 S y pensand: “¿Cómo entré tan fácil con el volante tan abajo?”.
El tablero es claro y de fácil lectura. A lo único que hay que acostumbrarse es a que el cuentavueltas sube al revés del sentido de las agujas del reloj. Claramente es un capricho del diseñador, pero hay que acostumbrarse. En la parte central de los instrumentos hay una pantalla en la que podemos elegir si vemos datos de la computadora de a bordo o una versión reducida y esencial de las indicaciones del navegador GPS. Si bien tiene uno incorporado, también podemos usar el de nuestros celulares, a través de Android Auto y Apple Car Play.
Una vez más, el volante “esconde” el control de velocidad crucero, pero esta vez ya sé cómo funciona y lo puedo accionar al tacto, sin necesidad de mirar. Revestido en cuero y con forma plana en la parte inferior, en el volante también encontramos los comandos para el audio y atender el teléfono.
En la consola central se ubica la pantalla de 9.7 pulgadas, táctil y con un sólo USB. Sí, año 2019 y tenemos un sólo USB a bordo. Señor Peugeot, usted puede hacerlo mejor.
El sistema multimedia es de buena calidad, aunque hubiésemos preferido mejor definición en los bajos. Bah, en realidad, las playlist de trap y hip hop de mi hijo menor hubiesen perferido mejor calidad en los bajos.
En la base de la pantalla hay un vacío inexplicable, con la perilla de regulación del volumen en solitario y a un costado. Si bien los comandos de la climatización ahora son digitales e integrados en la pantalla, ese espacio plano y atravesado por una línea cromada es más que extraño. Da la sensación de que falta algo.
Los tapizados de Alcántara son muy confortables y suaves. El asiento del conductor no tiene regulación eléctrica, pero vienen con calefacción y masajeador lumbar.
El techo es de tipo panorámico “Cielo” (así lo bautizó Peugeot), pero no se abre: sólo podemos correr una cortina, que deja pasar o no la luz exterior.
Las plazas traseras son muy cómodas para dos adultos y cómodas a secas para tres: vienen con anclajes Isofix. Los respaldos se rebaten por tercios y nos podemos comunicar con el baúl, bajando el apoyabrazos central trasero. Los 432 litros están más que bien y debajo del piso viene una rueda de auxilio en el mismo tamaño y marca que las originales.
SEGURIDAD
Con respecto a su hermano mayor, el 308 S GT (leer crítica), esta versión Allure perdió casi todas las ayudas electrónicas relacionadas con la seguridad y el manejo: los alertas de riesgo de colisión, el control de velocidad crucero adaptativo, el alerta de cambio de carril… Sólo queda el alerta del tiempo de conducción. Un detalle: el sistema multimedia sugiere cortar la conversación telefónica a los 10 minutos de charla. Le pasó a un amigo.
Pero vayamos sobre lo que sí tiene: seis airbags, ESP, ABS, ayuda de arranque en pendiente y alerta de pérdida de presión en los neumáticos.
El 308 II ya fue sometido (hace mucho tiempo, año 2013) a las pruebas de choque de EuroNCAP. Una versión diesel obtuvo una calificación de cinco estrellas, con 92% de protección para adultos, 79% para niños y 64% para peatones.
MOTOR Y TRANSMISIÓN
Como ya se dijo en la crítica del 308 S GT, todos los motores de los 308 II importados son iguales pero con diferentes entregas de potencia. En el caso del Allure Plus, el THP de 1.598 cc tiene 165 cv a 6.000 rpm, con un par de 240 Nm a 1.400 rpm.
La caja es la conocida Tiptronic con 6 velocidades y las opciones de usarla en modo automático o secuencial. Todo está volcado sobre la tracción en las ruedas delanteras.
COMPORTAMIENTO
Sin lugar a dudas, la combinación chasis, motor, caja del 308 S Allure Plus es una de las más divertidas de manejar en modo “ágil”. Las suspensiones van muy bien y el motor siempre tiene alegría para entregar. No hay “patada de turbo”, pero sí empuje desde abajo. Los neumáticos están bien dimensionados, a pesar de nuestro comentario visual del comienzo, y van siempre bien pegados al piso. No hay cosas extrañas ni ruidos raros.
La ciudad le cae bien al Allure Plus. Sólo molesta un poco la poca visibilidad hacia atrás, por la luneta trasera baja. La asistencia en la dirección se agradece mucho en estacionamientos, ya que el volante chico para mejorar el iCockpit complicaría mucho.
De 0 a 100 km/h medimos 9 segundos, con una máxima de 208 km/h. Los consumos fueron de 4,7 litros cada 100 kilómetros en ruta y 8,5 litros en uso urbano.
La caja Tiptronic es excelente, va bien en modo automático y casi no tiene retraso cuando la usamos secuencialmente. Por supuesto, no es la excelente AT8 que tiene el 308 S GT, pero cuando esta Tiptronic está en modo S, se pone más “picante”, estirando los cambios de marcha, aprovechando toda la elasticidad del motor y metiendo también algo de ruido de motor. Los petrolhead, agradecidos.
El manejo en modo familia es agradable y confortable, sacando a relucir esas cosas del andar que siempre tuvieron y tienen los Peugeot.
CONCLUSIÓN
El Peugeot 308 S Allure Plus es un auto más que lógico desde su concepción. Buen tamaño exterior e interior; diseño clásico y amigable; motor potente y caja que acompaña. Se queda corto en asistencias asociadas a la seguridad y en conectividad, con su único USB a bordo.
¿El precio? Son 2.1 millones de pesos. Como se mencionó al comienzo, ahí es donde se empieza a complicar con rivales que están por debajo. Sin embargo, Peugeot lo aclaró cuando lanzó este 308 II: la idea no es competir por precio ni ser el más barato del mercado. Para eso ya ofrecen el 308 I nacional, que arranca en 1.2 millones. Sin embargo, una vez que te sentás en este 308 francés, lo ponés en marcha y andás unas pocas cuadras, notás bien las diferencias. Hay cosas que se olvidan más fácil que otras.
O.C.
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Archivo para descargar: Ficha técnica Peugeot 308 S Allure Plus y S GT
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Llanta de aleación y neumáticos 225/45 R17, una pulgada menos que el S GT (leer crítica).
Panel de puerta de buena terminación y con costuras en blanco en el apoyabrazos.
El Teorema del iCockpit, en una foto: el panel de instrumentos, por encima del volante.
Esa franja sin nada y con apenas una línea cromada no la entendemos.
Buen espacio para las piernas de los ocupantes traseros.
¿En serio UN solo USB, en todo el auto?
Opciones Sport e Invernal para la caja Tiptronic.
Las butacas delanteras, luciendo su tapizado Alcántara.
La pantalla integrada en la plancha de instrumentos se agradece mucho.
Buena capacidad del baúl, para ser un hatchback.
Comunicación baúl-habitáculo a través de la pared secreta. ubicada tras el apoyabrazos.
Auxilio de tamaño normal y apto para seguir circulando sin problemas.
La panorámica del panorámico, aunque Peugeot lo bautizó “Techo Cielo”.
Lo más divertido del 308 S Allure Plus: el conjunto motor-caja.
La Firma Lumínica con leds, a la vista.
El Peugeot 308 S Allure Plus cuesta 2.110.700 pesos.
En Autoblog también probamos el 308 S GT de 2.287.000 pesos. Leer crítica.