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Crítica: VW T-Cross 200 TSi (1.0 turbo)

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Texto de Carlos Cristófalo
Fotos de Orly Cristófalo

“Es un buen producto, pero necesita un motor más potente”. Así terminó la crítica de Autoblog a la Volkswagen T-Cross, cuando la probamos apenas se lanzó a la venta, en junio de 2019 (leer nota). Ahora, dos años después, VW por fin ofrece en la Argentina esa alternativa más potente: la nueva T-Cross 200 TSi.

La llegada de este motor obligó a reacomodar toda la gama de la T-Cross en nuestro mercado: ahora hay una Trendline Manual y una Comfortline Tiptronic, que conservan el viejo y confiable (aunque soporífero) motor MSi 1.6 16v (110 cv y 155 Nm), mientras que hay una Comfortline Tiptronic y una Highline Tiptronic con el mismo motor ya conocido del Nivus: 1.0 TSi (116 cv y 200 Nm). La versión Hero dejó de venderse ya hace tiempo.

Probamos durante una semana la nueva T-Cross 200 TSi Highline Tiptronic. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Antes de la llegada de esta versión Turbo, la T-Cross recibió una actualización en la Argentina. La versión Highline estrenó nuevas llantas de aleación diamantadas (conservando las Bridgestone Turanza 205/55R17) y se dejó de ofrecer la variante Hero.

La Hero era la T-Cross más equipada: tenía carrocería con pintura bitono, techo corredizo, llantas pintadas de negro, sistema de estacionamiento automático y faros 100% de leds. Nada de eso fue heredado por la actual Highline, porque el plan de VW Argentina fue evitar que la T-Cross brasileña le robara clientes a la nueva (y más costosa) Taos fabricada en Pacheco (leer crítica).

Por eso, la única manera de diferenciar a una T-Cross MSi 1.6 de una 1.0 TSi es por medio del emblema en el portón trasero: “200 TSi”, que hace referencia al valor del torque del motor.

La T-Cross nunca se destacó por la originalidad de su diseño: se distingue a la legua como un VW y es más discreta que que llamativa. Para compensar eso, la marca introdujo el Nivus, que ofrece una silueta tipo Fastback, más original y diferente a toda la competencia (leer crítica).

Y hablando de competencia: en estos dos años, se sumaron muchas rivales con motores turbo en este segmento (Chevrolet Tracker, Renault Duster y pronto se agregará el Jeep Renegade turbonaftero), que engrosaron la lista de modelos que ya ofrecían esta mecánica desde hace tiempo (Peugeot 2008, Citroën C4 Cactus y Jeep Renegade Turbodiesel).

POR DENTRO

En la cabina, las novedades vienen por el lado del nuevo tapizado en cuero bitono (sintético, pero de buena calidad) y la nueva pantalla multimedia: la Radio Touchscreen de 6.5 pulgadas fue reemplazada por el sistema VW Play de 10 pulgadas, ya conocido de los Nivus y Taos. Por eso, tiene sus mismas virtudes: buenos gráficos, rapidez de respuesta, manual de usuario en pantalla, posibilidad de descargar algunas Apps (hace falta conectarlo a un WiFi para navegar por internet) y Apple CarPlay más Android Auto sin necesidad de conectar cables (aunque sin carga por inducción, como en la Taos).

También tiene sus mismos defectos: ausencia de botones o perillas para manejar la pantalla sin quitar la vista del camino y la desaparición del GPS integrado. Con esto, se pierde uno de los principales atractivos del tablero digital Active Info Display: la posibilidad de ver los mapas del navegador entre el velocímetro y el tacómetro.

Pude detectar dos abaratamientos de costos: desapareció el reproductor de CDs de la guantera y también el Dock Station. Era el pilar que permitía llevar el celular con mapas bien a la vista del conductor, sobre la plancha de instrumentos. Si bien resultaba redundante con las nuevas pantallas multimedia que espejan las funciones del dispositivo móvil, tenía una gran ventaja: aportaba un puerto USB extra, escondido en la base del pilar. Ahora hay un sólo USB en las plazas delanteras y dos en las traseras.

Más allá de eso, sigue todo el resto igual: revestimientos con plásticos duros, aunque con buena calidad de fabricación y apliques blancos que hacen juego con los tapizados bitono. La posición de manejo es excelente, como todos los VW con Plataforma MQB. Es una cabina cómoda, donde se pueden llegar a ubicar cinco adultos (si no son demasiado grandotes, sobre todo los de atrás).

Ahora que tienen la misma mecánica, es normal plantear la dicotomía entre la VW T-Cross y el VW Nivus. Más allá del diseño de la carrocería, ya mencionado más arriba, la distribución de espacio interior también es diferente: la T-Cross es más amplia en las plazas traseras, mientras que el Nivus tiene un baúl más grande (415 litros contra 373 de la T-Cross, que se pueden ampliar hasta 420 litros cambiando el ángulo de inclinación del respaldo posterior).

Bajo el piso del baúl sigue con lo que ya es una mala costumbre de VW: rueda de auxilio finita, de uso temporario. Cuando está en uso no se puede circular a más de 80 km/h.

Acá comienza a ser insoslayable hablar del tema del precio de lista: por 4.16 millones de pesos ya hay SUVs del Segmento C (compacto) que son más amplias que esta T-Cross, como las versiones de entrada a gama de las VW Taos, Jeep Compass y Ford Territory, entre otras. Es fundamental evaluar si el comprador realmente necesita el salto a este motor 1.0 TSi.

Pero avancemos.

SEGURIDAD

Acá la novedad más importante viene por el lado de los frenos. Mientras la T-Cross MSi 1.6 tiene frenos traseros de tambor, la 200 TSi incorpora discos macizos: son muy bienvenidos, porque acompañan a la mejora en las prestaciones.

El resto del equipamiento sigue igual: todas las T-Cross vienen de serie con seis airbags, frenos ABS con EBD, control de estabilidad, control de tracción y anclajes Isofix. Esta versión Highline se diferencia por agregar espejo interior electrocrómico, alerta de pérdida de presión de los neumáticos y detector de fatiga.

La T-Cross ahora tiene la misma mecánica del Nivus, pero la gran diferencia (más allá del tema del diseño y el tamaño del baúl) está en el tema de las asistencias a la conducción (ADAS). Los Nivus Highline y Hero tienen dispositivos que la T-Cross ni siquiera ofrece como opción, como control de crucero adaptativo y frenado autónomo de emergencia. Son asistencias a la conducción (ADAS) que también ofrece otra rival turbo de la T-Cross: la Chevrolet Tracker Premier.

La T-Cross ya fue sometida a los crash tests de LatinNCAP en marzo de 2019. Con el protocolo de ese momento obtuvo la calificación máxima: cinco estrellas en protección de adultos y niños.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Este motor naftero de tres cilindros, con 999 centímetros cúbicos, 12 válvulas, inyección directa y turbocompresor es una evolución del que tenía el ya discontinuado Up! Pepper TSi (leer crítica) y exactamente el mismo que lleva el Nivus (leer crítica).

Entrega 116 cv de potencia a 5.500 rpm y 200 Nm de torque entre 2.000 y 3.500 rpm. En Argentina, se combina sólo con caja automática con convertidor de par (Tiptronic de seis marchas). En Brasil, se ofrece también con caja manual de seis velocidades. Es una mejora con respecto al MSi 1.6 (110 cv y 155 Nm), pero sigue estando lejos de los valores de sus competidores con más potencia y torque.

En VW lo saben y, por ese motivo, la T-Cross también se fabrica en Brasil con el más potente motor 1.4 TSi (150 cv y 250 Nm), que es el mismo que equipa a la Taos. En Argentina no se ofrecerá la T-Cross más potente, una vez más, para no rivalizar con el modelo producido en Pacheco.

COMPORTAMIENTO

Este es, definitivamente, el motor que necesitaba la T-Cross. El chasis siempre estuvo bien, la plataforma es muy buena y la caja acompaña de manera correcta: sólo necesitaba algunos caballos más, pero -sobre todas las cosas- pedía a gritos un mayor torque a bajas vueltas.

Y eso es lo que ofrece el 1.0 turbo desde el primer roce con el acelerador: una reacción ágil y progresiva, acompañada por el siempre curioso sonido “casi Bóxer”, que tienen estos motores de tres cilindros.

Las prestaciones dieron un salto muy importante: la aceleración de 0 a 100 km/h la logra en 10.4 segundos (14.5 para el 1.6), alcanza una velocidad máxima de 184 km/h (contra 179) y mejoraron muchos las recuperaciones de 80 a 120 km/h: bajaron de 11.2 a 8.1 segundos.

El consumo medio es de 8.1 litros cada 100 kilómetros (contra 9.3), con un gasto de 10.9 litros en ciudad y sólo 5.4 en ruta (a 120 km/h en sexta y a 2.200 rpm). A eso hay que sumarle que el tanque de combustible ahora es un poco más grande: pasó de grande de 50 a 52 litros.

Estamos realmente ante una T-Cross totalmente diferente a la MSi. El motor es muy elástico, así que entre 1.700 y 5.500 rpm siempre hay una respuesta divertida. Sí: dije “divertido”, en una aburrida SUV. Eso es lo que logra este pequeño turbito.

La caja Tiptronic ayuda en mucho a lograr esa respuesta, haciendo que cada caballito rinda todo lo que puede entregar: las dos primeras marchas sin bien cortas y el cerebro electrónico se esfuerza todo el tiempo en elegir el cambio indicado para mantener el régimen siempre entre las 2.000 y 4.000 rpm, que es donde está todo lo mejor de este 1.0.

Acá es donde se confirma lo que siempre sentí de la T-Cross: el chasis es muy bueno, la dirección de asistencia eléctrica está calibrada a la perfección y ahora los frenos a disco en las cuatro ruedas acompañan la mejora en prestaciones. No necesitaba mucha más potencia: sólo precisaba más torque. Por eso VW luce ese valor “200” en el emblema, para dejar de lado la cilindrada (que es chica) y la potencia (que no es mucha).

¿Contras? Sólo un par. La primera es que, como todo motor de tres cilindros, vibra mucho y es incluso ruidoso cuando arranca en frío. Suena como una máquina de coser. Por suerte, el rumor se sosiega bastante cuando la mecánica toma temperatura (además de que la cabina está muy bien aislada).

¿Algún defecto más? Sï, para hacer frente a competidores más potentes, VW debería ofrecer la versión 1.4 TSi. Pero ya lo sabemos: sería aún más caro y rivalizaría con la Taos nacional.

¿Dudas? Sólo una: el tiempo dirá si este 1.0 TSi resulta tan noble y robusto como el veterano y aburrido (aunque muy confiable) MSi 1.6.

CONCLUSIÓN

La VW T-Cross por fin tiene el motor que le corresponde a un vehículo de su tamaño y peso. Esa es una buena noticia. Aunque también es válido este “desagravio” a la tortuguesca T-Cross 1.6, que publicamos la semana pasada (leer acá).

Sin embargo, incluso con el nuevo motor turbo, la T-Cross, sigue estando lejos de los valores de potencia y torque que ofrecen varias de sus rivales de segmento, como Chevrolet Tracker (132 cv y 190 Nm), Citroën C4 Cactus THP (163 cv y 240 Nm), Jeep Renegade Trailhawk (170 cv y 350 Nm), Peugeot 2008 Sport THP (165 y 240 Nm) y Renault Duster II (155 cv y 250 Nm)

A eso hay que agregarle que el VW Nivus, con la misma mecánica y un diseño más moderno que esta T-Cross, ofrece un equipamiento de seguridad más completo, por un precio de lista casi 500 mil más accesible. Sí, es necesario recalcarlo: el Nivus 200 TSi tiene más seguridad y es más “barato”.

Por eso, es necesario hacer esta aclaración: además de ganar potencia y torque, la T-Cross 200 TSi también dio un gran salto en precio. Esta versión 1.0 TSi Highline (4.16 millones de pesos) cuesta casi el doble que la MSi 1.6 Trendline Manual (2.47 millones). El motor es más moderno y costoso, por supuesto, pero la principal responsable de la diferencia en valores es la primera escala de los impuestos internos: impacta sobre la 1.0 TSi, pero no afecta a la MSi 1.6 (por ahora).

La llegada del versión 200 TSi es una buena noticia, porque termina por redondear un producto que ya era muy recomendable. Realmente parece “otro auto”. La mala noticia: al Fisco también le gusta el torque. Por eso también se cobra su parte (y no precisamente en forma de  Newtonmetros).

C.C. / O.C.

***

La VW T-Cross 1.6 MSi se lanzó a la venta en Argentina en junio de 2019 (leer crítica).

Dos años después, llega la nueva T-Cross 200 TSi.

Tiene un motor 1.0 turbonaftero de tres cilindros y se ofrece sólo en las versiones tope de gama: Comfortline Tiptronic y Highline Tiptronic.

Tiene el torque, la eficiencia y agilidad que siempre necesitó la T-Cross.

El interior trae algunas novedades. Desaparecieron el Dock Station y el cargador de CDs. Llegó el sistema multimedia VW Play.

Tapizados en cuero sintético, pero de buena calidad y con agradable combinación bitono.

Atrás se pueden acomodar hasta tres adultos.

Tal vez se sientan apretados, pero no faltarán aire ni puertos USB.

Revestimientos con plásticos duros, pero con una respetable calidad de fabricación.

El tablero digital Active Info Display perdió la posibilidad de ver el mapa en el instrumental (porque ya no tiene GPS integrado).

El VW Play no ofrece Wifi como en la Tracker, pero puede conectarse a internet para descargar aplicaciones como Mi VW (con el manual de usuario digital).

Se puede usar Apple CarPlay y Android Auto sin necesidad de conectar cables (ojo, consume mucha batería del celular y acá no hay carga inductiva, como en la Taos).

El motor 1.0 turbo se combina en Argentina sólo con caja automática Tiptronic.

Incluye levas del cambio en el volante.

El baúl mantiene la capacidad de carga de 373 litros (ampliable hasta 420, cambiando el ángulo de inclinación del respaldo trasero).

Y mantiene la mala costumbre de VW: rueda de auxilio finita, de uso temporario.

Sobra espacio para el pequeño motor 1.0 de tres cilindros.

Vibra mucho cuando trabaja en frío, pero tiene el torque a bajas vueltas que siempre necesitó la T-Cross.

Las salidas de escape traseras son falsas: el caño está acá abajo.

La única manera de distinguir por fuera a la T-Cross turbo: con el emblema 200 TSi (el 200 hace valor al torque medido en Nm, aunque muchos lo confunden con potencia y otros con cilindrada).

Desapareció la versión Hero, que ofrecía carrocería bitono y luces 100% de leds. La Highline es la nueva tope de gama y sólo tiene leds para las luces diurnas (bajo los antinieblas).

Una mejora que viene con el motor turbo: frenos a disco en las cuatro ruedas (los delanteros, ventilados).

Es un motor que hace que la T-Cross, ahora sí, sea muy agradable y ágil en el uso diario.

En Brasil también se ofrece una T-Cross 1.4 Turbo (150 cv y 250 Nm), pero no llegará a la Argentina.

***

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Volkswagen T-Cross 200 TSi Highline Tiptronic
Origen: Brasil.
Precio: 4.160.000 pesos (versiones 2.47 millones)
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros.
Comercializa: Volkswagen Argentina (www.vw.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, tres cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, inyección directa, turbocompresor.
Cilindrada: 999 cc
Potencia: 116 cv a 5.500 rpm
Torque: 200 Nm entre 2.000 y 3.500 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción delantera, con control electrónico.
Caja: automática, con convertidor de par, de seis velocidades, con modo secuencial y levas al volante.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Suspensión trasera: eje de torsión, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Frenos delanteros: discos ventilados.
Frenos traseros: discos macizos.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Neumáticos: Bridgestone Turanza 205/55R17 (rueda de auxilio de uso temporario)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 184 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 10.4 segundos
Consumo urbano: 10.9 l/100km
Consumo extraurbano: 5,4 l/100km
Consumo medio: 8,1 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 4.199 mm / 1.760 mm / 1.568 mm
Distancia entre ejes: 2.651 mm
Peso en orden de marcha: 1.400 kilos
Capacidad de baúl: 373 / 420 litros
Capacidad de combustible: 52 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Doble airbag de cortina
Frenos ABS con EBD
Control de estabilidad (ESP)
Sistema de frenado postcolisión
Asistencia al arranque en pendiente
Cámara de visión trasera
Sensores de estacionamiento delanteros y traseros
Control de presión de neumáticos,
Control de crucero
Anclajes Isofix
Climatizador automático
Volante multifunción con ajuste en altura y profundidad
Barras de techo en color plata y detalles cromados en carrocería
Detector de fatiga
Sensor de lluvia
Espejo interior electrocrómico
Arranque sin llave
Tapizado de cuero sintético bitono
Tablero digital Active Info Display
Sistema multimedia VW Play de 10 pulgadas


Crítica: Ford Mustang Mach 1

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Texto de Carlos Cristófalo
Fotos de Nando Pollicelli, Julián Podestá y Orly Cristófalo.

En la Argentina, el Ford Mustang siempre fue y será un auto muy exclusivo. Pero, cuando se analizan las cifras de ventas a nivel mundial, el muscle-car del Óvalo nunca deja de sorprender: es, por lejos, el deportivo más popular del mundo.

Eso se logró a partir de esta sexta generación, cuando se convirtió en un modelo global que se comercializa cinco continentes. Por eso, en Autoblog ya lo probamos en varias versiones, muchas de las cuales nunca se vendieron en nuestro mercado. Desde Coupé hasta Cabrio, pasando por Bullitt y Shelby. Todas las críticas se pueden leer acá.

En nuestro mercado, el Mustang se ofreció desde el 2016 sólo en una versión: GT Automático (466 cv, 95 mil dólares). Recién en mayo pasado se sumó a la oferta una nueva versión tope de gama: el Mustang Mach 1. Es una variante más extrema, potente, costosa y exclusiva, con un precio de 106.200 dólares.

Lo manejé una semana por calles y rutas (aunque habrá una segunda parte en pista). La crítica convencional se reproduce a continuación.

POR FUERA

Fighter Jet Gray. No lo dudes ni un segundo: ese es el color en el que tenés que encargar tu Mach 1. No sólo es exclusivo de esta versión. Su nombre también hace alusión a los aviones de combate que superan la velocidad del sonido (Mach 1).

Es un gris verdoso muy original, decorado con franjas negras y naranjas. El tono anaranjado se repite en las pinzas de frenos Brembo, mientras que los detalles negros se reservan para los retrovisores, el spoiler delantero y el deflector trasero.

El “babero” (como le decía mi viejo a los spoilers delanteros) es grandote y hermoso, pero también es mucho más bajo que en el Mustang GT y puede ser un verdadero dolor de cabeza en nuestras calles: hay que transitar cunetas y lomos de burro a muy baja velocidad, porque también está muy expuesto el nuevo radiador de aceite, que mejora la refrigeración de este Mach 1. Ese radiador -y el piso plano que lo protege- hace que el despeje mínimo del suelo sea de sólo 13 centímetros.

El primer Mustang Mach 1 de la historia nació en 1969. Se caracterizaba por sus “baberos”, “polleritas” y “alas”, pero también por su motor V8 con hasta 350 caballos. Su rasgo más distintivo, sin embargo, estaba en la trompa: además de las luces convencionales, en la parrilla tenía dos faros buscahuellas, bien grandes y redondos.

En el nuevo Mach 1 se intentó hacer un homenaje a ese diseño, pero algo salió mal: como los buscahuellas no pueden ser homologados en algunos mercados, se optó por colocar dos círculos de plástico negros (y vacíos) en la parrilla. Si me comprara un Mach 1, lo primero que haría sería ponerle dos faros reales (aunque nunca los fuera a prender). Alternativa aún más sencilla: cubrir esos agujeros con fundas tapa-faros (¿qué tal un par con banderitas a cuadros?). Cualquier cosa antes de dejar a la vista esos huecos vacíos y plasticosos.

Las llantas también son de nuevo diseño y le quedan divinas, en color grafito. Los neumáticos son los mismos que en el GT: Michelin PilotSport 4S (255/40R19 adelante y 275/40R19 atrás).

¿Mi detalle favorito? Los escapes: son cuatro cañones de combate cromados, del tamaño de cacerolas y que suenan como los dioses. Es posible arrancar con modo silencioso (para que no te insulten los vecinos) o con las mariposas liberadas, para activar las alarmas de todo el barrio.

¿Rivales? Es difícil identificar alguno en el mercado argentino. Chevrolet está dejando de comercializar el Camaro y canceló los planes de traer el restyling a nuestro país. Dodge se fue de la Argentina sin haber cumplido con la promesa de vender el Challenger. Y los deportivos no-americanos, con potencias similares, cuestan casi el doble que este Mach 1.

Ejemplos: Audi RS5 Coupé (450 cv, 195 mil dólares), Lexus RC F Track Edition (477 cv, 194 mil dólares) y Mercedes-AMG C63S Coupé (510 cv, 196 mil dólares). BMW traerá el año que viene el nuevo M4 Coupé de 473 caballos y su precio también rondará los 200 mil dólares.

Así es que, aunque parezca raro, el rival más directo del Mach 1 está en su propia familia. Por eso, la pregunta resulta inevitable: ¿conviene comprarse el Mustang GT Automático de 466 cv y 95 mil dólares o vale la pena estirarse hasta los 475 cv y 106.200 dólares del Mach 1?

En materia de diseño, no hay dudas: Mach 1 Fighter Jet Gray, es lo que va.

POR DENTRO

Acá es todo muy parecido al Mustang GT: los únicos detalles que distinguen al Mach 1 son los emblemas en los zócalos, las franjas en los tapizados y la plaqueta numerada sobre la guantera del acompañante.

Esta unidad llevaba el número 0003, pero no hay un límite de ejemplares para nuestro mercado. Llegarán todos los Mach 1 que los clientes encarguen por el sistema de “Orden Positiva”, que otras marcas denominan “a pedido” (con la demora en la entrega que esto implica, por cupos de fábrica, fletes marítimos y autorizaciones aduaneras).

El tapizado en cuero microperforado tiene un detalle exclusivo para el Mach 1: una franja naranja en las versiones con carrocería Fighter Jet Gray y una franja blanca en todos los otros colores externos.

El resto es igual al Mustang GT (leer crítica): completo equipamiento de confort, buena conectividad y excelente posición de manejo, con gran cantidad de ajustes para la butaca y el volante, además de mucho espacio para los ocupantes delanteros. Atrás: dos butacas para niños y poquísimo lugar para las piernas.

La calidad de terminación y materiales sigue siendo buena, aunque no está a la altura de los rivales con potencia equivalente mencionados más arriba: por eso, en parte, el Mustang cuesta casi la mitad.

El baúl sigue con 382 litros de capacidad y mantiene la costumbre de no ofrecer ninguna rueda de auxilio: apenas cuenta con un kit de reparación de pinchazos.

SEGURIDAD

Acá también es igual que el Mustang GT, con la única salvedad de que perdió el control de crucero adaptativo. Más allá de eso, el Mach 1 conserva incluso las mismas ADAS del GT: Frenado Autónomo de Emergencia, Sistema de Mantenimiento de Carril y Alerta de Riesgo de Colisión.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Que los spoilers, los escapes y el color de la carrocería no te engañen. En esta sección es donde realmente se marcan las grandes diferencias entre el Mustang GT y el Mach 1.

Lo curioso es que, si uno lee la ficha técnica, los cambios no parecen ser tan importantes. El motor es el mismo Coyote V8 5.0 de siempre, sólo que la potencia trepó desde 466 cv a 7.000 rpm hasta 475 cv a 7.250. Y el torque se mantuvo sin cambios, sólo que ahora entrega los 569 Nm a 4.900 rpm, en lugar de 4.600.

El catálogo no revela nada más. Sin embargo, desde el área de Ingeniería de Ford Argentina nos ayudaron a desentrañar los pequeños detalles que marcan las grandes diferencias con el Mach 1. Quienes colaboraron para elaborar esta lista son los ingenieros que se encargaron de ensayar el Mach 1 en nuestras rutas, calles y en la pista de pruebas de Pacheco, antes de que se lanzara a la venta en nuestro mercado. Los datos que recabaron fueron enviados a Detroit: estamos ante un auto global de Ford y en la casa matriz quieren saber cómo se comporta en todas las calles y caminos del planeta.

Bajo el capot nos encontramos con que desapareció el cobertor que oculta el V8. Fue retirado para instalar una gran barra de torsión transversal, que conecta las dos torretas de suspensión del tren delantero. Esta barra agrega rigidez torsional al eje delantero y permite regular la comba de los neumáticos, para lograr un comportamiento aún más deportivo en pista (se requieren herramientas especiales, que estarán disponibles sólo en algunos concesionarios).

Al retirar el cobertor del motor, también se eliminó la tapa que cubre el filtro de aire. Así, el cono del filtro queda a la vista, para facilitar la circulación de aire hacia el motor y también para aumentar el volumen de la “música” que genera la admisión del V8.

Si vemos la trompa del auto, además de los falsos faros adicionales, se va a advertir que también tiene dos tomas de aire laterales, bien abajo en el spoiler delantero. Son ductos de refrigeración que canalizan aire para ventilar los frenos delanteros y traseros. Estos frenos tienen discos y pistones del mismo tamaño que en el Mustang GT, pero en el Mach 1 los cálipers Brembo están pintados de rojo y las pastillas de frenos tienen un compuesto especial, desarrollado para autos que tendrán un uso intenso en track days.

En la parte baja del auto, se aprecia un piso plano que cumple una doble función: en primer lugar, genera una succión que mejora el agarre aerodinámico a alta velocidad y, además, protege un radiador de aceite más grande, para refrigerar la transmisión.

Si vamos a la suspensión, conserva el mismo esquema de McPherson adelante y multilink atrás, siempre con amortiguadores magnéticos de dureza variable (MagneRide), pero en el Mach 1 se reforzaron las barras estabilizadoras, para recibir una mayor exigencia en pista.

La dirección con asistencia eléctrica también se modificó: varía la dureza con los diferentes modos de manejo, que son los mismos de siempre (Normal, Sport+, Track, Race, Snow/Wet y MyMode), pero también se cambió la curva de asistencia, para tener una respuesta más inmediata ante cada movimiento del volante.

En otros mercados, el Mach 1 se ofrece con un Handling Package que acentúa toda la puesta a punto para pista y agrega alerones más grandes. También se ofrece en opción la caja manual de seis velocidades.

Creo que este es el principal punto en contra del Mach 1 que se vende en Argentina: si el Mustang GT se vende desde hace cinco años sólo con caja automática, el Mach 1 era una oportunidad única para ofrecer por primera vez en nuestro mercado la caja manual. Pero no está disponible, ni siquiera como opción. Es como pifiar un penal.

Manejé en Estados Unidos esa caja manual sobre el Mustang Bullitt -que cedió muchos desarrollos para este Mach 1- y es una transmisión realmente deliciosa (leer crítica).

COMPORTAMIENTO

En esta parte te voy a hablar a vos, que tenés, tuviste o alguna vez manejaste un Mustang GT Automático. Porque, con toda lógica, vas a querer saber qué tan diferente es manejar este Mach 1.

Comencemos entonces desde la puesta en marcha: el ruido que hace el V8 al encenderse es prácticamente el doble que en el GT. El doble de ruidoso, pero también de hermoso: es un bramido calibrado por especialistas en acústica de Detroit y ejecutado por las brutales trompetas cuádruples de los escapes.

Por supuesto, como en el GT, también existe la función “Good Neighbor” (también conocido como “Buen vecino” o “Pata’e Lana”), que te permite arrancar con el mayor sigilo. Acá agradecemos siempre a Cacho y Leo, vecinos del garage de Autoblog, que toleran con paciencia infinita los arranques matutinos de nuestra cochera.

Después está el tema de la dirección. Incluso en el Modo Normal se la siente bastante más pesada y directa que en el GT. O, como bien me corrigió un ingeniero de Ford Argentina, “con una curva de asistencia más marcada”, para tener una respuesta más inmediata ante cada movimiento del volante.

Además, el radio de giró empeoró. Vas a tener que hacer más maniobras en garages y lugares estrechos. Esto se hizo para que las ruedas no rocen los guardabarros, teniendo en cuenta que el despeje del suelo bajó un poco.

Ese es el punto clave que cambia por completo la experiencia de manejar todos los días un Mustang Mach 1: es muy, pero muy bajito. Tanto, que vas a tener que transitar a menos de 1 km/h sobre lomos de burro, badenes y cunetas. Además de tener un despeje mínimo de sólo 13 centímetros, el spoiler delantero está tan lanzado hacia adelante que lo vas a tener que cuidar más que al indicador de combustible.

Y ahí está la otra diferencia notable: el Mach 1 consume más (sí, aún más) que el GT. Gasta una media de 15.9 litros cada 100 kilómetros (contra los 14.5 medidos para el GT Automático). Todo eso usando con mucha suavidad y recato el pie derecho, como si el acelerador fuese de cristal.

Igual, no hay caso: en cada ocasión que puedas, no vas a resistir la tentación de pisar a fondo, destrozando todos los cálculos. Cuando lo exprimís sin piedad, no es difícil llegar a gastar hasta 35 litros cada 100 kilómetros.

Así, una vez más, queda en evidencia la ridícula capacidad del tanque de combustible: esos 61 litros son apenas un copetín para un auto como el Mach 1.

¿Pero acaso son todas pálidas?

No, pero quería dejar en claro -sobre todo para quienes ya tienen, tuvieron o manejaron un GT- que este Mach 1 puede ser una decisión equivocada para alguien que busca un deportivo que se pueda manejar todos los días.

No, en nuestros caminos no se puede.

Las prestaciones son las mismas de siempre: alcanza los 260 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 4.2 segundos. Pero, comparándolo con el GT, es un auto de andar más firme (incluso poniendo los amortiguadores MagneRide en el modo más blando), con una dirección mucho más nerviosa y con unos frenos excelentes.

Es realmente un placer encontrar el tramo de ruta perfecto para hundir el acelerador a fondo. Aunque no es sencillo reunir todas las condiciones ideales, las reacciones, el nervio, el sonido y la brutalidad de este auto hacen que te olvides de todos tus problemas. Invertir en quemar nafta nunca será tan rentable.

Sin embargo, es demasiado extremo para el uso diario. En calles y avenidas se siente incómodo. En badenes y lomos de burro toca en todos lados. En rutas y autopistas la autonomía es muy pobre.

Por eso, hay que dejarlo bien en claro: este Mach 1 nació para la pista. Y eso es lo que hicimos en Autoblog.

CONCLUSIÓN

Llevamos el nuevo Mustang Mach 1 al Autódromo de Buenos Aires y lo probamos en el Circuito 6, para cronometrarlo para el Ranking Autoblog. En poco más, ya van a poder leer la crítica en pista, firmada por Paul “Coloflow” Szebesta, en esta sección.

Pero antes de eso, no quise dejar pasar la oportunidad de escribir esta crítica convencional, acerca de cómo se comporta el Mach 1 en la vía pública.

Si buscás un deportivo que puedas disfrutar todos los días, este no es el auto indicado. El Mach 1 es duro, incómodo, gasta muchísimo combustible y es tan bajito que toca en todos lados. Convivir con este auto en el uso cotidiano no es sencillo (a no ser que seas Goyo Pérez Companc y tengas un circuito junto al quincho de tu casa).

Sin embargo, cada vez que encuentres la ruta perfecta, en el horario indicado y con el menor tránsito posible vas a confirmar esto: no hay ningún deportivo en la Argentina que, por este precio, ofrezca las sensaciones del Mach 1. Los 106 mil dólares que cuesta son prohibitivos para la mayoría de los mortales, pero cualquier otro auto con prestaciones y temperamento similares vale más del doble.

En ese sentido, el Mach 1 gana por knock-out.

Por eso, señores de Ford, es una verdadera pena que hayan fallado en una sola cosa: el Mach 1 debería ofrecer la opción de caja manual. Fuera de eso, es el más perfecto de los muscle-cars que se pueden comprar en Argentina.

C.C. / N.P. / J.P. / O.C.

***

Manejamos el nuevo Ford Mustang Mach 1 una semana.

Esta es una crítica en dos partes. Primero lo probamos en calles y rutas (leer acá arriba).

Y, por supuesto, también lo manejamos y cronometramos en el Autódromo de Buenos Aires para el Ranking Autoblog (ver todos los episodios).

Sobre la base del Mustang Bullit que no llegó a la Argentina (leer crítica) nació este homenaje al Mach 1 de 1969.

Todas las unidades para la Argentina llegan numeradas, aunque no habrá un límite para nuestro mercado.

La franja naranja en el tapizado es exclusiva del Mach 1 con carrocería Fighter Jet Gray.

En la trompa, falsos faros auxiliares (flojo ahí) y tomas de aire más grandes (siempre bienvenidas).

En la parte trasera, deflector en color negro.

Y cuádruple escape en tamaño “olla de campaña”.

Llantas de diseño exclusivo y frenos Brembo, con pastillas especiales para track days.

Bajo el capot, barra de torsión anclada en las torretas de suspensión (regulables, para variar la comba del tren delantero).

Filtro de aire sin tapa, para mejorar el flujo hacia el motor y aumentar el ruido de la admisión.

Excelente posición de manejo y tablero digital, configurable a gusto del usuario.

Error en la Matrix. En Argentina, sólo caja automática. Debería ofrecer la transmisión manual, al menos como opción.

Porque es un Mustang nacido y creado para disfrutar en pista.

“Hola, C.C. ¿Me lo prestás un ratito? Te hago una sentada hasta que entregues las llaves”

“Cuidámelón, pibe”.

¿Y cómo se comporta en pista? En breve, en el Ranking Autoblog.

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FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Ford Mustang Mach 1
Origen: Estados Unidos
Precio: 106.200 dólares (versiones desde 95.000 dólares).
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros.
Comercializa: Ford Argentina (www.ford.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero longitudinal, V8, cuatro válvulas por cilindro, inyección directa e indirecta, distribución variable.
Cilindrada: 4.998 cc
Potencia: 475 cv a 7.250 rpm
Torque: 569 Nm a 4.900 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción trasera, con control electrónico.
Caja: automática, de diez velocidades, con convertidor de par, modo secuencial y levas en el volante.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales, amortiguadores de dureza variable (MagneRide) y barra estabilizadora.
Suspensión trasera: independiente, tipo multibrazo, con resortes helicoidales, amortiguadores de dureza variable (MagneRide) y barra estabilizadora.
Frenos delanteros: discos ventilados (con pinzas Brembo)
Frenos traseros: discos ventilados.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica y tres niveles de dureza.
Neumáticos: Michelin PilotSport 4S (255/40R19 adelante y 275/40R19 atrás). Sin rueda de auxilio, con kit de reparación de emergencia.

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 260 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 4,2 segundos.
Consumo urbano: 19,5 l/100km
Consumo extraurbano: 12,3 l/100 km
Consumo medio: 15.9 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 4.784 mm / 1.915 mm / 1.379 mm
Distancia entre ejes: 2.720
Peso en orden de marcha: 1.734 kg
Capacidad de baúl: 382 litros.
Capacidad de combustible: 61 litros.

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Doble airbag de cortina
Doble airbag de rodillas para conductor y acompañante
Asistente de pre-colision con detección de vehiculos y peatones
Control de estabilidad (ESC) y Control de Tracción (TCS)
Dirección Asisitida Electrónicamente (EPAS) con selección de resisitencia
Frenos Brembo con sistema ABS, EBD y EBA
Sistema de activación de balizas y desbloqueo de puertas pre-colisión
Sistema de anclaje ISOFIX en asientos traseros
Sistema de Asistencia de Arranque en Pendiente (HLA)
Sistema de monitoreo de presión individual de neumaticos (TPMS)
Sistema inmovilizador de motor (EPATS)
Sistema de Mantenimiento de Carril (Lane Keeping Aid)
Apertura y cierre centralizado de puertas con comandos a distancia
Asiento de conductor y acompañante con 6 ajustes eléctricos
Asientos delanteros en cuero microperforado (calefaccionados y refrigerados)
Climatizador automático bi-zona
Columna de dirección ajustable en altura y profundidad con levas del cambio
Volante forrado en cuero y calefaccionado
Luz de ambiente seleccionable
Cámara de estacionamiento trasera
Modos de conducción seleccioanbles (Normal, Deportivo +, Pista, Pista Carreras, Nieve/Húmedo y MyMode)
Sensores de estacionamiento trasero
Sistema de audio Bang & Olufsen con reproductor de CD, MP3 de 12 parlantes
Sistema de conectividad SYNC3 con pantalla Multi – Touch de 8” y control por voz
Sistema de control para llaves auxiliares FordMyKey
Sistema de sonido de escape seleccionable ( Silencioso, Normal, Sport y Pista)
Line Lock
Navegación GPS 3D
Faros antiniebla delanteros con tecnologia LED
Faros delanteros adaptativos con ajuste de altura automática con tecnología full LED
Faros traseros con tecnología LED
Kit de reparación
Proyección lumínica exterior del “Pony Mustang”
Spoiler trasero
Cálipers de freno en naranja (exclusivo del color Fighter Jet Gray)

Crítica: Ford F150 Lariat Luxury (2021)

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Texto y fotos de Jerónimo Chemes

Era martes a la tarde. Lo llamé a Don Pancho y le dije: “Ando por el centro, ¿le parece bien que pase en 25 minutos por su casa y me baja las cosas?”

Me contestó que sí. Don Pancho es alguien a quien yo le tengo un aprecio especial, esos tipos que agradezco haber conocido y compartido muchos años de mi vida. Y, a pesar de que este momento nos encuentra en caminos diferentes, siempre es un placer verlo y hablar con él.

Trabajador incansable, Don Pancho se inició en “El Reparto” con una Ford F350 modelo ‘60 V8. Luego tuvo varios vehículos más modernos, pero siempre estaba sobre la mesa el recuerdo de su entrañable 350 V8. Tipo de sabias y pocas palabras, escucha mucho y habla poco.

Estaba en el Obelisco, y encaré por Tucumán, hasta la zona del Abasto. La Ford F-150 Lariat Luxury es gigante, pero podés pasar por el Once sin dramas. Solo tenés que saber manejar camionetas grandotas.

Antes de llegar lo llamé y le dije: “Haga una cosa, véngase con 20 minutos de tiempo que quiero mostrarle una sorpresa. Tengo un V8 en prueba”.

“Te compraste una 350 vieja?”, me contestó. “No precisamente…”.

Al verme y acercarse, su sonrisa se iba acrecentando. La Lariat Luxury es sencillamente imponente. Y, al subirse, tras que era de pocas palabras, casi que no pudo ni saludarme. Su silencio era un grito de felicidad. Le dije: “¿Se acuerda de su V8? ¿Sonaba así?” Y la puse en marcha.

Don Pancho rejuveneció 50 años en cuatro segundos. Lo vi contadas veces tan, pero tan feliz. Cuando conoció a sus tres nietos, alguna otra vez que me reservo y esta.

Fuimos a dar una vuelta por Once en la Lariat. Le mostré lo más importante de todo lo que tiene. Pero más allá de su asombro por el nivel de equipo y calidad, al terminar el corto viaje, Don Pancho sonreía como hace años que no lo hacía. Como cuando encendía su noble V8 a las 3 AM, para salir a reparto. La Lariat lo hizo viajar en el tiempo.

Antes de bajarse me dijo, luego de un largo silencio: “Estos tipos no perdieron la esencia. Todo es muy lindo, pero el V8 sigue siendo el V8”.

Cerró la puerta, me levantó el pulgar y se fue sonriendo a su casa. Había viajado en el tiempo y tenido contacto con la última tecnología en confort y seguridad, pero con la esencia intacta de un V8 aspirado.

Cuando un motor de cuatro cilindros pueda hacer eso, la raza humana se habrá extinguido. El mentiroso downsizing viene de serie con mucho chamuyo y poca emoción.

Estos V8 no tienen turbo, pero traen emociones de serie. Y esas que, como estos motores, te duran toda tu vida. Probamos una semana la Ford F150 Lariat Luxury (2021) de 69.990 dólares. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Como saben, las pick-ups full-size son muy grandes. No son “más grandes que”. Directamente, son enormes. La diferencia de tamaño con una mediana es oceánica. Ahora, ¿es esto un problema?

Si y no. Sí, si vivís en una ciudad como Buenos Aires y tenés que estacionar. En Palermo, donde vivo, me cambiaron a la cochera al Piso 1 donde si entra una Ranger, pero la Lariat no entró por la altura del techo de la rampa. Manejé esta chata por el Microcentro y, con cuidado, no tuve ningún problema. Sólo tardé más tiempo en encontrar lugar para estacionarla.

Pero hay una “trampita”. Hace años tengo “La Azul”, mi F-250 americana, que es del mismo tamaño de esta Lariat y la manejo con los ojos cerrados. Es decir, tengo experiencia con aparatos de este porte. Por eso, un usuario que venga de una mediana se va a sentir incomodo en las grandes ciudades.

Ahora: no, no son un problema si vivís en el 95% del resto del país, donde hay lugar sobra y los trayectos son largos. Ahí una full-size es feliz y la manejás con tranquilidad.

Argentina es un país ideal para tener chatas. Es muy largo, es muy ancho, tiene poca gente, tiene todo tipo de paisajes y sobra lugar por todos lados.

Sucede que nuestras grandes ciudades fueron pensadas “a la europea” y todo es angosto. Por suerte, el 99% de Argentina no es CABA y ahí las chatas son ideales.

El tamaño de la F150 no es un problema de la chata. Es un problema de dónde vivís vos.

Por fuera, la nueva F-150 (2021) es muy parecida a la anterior generación (leer crítica y ver fotos), pero luce bastante más distinguida. El nuevo frente cromado la “viste” más, las luces de led por todos lados le dan una presencia imponente, el lateral es eterno, pero tiene cromados por todos lados, estribo del mismo largo de la avenida Rivadavia y para cortar un poco la chapa sobre la parte de abajo, un aplique de color que le queda muy lindo. La altura es tipo edificio (uno, literalmente “se sube”) y vista desde atrás si estás en un Ford Ka, por ejemplo, solo vez la palabra “F150” que ocupa todo tu parabrisas.

En resumen. En vez de tratar de pasar desapercibida, la chata realza todo el tiempo su porte, como si estuviera orgullosa y pone distancia de todo lo que la rodea.

No luce deportiva, ni quiere hacerlo, para eso está “El Mosstro” (la nueva F-150 Raptor, ver nota), sino que luce señorial e imponente. Comunica poder, especialmente de noche, cuando tocás el botón de abrir y todo alrededor de la chata se hace de día.

En Argentina, su competidora más directa es la Ram 1500 (leer crítica). Chevrolet postergó hasta nuevo aviso la llegada de la Silverado (leer más). Mientras no llegue la nueva Ram 1500 (prevista para este año), la Lariat Luxury luce más moderna, aunque las dimensiones sean similares.

Las puertas son tan grandes que las traseras son similares a las delanteras de una mediana (ojo al abrirlas en calles angostas). El capot lo abrís y hay tanto lugar que el V8 parece chico. La caja de carga es un canto a la perfección: todo protegido con cobertor de calidad impensada, no solo caja y portón, sino que tiene cubrelomo (es decir, “da la vueltita” arriba del hombro del guardabarros y el portón). La caja tiene ganchos de amarre en todos lados y de excelente calidad, luces de led potentísimas en la caja y el techo de la cabina. Además, hay cámara de caja para monitorear la carga desde la cabina: increíble. Tiene enchufe para cosas eléctricas y abrelatas para destapar las cervezas. El portón, que ya tenía la escalera y era liviano, ahora sumó varias cosas cool.

La mencionada escalera sigue existiendo y es la idea del siglo. Ahora el portón suma huecos para enganchar una morsa, regla para mediciones (en pulgadas y centímetros) y apertura y cierre eléctrico.

Recuerden que la gran diferencia de la Serie F sobre otras full-size es que la carrocería está estampada en aluminio, lo que hace que sea más liviana y resistente a la corrosión.

Por abajo, la chata está toda protegida menos la caja de cambios (algo que hasta una Ranger trae de serie), pero la robustez de todo lo que ves deja en claro por qué vencen al tiempo. Todo está sobredimensionado.

Con respecto a la Ram 1500, la F150 luce “un toque” más moderna, pero la chata de Stellantis también es imponente. Veredicto: Masiva. La chata no es grande, simplemente tu vida es muy chica. Pocas cosas comunican poder de forma tan devastadora, hasta estacionada dice “acá estoy”.

POR DENTRO

Como era de esperarse, adentro es gigante también. Esta nueva Lariat Luxury se destaca porque el interior luce mucho más moderno, tiene más cosas y está mejor terminado. El espacio para cinco adultos. Atrás es más grande que adelante, el equipo de confort es mayor y la calidad de terminación es muy buena. Se los pongo claro: no hay vehículos más cómodos para viajar por nuestro país que las full-size. El confort es absoluto, el espacio es masivo y la comodidad es extrema.

La posición de manejo es sencillamente perfecta. Todo es eléctrico y hasta E.T. va a encontrar posición de manejo ideal y cómoda. La butaca, el volante, el respaldo y hasta los pedales tienen ajustes eléctricos. Y, como si fuera poco, la butaca (al abrir la puerta) se corre solita para atrás, para que sea más fácil subir o bajar. Los asientos tienen calefacción y aire acondicionado. Hasta el volante es calefaccionado.

A diferencia de la anterior, esta nueva Lariat Luxury agrega tres memorias para los asientos delanteros.

Describir el interior lleva otra nota. Es tan grande y tiene tanto confort que sería largo. Me arriesgo a algo nuevo. Vuelen conmigo.

Salí de noche a la ruta, con alguien a quien le confiarías tu vida al volante. Tomá cualquier ruta sin tránsito. Como acompañante, recliná toda la butaca hasta que quede plana y ponele la calefacción en mínimo. Abrí la cortina del doble techo hasta que veas todas las estrellas del cielo. Disfrutá el silencio 30 segundos. Luego, poné U2 – Live in Italy performando “Bad” a bajo volumen y apagá la pantalla con el botón.

Recostado, calentito, mientras los acordes perforan tu alma, la chata te acuna, mirás el cielo y sos libre. Es posible que una lágrima caiga. Los hombres lloramos. En mi caso, es una forma de ordenar las terribles imágenes que viven en mi eterno silencio y planear soluciones.

Se los resumo. El interior es enorme, lindo y tiene más confort que tu propia casa. Veredicto: En equipo, confort y terminación, le gana a la Ram 1500. En espacio, empatan.

SEGURIDAD

La lista de equipamiento es interminable (ver ficha técnica abajo). Lo poco que le faltaba a la anterior Lariat Luxury, se lo agregaron a esta y más. Es la chata más equipada de Argentina, por muy lejos.

Las cámaras (tiene cinco, adelante, atrás, espejos, techo) te permiten ver todo en todos lados en HD y tiene zoom. Hasta podés ver la caja de carga andando y el tráiler andando también, impresionante. Las luces, todas (adentro/afuera) son de led. La noche es el día. De hecho, si está estacionada, tiene una función “linterna” que con la pantalla podes prender las luces por zona para que te ilumine si estás de camping.

Además, ahora le agregaron asistencias a la conducción (ADAS), incluyendo control de crucero adaptativo, frenado autónomo de emergencia y alerta de riesgo de colisión. La chata acelera, frena, dobla y mantiene el carril sola. Si se te cruza alguien te avisa y si no reaccionás, frena sola. Si das marcha atrás saliendo del estacionamiento y viene alguien te avisa. Y, como si fuera poco, no solo tiene frenado autónomo de emergencia, sino que además tiene “asistencia de dirección evasiva de emergencia”.

Es increíble. Les explico cómo funciona: vos venís tranquilito manejando y el de adelante por alguna causa clava los frenos a cero. La chata al detectar el peligro, primero te avisa en el tablero y suena la alarma, luego, si no reaccionás aplica el frenado autónomo de emergencia (en criollo clava las guampas con furia) y si aún así ve que se la vas a poner al de adelante, si no doblás el volante para esquivarlo, la chata lo hace por vos. Que quede claro que el conductor debe iniciar la maniobra, la chata lo que hace es que esa maniobra sea extrema a la velocidad de la luz gracias a la dirección eléctrica.

Las asistencias a la conducción (ADAS) son de la Guerra de las Galaxias. Falta que la chata le haga RCP al pobre de adelante que le dio un paro cardíaco cuando vió por el espejo que le iba a entrar por atrás un aparato de este tamaño y que de pronto “por arte de magia” frenó y lo esquivó.

Manejé años F100 con medio giro libre de juego de volante. Hoy me ayuda a doblar más rápido. Es un delirio, esto no puede estar pasando. Veredicto: en seguridad, sin igual en el segmento de las pick-ups.

MOTOR y TRANSMISIÓN

La Serie F de Ford es la chata más vendida del mundo. En USA ofrecen una gran cantidad de motores con tres tipos de combustibles. A grandes rasgos hay nafteras V6, V8, Diesel V8 y 100% eléctricas. Veamos: V8 5.0 (este Coyote) y V8 Predator (Mustang GT500). Dentro de los V6 hay de varias cilindradas, aspirados, con turbo e híbridas.

En el caso de Argentina, Ford trae el Coyote, que es un 5.0 litros aspirado que resume como nadie lo que es un V8. Una suavidad de uso inigualable o una furia incontenible. Un ronroneo imperceptible o un ruido que dobla cabezas de peatones y saca sonrisas. Ausencia total de vibraciones al punto que regula a 500/600 RPM y tenés que mirar el cuentavueltas digital a ver si está en marcha. Una progresividad en el manejo inigualable para cualquier otro motor. Un consumo razonable o increíble.

La palabra es dualidad. El Coyote te permite pasar desapercibido o que se te salga el corazón del pecho de la emoción. Depende de vos y de tu respaldo económico para ponerle nafta. Porque si te querés divertir dándole rosca no tiene igual.

Pero te advierto: esto no es para Ray Ban y gorrito. Esto es para hombres/mujeres con los órganos bien puestos. Los V8 son cosa seria y tenés que ser muy consciente, saber mucho de chatas y tener mucha experiencia para exprimir esto.

Acelera con furia: 6.6 segundos de 0 a 100 km/h. Es descomunal lo que empuja. Llega a 180 km/h muy rápido y está limitada (por suerte).

El V8 es un motor sin baches de potencia, sin “turbodependecia”, con mucho torque todo el tiempo, un sonido celestial y un carácter pesado.

El consumo tira cifras esperables en ruta: 11.6 l/100 a 100 km/h y 15.1 l/100 a 130 km/h y altas en ciudad con 18.2 l/100. Siempre es siendo prudente con el pedal y conteniendo la emoción, ya que si te querés divertir pasas los 24 litros como si nada, pero sabé que la sonrisa tuya y de los pasajeros no hay cirujano plástico que la borre. Te queda grabado en la piel (y en el resumen de la tarjeta de crédito).

La caja es la conocida de 10 marchas de Chevy y Ford. Es espectacular, porque salta cambios sin cesar, podés “trabar” los cambios, si llegás al corte de RPM no pasa para arriba y siempre, en toda circunstancia, lleva el motor en su zona de confort. En la Lariat Luxury no está seteada picante, ya que no esta orientada a lo deportivo. Un placer. Lo único que le cambiaría es el mando de manejo manual que es un botón en el lateral de la palanca Veredicto: el Coyote (Ford F-150 Lariat Luxury) y el Hemi (Ram 1500) hacen que los amantes del downsizing salten de los precipicios. Son motores aniquiladores de argumentos.

COMPORTAMIENTO

La Lariat Luxury (2021) viene a la Argentina con el paquete FX4. Es decir, es 4×4 automática, con alta y baja y además tiene bloqueo de diferencial. Este es el paquete “más simple”. Después, en USA, hay otro más arriba que es el “Pack Tremor”: agrega despeje, mejores gomas para off-road y “más picantés”. Y, mucho después, está la Raptor.

Pero, más allá de tener un V8 de 400 burros y ser 4×4 con reductora, la puesta a punto está totalmente orientada al confort absoluto. Como si hubieran dicho “esta es para disfrutar con tranquilidad”. La chata sola te hace cambiar el chip, como si te tranquilizara. Todo pasa a ser suave y “apenas”. En la ciudad flota, no sentís nada, no existe más el empedrado. Los lomos de burro se corren porque tienen miedo y los cositos amarillos se agachan al verla. En ruta o autopista, adaptativo a legales 110 km/h, control de carril, abrí la cortina, poné música y listo. Vas pedirle a Dios no llegar nunca.

No está puesta a punto para ser deportiva y si te hacés el pícaro tenés que saber manejar muy bien, porque no deja de ser una mole que maneja inercias que no son aptas para cancheros. Doblar, frenar con los cuatro discos o una esquiva a alta velocidad hace que tengas que ser experto, para no asustarte. No está puesta a punto para ser picante o deportiva. Está puesta a punto para disfrutar. De todas maneras, por el ancho y el largo, la Lariat o la Ram son mil veces más estables que cualquier mediana.

En el fuera de camino, es una chata que si bien es 4×4 no es para hacer locuras por peso/gomas/despeje. Pasar pasa, pero una mediana es más ágil. A un conductor promedio le va a parecer “bruta”, ya que las medianas son más picantes y manejan menos inercia en el barro. Pero si sos experto, estás en campo privado y sin nadie alrededor o en un camino de ripio interno y… poné a Lemmy de Motorhead, el cover de héroes de Bowie. Volumen a fondo. Abrí las ventanas y el techo completo. Fijate que no haya nada ni nadie en 10 kilómetros a la redonda. No le des bola a los seteos de fábrica de los modos de conducción. Dejala en 4×2, saca toda la electrónica (menos el antivuelco que siempre queda, por las dudas) y acelerá a fondo.

Oh yeah: los 400 animales salen con furia a pastar hacia las ruedas traseras que intentan por todos los medios morder el piso, la cola se desparrama y vos con la punta de los dedos haciendo maniobras milimétricas la llevas por dónde querés. Si se va a cruzar te avisa y frenás con el acelerador (si entendés esa contradicción sos experto). Las full size son un arte fuera de camino, las reacciones son totalmente previsibles y al ser aspirada la dosificación de potencia es exacta al no haber turboretardos. Podés llevarla al ritmo de la música, es inolvidable. Como dice la canción que estas escuchando: “Just for one day”.

Ahora, si querés salir fuera de camino con total seguridad, elegí en el tablero el modo de conducción y hace caso. El sistema está puesto a punto de forma brillante por gente que respira off-road. Chasis con reductora, bloqueo de diferencial y 400 burros. Si sabés conjugar eso pasas por dónde querés.

Les doy un secreto. En la Serie F fuera de camino, aún orientada al confort, vos encará sin miedo. Lo que sea, vos dale y pegale de lleno. No se rompe, al contrario, es feliz. Te va a sorprender lo que es capaz de aguantar. Todo es acelerador, volante y ¡pumba!

En resumen, tal cual el interior, la chata está orientada al confort, para no hacer locuras. Esto no quiere decir que no las pueda hacer. Quiere decir que si no sos experto mejor portate bien que no vas a querer dejar de viajar nunca. Disfrutala tranca, viajando por la ruta o esperá a la Raptor.

Párrafo aparte para el tema del tráiler. Por suerte Ford te da de serie el módulo de trailer y el enchufe macho, para la parte eléctrica. Usamos un tariler/acoplado doble eje con freno eléctrico que normalmente tiramos por todo el país, incluso en altura, con la Azul o una Ranger LTD. Es pesado, ancho, alto y largo.

El gancho que usamos fue el nuestro, porque era con perno pasante. Bueno, la verdad es que la chata no solo lo tira como un papel, sino que al ser muy ancha lo lleva más aplomado, lo dobla como quiere y sobre todo lo frena sin chistar. De todas maneras, más allá de que la chata es feliz tirando cosas de este tamaño, hay que ser siempre prudente y jamás confiarse.

Lo extraordinario es que elegís el seteo de trailer en el tablero, ponés las cámaras HD enfocándolo y apenas presionas el acelerador la chata no lo siente y el trailer le obedece. Es una chata 100% de tiro. Pero recuerden, paciencia y prudencia. Veredicto: “Just for one day”.

CONCLUSIÓN

Fui, soy y voy a ser usuario de pick-ups. Marcaron mi vida. Como consumidor, soy muy exigente y no me conformo con poco. La Serie F no puede ser “buena”, tiene que ser extraordinaria. Debe superar las expectativas. Porque la excelente Ram 1500 es, también, una chata increíble. Mi amor por las full-size no es detrimento de marcas. Todas son de primer nivel y la compra se decide en gran parte por la emoción y la pertenencia, ya que las dos que se venden en Argentina son muy parejas. La Lariat Luxury ahora marca diferencia por el equipamiento de seguridad, pero ya vendrá en algún momento la nueva Ram a igualar los tantos.

En gran parte por eso, la Lariat Luxury es más cara que la Ram 1500. Esta nueva F-150 cuesta 69.990 dólares y la Ram 1500 tiene un precio de 55.800 dólares. La Lariat Luxury es mejor que la Ram, pero no es 14.190 dólares mejor.

Entonces acá es dónde entra la emoción y se va a dormir la razón. Las cosas que hacés con una full-size te marcan el alma. La nobleza, la resistencia y el aguante al castigo son legendarios y, más allá de todas las cosas increíbles que hoy trae en equipo y seguridad, siguen fieles a su esencia: chasis de camión, suspensiones que derrotan al tiempo y un motor simple, poderoso y temible que lo podría usar el Halcón Milenario. Sumale confort, espacio interior, tecnología y seguridad de ciencia ficción. El resultado de esa cuenta es la respuesta porque la chata más vendida del planeta y el segundo vehículo más vendido de todos los segmentos.

En la vida puede que elijas salir a pasear con tu familia a disfrutar la vida. O de vacaciones a un lugar lindo. O construir jardines de infantes en el Impenetrable Chaqueño. Elegí lo que quieras. La Serie F va a estar. Ella lo va a hacer, va a cumplir siempre lo que esperás de ella, no te va a dejar. Encará lo que sea porque hay resto. Porque no manejás una chata buena: manejás 50 años de prestigio e ingeniería. Y con un V8 aspirado de 400 burros. No hay, ni habrá, con que darle.

Si esta es así, no me quiero imaginar la nueva Raptor cuando llegue. Y cuando salga en USA la Raptor R con el V8 de 700 animalitos, ese día el Señor bajará de los cielos. Pero no bajará para salvarnos del Apocalipsis. Bajará para manejarla.

J.Ch.

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Archivo para descargar: Ficha técnica Ford F-150 Lariat Luxury (2021)

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En marzo de 2020 había probado la anterior Ford F-150 Lariat (leer crítica).

Y en abril de 2021 habíamos tenido un primer contacto con la nueva F-150 Lariat Luxury (leer nota).

Ahora pasamos una semana completa con la F-150 Lariat Luxury.

Por el momento, es la única versión disponible de la nueva generación de la F-150 en Argentina.

Se sabe que más adelante llegará la nueva generación de la F-150 Raptor (leer nota).

Y otras versiones más también. Pero volvamos a la Lariat Luxury.

Una pick-up de trabajo, pero sobre todo un vehículo de lujo con gran capacidad de carga y remolque.

Es uno de los vehículos de cuatro ruedas más amplios y confortables de la Argentina.

Viene en formato de pick-up, pero es una máquina soñada para viajar por Argentina.

Todo es descomunal en la Lariat Luxury. Desde la cantidad de información del tablero digital configurable.

Hasta las opciones de configuración de los sistemas de tracción.

Mejoró mucho la calidad de materiales y la terminación.

Curiosidad: la palanca de cambios se puede ocultar para habilitar esta mesa de trabajo (ver video abajo).

Enorme: la capacidad de los portaobjetos.

Generosa: la variedad de tomas de carga y conexión.

Amplísima y luminosa: la cabina con techo panorámico.

Mantiene la caja de carga con acceso por escalera plegable.

Luneta corrediza y buena iluminación para la zona de carga.

Muchos ganchos y más luces para la zona de carga.

Otro enchufe en la caja.

Y una mesa de trabajo con regla de medición en la tapa de la caja.

También sirve como mesita, para ir a visitar tu food-truck favorito.

O mejor aún: podés enganchar.

Tu propio food-truck.

Y remolcarlo hasta donde quieras.

Bienvenidos a Jero Chemes Conurba Burgers.

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Crítica: Toyota Corolla Cross 2.0 SEG (Nafta)

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Texto de Carlos Cristófalo
Fotos de Hernando Pollicelli

La Corolla Cross es uno de los lanzamientos más importantes del 2021. Por primera vez en su historia, Toyota comenzó a fabricar en el Mercosur una SUV para el Segmento C (compacto). Y lo hizo apoyándose en un nombre icónico: el Corolla, que es el auto más vendido del mundo.

Los dos Corolla (Sedán y Cross) llegan a la Argentina importados desde Brasil. En Autoblog ya probamos en abril pasado la versión Hybrid (leer crítica). Y ahora pasamos una semana con la variante 100% naftera: la Corolla Cross 2.0 SEG CVT, de 4.455.000 pesos.

La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Con excepción de los emblemas (desaparecieron las chapitas “Hybrid” de los laterales y el portón trasero) no hay manera de distinguir por fuera a la Corolla Cross Hybrid de la 100% naftera. Sólo un detalle externo las diferencia en este nivel de equipamiento SEG: la versión naftera tiene techo corredizo (también disponible en la versión 2.0 XEi), mientras que la Hybrid no lo ofrece en ninguna versión. El techo solar es un opcional que se ofrece en la Hybrid en Brasil, pero que en Argentina no está disponible por una “razón de costos”.

Por lo demás, son iguales: una SUV de silueta conservadora, con una parrilla frontal que parece dibujar una boca de payaso un poco tristona. Su principal virtud con respecto al Corolla Sedán es el mayor despeje del suelo: esto facilita el acceso al habitáculo y permite circular con mayor fluidez por caminos en mal estado (hablo de baches, badenes, cunetas y lomos de burro, nada de off-road porque no hay opción 4WD).

Es un “Corolla levantado”, aunque no mucho. La Corolla Cross tiene un despeje mínimo del suelo de 180 mm, contra 150 del Sedán y también 180 de la Rav4.

Toyota anunció que la Corolla Cross también se fabricará en Estados Unidos, a partir del año que viene. Por fuera, la versión yanki será casi idéntica a la brasileña, aunque tendrá algunas modificaciones: el emblema “Corolla Cross” es diferente y está colocado de una manera más simétrica. El techo corredizo y los faros 100% de leds estarán disponibles en más versiones. Y el “tacho” del catalizador y silenciador está mejor escondido bajo el voladizo trasero, ya que en Estados Unidos se ofrecerá de serie con suspensión independiente en las cuatro ruedas: tendrá un esquema multilink en el tren trasero, en lugar del eje de torsión que trae en el Mercosur.

El eje trasero multibrazo se instaló en USA porque allá se ofrecerá una opción con tracción integral. Esto no ocurrirá en el Mercosur. La estrategia de Toyota Argentina fue dejar el sistema 4WD como una característica de la más costosa Rav4 Hybrid japonesa (leer crítica). Ese modelo hoy se está importando a pedido en nuestro mercado, donde la web de la marca japonesa informa que el modelo se encuentra “no disponible”.

Hoy todas las marcas tienen una y hasta dos SUV del Segmento C (compacto). Por eso nació un sub-segmento entre los modelos regionales. En nuestro mercado, la Corolla Cross compite de manera directa contra otras SUVs-C fabricadas en el Mercosur: Jeep Compass (fabricada en Brasil, entre 170 y 174 cv, entre 4.5 millones y 6.2 millones de pesos, con un restyling y nuevo motor 1.3 turbonaftero previsto para este mes, leer críticas) y VW Taos (fabricada en Argentina, con 150 cv, entre 4.4 millones y 5.5 millones de pesos, leer crítica).

POR DENTRO

Como era de esperarse, tanto en el tablero, como en la pantalla multimedia y en la palanca de cambios desaparecieron todas las funciones relacionadas con el sistema híbrido: monitor de fuente de energía, información sobre consumo de combustible y batería, recarga por frenada, EV Mode y modo de conducción B.

Y, como ya se dijo antes, apareció el techo corredizo. Lo que sigue intacto es lo siguiente: una buena posición de manejo, un cómodo acceso a la cabina y un buen espacio para acomodar a cinco adultos (siempre y cuando los de atrás no sean muy grandotes). También mantiene los mismos defectos: el anacrónico freno de estacionamiento a pedal y una calidad de materiales incluso inferior a la que ofrece el Corolla Sedán. No es que se vaya a romper: es un Toyota, todos sabemos que durará décadas, pero los materiales no son tan buenos ni cuidados como en el sedán u otros Toyota.

Lo mismo ocurre con las otras SUVs-C del Mercosur mencionadas más arriba: se nota que se economizó, para ofrecer un precio más competitivo que sus rivales importadas extrazona.

La capacidad del baúl sigue sin cambios: 440 litros. Y conserva la misma mala noticia: bajo el piso de carga hay una rueda de auxilio de uso temporario. No se puede utilizar a más de 80 km/h.

SEGURIDAD

Tampoco hay diferencias en este aspecto. Las versiones SEG (tanto híbridas como 100% nafteras) tienen el mismo equipamiento de seguridad. Estas son las únicas que ofrecen en nuestra región el paquete Toyota Safety Sense, de asistencias a la conducción (ADAS).

Significa que, además de los siete airbags de serie, también incluyen dispositivos como control de crucero adaptativo, alerta de riesgo de colisión, frenado autónomo de emergencia, sistema de alerta y mantenimiento de carril y faros adaptativos.

Por el momento, no hay resultados de pruebas de choque de organismos independientes para la Corolla Cross. Toyota impulsó los crash tests de LatinNCAP con todos sus últimos lanzamientos regionales, así que no deberíamos tardar en conocer su calificación.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Es un Corolla Sedán 2.0, con carrocería de SUV. Así que la mecánica ya es conocida: 2.0 16v naftero, con distribución variable por cadena, inyección mixta (directa e indirecta) y un rendimiento de 170 cv a 6.600 rpm y un torque de 200 Nm entre 4.400 y 4.800 rpm.

Sin embargo, mientras el Corolla Sedán se ofrece con caja manual de seis velocidades en sus versiones más accesibles, la Corolla Cross sólo se combina con caja automática CVT: se trata de la ya conocida (aunque no menos novedosa) transmisión de variador continuo de Toyota, que combina una primera marcha con engranaje, para evitar la sensación de patinamiento tan característica de estas CVT cuando se pisa a fondo. Además, tiene 10 marchas preprogramadas, que se pueden seleccionar desde las levas del cambio en el volante.

A diferencia de las competidoras regionales mencioadas más arriba, no hay motorizaciones turbonafteras, tampoco turbodiesel ni 4WD. La gran ventaja de la Corolla Cross es que es la única con opción Hybrid producida en el Mercosur, con todos los beneficios que esto representa en términos de consumo y ventajas impositivas.

Recordemos que la Corolla Cross Hybrid lleva un 1.8 16v Atkinson combinado con un motor eléctrico, que entrega 122 cv de potencia (y torque total no informado). Es una diferencia importante frente a la variante 2.0 naftera y eso se aprecia en el comportamiento.

COMPORTAMIENTO

Las Corolla Cross híbridas y nafteras son casi idénticas por fuera y por dentro. La única diferencia está en las mecánicas y eso se nota obviamente a la hora de manejarlas. Las dos versiones SEG pesan lo mismo (1.430 kilos), pero tienen diferentes valores de potencia, torque y hasta distintas cajas de cambio.

En la aceleración, la versión naftera impone su mayor empuje y alcanza los 100 km/h en 9.4 segundos (contra 11.7 segundos de la Hybrid). Lo mismo ocurre con la velocidad máxima: 195 km/h (contra 179). Y con las recuperaciones: la naftera pasa de 80 a 120 km/h en 6.4 segundos (contra 9.1 de la Hybrid).

Esos números alcanzan para formarte una idea: la versión naftera es claramente más ágil que la Hybrid. Aunque eso también se paga a la hora de cargar combustible: consume una media 10 litros cada 100 kilómetros, mientras la Hybrid se conforma con apenas 5.8 litros.

La diferencia de consumo es menos notoria en ruta a 120 km/h (8.5 litros para la naftera y 6.4 para la Hybrid) y resulta mucho más notable en ciudad: 11.5 para la naftera contra apenas 5.2 de la Hybrid. Es porque en ciudad influye mucho más la intervención del motor eléctrico, que recarga las baterías con el uso más intenso de los frenos regenerativos.

Esa gran brecha en los consumos es la que obligó a Toyota a ampliar la capacidad del tanque de combustible: 36 litros en la Hybrid y 47 en la 2.0 naftera.

El motor naftero es bastante más silencioso que el híbrido, al menos en las unidades de prensa que me tocó manejar. La Hybrid vibraba bastante cuando arrancaba en frío, aunque tal vez se debía a que fue un prototipo de preserie (leer más).

Entonces tenemos que la Corolla Cross 2.0 gasta más que la Hybrid, pero tiene una respuesta dinámica mucho más ágil. ¿Esto significa que también es más divertida de manejar? No, para nada. La puesta a punto de la dirección, la suspensión y los frenos no está pensada para eso. Sigue siendo una SUV de planteo familiar, con andar confortable, carrocería que inclina bastante en las curvas y una calibración para nada deportiva.

Incluso, cuando forzás un poco las maniobras, no es difícil ver cómo se despega del suelo la rueda trasera interna. No representa una situación riesgosa, pero es señal clara de que se llega al límite de sus posibilidades con mucha facilidad (y de que el recorrido de las suspensiones son las de un sedán, no las de un todo terreno).

Si querés un Corolla interesante de conducir, olvidate de esta SUV y apuntá directo al Sedán: la versión 2.0 es más que recomendable y es el primer Corolla interesante de manejar: no exagero (leer crítica).

CONCLUSIÓN

Frente a la propuesta de la Corolla Cross Hybrid, me cuesta encontrar algún argumento que ayude a recomendar a esta Corolla Cross 100% naftera. Tiene mejores prestaciones, sí. Pero ningún comprador de este segmento se desvive por algunos segundos menos en el 0 a 100 o algunos km/h extra de velocidad máxima. Es más ágil en el tránsito, por supuesto: pero eso no la convierte en una versión divertida de manejar. Ni más emocionante en el uso diario.

La Corolla Cross Hybrid, en cambio, tiene muchas ventajas. Y todas impactan de manera directa en el bolsillo del comprador: es un poco más cara de comprar, pero consume la mitad de combustible que la 100% naftera. Además, en cada vez más lugares del país no paga el impuesto a las patentes, por ser un vehículo de “energías alternativas” (ver lista de ciudades).

Es una pena que las novedades y mejoras de la Corolla Cross que se anunciaron para el mercado de Estados Unidos (paquete Safety Sense de serie, suspensión independiente en las cuatro ruedas y opción de tracción integral) no vayan a estar disponibles por ahora en el producto que llega importado de Brasil.

Y a eso se suma que sus rivales regionales tienen claras ventajas comparativas. La VW Taos nacional tiene motorización turbo más eficiente, mayor espacio interior y mejor paquete de conectividad. La Jeep Compass ofrece opciones con tracción integral o turbodiesel.

Sin embargo, la Corolla Cross ya se posicionó como una de las SUVs más vendidas de su segmento, con fuerte predominancia de las versiones 100% nafteras. Y es, básicamente, porque hay poca disponibilidad de entrega de las versiones Hybrid (aunque tampoco abundan las 2.0). La lista de espera tiene varios meses de extensión.

Con un nombre que tiene una larga historia de éxito mundial (Corolla) y un formato de carrocería cada vez más demandado en el mercado (SUV), la Corolla Cross es el vehículo promedio perfecto para el usuario promedio.

Por eso, si lo que estás buscando es un vehículo familiar moderno y eficiente, la versión Hybrid es una excelente alternativa. Y si estás interesado en algo divertido de manejar, el actual Corolla Sedán naftero es muy recomendable. Esta Corolla Cross 100% naftera parece nacida y configurada para ser una alternativa sólo cuando no haya stock de propuestas más interesantes. Los vendedores de Toyota, agradecidos.

C.C. / H.P.

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En Autoblog ya probamos la Toyota Corolla Cross Hybrid SEG (leer crítica).

Y ahora pasamos una semana con la versión 100% naftera: 2.0 SEG CVT.

¿Cómo diferenciarlas por fuera? En Argentina, la 2.0 Nafta SEG tiene techo corredizo.

La Hybrid SEG, no.

También desaparecieron los emblemas “Hybrid” de la carrocería.

El tanque de combustible en la naftera tiene 47 litros. En la Hybrid, sólo 36.

El interior de la naftera perdió todos los monitores, pantallas y comandos relacionados con el sistema híbrido.

Posición de manejo cómoda y acceso al habitáculo más elevado que en un sedán (punto para las SUVs).

Atrás hay buen espacio, aunque su rival directa la VW Taos es la nueva referencia en este segmento.

Anacrónico: freno de estacionamiento a pedal, como en una vieja pick-up.

La calidad de fabricación es buena. Los materiales son mejores en el Corolla Sedán.

El tablero es más sencillo y tiene menos funciones que en la versión Hybrid.

Pantalla multimedia de ocho pulgadas, con Apple CarPlay y Android Auto.

Gran cantidad de botones “ciegos”. La caja CVT es como en el Corolla Sedán: tiene un engranaje mecánico, combinado con el sistema de variador continuo.

El baúl tiene 440 litros de capacidad.

Y esconde una rueda de auxilio finita, de uso temporario. No se puede usar a más de 80 km/h.

Misma mecánica del Corolla 2.0 Sedán.

Sistema de inyección mixta (directa e indirecta), 170 cv y 200 Nm.

La parrilla con mueca tristona no es lo más agraciado. Excelentes faros 100% de leds.

Llantas de 18 pulgadas sólo en las versiones SEG. Tiene 180 mm de despeje del suelo.

Con respecto a la Hybrid, mejoraron mucho los valores de aceleración, recuperaciones y velocidad máxima.

Más allá de eso, no plantea para nada un uso deportivo.

No es difícil que la rueda trasera interna se despegue del suelo: la suspensión tiene poco recorrido y la puesta a punto del chasis tiene el foco puesto en el uso tranquilo y familiar.

Obviamente no es un Toyota Gazoo Racing.

“Hace un rato dejé un GR Yaris por acá, ¿alguién lo vio?”

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FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Toyota Corolla Cross 2.0 SEG CVT
Origen: Brasil.
Precio: 4.455.000 pesos (versiones desde 3.18 millones hasta 4.68 millones de pesos)
Garantía: Cinco años o 150 mil kilómetros.
Comercializa: Toyota Argentina (www.toyota.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, distribución por cadena, sistema de distribución variable VVT-i y sistema de inyección mixta (directa e indirecta).
Cilindrada: 1.987 cc
Potencia: 170 cv a 6.600 rpm
Torque: 200 Nm entre 4.400 y 4.800 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción delantera, con control electrónico.
Caja: caja automática de variador continuo (Direct Shift CVT), con diez marchas preprogramadas y levas del cambio en el volante.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con amortiguadores telescópicos, resortes helicoidales y barra estabilizadora.
Suspensión trasera: eje de torsión, con bujes de corrección y barra estabilizadora.
Frenos delanteros: discos ventilados.
Frenos traseros: discos macizos.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Neumáticos: Bridgestone Alenza 225/50R18 (rueda de auxilio de uso temporario).

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 195 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 9.4 segundos
Consumo urbano: 11.5 l/100km
Consumo extraurbano: 8.5 l/100km
Consumo medio: 10 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 4.460 mm / 1.825 mm / 1.620 mm
Distancia entre ejes: 2.640 mm
Despeje del suelo: 180 mm
Peso en orden de marcha: 1.430 kg
Capacidad de baúl: 440 litros
Capacidad de combustible: 47 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Doble airbag de cortina
Airbag para las rodillas del conductor
Cinco cinturones de seguridad de tres puntos
Sistema de anclaje Isofix (x2) y anclaje para correa superior (x2)
Frenos ABS con distribución electrónica de frenado (EBD)
Control de velocidad crucero adaptativo (ACC)
Sistema de precolisión frontal (PCS)
Sistema de mantenimiento y alerta de cambio de carril (LDA)
Sistema de luces altas automáticas (AHB)
Sistema de alerta de vaivén (SWS)
Alarma antirrobo
Asistencia de arranque en pendientes (HAC)
Alerta de punto ciego (BSM)
Alerta de tráfico trasero (RCTA)
Control de estabilidad (VSC)
Control de tracción (TRC)
Faros antiniebla delanteros y traseros de LED
Espejos exteriores con regulación eléctrica, luz de giro incorporada y retráctiles automáticamente
Faros delanteros bi-led, con regulación en altura y efecto cortina
Luces DRL de led
Faros traseros de LED y efecto cortina
Llantas de aleación de 18”
Aire acondicionado con climatizador automático digital
Asiento del conductor con regulación en altura y profundidad
Asientos tapizados en cuero natural y ecológico
Asientos traseros con respaldos plegables (60/40)
Columna de dirección regulable en altura y profundidad
Display de información múltiple con pantalla a color
Espejo retrovisor interno con anti-encandilamiento automático
Levanta cristales eléctricos con función “one-touch” en las 4 puertas
Toma de 12v (x1) y USB (x3)
Volante revestido en cuero con control de audio y teléfono
Audio con pantalla táctil de 8” con manos libre y Bluetooth
Conectividad: Apple CarPlay y Android Auto
Sistema de navegación satelital GPS y TV digital
Monitor de cámara de estacionamiento en pantalla táctil de 8”
Sensores de estacionamiento delanteros (2) y traseros (4)
Sistema de encendido por botón
Techo corredizo

Ranking Autoblog: Toyota GR Yaris

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Texto de Paul “Coloflow” Szebesta
Piloto oficial de Autoblog y creador de Racing Films
Nota complementaria al video del Ranking de Autoblog (ver video abajo)

Este trabajo ya no es sólo probar autos en una pista de carreras. Eso ya es un montón. Además, se le suma el contexto probar el auto del momento. No lo probó ningún otro medio de Argentina. Las únicas referencias son de medios del exterior. Opiniones de dueños, como en MiuraMag. O directamente lo que comunicó la marca. Cuánta presión, viejo.

No sé cuántos lo sabrán, pero C.C. maneja muy bien el “Arte de Delegar”, al punto que me da total libertad para hacer lo que quiera con las pruebas en Ranking Autoblog. Por esa razón, me tomé la licencia de realizar esta prueba en función de lo que el dueño promedio de un Toyota GR Yaris haría: llevarlo a un Track Day y cagarlo a palos. Muchos sabrán que un auto de calle, a medida que va girando en pista , pierde rendimiento. Los neumáticos y frenos son los que más sufren, debido a la temperatura que toman.

Con el GR Yaris no hubo intervalos en la prueba, como en otras ocasiones, donde incluso puedo sentarme a ver la grabación abordo y ver dónde puedo mejorar el manejo, hermanarme más con el auto, etcétera. Tampoco lo pude manejar en el tránsito cotidiano, para conocerlo más en detalle. No era un auto de prensa con el cual pasaría una semana. Toyota decidió no prestar el GR Yaris a los medios de Argentina. Por suerte, conseguimos prestado el auto de un lector, que lo acercó al Gálvez puntualmente para hacer esta prueba, durante unas horas.

Obviamente, antes de la prueba lo llevé a girar unas vueltas al generoso dueño, Mr. Black. ¡Estaba chocho! Me decía, asombrado: “¡¿Viste como frena?!” Y yo: “¡Sí, y lo que dobla!”

Después de varias vueltas, entramos a bóxes y dejé reposar el auto unos diez minutos, “para que descanse”. Y yo también necesitaba un respiro: el GR Yaris es un auto te hace trabajar. Antes de volverme a subir, ahora ya solo, para buscar el mejor tiempo de vuelta, Mr. Black me dijo por la ventanilla: “¡Dale con todo! ¡Divertite, pibe!”

Yo me sentía adentro de un comic. Me subí de nuevo y allá fui. Todo lo que experimenté con el nuevo Toyota GR Yaris se reproduce a continuación.

* Posición de manejo: Muy buena. Lo primero que impacta cuando abrimos la puerta son las butacas. Son realmente imponentes. Muy lindas, con grandes riñoneras y de formato similar a las de competición. Hacen un gran trabajo a la hora de sostener el cuerpo frente a las fuerzas que se experimentan en un manejo deportivo, aunque igual hay que hacer bastante fuerza con el pie izquierdo sobre el cuarto pedal (apoyapiés), cuando estamos doblando, para mantener la postura. Lo ideal para quien vaya a frecuentar autódromos con su GR Yaris es poner cinturones de cinco puntos, de tal manera que no se preocupe por ‘sostenerse’ dentro de la butaca. Así te podés dedicar plenamente a manejar, ya que si bien las butacas sujetan bastante bien, al no viajar atado por completo te vas a mover igual. El volante es simple y cómodo, al igual que todo el interior. Tal vez muchos esperen una cabina más sofisticada cuando pensamos en el precio del auto, pero creo que el interior ‘simple’ va en sintonía con la filosofía del auto: la idea es experimentar su excelente performance, donde realmente da igual si la pantallita es más grande o más chica. Sólo importa la performance. El volante es regulable en altura y profundidad. La butaca también se puede regular en altura. Sería ideal poder ir aún más abajo, para poder sentir mejor al auto. En el GR Yaris siempre vas a viajar medio alto, como en un auto de rally. El problema de ir más abajo es que se reduciría aún más la poca visibilidad que tiene. En mi caso, estoy acostumbrado por los años de competición: en un auto de carreras la visión hacia afuera siempre es muy poca. La pedalera es muy cómoda, ideal para efectuar el punta y taco. La palanca de cambios también resulta muy cómoda de accionar, con recorridos cortos y precisos. El tablero es analógico, una muy buena decisión, dejando de lado lo digital. Entre el velocímetro y el tacómetro encontramos una pantalla que podemos configurar para que nos muestre distintos datos, como por ejemplo el torque que está recibiendo cada rueda. Me sabrán disculpar, pero no inspeccione la pantalla multimedia y demás comandos. Con saber dónde estaba la rueda para poner el Modo Track (50/50) y desconectar las asistencias al manejo, ya estaba satisfecho. Sólo quería manejarlo.

* Suspensión: Excelente. Adelante, independiente, con esquema tipo McPherson y atrás esquema de doble horquilla. Sin dudas, esta es una de las grandes bondades que tiene el auto. No está bajo, y la explicación de esto es que el auto en realidad está desarrollado para el rally. Pero, además, funciona espectacularmente bien en pista. La suspensión hace un excelente trabajo, sobre todo a la hora del tránsito de las curvas. El auto está bastante duro, y se nota sobre todo en la compresión de los amortiguadores, la cual es muy poca. La expansión tampoco es muy grande y esto se nota en que el auto en ningún momento tiende a rebotar: siempre va firme y con los pesos bien balanceados, beneficiando la adherencia y tracción. Otro beneficio de esta configuración de suspensión es que no transfiere pesos: ni cuando aceleramos, ni cuando frenamos, ni cuando doblamos, haciendo que casi no existan rolidos y que transite de manera ágil cada una de esas maniobras. También hay que tener en cuenta que este auto es el resultado de la fusión de dos plataformas: adelante es un Yaris europeo, pero atrás tiene la base estructural de un Corolla. Esto deriva en que la trocha trasera (1.572mm) sea mayor a la delantera (1.536mm). Si a eso le sumamos la tracción integral, dará como resultado un auto que dobla de manera increíble y reduce al mínimo las idas de trompa. Si le encontrás la vuelta de cuánto lo tenes que cruzar y a qué velocidad, para que entre justito en cada curva, vas a ganar muchísimo tiempo. El auto cumple y obedece. Eso sí: lleva muchas vueltas de práctica.

* Frenos: Excelentes. Adelante lleva discos ranurados ventilados (356 mm) y cáliper de cuatro pistones, mientras que atrás lleva discos ranurados ventilados (297 mm) y cáliper de dos pistones. Otro ítem fundamental para un buen funcionamiento en pista es la capacidad de frenado. Y este auto lo hace muy bien. Los discos delanteros son enormes, similares a los que encontraríamos en varios autos alemanes, con la diferencia de que este japonés sólo pesa 1280 kg. En consecuencia, el GR Yaris frena espectacular y en distancias muy cortas. Eso sí: al tener una suspensión bastante rígida, tiende a moverse bastante en los frenajes, actitud que tenemos que prevenir con el volante, para mantener la trayectoria. A los que vayan a girar en los track days del Gálvez: ojo con los sobrepianos rojos, patinan mucho si estás frenando, como en la salida de Ascari y la Horquilla. Ahí aplicás la técnica de Hudson Hornet: “Doblar a la izquierda, para ir a la derecha”. En los autos de carrera esto es normal, pero en los de calle no, por lo tanto: ténganlo presente quienes vayan a girar a un autódromo, porque se pueden llevar un lindo susto. Más allá de esto, la principal característica de estos frenos es que no se cansan nunca. En la última tanda que realicé (y donde salió el tiempo más rápido) di cinco vueltas sin parar y los frenos ni se mosquearon. Con otros autos (y hablo de deportivos más caros y potentes), a partir de la tercera vuelta ya se notaba una marcada pérdida de capacidad de frenado. Esta característica se da también por la refrigeración que reciben desde las tomas de aire del paragolpes, cualidad que encontramos en el Circuit Pack que traen todos los GR Yaris vendidos en Argentina.

* Dirección: Muy buena, asistida eléctricamente. La dirección es muy precisa, aunque le falta un poco de dureza para que no sea tan fácil darle volante. Al cabo de un par de vueltas, te acostumbrás. Pero, con el correr de los giros y la consecuente pérdida de adherencia en el tren delantero, uno empieza a darle cada vez más volante. Al no ofrecer resistencia, terminamos trabando el auto más de lo necesario.

* Transmisión: Excelente. Manual de 6 velocidades, con tracción integral acoplado por embrague multidisco controlado electrónicamente, y diferenciales delantero y trasero de tipo Torsen, con deslizamiento limitado. La caja me resulto muy cómoda. Tiene una relación correcta, permitiéndonos transitar todas las curvas del circuito al régimen de revoluciones adecuado. Me esperaba que fuera más corta, pero no. La mayoría del Circuito 6 se realiza en tercera y cuarta marchas. La quinta solo se pone en la recta principal. La ventaja de tener una caja de este estilo es que podemos realizar el tránsito de la Curva 1 en tercera, sin necesitad de rebajar a segunda. Esto es debido a la relación ‘larga’ que tiene. Y, cuando las curvas son de segunda marcha, sirve que el auto no venga con tantas RPM, porque evita que nos agarre el corte al salir de la curva.  Esta caja te da varios metros más de empuje hasta que necesitás poner tercera.

* Motor: Excelente. Tres cilindros turbo de 1.618 cc, cuatro válvulas por cilindro y 272 cv (jé, ver nota). Es realmente increíble lo que empuja este motorcito. Mi única experiencia con un tres cilindros había sido con el Chevrolet Onix RS (leer crítica). Bueno, se imaginarán que la cosa cambia bastante acá. Es brutal lo que acelera, estés en el cambio que estés, a las revoluciones que sean: sale disparado. Una vez más, el bajo peso del auto ayuda a tan buenas prestaciones del motor, pero de todas maneras es impresionante lo que lograron con este motorcito. Desde ya que la caja ‘larga’ es porque con una caja ‘corta’ necesitarías al menos nueve cambios. La única duda que nos surge cada vez que me encuentro con alguien hablando de este auto es la durabilidad. Si uno lo piensa, sacar tanta potencia de un motor tan chico no suele ser lo más recomendable, pero por ahora son hipótesis: el tiempo dirá si esta configuración tan extrema es permeable al paso de los años.

* Ayudas electrónicas: Todas desconectables. ¿Te imaginás que hagan semejante auto y te dejen el ESP conectado? No, todo off: como corresponde. Lo que hasta acá no nombré es en qué modo lo usé. El GR Yaris tiene tres modos de repartición de fuerza, debido a su tracción en las cuatro ruedas: Modo Track, (con un reparto 50/50 en cada eje), Modo Sport (reparto 30/70) y Modo Normal (60/40). El modo elegido para esta prueba fue el Track, dado que los otros modos son pensados para el off-road y al usarlos sobre asfalto puede sobrecalentarse el diferencial y ocasionar problemas. Los tiempos en asfalto salen con Modo Track.

* Comportamiento: Excelente. Es el auto deportivo del momento. Me atrevo a decir que, sacando a los Ford Mustang, es lo mejor que hemos probado en el Ranking Autoblog. ¡Hace todo bien! Acelera de una manera espectacular y frena de manera soberbia, pero sobre todo.. ¡lo que dobla! Jamás he manejado un auto con tan “buena trompa”. Lo tirás entrando pasado en una curva…. y dobla. Lo tirás normal y dobla. Y, si venís lento, siempre te sobra pista. Sin dudas, también es el auto más exigente que probamos en el Ranking Autoblog. Además de la potencia que tiene y de que llegás rapidísimo a todos lados, la caja manual te hace mover bastante brazos y pies. No te da respiro. Te bajás cansado. Y, como encima es muy liviano, todo lo que le ordenás que haga, lo hace instantáneamente. No tenés que esperar ni que se acomode, ni que se balancee. Nada. Ni hablar de la parte divertida. Como todo buen auto con orientación deportiva, tiene un sobreviraje estupendo. Lo podés cruzar divino con una levantadita de acelerador y volantazo, para posicionar bien la trompa hacia el interno de la curva. Y ahí nomás: ¡a fondo! A todo eso hay que sumarle la doble tracción. Como dije en la introducción, mi objetivo era ver si es un auto rápido para dos vueltas o si se bancaría bien una seguidilla de vueltas rápidas. Y lo consigue. Otra polémica es el sonido del motor. La verdad es que, desde adentro, se lo escucha bastante bien y suena lindo. Pero desde afuera se lo siente muy silencioso. Con un cambio escape debe mejorar un montón, pero así está muy bien también. Se siente sobre todo la cantidad de aire que está metiendo el turbo y cómo fluye desde que entra al motor hasta que lo expulsa el escape. Obviamente que, a medida que giramos, todo empieza a tomar temperatura, pero la única pérdida notable la notamos en los neumáticos, que al tomar cada vez más temperatura empiezan a perder adherencia. Pero ahí es cuando la doble tracción hace su magia. Cuando empieza a irse de trompa, basta con darle un poco más de volante y ya saliendo de la curva lo pisás a fondo: sentís el turbo soplando a full y la aguja del velocímetro que no para de subir. Con el correr de las vueltas, las ruedas de adelante van a tender a patinar, pero tenés las de atrás empujando a fondo y sacándote de esa situación en un instante. Como frutilla del postre: ¡no gasta nada! Mientras que con el Mustang Mach 1 me tomé tres cuartos de tanque en ocho vueltas, con el GR Yaris la aguja seguía por encima de la mitad. ¡Hasta te hace ahorrar nafta! Realmente es un producto increíble. En cuanto a la vuelta publicada se puede apreciar que en algunos sectores el auto se va de trompa. Como dije anteriormente, esa fue la última vuelta de toda la prueba, por lo cual ya se lo notaba bastante cansado. “¿Y en las vueltas anteriores no hiciste mejor tiempo?”, se preguntará alguno. La respuesta es sí y no. En varias vueltas venía mejor, cuando el auto estaba frío y sin tanto castigo, pero ahí es cuando entra en juego el único defecto que puede tener el auto: el piloto. A veces la mentalidad de los pilotos y su afán de mejorar el tiempo puede jugar muy en contra. Esto se traduce en querer pasar los cambios más rápido de lo que la mecánica lo permite, derivando en que no entre. O sentir que el auto va tan bien que te podés tirar como un caballo: ‘Total, va a doblar’. Bueno, no es tan así. El auto tiene un límite, pero te genera tanta confianza que uno siempre va en busca de más. Y es ahí es cuando empezás a perder tiempo. Según el GPS, la vuelta ideal (es la vuelta que genera el sistema tomando los mejores parciales de todas las vueltas) hubiera sido siete décimas mejor que la publicada. Pero como digo siempre también: el tiempo es solo una referencia. Comprobé con creces lo veloz que es este GR Yaris, pero sobre todo, lo bien que se banca el castigo.

* Robustez: Excelente. Otra de las grandes virtudes que tiene el GR Yaris. Como cualquier auto, pierde rendimiento a medida que pasan las vueltas por meras cuestiones físicas, pero de todas las vueltas rápidas que hice ninguna estuvo por arriba de los 2.03.500, evidenciando que mantiene la regularidad a pesar de no darle respiro.

* Neumáticos: Excelentes. Otra de las caracteristicas del Circuit Pack es que equipa las Michelin Pilot Sport 4S 225/40R18, las cuales se comportaron de manera excelente y sólo empezaron a perder rendimiento a partir de la tercera vuelta consecutiva a velocidad plena.

* Relación precio/deportividad: Excelente. No existe ningún auto de prestaciones similares al precio de 54.400 dólares que se comercializa en Argentina. Quienes tuvieron la dicha de adquirirlo hicieron un gran negocio. Que tema ese también, ¿no? El de los ocho requisitos que puso Toyota para sus compradores en Argentina (leer acá). Qué se yo: para mí, está bien. Los dueños seguramente sientan que forman parte de algo (además de un famoso grupo de Whatsapp de propietarios argentinos de GR Yaris), pero realmente es así: son dueños de un “Homologation Special”, de los que va a ser dificil que vuelvan a fabricarse. No tengo dudas de que, con el paso de los años, este auto se va a apreciar. Eso está bueno que la marca lo cuide. Ademas, los eventos de entrega de unidades a clientes en pista no deben ser nada baratos de montar. Ahora hablemos sobre la relación precio/deportividad para su uso en los track days. Hasta ahora, lo más parecido a un GR Yaris (sin llegar a los valores más caros de un Subaru STi) era el Renault Mégane III R.S. Un GR Yaris cuesta lo mismo y es más veloz. Con una preparación especial para Track Days, podría bajar sin problema los dos minutos en el Circuito 6.

* Conclusión: Todo el mundo está hablando de este auto y sobran razones para que así sea. Felicito a todos los que compraron uno, en especial a Mr. Black, por permitirnos probarlo y no sólo darme la confianza de hacerlo, sino por además incentivarme y cebarme para que baje los tiempos de vuelta. Ese ‘divertite, pibe’, antes de la primera salida a pista, no me lo voy a olvidar jamás. Creo que el color negro le queda hermoso. En cuanto al auto, creo que no puedo decir mucho más sobre su comportamiento en pista. Ahora habría que probarlo en el terreno para el que fue diseñado: el rally. ¿Alguien nos presta otro GR Yaris? Contacto: info@autoblog.com.ar

* Mediciones: Tiempo de vuelta en el Circuito 6, 2:03.233. Velocidad máxima en recta, 199,9 km/h. Velocidad media, 124,3 km/h.

 Coloflow (@PaulSzebesta_)
Producción: RacingFilms, Hernando Pollicelli, Julián Podesta, Orly Cristófalo, Ciudad Autódromo y Autoblog.
Agradecimiento: Pinturerías GastónClínica Track Day, 3mc Designs

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El Toyota GR Yaris se lanzó a la venta en la Argentina el 22 de julio y ya se vendieron las 300 unidades asignadas para nuestro país (ver equipamiento, ficha técnica y precio).

Nació para permitir la homologación del nuevo auto de Toyota para el Mundial de Rally.

Un auto como ya no se hacen más: interior sencillo, caja manual y tracción integral.

Motor 1.6 turbo de tres cilindros: tras un informe de Autoblog, Toyota Argentina admitió que tiene más potencia que la declarada originalmente (leer nota).

Llega a la Argentina con el Circuit Pack de serie (leer ficha técnica).

Pinturerías Gastón nos indica que el código universal de su pintura es el 219. Lleva siete pigmentos distintos: Silver Effect Medium Coarse TR, Blue Green TR, Blue TR, Pearl Violet Very, White Grey TR, Connector y Depp Black.

Toyota Argentina decidió no prestar el GR Yaris a la prensa. ¡Gracias a Mr. Black por prestarnos su GR Yaris personal!

Se recomienda evitar los sobrepianos rojos del Autódromo Gálvez.

Tranquilos, los Michelin PilotSport 4S se fueron en perfectas condiciones del autódromo.

¿Querés ver cómo se maneja un GR Yaris en pista? Mirá el video acá abajo.

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VIDEO: Ranking Autoblog – Toyota GR Yaris

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El Circuito 6 del Gálvez. La pista del Ranking Autoblog.

Mirá acá todos los episodios del Ranking Autoblog.

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Crítica: Chevrolet Onix 1.0 Turbo LTZ Automático

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Texto y fotos de Orly Cristófalo

Hace ya dos años tuve la oportunidad de estar presente en Porto Alegre (Brasil), en la presentación regional del nuevo Onix: manejé la versión sedán, el Onix Plus (ver nota). En ese momento, me dio la sensación de que el pequeño Chevrolet había perdido algo de los rasgos juveniles que le daba el diseño más redondeado de la generación anterior. En esa oportunidad, me quedé con las ganas de manejar el hatchback, ya que todas las unidades de prueba era sedanes. Ahora llegó la revancha con una de las versiones más equipadas del mercado argentino: la nueva variante LTZ, que se lanzó a la venta en abril de este año.

A diferencia del más caro Premier (2.91 millones de pesos), el LTZ (2.45 millones) no tiene faros LED, calza llantas de 15 pulgadas (en lugar de 16″), no tiene cargador inalámbrico, tampoco asistencia de estacionamiento ni puerto USB en las plazas traseras.

Lo bueno es que conserva la conocida mecánica 1.0 turbo. Lo manejé una semana y la crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

La primera impresión es que este Onix es un auto totalmente distinto al anterior Onix “redondeado”. Diría que lo que más me recuerda a la versión anterior son los faros. Pero bueno, soltemos, eso fue hace dos años.

El Chevrolet Onix LTZ tiene cara (?) de auto más grande. Varias líneas y detalles nos recuerdan a su hermano mayor, el Cruze. La trompa está dominada por esa boca grande en la parte baja, que se va estirando hacia los costados para unirse con faros auxiliares y los reglamentarios. Los detalles cromados ya son de serie desde la versión LT, lo mismo que los espejos retrovisores en el color de la carrocería.

Ya en la vista lateral resaltan las llantas de aluminio, exclusivas del LTZ, en 15 pulgadas con neumáticos Bridgestone Ecopia EP150 en medida 185/65 R15. La línea lateral es en cuña, con la cola terminando mucho más arriba que la trompa. Gana en dinamismo y remarca la silueta. Perdió curvas y ganó estilo, seamos sinceros, aunque también -desde mi punto de vista- la vista lateral es la menos “personal” de todas en el Onix. Se remarca la buena distancia entre ejes, llevando las ruedas bien a los extremos.

El Onix LTZ mide 4.163mm de largo, 1.731 de ancho y 1.475 de alto, con una distancia entre ejes de 2.551mm. El peso en orden de marcha es de 1.102 kilos y el Cx es 0.33.

Por último llegamos a la cola, que se llena de aristas y de líneas. Incluso los faros “sobresalen” de la carrocería en su borde superior, remarcando su presencia. Toda la parte baja del paragolpes trasero es en color negro, lo que le da un toque diferente a la terminación.

POR DENTRO

Tiramos de la manija de la puerta y, en cuanto abre, la ventanilla se baja unos centímetros y no volverá a subirse hasta que no cerremos la puerta: ya es un clásico de Chevrolet y sirve para facilitar el cierre de la puerta, evitando la compresión de aire en el habitáculo. Es un pequeño detalle que le gusta a quien escribe.

Los asientos son cómodos, con tapizados en tela y buena sujeción lateral. Soprende el modelo “todo en uno”, con el apoyacabezas integrado en el respaldo de la butaca. Toda la regulación es manual e incluye en altura. La posición de manejo se encuentra fácil, con la posibilidad de regular el volante en altura y profundidad.

El tablero es simple, clásico y claro: tacómetro y velocímetro en los costados y un display digital en la parte central, con el nivel de combustible como base. Quizás le falte un poco de “onda”, pero informa bien y tiene opciones que se manejan desde la punta del brazo del comando del limpiaparabrisas. El volante incluye el comando del control de velocidad crucero, que también es sólo de esta versión.

La pantalla multimedia es de 8 pulgadas y es compatible con Android Auto y Apple Car Play. Tiene AM/FM, Bluetooth y reproducción desde USB. El Onix LTZ cuenta con seis parlantes a bordo y un buen sonido.

Más abajo tenemos los controles del aire acondicionado/calefacción y en la parte más baja la conexión para un USB y toma de 12 v. La selectora de cambios cuenta con el sistema “Active Select”, para pasar los cambios en forma manual, pero nunca me pude acostumbrar a él: no me resultó cómodo.

En las plazas traseras, el lugar para los ocupantes es bueno, incluso manejando un tipo de más de 1.80 metros. La parte trasera de los respaldos delanteros son “ciegas”, sin bolsillos. Sumado a la tapita que reemplaza al puerto USB de la versión Premiere, le dan un aspecto un poco pobre, aún estando en una versión casi tope de gama. La calidad general de las terminaciones y plásticos es buena para su precio, aunque se nota dónde se economizó dinero: los revestimientos de las plazas delanteras son mucho mejores que los que se encuentran en las plazas traseras.

El baúl tiene una capacidad de 303 litros hasta la altura de la bandeja, que se amplían a 413 si contamos hasta el techo. Si bajamos los respaldos de los asientos traseros llegamos a 1.151 litros. La rueda de auxilio está debajo del piso y es del tipo provisoria, con una llanta de chapa, marca Continental  y en medida 115/70 R15, con una velocidad máxima autorizada hasta 80 km/h.

SEGURIDAD

El equipamiento del Onix LTZ incluye 6 airbags (frontales, laterales y de cortina), cinturones de tres puntos en todas las plazas, control electrónico de estabilidad (ESP), asistente de arranque en pendiente, sensores traseros de estacionamiento, cámara de retroceso, y frenos ABS con EBD.

Con respecto a la versión Premiere, el LTZ pierde los sensores de estacionamiento delanteros, el indicador de presión de los neumáticos y el alerta de punto ciego.

LatiNCAP realizó el crash test sobre la versión Plus del Onix donde el modelo de Chevrolet obtuvo 5 estrellas (ver nota).

MOTOR Y TRANSMISIÓN

Debajo del capot encontramos el ya conocido tres cilindros 1.0 con 12 válvulas turboalimentado, que entrega 116 cv a 5.500 rpm con 160 Nm de torque entre las 2.000 y las 4.500 rpm. Sí, es el mismo motor del Onix RS que pasó por el Ranking de Autoblog (ver prueba).

Sin embargo, mientras el RS tiene caja manual de seis velocidades, el LTZ tiene automática de seis marchas.

COMPORTAMIENTO

Durante la semana que lo manejé hice mucha ruta y ciudad, tratando de alcanzar un mix casi perfecto entre los dos terrenos. En ciudad, el motor ágil y la caja bien escalonada ayudan a movernos sin mayores inconvenientes. La visibilidad es buena incluso para atrás donde, por una cuestión de diseño, la luneta limita la visión disponible. La dirección tiene una asistencia generosa, que se agradece más todavía a la hora de estacionar. Si bien no es un auto pesado, me encanta sentir el volante bien liviano en el momento de maniobrar a baja velocidad. Las suspensiones van bien en el empedrado y no complican en las cunetas del conurbano.

En la ruta, la buena distancia entre ejes se nota en el confort de marcha. No vamos a los saltos ni mucho menos. El andar es cómodo. Poniendo el control de velocidad crucero en 110 km/h “surfeamos” el asfalto sin problemas. La posición de manejo ayuda a viajar cómodo y disfrutar de los kilómetros.

Los consumos son buenos, aunque esperaba algo menos. A 100 km/h necesitó 5.7 litros cada 100 kilómetros y a 120 km/h consumió 6.6 litros cada 100. En ciudad anduvimos muy cerca de los 10 l/100km.

La medición de la aceleración dejó un digno 9.4 segundos de 0 a 100km/h.

CONCLUSIÓN

El Chevrolet Onix LTZ es un gran producto para su segmento y deja bien plantada la bandera del Moño Dorado.  El precio, según la lista oficial, se ubica en 2.454.900 pesos. A modo comparativo, el Peugeot 208 1.6 Active Tiptronic cuesta 2.77 millones y un Toyota Yaris Automático está en 2.46 millones.

A nivel producto es completo y tenía todo para convertirse en uno de los autos más vendidos de la región. La pandemia, las trabas a las importaciones y la escasez de semiconductores le jugaron en contra (leer nota aparte).

Para saber más sobre el nuevo Onix LTZ, convocamos al dueño de un Onix LT, para que lo manejara y opinara sobre las diferencias. La nota se puede leer acá abajo.

O.C.

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Archivo para descargar: Ficha técnica Onix Hatchback (2021)

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Opinión de usuario

Lucio Tezza (19 años) tiene un Chevrolet Onix LT 1.2 Manual desde mediados de 2020. Manejó el nuevo Onix 1.0 Turbo LTZ Automático y opinó

* “Tuve la oportunidad de probar el nuevo Onix versión 1.0 Turbo LTZ, siendo propietario hace ya un año de la versión 1.2 LT que, desde mi punto de vista es de las mejores opciones a la hora de buscar un primer auto. El LT lo elegí por la buena relación calidad precio, el equipamiento de seguridad, contando con una gran cantidad de airbags. Me gusta el andar suave y el interior cómodo en donde entran tranquilamente cuatro personas sin ningún problema, lo cual no era sencillo de encontrar en otras marcas, sin irse a precios estratosféricos. El Onix LT no es un auto potente, pero lo que lo hizo ser una buena elección como mi primer auto fue la apariencia estética, tanto externa como interna. Ahí la pantalla multimedia, el botón de encendido, la carga inalámbrica del celular, entre otros detalles fueron los que más me importaron. La potencia del motor no me influye tanto, ya que mis recorridos tienden a ser cortos y dentro de zonas urbanas. En mi experiencia personal, hubo algunos detalles de fábrica en el Onix que fueron solucionados por el concesionario sin mayores problemas. A diferencia del modelo LT, el motor del Onix LTZ tiene turbocompresor y se nota que tiene más empuje, sin ser un auto deportivo. También se le suma también la posibilidad de regular la altura del volante, para tener un manejo aún más cómodo que en el LT.”

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El perfil es quizás el que menos lo favorece al Chevrolet Onix. Es su costado menos joven.

El logo “turbo” deja en claro que estamos en presencia de la versión 1.0 sobrealimentada. Notar cómo sobresalen las luces traseras de la carrocería.

Identificación de versión. Chevrolet ofrece una gama muy amplia de variantes en el Onix.

Espejos retrovisores con comandos eléctricos pero sin asistente de punto ciego (que sí lo trae la versión Premiere).

El tablero es simple y claro. Le falta el indicador de la temperatura del motor.

Pantalla multimedia de 8 pulgadas. Sin un gran diseño de interfase, pero es clara y simple de manejar.

Comandos de climatización y puerto USB y toma 12v. Faltan más USB.

Detalle de terminaciones y materiales. Está mejor en las plazas delanteras que en las traseras.

Muy pobre la visión de los pasajeros traseros con respaldos lisos y tapas ciegas.

Baúl profundo y de buen espacio, para ser un auto chico.

Rueda de auxilio de uso temporario. Hay espacio para una rueda normal.

Vista con lente Ojo de Pez, desde el fondo. 

Lugar para los pasajeros de atrás bastante bueno, a pesar de que la butaca del conductor está colocada para una persona de 1.85.

Butaca regulable en altura. Cómoda y con buena sujeción lateral.

Volante revestido en cuero con comandos de fácil interpretación y uso.

Simpleza en la zona de la selectora de marchas.

El modelo clásico de la gorra de Autoblog y una visión del Onix desde el asiento del acompañante.

Tres cilindros, turbo, 1 litro, 116CV y ni un espacio libre en el vano motor.

Los 4.163mm del Onix, esperando por un café.

Aristas, curvas, recortes. Decididamente nos gusta la trompa del Onix.

Se viene la primavera y tu fotógrafo lo sabe.

Boca grande para el Onix. Los faros LED sólo son para el Premiere.

Salimos a la ruta y pasamos por la puerta de nuestros amigos de El Vergel, en Gándara.

Buen despeje, para andar sin problemas en suelos desparejos.

Sólo hay que tener cariño con el voladizo delantero, que es un poco largo.

El consumo contenido en ruta invita a pasear.

Sin mayores problemas con las suspensiones en caminos de tierra normales y cuidados. 

“Ustedes están tratando de entrar sin permiso. No me metan el perro.”

El área del difusor en negro resalta esa zona, aunque en combinación con este color no se note tanto.

Otra vista donde se nota el buen despeje del Onix.

El turbo y los 116 caballos invitan a ponerse alegre en pisos sueltos, pero nos portamos bien.

Si estábamos en Gándara, ¿cómo no pasar por Chascomús?

Sí, se lo presté un ratito a CC. Como 300 metros y una foto.

 

Crítica: Peugeot Landtrek

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Texto y fotos de Rodrigo Barcia
Editor de Autoblog Uruguay

La nueva pick-up mediana de Peugeot, denominada Landtrek y conocida internamente como Proyecto KP1, fue revelada a nivel mundial en febrero de 2020 (ver nota) y a nivel regional en México en noviembre pasado (ver nota). La Landtrek es un desarrollo entre el ex-Grupo PSA (hoy Stellantis) y la firma china Changan, que ya produce en aquel mercado como Kaicene F70. Respecto de aquella, la pick-up de la marca francesa tiene una estética que la asimila a su “family feeling”.

Tras varias complicaciones por inconvenientes relacionados con la pandemia por COVID-19, su llegada al mercado uruguayo se pospuso desde enero de este año hasta junio. Llega importada desde la planta  de Changan PSA en Shenzhen, China, en dos niveles de equipamiento (Active y Action) con un motor 2.4 turbonaftero de 210 cv de potencia (4×2) y otro 1.9 turbodiesel con 150 cv (4×2 y 4×4), ambos con transmisión manual de seis relaciones.

Lo hace con cuatro configuraciones posibles, siendo una sola turbonaftera y el resto, turbodiesel: 2.4 Turbo Active 4×2 M/T (U$S 34.148), 1.9 Turbo Active 4×2 M/T (U$S 42.090), 1.9 Turbo Active 4×4 M/T (U$S 49.410), y 1.9 Turbo Action 4×4 M/T (U$S 53.680). En todos los casos la garantía es de 3 años o 100.000 kilómetros, al igual que el resto de la gama Peugeot.

Pero, ¿en qué lugar del mercado viene a competir Landtrek?

Para hacer la historia lo más breve posible, intentará competir en un segmento liderado en Latinoamérica por las Toyota Hilux y Nissan Frontier. Aunque en Argentina también deberá enfrentar a las VW Amarok, Ford Ranger, Chevrolet S10, Renault Alaskan y Mitsubishi L200, por citar sólo a las más vendidas.

Realizamos evaluación doble de los dos extremos de la gama de Landtrek, con los niveles 2.4 Turbo Active 4×2 M/T y 1.9 Turbo Action 4×4 M/T. Comencemos con el análisis, a continuación.

POR FUERA

El universo de las pick-ups medianas no ha dado grandes exponentes de diseño en los últimos años. Es decir, los estilos son propios y se puede distinguir a una de otra con facilidad. Pero no diría que hay una pick-up mediana que sea la más bonita de todas por gran diferencia. Sin embargo, con la Landtrek de Peugeot me pasa que la veo como la más armónica y bonita de todas. Luce ruda y elegante al mismo tiempo, a la vez que no se parece mucho a ninguna de sus rivales, que eso es siempre unpunto a favor.

Más allá de lo que se pueda opinar, medio que todas las pick-ups medianas tienen un diseño muy similar. Pero aunque toma como lienzo en blanco a la Kaicene F70, no parte de un producto poco agraciado en el apartado estético. Pero Peugeot logró darle una identidad más, justamente, Peugeot a la Landtrek y eso se nota en la calle. Durante los días de prueba fue un episodio recurrente que más de un transeúnte, pistero de estación de servicio o automovilista, pare a preguntar “¿esta es una Peugeot, posta?” con tono descreído y rodeado de incertidumbre de ver por primera vez al león puesto en una pick-up mediana. Pero al final, siempre el comentario terminaba con un: “porque está buenísima”. Así que tiene el aprobado de la calle.

A su vez, hay dos niveles de equipamiento de Landtrek a nivel local como dije más arriba: Active (entrada de gama) y Action (tope). Las Action (nafta y diesel) se distinguen con facilidad por tener una parrilla cromada (en las Active va en gris mate o piano black, como en la unidad probada, porque tenía un par de intervenciones locales), base de las ventanillas y paragolpes traseros cromados (en Active son
negras y color carrocería respectivamente) ópticas con proyector LED para luces bajas muy potentes.

Las altas son halógenas en la más completa, al igual que las altas y bajas en la Active. Son muy potentes también estas.

Completan el exterior en la más equipada estribos laterales y barras de techo, que la de acceso carece. La otra forma de diferenciarlas es por las llantas de aleación. La Active utiliza llantas de aleación diamantadas de 17 pulgadas sobre neumáticos Goodyear Wrangler All-Terrain Adventure de uso mixto “M+S” en medida 265/65 R17. En las Action lleva la misma marca y modelo de cauchos, pero un poco más grandes: 18 pulgadas sobre neumáticos en medida 265/60 R18, también con llantas de aleación diamantadas. Otro detalle del lateral, es que los tiradores de puertas y espejos retrovisores son cromados en la más equipada, color carrocería en la naftera Active.

En el sector posterior también hay diferencias además de los paragolpes cromados. En el nivel Action las ópticas traseras llevan luces de posición LED, mientras que en la Active son halógenas. En la unidad turbodiesel evaluada, además contaba con dos opcionales de accesorio original como ser la lona marítima y el cobertor de la caja. Peugeot dice contar con varios extras en este sentido, como también la barra de caja, alfombras originales interiores de uso extremo, entre otros.

Durante toda la campaña de publicidad y comunicación, Peugeot está empecinada en utilizar la palabra “grande” para remarcar que Landtrek es una de las más generosas en dimensiones dentro de la categoría. No exageraron, lo es. Por ahora solo se comercializará en versión Cabina Doble y mide: 5.330 mm de longitud, 1.963 mm de ancho, 1.858 mm de alto (1.897 con llantas de 18 pulgadas) y una distancia entre ejes de 3.180 milímetros. La distancia entre ejes, en tanto, tiene 3.085 milímetros. La caja tiene 1.630 mm de largo, 1.638 milímetros de ancho y un alto de 0.500 mm. Por dimensiones, es la más grande del segmento.

POR DENTRO

En el habitáculo estamos ante uno de los que menos se parece a otras competidoras. Al igual que la Volkswagen Amarok en su momento, que quebró con el paradigma de interiores del segmento, Peugeot también decidió tomar un camino más cercano al del mundo de las berlinas y los SUVs que de las pick-ups a la hora de diseñar un layout de habitáculo.

Todo luce y se percibe más “de auto” que en una Hilux, S10, Frontier o Ranger, por citar a sus otras  rivales enfocadas más en ser “pick-ups”. Incluso en la consola central la Peugeot tiene unas teclas tipo
piano que me recuerdan mucho a los 3008 y 5008, aunque no son idénticas.

Hay muchos consumidores que verán a esto como algo negativo. Esos que quieren una postura de conducción “de camioneta” (detesto esa palabra por lo bastardeada que está en tiempos de SUVs) con un selector de cambios de vástago largo, asiento más que erguido y recto o un volante en posición cuasi-vertical.

Landtrek, sin importar la versión, va a contrapelo de eso. El volante (en cuero en Action, plástico en Active) no regula mucho en altura y profundidad, mientras que la butaca es mullida, ancha y con buena sujeción tanto para torso como piernas. En la Action, además tiene ajustes eléctricos (incluso lumbar), mientras que son todos manuales en la Active. En líneas generales se logra una postura muy cómoda en las dos versiones.

La calidad es un tema que sobrevoló en los comentarios de la nota de lanzamiento, apoyados en el hecho de que es una pick-up proveniente de China, con todos los prejuicios que eso acarrea. Sin embargo, Peugeot me cedió dos unidades con 12.500 km en el caso de la diesel y algo más de 3.800 km en la naftera. En ninguno de los dos casos se presentaban grillos, crujidos o piezas desajustadas tras todo ese uso, que por lo comentado, fue “de paliza” en ambas unidades. Si no me creen, vayan a Peugeot y compruébenlo por ustedes mismos. Los materiales son rústicos, eso sí. No hay nada de inyectados blandos. Pero es algo común y homogéneo a lo largo de todo el segmento. Peugeot va en la media general.

También hay dos tipos de pantallas en las Landtrek. En el tablero ambas llevan una pantalla con funciones para la computadora de a bordo, pero en la Active es blanco y negro de 3,5 pulgadas, en tanto que la Action lleva un display a color con algo más de tamaño, 4,2 pulgadas. Tiene una lectura correcta, pero en lo personal me resulta muy “chinesco” el carnaval de fuentes gráficas que usan entre los relojes del tablero y cada una de las funciones de las computadoras de ambas versiones. Pónganse de acuerdo y unifiquen criterios, por favor. Pasa lo mismo con las centrales multimedia, que también abusan de la pluralidad de tipografías.

Pero es algo más desde la crítica estética (lo más subjetivo que vas a leer en esta nota, claro está) que funcional. Porque en lo último, van más que bien en ambas versiones. La Active lleva una pantalla táctil de diez pulgadas con AM/FM/MP5/MP3/Bluetooth/2USB/Android Auto/Apple CarPlay.

En la Action suma a todas estas funciones, GPS integrado (con un buen mapeo de Uruguay), así como también cámara de retroceso, delantera y laterales (360º) con visión en 3D. Ahí una vez más, el gráfico usado es bastante curioso por su calidad. Sin embargo, la resolución de las cámaras es excelente, al igual que cuando proyectamos un smartphone en la pantalla. A su vez, tiene 10 GB de memoria de
almacenamiento interno, para música, videos o imágenes.

Como dije en el apartado exterior, en sus campañas de comunicación, la marca está usando el concpto “en grande”. Y al igual que lo comentaba más arriba, puede que sea muy acertado también una vez que entramos al habitáculo. Al ser una de las más anchas del segmento (9 mm más que la Amarok de Volkswagen, que hasta ahora era la más ancha) y alta (46 mm más que la Nissan Frontier, que era hasta
ahora la má alta), la habitabilidad en las plazas traseras es uno de los puntos más destacados de esta Peugeot.

Tres adultos pueden acomodarse sin problemas a lo alto, largo y ancho, porque la distancia entre ejes, también está entre las más generosas de la categoría (3.180 mm, solo 40 mm menos que la Ford Ranger, que es la más amplia en esa cota). Aunque el respaldo es algo recto, pero menos que otras rivales, mientras que el túnel central es bastante plano y no roba tanto lugar para las piernas.

Un detalle a destacar, es que las puertas abren casi a 90º, haciendo que todo sea más fácil para acceder o poner sillas para niños. También hay agarraderas en todas las puertas, algo que no todas las pick-ups tienen. Por último, otro ítem diferencial de Landtrek respecto a los rivales es que los asientos traseros son plegables 60:40, y los respaldos traseros rebatibles también en mitades.

La gran mayoría, por no decir todas, las pick-ups del segmento tienen el respaldo enterizo. La Peugeot permite modular un poco más ese sector. Luego en términos de amenidades, todas las versiones traen de serie salidas de aire acondicionado para las plazas traseras y una toma USB-A para cargar dispositivos electrónicos. Podrían ser dos, pero igual cumple con el cometido con una sola, así que bien por ambas.

La caja tiene 1.630 mm de largo, 1.638 milímetros de ancho y un alto de 0.500 mm. Es la más grande de todas las pick-ups medianas, por bastante diferencia. Las capacidades de carga son de 1.150 kg (2.4 T 4×2) y 1.050 kg (1.9 TDI 4×4), que una vez más, es de las pocas, por no decir la única, en la que toda su gama, sin importar la variante, carga más de una tonelada.

Al igual que en otras pick-ups, el neumático de auxilio va por debajo de la carrocería, en este caso mismo neumático aunque con llanta de acero estampado, que es lo menos importante a la hora de romper uno. Lo que siempre queremos es que sea del mismo tamaño.

SEGURIDAD

En relación a la seguridad disponible, las versiones Active ofrecen: seis airbags, frenos ABS+EBD+REF, control de tracción (ASR), control de estabilidad (ESC), control de balanceo de tráiler (TSC), asistente de arranque en pendientes (HAC), asistente de descenso en pendientes (HDC), bloqueo de diferencial trasero (LSD, solo en 4×4), cinco apoyacabezas, cinco cinturones de seguridad de tres puntas, anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles. La variante Action suma a este listado monitoreo de presión de neumáticos (TPMS) así como alerta sonora y visual de mantenimiento de carril.

Los frenos son de discos ventilados adelante y de tambores atrás en todos los casos, con un funcionamiento correcto, aunque el pedal se torna esponjoso ante reiteradas detenciones de emergencia, alargando un poco la frenada. En líneas generales es una dotación correcta, incluyendo a la versión más accesible de las dos. Pero ya hay varias pick-ups que están apostando a las asistencias a la
conducción como frenado autónomo de emergencia, alerta de mantenimiento de carril o control de velocidad crucero adaptativo. Peugeot debería poder ofrecerlas también en Landtrek, al menos como equipamiento de la variante más completa.

Algo que sí compensa esos faltantes es que la versión Action tiene un sistema de detección de ángulo ciego derecho con cámara activa lateral. Este sistema resulta muy práctico cuando vamos a tomar curvas en ciudad hacia la derecha y ver si vienen bicicletas, motos u otros vehículos de ese lado. Se lo puede configurar para que se active cuando ponemos la luz de giro derecha. De todas formas, no funciona como una alerta de punto ciego tradicional y solo trabaja a velocidades por debajo de los 27 km/h.

El alerta de cambio involuntario de carril, por su parte, es solo un aviso sonoro y visual, pero no ofreciendo asistencia a la dirección. Solo controla las líneas de la vía y avisa para mantener el vehículo centrado en su carril, siempre que esté circulando a velocidades superiores a 65 km/h. Así mismo, solo se activa si se detecta una salida del carril no indicada con la luz de giro por parte del conductor.

Los controles de tracción y estabilidad (o ESC), por su parte, pueden desactivarse en dos etapas, primero solo con el de tracción, y manteniendo apretada la tecla un poco más (3 segundos para ser preciso), dice desconectar ambos. Es un sistema un poco más permisivo que otros, pero de todas formas tiene un truco escondido atrás de su manga. Al igual que pasa en otras pick-ups, ninguno de esos dos sistema nunca se desactiva por completo, porque sigue actuando (como debe ser) y con
bastante violencia cuando queremos superar los límites de la física. Por encima de los 20 km/h se vuelven a activar de forma automática los dos sistemas.

MOTORES y TRANSMISIONES

Pasando a las mecánicas, como ya saben hay dos. El primero, disponible solo en la configuración Active, es el naftero denominado 4K22D4T, producido por Shenyang Mitsubishi. Tiene 2.398 cc de cilindrada, 16 válvulas, distribución variable (DVVT), inyección multipunto, distribución por correa dentada, bloque de aluminio, y turbocompresor. Es capaz de producir 210 cv de potencia a 5.600 rpm y un torque máximo de 320 Nm entre las 2.000 y 4.000 vueltas. La transmisión es manual de seis velocidades de origen Getrag, con tracción 4×2. No habrá por ahora variantes 4×4 nafteras.

El segundo es el turbodiesel denominado D20TCIE, producido por Kunming Yunnei. Tiene 1.910 cc de cilindrada, 16 válvulas, inyección directa common rail, distribución por cadena, bloque también de aluminio y turbocompresor de geometría variable de origen Honeywell Garrett. Es capaz de producir 150 cv de potencia a 4.000 rpm y un torque máximo de 350 Nm entre las 1.800 y 2.800 vueltas.

La transmisión es manual de seis velocidades de origen Getrag y la tracción puede ser 4×2 o 4×4. No
hay por ahora una opción con transmisión automática de seis relaciones (BVA6), pero Peugeot Uruguay ya anunció que habrá esta posibilidad en algún momento de 2022.

Comenzando el análisis por el naftero, al ser el segundo motor con turbo dentro del segmento, la otra es Amarok 2.0 TSI (leer crítica), Peugeot ya arranca con una ventaja por sobre la competencia. Este 2.4 es un impulsor más enérgico y progresivo que los atmosféricos usados por otras medianas. Se lo percibe algo rasposo y falto de refinamiento en frío, así como responde con contundencia por encima de las 2.000 vueltas, manifestando un comportamiento más amansado debajo de esa cifra.

Va asistido por una transmisión manual de buen tacto y con unas marchas relacionadas más largas que en el motor turbodiesel, con y un tacto bastante agradable, pero en ambas Landtrek, hay que decirlo. En los dos motores, la caja asociada es de origen Getrag, denominada 6MTI380.

El turbodiesel, en tanto, presenta un comportamiento similar al naftero, aunque con algo más de “punch” por tener un torque apenas más elevado y a menos vueltas. Es sin dudas el mejor de los dos impulsores, al menos para mis gustos personales. En términos sonoros y de vibraciones, al igual que el 2.4 turbonaftero, a este 1.9 se lo siente menos refinado que los diesel de otras competidoras, como ser Frontier, Amarok, L200 o Hilux, con un tono más “agrícola” y cercano a los motores que utlizan Ford o Chevrolet en las S10 y Ranger respectivamente.

La transmisión acá tiene marchas muy arrimadas entre sí, con una sexta más larga (aunque solo baja 500 rpm), y las otras cinco muchísimo más cortas que en la naftera. Tanto que es recomendable arrancar en segunda en los semáforos y dejar la primera solo para cuando precisemos fuerza para arrastrar algo o salir de una situación de baja tracción, y evitar así los corcoveos innecesarios.Creo que por esas características de la transmisión manual, lo que más podría reclamarle a Landtrek es que incorpore una opción automática, que le genere más comodidad de uso a muchos usuarios.

Llegará en 2022, reitero.

Si bien la caja manual en ambas unidades es correcta, muchos usuarios utilizan pick-ups para hacer ruta, pidiendo dos cosas: mucha potencia y una buena caja automática. En el caso de la naftera con 210 cv da más que sobrado para mover a la Landtrek, mientras que los 150 cv de la turbodiesel son una cifra correcta, tirando a modesta en tiempos en donde las pick-ups diesel elevan sus números por arriba de los 200 cv con soltura.

Sin ir más lejos, la Amarok V6 desarrolla 258 cv y el resto rodean la cifra mágica del marketing de los “doscientos burros” como si eso fuera la solución a todo. Peugeot decidió ir por una receta más lógica: prioricemos el torque en un vehículo que estará pensado más que nada para trabajar: 350 Nm es una cifra más que digna. Y los 320 de la naftera, también, obvio.

Creo que tenemos que dejar que los numeritos nos encandilen un poco y comencemos a ver a las pick-ups medianas con una óptica más lógica de utilización. Son herramientas de trabajo, aunque muchos las usan (mal) para ir a 160 km/h (o más) en ruta. No en vano, las versiones básicas de Landtrek que acá no llegan, se denominan “Workhorse” (caballo de trabajo). Fábrica declara para la naftera una velocidad máxima de 183 km/h y una aceleración de 0 a 100 km/h en 10,2 segundos. No hay cifras de consumos
declaradas.

El peso en orden de marcha para esta versión es de 1.930 kg. La turbodiesel, en tanto, homologa una velocidad máxima de 171 km/h (172 km/h en la 4×4 probada hoy) y una aceleración de 0 a 100 km/h en 15,1 segundos (14,9 segundos en la Action 4×4). Tampoco hay cifras de consumos declaradas. Los
pesos en orden de marcha para esta mecánica son de 1.950 kg (4×2) y 2.060 kg (4×4).

En términos de cifras, ambos motores dieron consumos bastante lógicos para su potencia, torque y peso. La 1.9 turbodiesel dio como mejores cifras 10,3 l/100 km en ciudad, 7,8 l/100 km en carretera, mientras que en el mixto, logró un 9,0 l/100 km en el combinado. La turbonaftera, por su parte, tuvo unos números apenas por encima de esos, pero tampoco tan lejanos. La 2.4 T por su parte, obtuve 11,1 l/100 km en ciudad, 8,8 l/100 km en carretera, mientras que en el mixto, el mejor registro fue 10,1 l/100 kilómetros.

COMPORTAMIENTO

Peugeot eligió un esquema tradicional para el chasis de la Landtrek. La suspensión delantera es independiente con doble horquilla de suspensión, resortes helicoidales, amortiguadores telescópicos y barra estabilizadora. La trasera, en tanto, es de ballesta de cinco hojas con elásticos longitudinales y amortiguadores telescópicos y barra estabilizadora. No hay amortiguadores atrás, como sí pueden verse en las versiones más equipadas de la Nissan Frontier, por ejemplo.

Más allá de eso, el confort de marcha que se consigue es similar al del producto nipón, así como  también a de la Amarok o la Chevrolet S10, siendo algo rebotona cuando viaja descargada, pero no llega a ser un comportamiento molesto. Queda en las antípodas de la dureza de las Ranger o Hilux, por ejemplo, y en un planteo más parecido al que puede verse en la Mitsubishi L200, que muchos no
consideran, y siempre fue un producto muy destacado en este aspecto, así como por ser el único que tiene doble sistema de tracción (part-time y on-demand) al mismo tiempo.

La diferencia en la medida de los neumáticos no llega a ser tan crucial y el andar en ambas unidades es muy similar. Estas Landtrek pueden ser usadas tanto como una herramienta de trabajo, porque sus “huesos” fueron diseñados para eso. Pero como vehículo pensado para moverse con suavidad en la urbe también sirve. Claro, hay que darse cuenta que no es un citycar y que muchas veces sus dimensiones, que reitero, son las más generosas del segmento nos pasarán factura a la hora de querer estacionarla o escabullirse entre el tránsito, aunque las cámaras y sensores asisten bastante a
sobrellevar eso.

Vivo en un edificio de apartamentos con cocheras ideales solo para autos del Segmento B. Sí, medio que le erré en esa decisión. Algo que se podría mejorar bastante es la dirección. Es de asistencia hidráulica (hay rivales con eléctrica) y que si bien se pone más firme en la ruta, es poco comunicativa y algo lenta de reacciones. A su vez, el radio de giro tampoco es el mejor del segmento. También complica bastante para maniobras cerradas, pero en especial en cocheras de edificios, como mencioné más arriba. Fue una semana bastante compleja en el apartado estacionamiento con ambas pick-ups, digamos.

Pero reconozco que podría haber sido peor.

Luego en términos mecánicos, ambas motorizaciones presentan un comportamiento más que bueno en relación al uso urbano. Comenzaré por el naftero. El cantar que emiten los cuatro cilindros es similar al de otros productos de este segmento, pero que cuando hundimos el pie en el acelerador, 1.500 rpm en adelante también comienza a sentirse el leve silbido del turbocompresor. Sorprende lo rápido que trepa en vueltas, pero en términos de diversión de asustarse con una montaña rusa.

Es un uso bastante entretenido.

El 2.4 funciona con soltura y agilidad en combinación con la ágil caja manual, y también trabaja amainado, pero sin dejar de entregar un cachetazo de torque cada vez que hundamos el pie el  acelerador. A 70 km/h este impulsor se mueve a apenas 1.500 vueltas con la transmisión en 6ª o 2.000 rpm en 5ª. Si nos vamos a la ruta, viaja a 110 km/h en 6ª a 2.400 rpm (3.100 rpm en 5ª) y además los adelantamientos son bastante destacados. Puede pasar de 80 a 110 km/h en 6ª en unos largos 14,34
segundos, aunque si reducimos marchas a 5ª, 4ª y 3ª, los números bajarán a registros más lógicos: 9,58, 7,26 y 5,14 segundos, respectivamente.

El turbodiesel, por su parte, hace un trabajo que acompaña a ese bienestar a bordo que ambas Landtrek transmiten, pero es un poco mayor en esta motorización que en la naftera. La transmisión siempre la hace trabajar por encima de las 2.000 vueltas con agilidad, y por ejemplo, a unos 70 km/h el 1.9 gasolero va a apenas 1.500 vueltas con la transmisión en 6ª y 2.000 si vamos en 5ª. Es una motorización bastante silenciosa de por sí, pero una vez que toma temperatura, en tanto que en las mañanas o noches frías, se la percibe algo vibradora en el piso y volante.

Para la ruta, en tanto, este impulsor también es un excelente aliado si tenemos que cubrir largas distancias. En 6ª va a 2.500 rpm a 110 km/h, mientras que en 5ª queda a unas 3.000 vueltas, que es un régimen alto. Por eso la sexta es tan necesaria para bajar un poco el ritmo al 1.9. En términos de recuperaciones, son tiempos lógicos: 80 a 110 km/h en 6ª en 10,19 segundos, aunque si bajamos a 5ª y 4ª, los números bajarán a 7,91 y 7,49 segundos, respectivamente. A diferencia de la naftera, no llega a hacer el sprint en 3ª, porque el corte de inyección del motor turbodiesel llega antes de alcanzar los 110 km/h de velocidad.

Ya si salimos del asfalto, en términos de capacidades, Peugeot declara un ángulo de ataque de 29º, 25º ventral y 27º de salida. La capacidad máxima de vadeo es de 600 milímetros y el ángulo de inclinación lateral es de 42º. El despeje al suelo, en tanto, es de 235 milímetros en ambas versiones. La naftera, es tracción trasera simple, así que queda por fuera del apartado de off-road, aunque cuenta con
neumáticos de uso mixto bastante buenos como son los Goodyear Wrangler All-Terrain Adventure, que bancan muy bien el barro sobre todo. Se comportan de forma excelente, es uno de los mejores neumáticos para pick-ups.

Las turbodiesel, además de tener una versión 4×2 Active, tiene dos más que son 4×4 con equipo Active y Action. El sistema de tracción 4×4 es muy eficiente, trabajando con teclas y perillas, como la gran mayoría de las pick-ups modernas.

Cuenta con Modo 2H (2WD, alta velocidad), 4H (4WD, alta velocidad) conectable hasta los 70km/h y luego, la 4L (4WD, baja velocidad), modo en el que la velocidad no debe superar los 40km/h al uso. A su vez, para activar la 4×4 baja (que tiene una reductora de 2.7:1), hay que detener el vehículo y apretar el embrague a fondo. Vale lo mismo para el diferencial autoblocante trasero.

CONCLUSIÓN

La apuesta de Peugeot por este segmento es más grande de lo que aparenta en primera instancia. Salir a batallar en un segmento en el cual no tiene tanta experiencia en los últimos años, sino que se sostiene en el expertise de décadas con la robustez y confiabilidad probada de las pick-ups de los 202, 203, 403, 404 y 504. Pero que para un gran grupo de consumidores no será suficiente. Es más, Landtrek tendrá que trazar su propio camino más allá de utilizar a sus “ancestros” (entre muchas comillas) para hacerse un lugar entre rivales como Hilux, Frontier, S10, Ranger o Amarok, por citar al grupo que más unidades vende.

Esta Landtrek llega con varios puntos a destacar, como ser una gran capacidad de cargas, un ejemplar espacio interior, gran confort de marcha para una pick-up mediana, buenos equipamientos de confort, y motorizaciones (que si bien todavía tienen que pasar la prueba de la confiabilidad mecánica, algo que en este segmento se valora muchísimo), al menos en términos de rendimiento y consumos, no se alejan en absoluto de otras mecánicas ya vistas y conocidas de sus rivales. Y lo coronó con un diseño que no deja de ser de los más atractivos del grupo.

Peugeot va a tener que hacer un trabajo de hormiga. El mismo que hace más de una década, Volkswagen decidió encarar cuando presentó Amarok. E incluso diez años después, todavía sigue teniendo que luchar con un montón de prejuicios que al menos a nivel local, aún no la hacen subirse al podio de ventas por detrás de Hilux y Frontier a la cabeza por amplia ventaja. No va a ser un camino llano, corto o fácil.

Landrtek es un gran producto y también una más que recomendable. Pero le va a llevar varios años que los consumidores sepan eso y por sobre todo, que se animen a conocerlo.

Creo que la fuerza de ventas, la comunicación de la marca y también la tarea de aquellos que evaluamos vehículos va a ser fundamental para que Peugeot se apoye en el feedback que vaya dejando la pick-up en aquellos que la pudieron probar o manejar. Pero por sobre todo, tendrán que poner un empeño especial en escuchar y atender a aquellos consumidores que se animen a apostar por este modelo. Y que lo hayan elegido por las virtudes que mencioné más arriba. Sin duda serán sus mejores  embajadores. Porque el producto en sí, tiene voz propia para hacerse un lugar. Solo faltan más oídos que estén dispuestos a escucharla. Así como también a pasarle por arriba a los prejuicios, al igual que la propia Landtrek lo hace.

R.B.

***

La Peugeot Landtrek llegará a la Argentina en 2022, pero ya se vende en Uruguay. Autoblog Uruguay probó dos versiones: 1.9 turbodiesel 4×4 (azul).

Y 2.4 turbonaftero 4×2 (verde).

La 1.9 turbodiesel 4×4 tiene el nivel de equipamiento Action.

La 2.4 turbonaftera tiene el nivel de equipamiento Active.

Es decir: azul, full.

Verde, base.

Interior de la Action (full).

Interior de la Active (base).

Action.

Active, ¿nos vamos entendiendo?

Cuero para la Action.

Cuero y tela para la Active.

Acá es más fácil: 2.4 turbonaftero de la Active 4×2.

Y 1.9 turbodiesel de la Action 4×4 (por eso está más embarrada).

Tablero de la Active 2.4 turbonaftero 4×2.

Tablero de la Action 1.9 turbodiesel 4×4.

La Action 4×4 tiene terminaciones más cuidadas y el comando para la doble tracción.

La Active, no. Todas las Landtrek que se venden en Uruguay tienen caja manual. Las automáticas llegarán en 2022.

Cámara de estacionamiento con visión panorámica.

Pantalla multimedia con Apple CarPlay y Android Auto.

Caja de carga de la Active 4×2.

La Action 4×4 tiene revestimiento de caja, lona marítima, ganchos superiores ajustables y barras sobre el techo.

La Active 4×2 es una pick-up de trabajo y para uso en asfalto.

El motor 2.4 turbonaftero es bien rutero.

La 1.9 turbodiesel tiene doble tracción.

Se presta para el trabajo en terrenos difíciles.

Y también para divertirse con el manejo off-road.

Ahí va Rodrigo Barcia: feliz, como chancho en su chiquero.

***

FICHA TÉCNICA LANDTREK NAFTA

MOTORIZACIÓN
Cilindrada (cc) 2.398
Número de cilindros: 4
Número de válvulas: 16
Relación de compresión: 9,6:1
Diámetro x carrera (mm): 87 x 100
Inyección: indirecta multipunto secuencial con apertura variable de válvulas (DVVT)
Potencia máxima (cv/rpm) 210/5.600Torque máximo (Nm/rpm) 320/2.000-4.000

TRANSMISIÓN
Caja de velocidades manual de seis relaciones
Tracción trasera

DIRECCIÓN
De piñón y cremallera con asistencia hidráulica

FRENOS
Delanteros: de discos ventilados
Traseros: de tambores

EJES – SUSPENSIÓN
Delantera: independiente con doble horquilla de suspensión, resortes helicoidales,
amortiguadores telescópicos y barra estabilizadora
Trasera: ballesta de cinco hojas con elásticos longitudinales y amortiguadores
telescópicos y barra estabilizadora

NEUMÁTICOS
Dimensiones: 265/65 R17
Rueda auxiliar: 265/65 R17

PRESTACIONES
Velocidad máxima (km/h) 183
Aceleración 0-100 km/h (s) 10,2
Consumo (l/100km) Urbano: N/D – Carretera: N/D – Mixto: N/D

DIMENSIONES / PESO
Capacidad de carga (kg) 1.150
Volumen de carga (l) N/D
Peso en vacío (kg) N/D
Peso en orden de marcha (kg) 1.930Largo total (mm) 5.330
Ancho total (mm) 1.963
Alto total (mm) 1.858
Distancia entre ejes (mm) 3.180
Largo de la caja (mm) 1.630
Ancho de la caja (mm) 1.638
Alto de la caja (mm) 0.500
Capacidad del tanque de combustible (l) 80
Capacidades fuera de camino (º) ángulo de ataque: 29 – de salida: 27 – ventral: 25
Capacidad de vadeo (mm) 600
Despeje al suelo (mm) 235

***

FICHA TÉCNICA LANDTREK DIESEL

MOTORIZACIÓN
Cilindrada (cc) 1.910
Número de cilindros: 4
Número de válvulas: 16
Relación de compresión: 15,8:1
Diámetro x carrera (mm): 80 x 95
Inyección: directa common rail con turbo de geometría variable e intercooler
Potencia máxima (cv/rpm) 150/4.000
Torque máximo (Nm/rpm) 350/1.800-2.800

TRANSMISIÓN
Caja de velocidades manual de seis relaciones
Tracción integral 4×4 (2H, 4H y 4L) con bloqueo diferencial de deslizamiento limitado
(LSD)

DIRECCIÓN
Idem Landtrek nafta

FRENOS
Idem Landtrek nafta

EJES – SUSPENSIÓN
Idem Landtrek nafta

NEUMÁTICOS
Dimensiones: 265/60 R18
Rueda auxiliar: 265/60 R18

PRESTACIONES
Velocidad máxima (km/h) 172
Aceleración 0-100 km/h (s) 14,9
Consumo (l/100km) Urbano: N/D – Carretera: N/D – Mixto: N/D

DIMENSIONES / PESO
Capacidad de carga (kg) 1.050
Volumen de carga (l) N/D
Peso en vacío (kg) N/D
Peso en orden de marcha (kg) 2.060
Largo total (mm) 5.330
Ancho total (mm) 1.963
Alto total (mm) 1.897
Distancia entre ejes (mm) 3.180
Largo de la caja (mm) 1.630
Ancho de la caja (mm) 1.638
Alto de la caja (mm) 0.500Capacidad del tanque de combustible (l) 80
Capacidades fuera de camino (º) ángulo de ataque: 29 – de salida: 27 – ventral: 25
Capacidad de vadeo (mm) 600
Despeje al suelo (mm) 235

EQUIPAMIENTO ACTIVE

EXTERIOR
Barreros plásticos de alta resistencia
Espejos exteriores calefaccionados con luz de giro incorporada
Faros antiniebla delanteros (con función de luz de curva) y trasero
Faros delanteros halógenos con luces diurnas
Ganchos de carga dentro de la caja (4)
Llantas de aleación diamantadas de 17 pulgadas
Luz de caja trasera LED
Parrilla en color gris mate
Protector de cárter
Tiradores de puertas, y espejos retrovisores en color carrocería
Toma 12V en la caja de cargas a prueba de agua

SEGURIDAD
Airbags frontales, laterales delanteros y de cortinas
Anclajes ISOFIX y TopTether para sillas infantiles
Apoyacabezas delanteros y traseros (5)
Asistente de ascenso en pendientes (HAC)
Asistente de descenso en pendientes (HDC)
Cinturones de seguridad inerciales de tres puntos (5)
Control de balanceo de tráiler (TSC)Control dinámico del vehículo (ESC)
Control de tracción (ASR)
Frenos ABS+EBD+REF

CONFORT
Aire acondicionado manual con salidas de aire para las plazas traseras
Alarma perimetral
Apertura interna del depósito de combustible
Asiento del conductor regulable en altura
Asientos traseros plegables 60:40
Cámara de retroceso (180º)
Cierre centralizado de puertas con mando a distancia
Computadora de a bordo con pantalla monocromática de 3,5 pulgadas
Cuatro parlantes + dos tweeters
Dirección con asistencia hidráulica
Desempañador de luneta
Espejos retrovisores regulables eléctricamente
Levantavidrios eléctricos delanteros y traseros
Pantalla táctil de diez pulgadas con AM/FM/MP5/MP3/Bluetooth/2USB/Android
Auto/Apple CarPlay y 10 GB de almacenamiento interno
Puerto USB para las plazas traseras
Regulador y limitador de velocidad
Sensores de estacionamiento traseros
Tapizados en tela/eco-cuero
Volante multifunción regulable en altura y profundidad

EQUIPAMIENTO ACTION (ACTIVE +)

EXTERIOR
Barras longitudinales de techo
Espejos exteriores calefaccionados con luz de giro incorporada plegables
eléctricamente
Eestribos laterales planos
Faros delanteros con luces cortas y diurnas LED
Llantas de aleación diamantadas de 18 pulgadas
Tiradores de puertas, parrilla y espejos retrovisores cromados

SEGURIDAD
Alerta sonora y visual de mantenimiento de carril
Bloqueo de diferencial trasero (LSD)
Monitoreo de presión de neumáticos (TPMS)

CONFORT
Asiento del conductor con regulación eléctrica y ajuste lumbar eléctrico
Apertura/cierre y encendido/apagado sin llave (ADML)
Botón de encendido “start/stop”
Cámara de retroceso, delantera y laterales (360º) con visión en 3D
Climatizador automático de dos zonas con salidas de aire para las plazas traseras
Computadora de a bordo con pantalla a color de 4,2 pulgadas
Encendido automático de luces
Levantavidrios eléctricos delanteros y traseros con sistema one touch para el
conductor
Pantalla táctil de diez pulgadas con AM/FM/MP5/MP3/Bluetooth/2USB/Android
Auto/Apple CarPlay/GPS
Selector de modos de tracción (2H, 4H, 4L)Sensores de estacionamiento delanteros y traseros
Sensor de lluvia
Tapizados en eco-cuero
Tiradores de puertas, parrilla y espejos retrovisores cromados
Volante multifunción en cuero regulable en altura y profundidad

Crítica: Chevrolet S10 2.8 LS 4×2

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Texto y fotos de Orly Cristófalo

Ser el último en probar un modelo en Autoblog es un arma de varios filos. Los lectores comparan (sí, somos distintos seres humanos y solemos pensar diferente) y, quizás la peor parte, no tenés chance de elegir la versión. Un poco así, pero no tanto, fue como llegué a manejar durante 10 días la nueva Chevrolet S10 LS 4×2 (2021), una de las versiones más económicas de la gama, con un precio de lista de 3.681.900 pesos (sólo la LS Cabina Simple es económica, con 3.313.900 pesos).

Confieso que la fui a buscar lleno de prejuicios, varios de los cuales me los tuve que guardar en un bolsillo. Basta de intro. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

A primera vista, pensé: ¿por qué me parece más atractiva que las demás versiones? Es más despojada, tiene menos plásticos, adornos y detalles. Pero me atrevo a decir que podría competir para ser la más linda de la gama.

¿Podemos criticar las llantas de chapa de 16 pulgadas con embellecedor central? Sí, pero transmiten una sensación de robustez ideal para encarar desde calles con adoquines hasta cordones de vereda irregulares y trepadas de montaña. No hay estribos ni barra de San Antonio, pero les diría que sólo extrañé los faros antiniebla. Los agujeros ciegos en el paragolpes seguro están lejos de ser la mejor forma de “ocultar” esa ausencia, ya que solamente la resaltan.

No hay estribo para pisar y subir. Los ocupantes de poca estatura lo van a extrañar. En la parte trasera no hay ninguna ayuda para subir a la caja y el portón es muy pesado, nada lo amortigua al abrirlo. Y, como ya marcaron Jero Chemes y Jacinto Campos en las pruebas de las S10 High Country y S10 LTZ (ver nota), no tienen gancho de rescate trasero.

La caja viene con cobertor plástico y con cuatro ganchos ubicados en los extremos para ayudar a asegurar la carga. Las medidas de la caja son 1.534mm de ancho (1.122 mm entre pasarruedas), 466mm de alto y 1.484 mm de largo. El peso en orden de marcha es de 1.739 kilos y la capacidad máxima de carga es de 1.303 kilos. En cuanto a remolque con frenos puede arrastrar hasta 3.500 kilos.

Siguiendo con las medidas, la S10 LS cabina doble mide 5.356mm de largo, 1.874 de ancho, 1.791 de alto. El despeje es de 215mm y el tanque de combustible tiene 76 litros de capacidad.

Los neumáticos son Bridgestone Dueler H/T en 245/70 R16 y la rueda de auxilio, que se ubica en la parte de abajo y en el exterior de la caja, viene en el mismo tamaño.

POR DENTRO

El chiste durante los 10 días de andar con la S10 fue: “Le pusieron LS por Lo Simple del interior”. Bromas al margen, ya al abrir la puerta nos damos cuenta de que estamos frente a una pickup que es la base de la gama en cuanto a equipamiento. Subimos, nos sentamos e intentamos acomodar la butaca. Sólo regulación del respaldo y longitudinal, no hay ajuste en altura. Los tapizados son en tela y bitono, de mejor calidad de la esperada y confortables en viajes en ruta. La butaca en general es confortable, aunque le pediríamos un poco más de agarre lateral.

El volante no se regula en profundidad, con lo cual la posición de manejo nunca será la ideal. Iremos bien sentados, pero en una posición mejorable.

El tablero es de simple lectura, muy similar al de otros Chevrolet, con el agregado de una computadora de a bordo que nos muestra desde el consumo instantáneo y la autonomía hasta las horas de uso del motor. Eso sí, todo monocromático. Las otras agujas presentes son para el nivel de combustible y temperatura de motor. Si medís más de 1.80, casi no los vas a ver, te vas a tener que agachar un poco para leer esa info.

Acomodamos el espejo interior y bajamos la ventanilla para acomodar el exterior, ya que no hay ningún tipo de regulación a distancia. Ni manual ni eléctrica. Obviamente, necesitaremos de ayuda o de mucho tiempo para regular el espejo exterior del lado del acompañante. A veces, un mínimo y simple elemento como una palanquita para regularlo desde adentro ayuda demasiado.

No hay pantalla multimedia, pero sí hay radio AM/FM con bluetooth. Pregunta para los que deciden en Chevrolet: ya que no hay pantalla, ¿no pensaron en poner un reproductor de CD? Yo lo hubiese puesto. El sonido de los parlantes no es el mejor ni mucho menos. Con Spotify sonando vía Bluetooth los parlantes saturan a muy bajo volumen y todo es distorsión, pero de la mala.

Los mandos de la climatización son simples y fáciles de utilizar, y atrás de la palanca de cambio, en la parte más baja de la consola encontramos balizas, desconexión del control de tracción y limitador de velocidad en pendiente. Más abajo un toma de 12v y un hueco que nunca entenderemos para qué sirve.

Un detalle que vi gracias a mi mujer: no hay espejos en la parte de atrás de ninguno de los parasoles. No, no suelo usarlos por eso casi no noté el detalle.

En las plazas traseras el lugar está bien para dos adultos. Tres irán un poco más justos, pero no muy incómodos y cada uno con su cinturón de tres puntos y apoyacabezas.

Sólo hay un conector USB en la S10 y está adelante, lo mismo que el toma de 12v.

SEGURIDAD

El año pasado el CESVI le otorgó a la Chevrolet S10 el galardón de la pickup mediana más segura. Pero los ensayos con pruebas de choque que realiza Cesvi son a baja velocidad y sólo para evaluar “costos de reparabilidad”. No hay pruebas de choque de LatinNCAP, que realiza los impactos a mayor velocidad y evalúa “protección a ocupantes y peatones”.

En su más reciente restyling, la S10 ganó refuerzos estructurales y de cabina que la hicieron un 20% más resistente. Pero el tema es que no todo el equipamiento de seguridad está en esta LS.

Mejor contemos lo que sí trae: airbags frontales, laterales y de cortina para conductor y acompañante, anclajes ISOFIX en las plazas traseras, control de estabilidad, control de balanceo de trailer de remolque, control de velocidad de descenso, ayuda de partida en pendiente, y nada más. No hay ayudas a la conducción ni frenado de emergencia ni control de presión de los neumáticos, elementos que sí encontraremos en las versiones más equipadas.

MOTOR Y TRANSMISIÓN

Gran punto a favor de Chevrolet: el motor de la versión más barata es el mismo de la versión tope de gama. Debajo del capot está el cuatro cilindros diesel de 2.8 litros con inyección electrónica Common Rail,  turbocompresor de geometría variable, cuatro válvulas por cilindro y 200 cv a 3.600 rpm con un torque de 440 Nm a 2.000 rpm.

Es un poco ruidoso cuando regula, pero se lleva bien a velocidad constante. Vale la pena recordar que este Duramax tiene correa, con lo cual encarece el mantenimiento.

La transmisión es manual de seis marchas con una reversa que entra hundiendo la palanca contra el piso y que no siempre es fácil de enganchar.

COMPORTAMIENTO

Más allá de no estar en la posición de manejo ideal, no cuesta hacer kilómetros en ciudad o en ruta en la Chevrolet S10 LS. En eso también tiene mucho que ver la buena asistencia en la dirección, un pedal de embrague bien calibrado y un motor tremendamente elástico.

Dato: esta S10 fue parte del team “Secapista” para el Abarth 595 Turismo (ver video), y di varias vueltas completas al Circuito 5 en cuarta velocidad. Obviamente no íbamos a fondo pero, por ejemplo, se bancó perfectamente la horquilla y trepar hasta la recta principal sin quejarse. En ciudad esa elasticidad se transforma en menos cambios en calles de barrio.

Pero ese mismo motor super elástico se transforma en Goliat cuando se lo exige. Ahí nos hace acordar que tenemos 200 cv abajo del capot. Suena lindo, como buen gasolero en exigencia, y empuja mejor. Acelera de 0 a 100 km/h en 10 segundos y la máxima es de 187 km/h.

Todo esto con consumos muy lógicos y hasta diría “contenidos”: en ciudad 12.2 litros cada 100 kilómetros y en ruta 7.9 litros cada 100 kilómetros a 100 km/h, y 11.9 litros a 130 km/h.

La calidad de los plásticos y terminaciones interiores son dignas, tirando a “deja que desear”. Ok, es un vehículo de trabajo y será maltratado por sus usuarios, sean dueños o empleados, pero se podrían mejorar varias cosas.

Con la caja cargada, aún lejísimos del límite, enseguida se siente que pisa distinto, como más firme, aunque vacía no brinda la sensación de ir flameando o rebotando en exceso. Pero por el sutil cambio, casi que recomendaría el viejo truco de un par de bolsas de arena en la caja como elemento fijo.

Un dato: llevar carga en la caja y no tener lona que al cubra hace que vayamos desconfiados todo el tiempo en la ciudad. Otro elemento que no entendemos por qué no viene de serie.

Los terrenos desparejos son lo suyo. Ahí es donde uno, acostumbrado más a los autos que a las pickups, se siente todopoderoso.  Obviamente no está pensada para un uso off road partiendo de la base de que es 4×2, pero se defiende bien y su gran despeje de 230 mm le da un plus interesante.

CONCLUSIÓN

La Chevrolet S10 LS es un buen producto “base de gama”. Si bien el equipamiento podría ser mejor, perdería el precio accesible que tiene como entrada (arranca de los 3.681.000 según la web de la marca del Moño). También es cierto que tiene algunos faltantes casi imperdonables, como la regulación a distancia de los espejos retrovisores, algo que no entiendo como faltante en el año 2021.

Su gran virtud es el conjunto motor-transmisión. En la era de la masificación de las cajas automáticas, volver a conducir una manual y que sea tan genial y esté tan bien hermanada con el torque del motor, es un verdadero gusto.

Estamos frente a un gran producto para pequeños contratistas o productores que se muevan mucho en ciudad o en ruta (con casi nada de off road). Recordemos que es 4×2 y los neumáticos son bien de asfalto.

El mejor piropo que le podemos decir a la S10 LS es que su denominación viene de “Lo Simple”. Porque muchas veces, Lo Simple es lo que al final nos deja contentos (más allá de sus defectos o faltantes).

O.C.

***

Archivo para descargar: Ficha técnica Chevrolet S10 (2021)

***

No hay estribos ni barras de San Antonio. Y nos gusta.

Es la más económica de las S10 Cabina Doble, pero en ningún lado tiene una identificación que diga LS.

Llantas de chapa de 16 pulgadas y neumáticos 100% asfalto dejan en claro el uso para el que fue pensada: ciudad y ruta.

El mismo motor que las versiones full. Acá uno de los puntos fuertes de esta versión “base”.

Manija de portón trasero con cerradura.

La caja de carga en todo su esplendor. Viene de serie con el protector de caja, bien por Chevrolet.

Uno de los cuatro ganchos para asegurar la carga en la caja.

Rueda de auxilio en la parte de abajo de la caja y en el mismo tamaño y dibujo de cubierta que las originales.

Detalle de los elásticos de la suspensión trasera y parte de la rueda de auxilio.

Detalle del dibujo de los neumáticos y vista parcial de la suspensión delantera. 

La trompa es de lo más lindo de esta versión, aunque la tapa ciega por la ausencia de faros antiniebla no sea lo más estético.

Así se ven 200 cv debajo del capot de una chata de laburo.

Etiquetas y nomenclaturas a prueba de playeros distraídos.

Reóstato para la iluminación del tablero y comando de luces. Simpleza que se repite en varios elementos del interior.

Butacas delanteras cómodas a pesar de las pocas regulaciones.

Tablero simple y de fácil lectura. La parte del nivel de combustible y temperatura de agua casi no se ve si el conductor mide más de 1.80.

No hay pantalla y sólo un USB. Este crítico pide reproductor de CD para estos casos.

Muchos botones “ciegos”. Abajo, al lado del toma de 12v, un huequito vaya a saber uno para qué (leemos tus sugerencias en los comentarios de acá abajo).

Selectora cómoda. Sólo es complicada a veces para poner la marcha atrás.

Botón ciego donde iría la regulación eléctrica de los espejos.

Huecos y más huecos entre los dos asientos delanteros. 

La apertura del tanque de combustible y del capot se ubican abajo del volante.

La gorra de Autoblog by Store Chango en primer plano de la vista de la parte delantera del habitáculo.

Buen lugar para los ocupantes de las plazas traseras.

Debajo de los asientos traseros hay lugar para guardar cosas.

La base de las butacas traseras traen un gancho para que queden trabadas mientras guardamos o sacamos cosas de los huecos debajo de ellas.

Más espacio en la parte trasera del habitáculo.

Nada define mejor a un utilitario que este hueco para guardar cosas en la base del parabrisas.

Parasoles sin espejo de cortesía. Otro detalle “base”.

Para probarla cargada le hicimos de flete a nuestros amigos de MOG Café.

Gus, dueño de MOG Café y su carga. Dirán que la caja de vino es del crítico de Autoblog, pero acá no se aceptarán calumnias.

“Che, pasamos por MOG y busco mi bici?” Y daaaale. En diagonal entra perfecta y la tapa cierra sin dramas.

Quizás la vista más linda de la S10.


Crítica: Audi RS E-Tron GT Quattro

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Texto de Carlos Cristófalo
Fotos de Orly Cristófalo

En 1980, Audi revolucionó las carreras de rally con el Quattro: una coupé deportiva y con tracción permanente en las cuatro ruedas. El Quattro, en sus diferentes evoluciones, ganó dos mundiales (1982 y 1984) y acumuló 23 victorias en diferentes pruebas de esos campeonatos.

Pero el Quattro no fue sólo un auto de carreras: también tuvo diferentes versiones de calle, que fueron igual de revolucionarias para su época. El primer Quattro Coupé de 1980 costaba lo mismo que un Porsche 911 de la época, pero su sistema de tracción integral lo convirtió con rapidez en el deportivo soñado por los fanáticos de los países con nieve: ya no había que esperar hasta la primavera y el verano para manejar un auto sport. El Quattro fue el primer deportivo que se podía disfrutar todo el año.

Por eso, 40 años después, Audi decidió que el término Quattro formara parte del nombre completo de su deportivo más revolucionario de los últimos años: el nuevo RS E-Tron GT Quattro.

No es una coupé: es un sedán de cuatro puertas. Y tiene poco en común con el Quattro original, aunque mantiene la tracción en las cuatro ruedas. Sin embargo, el RS E-Tron GT Quattro pasará a la historia por un motivo bien diferente: el primer deportivo 100% eléctrico de Audi.

Este modelo se presentó en febrero de este año en Europa y se lanzará a la venta en la Argentina en 2022. A la espera de ese momento, Audi Argentina trajo cuatro unidades desde Alemania para realizar una avant-premiere en el Autódromo de Buenos Aires para potenciales clientes, concesionarios e invitados especiales.

Por ese motivo, esta prueba de manejo se dividió en dos etapas: el primer día, durante la jornada para la prensa, participamos de un curso de capacitación sobre todas las tecnologías del nuevo E-Tron GT. Además, giramos dos vueltas con un piloto oficial de Audi en el Circuito 7 del Gálvez.

El segundo día fue mejor todavía: pista libre (siempre en el Circuito 7), para sumar más kilómetros al volante de esta unidad y realizar una producción de fotos para nuestros amigos de la Revista Miura.

El RS E-Tron GT Quattro llegará a la Argentina en 2022 y tendrá un precio aproximado de 300 mil dólares. Pero ya lo manejamos y la crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

El E-Tron GT comparte la misma Plataforma PPE (Premium Platform Electric) que el Grupo VW desarrolló para sus vehículos eléctricos más lujosos, deportivos y exclusivos. Es la misma base estructural que debutó con el Porsche Taycan (leer crítica) y que también usarán modelos de Bentley y Lamborghini, en el futuro cercano.

Esta Plataforma PPE sólo puede utilizarse en vehículos de grandes dimensiones y peso, por eso tanto Porsche como Audi decidieron crear estos enormes sedanes deportivos del Segmento E (grande). El motivo es simple: se necesita una buena distancia entre ejes para albergar el voluminoso paquete de baterías de iones de litio, que se encuentran bajo el piso de la cabina.

En total, son 33 módulos de baterías con 12 celdas cada uno. En caso de choque, el circuito de alta tensión (800 voltios) se interrumpe de manera automática y cada módulo dañado se puede retirar, para cambiarlo de manera independiente.

La plataforma es la misma del Taycan y las proporciones también, pero el resultado estético del Audi está aún mejor logrado. Sobre todo en el color Tango Red de esta unidad de pruebas. Como el Porsche, es un sedán futurista y de cinco metros de largo, con un techo muy bajo: mide apenas 1.39 metros de altura.

Sin embargo, mientras el Taycan parece un plato volador recién aterrizado, el E-Tron GT parece más bien un RS 5 Sportback, aunque nacido en el año 2035. Es prácticamente el mismo auto que se presentó en forma de concept en el Salón de Los Ángeles 2018.

Sus líneas llevan la firma del diseñador Marc Lichte, que es un verdadero fanático de los autos de historietas y películas de ciencia ficción: “Desde chico, siempre me gustaron los autos de ruedas grandes, voladizos cortos, techo bajo y una gran trompa lanzada hacia adelante”. Por eso, el RS E-Tron GT no tiene ningún motor bajo el capot, pero sus líneas parecen salidas del cajón de los juguetes del pequeño Marc.

El coeficiente aerodinámico es excelente: un Cx de apenas 0.24.

A eso se le agrega todo el paquete deportivo que define a un Audi RS: spoiler delantero más prominente, emblemas pintados en color negro, pinzas de frenos rojas, tomas y salidas de aire para refrigeración de frenos, difusor trasero (aunque sin escapes, obvio) y luces de leds traseras con combinaciones hipnóticas, que trazan dibujos de luces al encenderse y apagarse.

A eso hay que agregarle las enormes llantas de 21 pulgadas, calzadas con GoodYear 265/35 R21 adelante y 305/30 R21.

POR DENTRO

Es un Audi, de eso no hay ninguna duda. Pero, como en los cómics de Marc Lichte, parece venido del futuro. En toda la cabina hay rasgos que recuerdan a otros RS, como las butacas deportivas de diseño ergonómico, el volante en cuero de base plana, las levas del cambio en aluminio fresco y la pedalera trabajada como una joya artesanal, que no vas a tener más remedio que pisar a fondo.

En la plancha de instrumentos hay dos pantallas que dominan todo: el tablero (12.3 pulgadas) con toda la información necesaria sobre el rendimiento mecánico y de las baterías. Y después está la pantalla central (10.1 pulgadas y táctil), que concentra las funciones de entretenimiento y los diferentes modos de manejo.

Acá también hay una gran diferencia con respecto al Taycan: más allá de esas dos pantallas, el resto de los comandos son físicos. Convencionales. Mientras Porsche apostó a superficies táctiles con comandos dibujados (que requieren quitar la vista del camino para accionarlos), Audi apostó a la tradición más segura de los botones y perillas. Me quedo con esta segunda opción, porque te permite mantener la vista en el camino.

Todo esto siempre con una altísima calidad de materiales y terminaciones, aunque también con un mensaje ecológico. Tanto en el Taycan como en el RS E-Tron GT Quattro hay muchas piezas hechas con materiales reciclables o incluso ya reciclados (como las alfombras tejidas con redes de pesca desechadas). Pero el nivel de refinamiento en el tacto, la combinación de colores y las diversas texturas en los materiales está mucho más cuidado en el Audi que en el Porsche.

Es como si los dos años de ventaja que tuvo el Taycan para ser el primer producto nacido bajo la Plataforma PPE hubiesen sido aprovechados por Audi para ofrecer un producto más refinado y lujoso que el Porsche.

¿Defectos por mejorar? Por supuesto. Si tenés un celular de los grandotes, vas a descubrir que no hay ningún lugar para guardarlo con comodidad. Hay un cargador con inductor escondido bajo el apoyabrazos central delantero, pero hay que maniobrar mucho hasta encastrarlo en el lugar correcto. Es realmente incómodo. Además, todos los puertos de carga son USB-C, con conectores más chiquitos que los convencionales.

En las plazas traseras hay cinturones de seguridad y apoyacabezas para tres pasajeros, pero el asiento central es puramente de compromiso. Todo el espacio trasero está diseñado para que viajen con comodidad sólo dos adultos, que además deberán agacharse y contorsionar bastante para acceder por el estrecho y reducido espacio que habilitan las puertas. Eso sí, una vez sentados, el espacio es muy generoso, sobre todo para las piernas y en ancho de hombros.

El baúl tiene 350 litros de capacidad, con la ventaja de que se puede ampliar plegando los respaldos traseros. Y no hay que olvidar que bajo el capot delantero hay otro baúl: tiene 80 litros de volumen. No tiene rueda de auxilio, sólo un kit de reparación de pinchazos.

SEGURIDAD

Acá no hay dudas de que se trata de un Audi de lujo. Por eso, tiene todos los dispositivos más avanzados en materia de seguridad, tanto activa como pasiva, además de gran cantidad de asistencias a la conducción.

¿En qué se diferencia de otros Audi? Por ejemplo, viene de serie con sistema de cámaras de visión nocturna (en Argentina, de serie sólo lo ofrece el DS 7 Crossback). También tiene un sistema de frenos en carburo de tungsteno. Es un material compuesto más liviano que el acero, que tiene la particularidad de ofrecer mayor resistencia a las altas temperaturas y sin generar polvo de desgaste contaminantes. Ahora, si lo que realmente querés es frenar como en un verdadero RS, podés elegir la opción de frenos cerámicos.

EuroNCAP ya sometió a sus pruebas de choque al E-Tron GT Quattro y obtuvo la calificación de cinco estrellas, con 85% de protección para adultos, 83% para niños y 70% para peatones.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Como en los Taycan Turbo y Turbo S, en el RS E-Tron GT se instalaron baterías con un rendimiento de 93 kWh. Y, al igual que en sus primos de Porsche, este Audi cuenta con un motor en cada eje, asociados a una caja automática de dos velocidades: la primera sólo se usa para el Launch Control y máxima exigencia en circuitos, mientras que la segunda tiene el objetivo de lograr la mayor eficiencia de consumo energético (ver explicación técnica).

Entonces, si son tan iguales, ¿por qué el Audi tiene menor rendimiento que los Porsche? Hablamos de diferencias importantes: mientras el RS E-Tron GT Quattro entrega 600 cv (que llegan a ser 646 con la función Boost del Launch Control) y 830 Nm, el Taycan Turbo desarrolla 680 cv y 850 Nm, a lo que se suma un brutal Taycan Turbo S que llega hasta 761 cv y 1.050 Nm.

La respuesta a la pregunta de acá arriba sólo consta de una palabra: “Marketing”. Dentro de la estructura de marcas del Grupo VW, Porsche tiene el objetivo de mantenerse como una verdadera leyenda en materia de autos deportivos y de altísima performance, mientras que Audi conserva el rol de ser una firma premium. Audi mantendrá una gama de espectaculares deportivos firmados por la sigla RS, pero tiene prohibido opacar a Porsche.

A esa mecánica surgida de baterías y marketing se suma el sistema de tracción integral Quattro más curioso de la historia: tiene un software de distribución activa de torque, que llega hasta extremos inéditos de reparto en cada eje. Puede ser 100% tracción delantera o 100% trasera, con toda la gama de combinaciones posibles en el medio.

Además, tiene dirección en las cuatro ruedas, hasta un ángulo máximo de 2.9 grados en el eje posterior. A bajas velocidades, las ruedas traseras giran en el sentido opuesto a las delanteras (para reducir el radio de giro y facilitar las maniobras de estacionamiento), mientras que a altas velocidades giran las cuatro en el mismo sentido (para aumentar la precisión de las maniobras).

Por supuesto, quisimos cronometrarlo para el Ranking Autoblog, pero Audi Argentina sólo permitió realizar ensayos en el Circuito 7 y algunas producciones de imágenes en la Recta del Fondo y el Curvón de Salotto: “Paciencia, ya pronto tendrán un E-Tron para el Ranking Autoblog”, nos prometieron.

COMPORTAMIENTO

Es el primer Audi RS eléctrico. El primero con tracción y dirección en las cuatro ruedas. Y no es el más potente (porque para eso está el R8 con 620 cv), pero sí es el Audi con el mayor torque de la historia. Y no hablamos de cualquier torque: es un par motor instantáneo, como en todo auto eléctrico.

El primer día de pruebas nos dedicamos a probar el Launch Control: es un verdadero mazazo en el cerebro, que comprime todos tus órganos al soltar el pedal de freno. Acelera de 0 a 100 km/h en 3.3 segundos, alcanza los 200 en menos de 10 y su velocidad máxima está limitada a 250 km/h.

Una vez más, los Taycan Turbo y Turbo S tienen prestaciones aún superiores, pero de todos modos son valores que alteran el funcionamiento de la mente. Es difícil procesar lo que ocurre al acelerar con semejante empuje. Y lo más impresionante: lo hace en un silencio absoluto, apenas matizado por el zumbido del motor eléctrico y el gemido de los neumáticos sometidos a una exigencia brutal. Aunque sin patinamientos, siempre con la mayor adherencia posible: pura tracción Quattro en acción.

Lo mejor de todo es que también se comporta muy bien en las curvas. Es un auto de 2.42 toneladas de peso, pero con un centro de gravedad tan bajo, una dirección tan precisa y un derroche de torque que lo hace sentir como si estuvieras manejando una superbike. Todo rodeado por el confort de una cabina de lujo.

El comportamiento es súper neutro y previsible, aunque todo tiene un límite. Eran unidades prestadas por Alemania, que ya están volviendo a ese país. Una de las condiciones del préstamo fue que las pruebas se realizaran siempre con todos los controles de manejo activados. “Paciencia, ya pronto tendrán un E-Tron para el Ranking Autoblog”, me volvieron a decir.

El RS E-Tron GT es deconcertante en línea recta y en curvas, donde el comportamiento siempre es muy controlable y sin pérdidas de tracción. Pero también resulta explosivo a la hora de frenar. Los discos de carburo de tungsteno parecen tecnología de otra galaxia y así se sienten a la hora de detener a esta mole eléctrica.

Además, los frenos cuentan con la ayuda del sistema regenerativo, que aprovecha la energía cinética para recargar las baterías. Llegar al final de la recta del Circuito 7 del Gálvez, a más de 200 km/h y pararte sobre el pedal de freno nunca fue tan ecológico: casi la mitad de la Fuerza G desencadenada por la frenada correrá por cuenta de la regeneración de frenos, que agregarán hasta 265 kw a las baterías, todo esto con discos que no generan polvo ni partículas contaminantes para el medio ambiente.

¿Una vuelta más? Claro que sí. ¡Invita Greenpeace!

Me sorprendió la autonomía. Audi declara un alcance de 429 kilómetros con las baterías completas, pero se sabe que esas estimaciones son siempre sobre la base de un uso normal y tranquilo. Ahorrativo.

Es todo lo contrario de lo que hicimos estos días en el Autódromo: el RS E-Tron GT Quattro fue sometido una y otra vez a la máxima exigencia del Launch Control, que es muy espectacular, pero que en teoría se “come” la batería. Es lo mismo que ocurre cuando se gira a fondo en un circuito veloz como el 7, que tiene largas rectas a fondo y pocas curvas.

Sin embargo, al final de cada día, el promedio de consumo había sido más intenso, pero no tanto como hubiera imaginado. La autonomía había caído de esos ideales 429 a unos más razonables 350. No conozco ningún deportivo naftero con 650 caballos de potencia que tenga 350 kilómetros de autonomía cuando se lo castiga sin descanso en pista. Por lo general, “se toman todo” en mucho menos kilómetros.

Viene de serie con suspensión neumática adaptativa, lo cual significa que el andar puede ser muy confortable o extremadamente deportivo. Acá hay que señalar que sólo lo probamos dentro del Autódromo y nunca salimos a la calle: me genera estrés el simple hecho de imaginarme cómo podrían sufrir en nuestras calles esos enormes neumáticos de perfil bajo y esas futuristas llantas de 21″.

Pero bueno, volvamos a la puesta a punto del chasis: la altura de la carrocería puede variar su altura, con un rango total de cuatro centímetros, entre tope y tope. El despeje máximo del suelo es de 18 centímetros.

También, como en casi todos los Audi, es posible elegir diferentes modos de manejo: Confort, Dynamic, Efficiency e Individual. En cada uno se puede variar el grado de respuesta del acelerador, el nivel de dureza de la dirección, la firmeza de la amortiguación, el despeje del suelo y las asistencias a la conducción. También se puede modificar el sonido artificial que emite el auto.

Sin embargo, son todas variaciones muy tenues: lejos del sonido eléctrico que emiten los Porsche Taycan y a años luz de distancia de la música -cada vez más nostálgica- de los Audi RS y Quattro más legendarios.

CONCLUSIÓN

Leyendas y nostalgia.

Esa es la materia prima que marca la línea divisoria de aguas cuando se analiza un deportivo 100% eléctrico. El RS E-Tron GT Quattro es un auto con un nivel soberbio de performance. Eso es indiscutible. Su comportamiento dinámico, la tremenda capacidad de aceleración y de frenado, en combinación con un diseño espectacular y una cabina más que agradable lo posicionan sin ninguna duda en la misma liga de autos deportivos de primer nivel.

Pero no hace ruido. No emite humo ni olores. Los frenos de carburo ni siquiera recalientan. Y carece por completo de la ingeniería mecánica que maravilla cuando uno levanta el capot de un deportivo de raza. Acá la admiración pasa más bien por la avalancha de tecnología que hay detrás del desarrollo de este Audi. Es un sentimiento muy lejano a la precisión de relojería que aún hoy nos fascina en los buenos motores de combustión interna.

Esos apasionados coleccionistas de consumir la última palabra en tecnología de vanguardia es el tipo de cliente al que Audi Argentina apuntará cuando lance a la venta el RS E-Tron GT Quattro el año que viene. Algunos de los que ya reservaron sus ejemplares, que tendrán un precio de lista estimado en 300 mil dólares, ya lo probaron en el Gálvez y confirmaron su interés.

“Son personas que quieren tener la última palabra en tecnología y vanguardia en sus garages”, me contó Conrado Wisttatt, quien desde hace 17 años comanda las riendas de Audi Argentina. “Este RS es un tremendo autazo, como todos los RS, con el agregado de ofrecer la última palabra en materia de electrificación”, agregó.

Sin embargo, Wisttatt y todos nosotros lo sabemos muy bien. Esos clientes también tienen en sus garages otros deportivos. Y todos ellos tienen ruidosos y humeantes motores de combustión interna. Por eso, comprarse un RS E-Tron GT Quattro es una decisión que, al menos en la Argentina, está lejos del dicurso de corrección política que manejan las empresas acerca de la “movilidad sustentable”.

Es una nueva y diferente manera de disfrutar la adrenalina que producen los autos deportivos. Distinta al resto. Y más electrizante que nunca.

C.C. / O.C.

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Archivo para descargar: Ficha técnica Audi RS E-Tron GT Quattro

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El Audi RS E-Tron GT Quattro se lanzará a la venta en la Argentina en 2022.

Audi Argentina trajo cuatro unidades desde Alemania para realizar una avant-premiere en el Autódromo de Buenos Aires durante una semana con clientes e invitados especiales (ver primera nota).

Una estación de carga rápida de autos eléctricos se instaló en la escuelita del Audi Driving Center (ver cursos de manejo).

El equipo de Autoblog y Revista Miura pasó dos días con esta unidad en el Circuito 7 del Gálvez, la Recta del Fondo y la Curva de Salotto.

Soledad Cena, jefa de Prensa de Audi Argentina: “Les pido por favor que me lo cuiden, tengo que devolverlo enterito a Alemania, ¿sí?”

Nada más confiable que un equipo de boomers: “Orly, ¿me sacás una foto con la Torre Espacial de Interama?”.

Una fotito p’al Féis y a seguir manejando.

Por dentro tiene todas las características y guiños de un verdadero Audi RS.

Butacas deportivas, costuras rojas y cinturones de seguridad en el mismo tono.

Pero es un Audi 100% eléctrico. Así se ve el tablero cuando el auto está enchufado, cargando baterías.

Ventaja sobre el Porsche Taycan: Audi conservó los botones y perillas para la mayoría de las funciones.

Tiene dos baúles, uno adelante (80 litros) y otro atrás (350 litros).

Audi también trajo un E-Tron GT no-RS.

Pero el RS es el único confirmado por ahora para la Argentina.

Tendrá un precio aproximado de 300 mil dólares.

¿Querés ver qué se siente acelerar de 0 a 100 km/h en 3.3 segundos?

Mirá los videos de acá abajo.

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Crítica: Fiat Toro Ultra (2021)

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Texto y fotos de Jerónimo Chemes

La Fiat Toro inauguró un segmento y, a pesar del bendito tema del DPF, se hizo un lugar en el mercado. Este segmento es el de las chatas compactas (“no tan chicas” ni “medianas”), orientadas para uso citadino con alguna capacidad fuera de camino. La única que le compitió hasta ahora a la Toro fue Renault que, sobre la base de la Duster, creó la Duster Oroch. La verdad es que la Oroch no llega ni en calidad ni en seguridad ni motorizaciones a la Toro, por lo cual podemos decir que Fiat disfrutaba de haber “primereado a todos”.

Pero, como diría un ex presidente: “Pasaron cosas”. Las “cosas” fueron causadas por el “fuego amigo”. Primero el tema de DPF, algo muy importante que aún hoy hace ruido. Y segundo, Fiat lanzó la increíble nueva Strada, que si bien es más chica, te ofrece por la mitad del dinero el 80% que te brinda la Toro (pero sin las complicaciones del DPF y con una confiabilidad mecánica a prueba de balas).

El tema de la confiabilidad hizo que Fiat lanzara al mercado la excelente 1.8 con caja AT6, que si bien es un motor “antiguo”, se convirtió en un pilar de la gama. De ahí que en esta nueva Toro (2022), que se lanzó a la venta la semana pasada en la Argentina, el motor 2.0 turbodiesel sólo se ofrezca en pocas y caras unidades. El resto se apoyará en el 1.8 y en el nuevo 1.3 turbonaftero, que probaremos más adelante.

El problema es que ahora se le terminó la paz a la Toro. A este segmento ingresarán a la brevedad Ford con la nueva Maverick y Chevrolet con la ya confirmada Montana. Hyundai ya vende la Santa Cruz en Estados Unidos y Volkswagen avanza con la producción regional de la Tarok.

Por eso, con esta renovación 2022, la Toro debía mantener lo bueno, pero mejorar cosas. Probamos una semana la nueva Toro Ultra (2022), que tiene un precio de lista de 5.13 millones de pesos. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

La Toro siempre me pareció bien proporcionada. No es ni quiere parecer una pick-up mediana, especialmente en el despeje del suelo, que es donde se le nota más su origen monocasco. Esta versión Ultra se caracteriza por tener la tapa rígida en la caja de carga, que se abre como si fuera la tapa de un baúl. Además, se diferencia de otras Toro por las llantas negras, estribos negros, parrilla de diseño exclusivo, excelentes neumáticos mixtos Pirelli Scorpion ATR y varias insignias “Ultra”. Las luces delanteras ahora son totalmente de LEDs. Mejoraron bastante, pero no descollan. El capot se presenta con un diseño más “musculoso”.

Esta unidad en color azul, combinado con negro, me pareció realmente muy linda. El tamaño de Toro es como las pick-ups medianas de hace diez años, pero con altura de auto. No hay que “treparse” como a una mediana: tiene la altura de una SUV. Destaco esto porque la Ultra trae de serie los estribos negros, que le quedan lindos, pero voy a ser claro: son un horror de incomodos. De movida, al subir o bajar, te vas a ensuciar los pantalones. Y, si te bajas medio rápido, te golpeas los gemelos. Después de varios días le encontré la vuelta y daba zancadas grandes. Otro tema es que los estribos reducen aún más el despeje y juntan barro a lo pavote. Los estribos quedan lindos, sí. Pero son incómodos. Celebro que los traiga, pero si me compro una, lo primero que haría sería quitárselos.

De trompa, me parece muy linda: esta nueva parrilla le queda cool. Atrás conserva el impráctico portón de apertura tipo tranquera, que sin embargo les gusta mucho a varios usuarios de la Toro.

El techo tiene las barras y el “alerón”, que le quedan bien y no genera ruidos aerodinámicos.

Abajo, es un ejemplo en las protecciones que ofrece. Tiene un flor de chapón grueso, que cubre motor y caja. Las uniones del cardan están protegidas con chapones, muy buena idea. Lo único malo es que la mitad trasera del caño de escape queda muy bajo y sin protección. En el ripio, las piedras le pegan y hace mucho ruido. No tiene ganchos de rescate, pero como está pensada para andar por la ciudad, tampoco se los puedo exigir como a las medianas con chasis.

La caja con tapa es la gran novedad. Presenta claras ventajas y desventajas. Juzguen ustedes si sirve o no.

Veamos primero lo bueno. Entra bastante menos agua y un poco menos de tierra que con una lona. Viene de serie con un bolso Mopar hermético de 420 litros, que ayuda a proteger las cosas que lleves. Tiene seis puntos de anclaje: atalo para que no ande paseando por la caja.

Ganás seguridad, porque previene el manoteo rápido de lo que lleves en una caja abierta. El diseño de la tapa es lindo, a mi gusto. Es original y no aftermarket.

Ahora vamos a lo malo. Si bien se redujo mucho, aún entra agua y tierra. Por eso se ofrece de serie el bolso hermético. Otro tema es que la tapa de la caja es muy alta quita mucha más visibilidad hacía atrás (que de por sí no era buena en la Toro). También hay que recordar que, con esta tapa, anulás la capacidad de ser “chata”: te queda un “auto con baúl” y no entra ni una simple bici. La tapa rígida se puede sacar: cuando me la dieron me dijeron que ese trabajo requiere unos 25 minutos. Pero claro, eso es alguien que sabe. Si sos uno que “no sabe”, seguro te lleva más tiempo y después andá a ponerla de vuelta y que quede bien. Si me compro la Ultra, ni loco la saco, la dejo así. Veredicto: De pinta, muy linda. Abajo muy bien y la tapa tiene los pro y contras ya mencionados.

POR DENTRO

Acá hubo una renovación fuerte. Y la necesitaba. Adelante, siempre fue cómoda: los asientos son muy buenos y el del conductor tiene todos los ajustes eléctricos. La posición de manejo se encuentra fácil. El tablero es nuevo y todo digital, pero no lo encontré del todo amigable. La info básica la tiene, pero otros tableros son más fáciles e intuitivos de usar. De todas maneras, no es algo grave. El volante es grueso, atrás tiene las levitas (son pequeñas) y muy escondidos tiene los botones de comando de radio, que están atrás del volante apuntando hacia el conductor. Para tocarlos tenés que hacer como “vení-vení” con el dedo y no pude acostumbrarme, así que usé las perillas físicas de la consola central. Sobre el frente del volante están los botones de control, que andan bien (menos el control de voz que no entiende un pomo), pero son demasiado “comunachos” para algo de este valor.

Por suerte, hay más lugar para poner cosas (los necesitaba) y si bien los posavasos son chicos, tiene del lado del conductor contra la puerta una gaveta ideal para poner los tickets de peaje. Delante de la palanca hay una bandeja con una idea brillante: cargador inalámbrico, que funciona 10 puntos y evita que haya cables dando vueltas. La consola tiene pantalla vertical de 10.1 pulgadas,“Tipo Tesla”. Es más grande que la anterior, pero no enorme. Es proporcional al tablero. Esta pantalla es más rápida, más útil, tiene más info y anda bastante bien. Obvio, tiene Apple CarPlay y Android Auto. Abajo están los mandos del climatizador, que anda perfecto y las tres perillas físicas giratorias para radio y climatización.

No reniego de las pantallas, pero por favor no saquen los botones físicos. La Toro incluso tiene un botón simple para apagar la pantalla si te molesta: muy bien. Más abajo nos encontramos con nuevos botones para el manejo off-road: 4WD, 4 Low (que no es reductora), control de descenso en pendiente, balizas y ESP. También son nuevos los botones de los sensores de estacionamiento y mantenimiento de carril.

Sobre el techo, la consola de luz interior tiene una calidad mejorable. Los parasoles tienen luz, pero tampoco son de gran calidad. El techo de las Toro Ultra está revestido en color negro.

Dato curioso: se ve que los de Marketing se entusiasmaron con el nombre “Ultra”, porque en la cabina se repite siete veces.

En los asientos traseros, sigue siendo una pick-up chica. Mucho más chica de lo que aparenta de afuera. Si bien su prima la Jeep Compass es más cómoda, en la Toro sacrificaron un poco de ergonomía para darle más espacio a la caja de carga. Por eso, el respaldo trasero es muy recto y el lugar para las piernas es bastante justo. Al menos tiene apoyabrazos con posavasos, toma de 12V y puerto USB.

La visibilidad hacia atrás quedó muy complicada en esta versión Ultra. La tapa de la caja de carga roba casi 10 centímetros de luneta. Por suerte, tiene cámara de retroceso.

Pero tiene otro punto aún más crítico. El “alerón” sobre la caja de carga aumentó la superficie del punto ciego de los tres cuartos traseros. Para completar el combo, los espejos son muy chicos, así que en el tránsito andás cabeceando todo el tiempo. Por suerte, para estacionarla tiene sensores y cámara de reversa. Además, ahora agregó los sensores delanteros, porque con los “músculos” del nuevo capot también se dificulta saber dónde termina la trompa. La visibilidad es un punto flojo. Ayudaría y mucho que traiga alerta de punto ciego como su prima, la Compass.

El nivel de terminación es opinable. Mal no está, pero ya en este nivel de precio, hay detalles mejorables y plásticos de regular calidad. Está terminada como la Strada, o sea muy bien para algo de 2.5 millones, pero por 5.1 millones uno pediría mucho más. La consola del medio deja que desear y los plásticos del torpedo son demasiado rígidos. Los encastres de los parantes merecen más atención, al igual que las costuras de los asientos. Repito: no está mal, pero más de 5 millones requiere que esté muy bien, sobre todo cuando hay pick-ups medianas que son más baratas y están mejor terminadas. Veredicto: Bueno. El habitáculo adelante cumple, pero no descolla. Atrás es chica y la calidad general cumple, pero debería ser mejor por algo de este precio.

SEGURIDAD

La Toro nació bien en este aspecto. A la siempre buena seguridad se agregan asistencias a la conducción (ADAS) como mantenimiento de carril, alerta de riesgo de colisión (sin frenado automático, sólo con alerta) y luces adaptativas.

Las luces son 100% de leds. Mejoraron, pero no descollan. La cámara trasera es muy útil, pero de baja resolución y agrega además sensores de estacionamiento traseros y delanteros. Sin todo ese paquete, la Ultra sería muy difícil de estacionar porque se ve muy poco para afuera.

El equipamiento de seguridad es suficiente para pasarla bien. Supera sin miramientos a la Duster Oroch. Pero veremos qué nos ofrecen las futuras competidoras en este segmento. Veredicto: muy bueno

MOTOR y TRANSMISIÓN

Acá hay buenas noticias. No tocaron nada. Es el mismo 2.0 turbodiesel de 170 cv de siempre. Es ágil, económico, rendidor y con un excelente “medio” (como todos los 2.0 TD), combinado con la buena caja AT9 de Fiat.

El 2.0 turbodiesel siempre fue un buen motor, con rendimiento ideal, ya que no está recontra apretado (tiene 85 cv por litro) y se siente feliz entre 2.500 y 3.400 vueltas. Debajo de eso responde, no es un cadáver, y arriba medio que grita al divino botón y no acelera. El secreto del motor es que la Toro es chica y no tiene chasis de largueros, por lo cual es más liviana, tiene menos área frontal y al motor la mueve feliz, porque le es más fácil hacer el laburo.

El tema del DPF de la Toro no tuvo novedades. Su prima Compass Trailhawk, en cambio, recibió el sistema AdBlue (urea, leer más). Es un tema muy sensible, que trajo muchos dolores de cabeza y problemas judiciales.

Durante la semana que probé la Toro Ultra no se produjeron regeneraciones del DPF. Supongo que fue porque la usé mucho en autopista. Como para evitar líos, la tapa del tanque es verde y tiene carteles alertando que sólo se use combustible “del bueno” y además en la tapa metálica hay otro cartel amarillo, que vuelve a pedir lo mismo. Ojo al mantenimiento que tiene correa y enfría por electro, no tiene viscoso.

Este motor diesel me gusta cómo rinde. Es una pena que este combustible pierda cada vez más terreno en el mercado. En el futuro, en este segmento todo será nafta con turbo. Los consumos son buenos en ruta: a 100 km/h en octava marcha y a 1800 rpm gasta 5.1 litros cada 100 kilómetros. A 110 km/h en novena y a 1700 rpm, 6.5 litros. Y a 130 km/h en novena a 2000 rpm, 7.5 litros. En ciudad se descuelga con 10.2 l/100.

En Directa, acelera en 9.5 segundos a 100 km/h, pero si arrancás forzando la primera marcha bien corta, baja a excelentes 7.7 segundos.

El mapeo del motor está puesto a punto para preservar todo. Con la caja en modo AT, podés pararte con ambos pies en el acelerador que ni loco lo deja pasar de 4.000 rpm (el corte está recién en 4.500, por lo que deja 500 vuelta de changüí). Si incluso levantás un poquito el pie, ya a 3800 cambia de marcha. Si querés llegar al corte, sólo lo vas a lograr en modo secuencial, pero a 4500 va a pasar el cambio: no retiene. Ahí le sale su “costado de auto”.

De todas maneras, este 2.0 TD responde a “las leyes” de los dos litros. Anda bien en el medio, llevarlo más allá de 3600 vueltas es al divino botón e incluso de 4000 a 4500 ya hasta le cuesta. No recomiendo llevarla “al corte”, porque no le divierte.

La caja automática es buena: la quinta es directa y de ahí para arriba son todas sobremarchas, por eso en ruta y a velocidades tranquilas anda paseando en novena. Si hay tránsito, dejala en AT que ella solita se arregla con séptima y octava. A fondo, llegó a 192 km/h.

Como no tiene reductora, en modo Automático arranca siempre en segunda. La primera “corta” no es tan corta: 4,70 a 1. En una pick-up mediana, la primera es de aproximadamente 4.3 a 1. De esto se desprende que “la primera corta” de la Toro es apenas una primera de una pick-up mediana. De ninguna manera suple una reductora (por lo que no es correcto llamarla “Low”), pero al menos es algo. Veredicto: muy bueno.

COMPORTAMIENTO

Sobre asfalto, la Toro realmente fue siempre muy buena, ya que su origen monocasco le da una ventaja de agilidad, peso y practicidad. “Anda como un auto”, escuchÉ decir siempre y es verdad. Es un auto, con caja (baúl en el caso de la Ultra). Esto le da una gran agilidad en el tránsito de las ciudades, autopistas congestionadas y un lindo andar en ruta: noble y relajante.

Las Scorpion ATR son excelentes y no hacen tanto ruido en asfalto y aún en ruta inundada, yendo a velocidad razonable, no hacen aquaplanning. Volví de Rosario con baldes de agua que caían del cielo y no tuve ni una espantada. Obvio, venía tranquilo. Pero la Toro es en cualquier circunstancia fácil de usar en cualquier tipo de asfalto.

Fuera de camino, como bien sabemos, la generación anterior tenía una puesta a punto de electrónica muy mala. Era tan rudimentaria que no se podía desconectar el ESP y todo el tiempo le hacía la vida imposible al motor y la caja. El punto llegó a tanto que hay tutoriales en los foros de Toro sobre como desactivar la electrónica sacando fusibles para que se libere y poder usarla. Un horror: andar tocando la parte eléctrica pensando que “no pasa nada” es un delirio. Pero cada uno con su plata, su Toro y su vida hace lo que quiere.

Ahora, por fin, la electrónica fue revisada. ¿Es entonces como la muy buena Compass Trailhawk? No, pierdan las esperanzas. Queda claro que Jeep no le comparte a Fiat sus secretos (vaya uno a saber por qué). Pero “los tanos” al menos escucharon y recalibraron. Lo bueno es que ahora el ESP desconecta en dos niveles. El segundo nivel saca “casi todo” y te deja llevarla de costado patinando en el barro un rato y no corta motor. ¡Por fin! Ahora sí se deja llevar fuera de camino.

¿Entonces, es una 4×4 hecha y derecha? No, tampoco es para tanto. Es una chata urbana con cierta capacidad off-road, ahora mejorada, pero no es para golpear ni para barro profundo o grandes trayectos off-road. Es para entrar a la playa tranquilo, para entrar a tu campo esos pocos kilómetros “si está feo”, irte de vacaciones a recorrer caminos de ripio normales y no mucho más.

Si bien mejoró y tiene buenas gomas, la diferencia fuera de camino con una pick-up mediana sigue siendo abismal. Cualquier mediana 4×2 es más apta fuera de camino que la Toro 4×4.

Otra cosa que mejoró es el radio de giro, que sigue siendo discreto, pero al menos ahora dobla un poco más. O sea, en vez de necesitar los anillos de Saturno para dar la vuelta en U ahora con Marte se arregla. Veredicto: Muy bueno como siempre en asfalto, ahora bueno en el suelto fácil. Bien Fiat por escuchar y cambiar.

CONCLUSIÓN

Todo lo que te gustaba de tu Fiat Toro, sigue estando. Y mejoraron cosas que eran necesarias. La Toro nació como una buena idea y se mantiene como tal, agregando cosas para hacer frente a las rivales de peso que se vienen. No la va a tener fácil. Tengamos en cuenta que hay un enorme cambio de gama.

Esta versión Ultra está muy buena, pero vale 5.1 millones de pesos. Es mucho dinero y se mete de lleno en valores de pick-ups medianas. Aunque la jugada de Fiat es otra: como la Ultra tiene una caja de carga cerrada como un baúl, buscará robarles clientes también a las SUVs. La ventaja es que la Ultra sigue siendo una pick-up y está exenta de impuestos internos, que es el tributo que castiga a todas las SUVs.

No es una pick-up de trabajo. Para eso prefiero sin dudas la confiable 1.8 nafta, que es la mejor ecuación para mi gusto. La Ultra se propone ser una pick-up de uso recreativo y familiar, para viajar más que para cargar. No es ni intenta ser un gran vehículo todo terreno. No es para golpear ni para exigir. Usala en modo civilizado y te va a dar muchas satisfacciones. Al menos mientras siga reinando sola en este segmento. Se viene mucha competencia en breve.

J.Ch.

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Archivo para descargar: Ficha técnica Fiat Toro (2021)

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Toro (2022): nuevo diseño frontal, luces 100% de leds y capot más abultado.

Hay versiones desde 3.2 millones de pesos. La Toro Ultra tiene un precio de lista de 5.1 millones.

Se caracteriza por la caja de carga cerrada, con una barra sobre la caja simula la silueta de un sedán.

Sigue siendo una pick-up, pero ahora “con baúl cerrado”.

La caja de carga tiene 820 litros y una tonelada de capacidad.

La bolsa hermética para el equipaje viene de serie, tiene seis anclajes y cuenta con 420 litros de volumen.

La bolsa es necesaria porque, con tapa rígida y todo, aún se filtra agua y polvo dentro de la caja.

Mucha menos agua y polvo que con una “lona marítima”, pero aún así se filtra.

La Ultra viene de serie con llantas negras de 17 pulgadas y neumáticos Pirelli Scorpion.

El estribo cumple una función estética. Complica el acceso al habitáculo, más que facilitarlo.

Muy buena protección en la parte baja, sobre toda en la zona delantera.

No tanto atrás, donde el escape queda muy bajo y sin protección.

La versión Ultra se ofrece sólo con el motor 2.0 turbodiesel de 170 caballos.

Muchos cambios en la cabina.

Nuevo tablero de instrumentos 100% digital.

Pantalla multimedia vertical, de 10.1 pulgadas.

Nueva disposición de comandos, incluyendo un ESP reprogramado para off-road.

Buena posición de manejo y tapizados exclusivos en esta versión Ultra.

Atrás, el respaldo sigue estando muy recto. Aunque tiene puerto USB, toma 12v y posavasos.

Sumó muchos huecos para guardar objetos. Conserva el pequeño baúl bajo el asiento del acompañante.

La Toro sigue siendo una buena pick-up urbana y rutera.

Y que se atreve al off-road ligero.

Prestaciones y capacidad de SUV, pero sin impuestos internos.

Crítica: BMW Z3M Roadster

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Texto de Carlos Cristófalo

Cuando era chico -y todavía no imaginaba la posibilidad de trabajar algún día como periodista- mi Tío Manolo se convirtió en mi primera fuente de información. Como se sabe, las “fuentes” son el capital y la materia prima básica con la que trabaja cualquier reportero: son los que te abastecen con los datos, los testimonios y todos los “ingredientes” necesarios, con los que después podés llegar a “cocinar” una buena nota.

Manuel Torres era mecánico de aviones. Nació en Béccar, a comienzos del siglo pasado, y era el hermano mayor de mi mamá, Doña Martha (alias “The Boss”). En aquél entonces, trabajar como mecánico de aviones era lo más parecido a ser Ingeniero de la NASA. El Tío Manolo era un técnico especializado en turbinas de Boeing y se desempeñaba en el sector de Mantenimiento de la compañía aérea brasileña Varig.

Manolo viajaba por el mundo reparando turbinas. Pasaba noches enteras en Ezeiza, solucionando problemas. Y volaba de Buenos Aires a Rio de Janeiro con la misma regularidad con la que iba al Coto de Punta Chica.

Manolo era una especie de Papá Noel Jet: cada vez que visitaba a nuestra familia, venía cargado de regalos. Con el tiempo, descubrí que eran chucherías que tomaba “prestadas” de algunos aviones: antifaces para dormir, cepillos de dientes con dentífricos minúsculos, pins con formas de aeronaves y algunos snacks, como sobrecitos con maní japonés. Gracias al Tío Manolo me hice adicto a la Guaraná Antártica, una gaseosa que aún hoy resulta muy difícil de conseguir en Argentina.

Sin embargo, lo que más disfrutábamos mi hermano Orly y yo eran las revistas de autos. Manolo sabía que tenía dos pequeños sobrinos fierreros y siempre pescaba en la First Class todas las revistas de autos que dejaban abandonados los pasajeros al llegar a destino.

Por eso digo que fue mi primera fuente de información: mucho de lo que aprendí de autos desde chiquito lo absorbí de esas revistas exóticas, que Manolo nos traía a casa. Cualquiera que haya sido fierrero en los años ’80 y ’90 lo sabe muy bien: comprar revistas importadas en Argentina era un lujo carísimo. ¡Imaginate tener a un tío que te las trajera gratis!

Con esas revistas aprendí sobre autos, pero también me enseñaron bastante sobre idiomas. Si hoy me puedo defender en inglés y portugués (más algunas palabras de italiano, francés y alemán) fue gracias a que pasé tardes enteras tratando de decodificar lo que decían esas notas.

Y fue en una Road&Track norteamericana de los ’90 donde leí el mejor título periodístico que se haya escrito jamás. Era la prueba de manejo firmada por el piloto y periodista belga Paul Frère, que sintetizaba -con dos palabras y dos números- la experiencia de haber probado los flamantes BMW Z3M Roadster y Coupé.

El título decía: “Looks: 5 – Dance: 10”.

Sobre la base de los Z3, la división Motorsport creó en 1997 dos variantes deportivas que hicieron historia. Los periodistas como Frère opinaban que el diseño de estos autos era bastante flojo, sobre todo por la polémica silueta de la versión Coupé, que era una especie de Shooting Brake alemana. Sin embargo, el cronista belga -que además había sido piloto de Ferrari, con un triunfo en las 24 Horas de Le Mans de 1960- no tenía dudas: eran los mejores autos que podías manejar en ese entonces.

Siempre disentí sobre esas críticas al diseño de los Z3M: a mí me fascinaron desde el primer día. Por eso, en mi opinión, nada de “Looks: 5”. Al mismo tiempo, en 1997 hubiese dado cualquier cosa con tal de poder hacer bailar a uno de estos autos. La duda me carcomía: “¿Qué se sentiría al conducir un Dance: 10?”.

Esa oportunidad surgió, de manera inesperada, hace dos semanas. El concesionario BMW AutoPremier realizó un homenaje al Z3M Roadster con una exposición pública en su concesionario de San Telmo (ver nota). Además, organizó una caravana con siete de los 15 ejemplares que hay en nuestro país.

Lo mejor de todo: me ofrecieron manejar uno de esos autos, en un test drive desde la sede de la agencia hasta un campo en Cardales, ida y vuelta.

La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

El BMW Z3 se presentó en público en septiembre de 1995, en la película “007 – Golden Eye”. Pierce Brosnan no fue el mejor de los James Bond, pero tuvo la suerte de coincidir con la época de patrocinio de BMW, que durante casi una década reemplazó a Aston Martin como proveedor de los “Bond Cars”. Brosnan manejó en pantalla el genial 750iL a control remoto, el fabuloso Z8 y hasta la chopera R1200 Cruiser.

El Z3 fue el roadster que llegó para reemplazar al costosísimo Z1, que se hizo famoso por sus exóticas (y onerosas) puertas retráctiles. Los años ’90 fueron una época de gloria para los roadsters (definición inglesa de “descapotable, biplaza”). Todas las marcas tenían uno en su catálogo: desde Fiat (Barchetta) hasta Toyota (MR2), sin olvidar al que volvió a poner de moda a este segmento, el best-seller Mazda Miata.

El Z3 compartía plataforma, mecánicas y mucho equipamiento con el Serie 3 de tercera generación (E36). Y su silueta resultaba inconfundible: trompa redondeada, capot larguísimo, branquias laterales y una cola bien cortita, con los dos ocupantes casi sentados sobre el tren trasero. Sus proporciones son muy compactas, en comparación con los parámetros modernos: mide apenas cuatro metros de largo y tiene sólo 1.3 metros de altura.

El Z3M Roadster se presentó en 1997 y fue la versión más deportiva, desarrollada por la división Motorsport. Es un Z3 al que mandaron al gimnasio: tiene trochas más anchas, guardabarros más musculosos y un menor despeje del suelo. Lo más espectacular: los neumáticos en dos medidas. El calzado de 225/45ZR17 adelante y 245/40ZR17 atrás no sorprende ante los cánones de los deportivos modernos, pero dentro de las dimensiones contenidas del Z3, lucen brutales.

El diseño se completa con las generosas barras de protección tras los asientos y el techo de tela, con apertura eléctrica. La unidad que manejé también tenía un Hard-Top: un techo rígido desmontable que no tiene un diseño muy agraciado, pero que permite disfrutar el auto todo el año. No lo llevamos al viaje: quedó en el concesionario.

¿Y contra quiénes competía? Por aquellos años, había varios rivales, pero ninguno con tanta potencia como el Z3M Roadster. Audi tenía el TT Roadster (hasta 250 caballos), Mercedes-Benz ofrecía el SLK (hasta 215 cv) y Porsche contaba con el Boxster (hasta 247 cv). Recién en 2001 llegó un rival a la altura del BMW, con el Mercedes-AMG SLK 32 de 349 cv.

En 1997, el Z3M Roadster ofrecía nada menos que 320 caballos: la misma potencia que una Ferrari 348 Spider de esa época (por citar a otro roadster).

POR DENTRO

Hace dos años probé el actual BMW Z4 y me encantó (leer crítica). Es un roadster con una cabina estrecha, donde vas casi sentado en el piso. Bueno, en el Z3M Roadster todo eso es aún más extremo, con el agregado de que sus proporciones son bastante más compactas.

Es sorprendente cómo crecieron en tamaño los autos en los últimos años. Es cierto que el promedio de estatura (y peso) de la población mundial está en aumento, pero también es justo decir que las demandas de mayor confort y seguridad obligan a hacer vehículos más grandotes.

El cockpit del Z3M Roadster es estrecho y analógico, en todo sentido. Fue uno de los últimos BMW diseñados y construidos antes de la actual era digital. Y eso es algo que se nota en el habitáculo, donde no hay ningún tipo de pantalla. Sólo perillas, relojes y simpáticos detalles de terminación.

En este punto es necesario destacar el trabajo de preservación que hicieron los dueños de estos autos, que ya pueden ser considerados verdaderos clásicos. Al menos en la unidad que me tocó manejar, todos los comandos y las funciones andaban a la perfección. No había perillas duras ni sistemas anulados o luces extrañas en el tablero. Este ejemplar en particular tenía sólo 51 mil kilómetros recorridos. La gente de AutoPremier le había brindado un tratamiento de detailing exquisito, antes de entregarme las llaves relucientes.

Compartí el auto con la periodista Guillermina Fossati. Es la dama que más sabe de autos en Argentina. Es redactora de iProfesional, editora de Motriz, columnista de Perros de la Calle y jurado del premio Women’s Car of the Year.

Aclaro todo esto para desterrar prejuicios: mi equipaje era más grande que el de ella. Bueno, tampoco es que llevé 20 valijas. Pero toda mochila parece enorme cuando tenés que compartir un baúl de sólo 165 litros de capacidad. ¿La rueda de auxilio? Finita, de uso temporario y colgando afuera, en la parte baja del vehículo (como en una pick-up).

SEGURIDAD

Doble airbag frontal, frenos ABS y dos cojudas barras para proteger a los ocupantes en caso de vuelco. Nada más.

Bueno, tampoco lo tiremos tan abajo: admitamos que ese era un buen equipamiento de seguridad en 1997. Y que el control de estabilidad o tracción no era considerado imprescindible en un deportivo.

Eso sí, los frenos merecen palabras mayores: es el mismo sistema de discos ventilados en las cuatro ruedas, que equipaba el M3 E36 de esa época.

MOTOR y TRANMISIÓN

Acá también hay ADN de M3. La unidad que manejé correspondía a la última evolución que tuvo el Z3M Roadster. Es un ejemplar del año 2001, que lleva el mismo motor S54 del M3 E46: son seis cilindros en línea, con 3.2 litros de cilindrada, que entregan 320 caballos de potencia a 7.400 rpm y 354 Nm de torque a 4.900 rpm.

Si bien el M3 E46 se ofrecía con caja manual o automática de seis velocidades, el Z3M se tuvo que conformar con una transmisión manual más convencional: ZF, de sólo cinco marchas. ¿El motivo? No había espacio para la caja de sexta.

La tracción es trasera, con diferencial de deslizamiento limitado.

COMPORTAMIENTO

La caravana salió desde el concesionario de BMW AutoPremier en San Telmo y combinó avenidas y autopistas, hasta abandonar la ciudad de Buenos Aires. Una vez más, hay que destacar el estado de conservación de estas unidades: la caja, la pedalera, la dirección y todos los comandos conservan la precisión de un auto nuevo.

Se siente como nuevo, pero es claramente un clásico. Por eso, el embrague requiere un poco de acostumbramiento, lo mismo que los pedales tan amontonados. El freno hay que pisarlo sin miedo, porque gana precisión y eficiencia en la segunda mitad de su recorrido.

Este seis cilindros de 3.2 litros se puede manejar con mucha soltura en el tránsito porteño. En esas condiciones, ni siquiera se siente como un auto deportivo. Es dócil y ágil, pero muy lejos de ser el aparato arisco que imaginaba.

Es un motor atmosférico, así que la cosa recién se pone muy interesante a partir de las 4.000 rpm. Y ruidosa también. Con la capota abierta, el sonido te envuelve por completo, con el seis cilindros rugiendo bajo el capot y los cuatro escapes tronando en tus espaldas.

Se terminan las autopistas, entramos a una zona más tranquila de rutas, el tránsito se despeja y el Z3M ya puede “estirar las piernas” a gusto. Entre las 4.000 y las casi 7.000 rpm todo transcurre muy rápido. Este no es un auto para los que sólo saben acelerar con Launch Control: a ese régimen, la caja hay que trabajarla con firmeza y los pies tienen que bailar en la pedalera.

¿Vamos entendiendo aquello de “Dance: 10”?

Los gruesos neumáticos traseros ofrecen mucha adherencia, pero hay que ser muy respetuoso con el acelerador cuando lo pisás en pleno apoyo en curva: es fascinante la sensación de sobrevirar cuando literalmente vas sentado sobre el eje trasero. Paul Frère lo sabía muy bien: danzar con un auto así es un verdadero arte.

Me encantó la dirección: un poco pesada en el tránsito, pero con un tacto maravilloso cuando los 320 caballos empiezan a galopar. También me fascinaron los frenos: nunca llegué a sentir que interviniera el ABS, porque realmente están sobredimensionados para este auto de 1.400 kilos.

La suspensión también es genial. Adelante tiene un esquema independiente, tipo McPherson. Y atrás tiene brazos semiarrastrados. El chasis se adapta muy bien a la potencia del motor y el andar resultó mucho más confortable de lo que esperaba: todo gracias a los neumáticos, que pertenecen a una época previa a la tendencia actual de perfiles ridículamente ultra bajos.

No pudimos realizar mediciones, pero vale la pena recordar que, cuando era nuevo, el Z3M Roadster aceleraba de 0 a 100 km/h en sólo 5.4 segundos. Su velocidad máxima está limitada a 250 km/h.

Con el techo abierto y a partir de 120 km/h, el viento y las turbulencias invaden el habitáculo por completo. Subir las ventanillas no alcanza paraa contener el huracán que se desata en el cockpit. En ese sentido, los descapotables modernos mejoraron muchísimo en términos de confort cuando se viaja sin techo. Pero ahí radica también el encanto de un roadster: nadie te va a decir nada por llegar al almuerzo despeinado. Y, si alguien te comenta algo, tampoco te va a importar: “Me peinó Javier Milei”.

CONCLUSIÓN

Descapotable, con caja manual y tracción trasera. Seis cilindros, con 320 caballos, sin turbo ni asistencias electrónicas. Hace rato que en el mercado argentino no existe un vehículo con estas características y esa fue la idea de esta caravana: homenajear a un roadster alemán, que fue el último en su especie.

La experiencia analógica y despeinada de manejar este auto me encantó. Mañana mismo podría ponerme a hacer orden, tirar trastos viejos y derribar alguna pared, con tal de tener un Z3M Roadster en mi garage. Es un auto clásico, con todo el encanto old-school, al mismo tiempo que se siente confiable, cómodo y muy divertido para disfrutar todos los días.

Sin embargo, hay una famosa frase que dice: “Nunca conozcas a tus ídolos”.

Y, en este caso, aplica muy bien: la potencia y las prestaciones del Z3M Roadster eran brutales en los años ’90, pero hoy las superan con facilidad muchos deportivos modernos.

En cambio, estoy convencido de que su diseño sólo mejora con los años. Ya no se hacen autos con la personalidad y el carisma como los que venían en las revistas del Tío Manolo.

Por eso, 24 años después, me voy a tomar el atrevimiento de parafrasear a Paul Frère: “Dance: 5 – Looks: 10”.

C.C.
Fotos: AutoPremier

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AutoPremier reunió a siete de los quince Z3M Roadster que hay en Argentina para este homenaje al deportivo alemán.

Y le prestó esta unidad a Autoblog, para participar de un test drive de un día.

Equipo con la gran colega Guillermina Fossati.

Esta unidad tiene un Hard-Top: techo rígido desmontable.

El techo no tiene el diseño más agraciado, pero permite disfrutar el auto todo el año.

Como nuevo. Excelente estado de conservación y cuidado de esta unidad.

Había recibido un tratamiento de detailing por parte del equipo de AutoPremier.

Ejemplar con sólo 52 mil kilómetros recorridos.

La única modificación moderna: el equipo de audio con MP3 y USB.

Abajo del capot, el analógico seis cilindros en línea de 3.2 litros y 320 caballos de potencia.

Es el mismo motor del M3 E46, pero con caja manual de cinco velocidades.

Las famosas branquias, que después adoptaron casi todos los BMW firmados por M.

Cuádruple salida de escape. ¿Quién necesita un MP3?

Neumáticos en dos medidas y perfil no tan bajo.

Un nuevo clásico.

Gracias a AutoPremier, al Tío Manolo y a Paul Frère.

Paul Frère (1917-2008): adiós a un genio del volante y la pluma (leer nota). 

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Crítica: Jaguar E-Type Convertible

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Texto de Carlos Cristófalo
Fotos de Orly Cristófalo

Todos conocen la anécdota de Enzo Ferrari y el Jaguar E-Type: “Es el auto más hermoso que jamás se haya fabricado”, dijo el Commendatore cuando lo vio expuesto por primera vez, en el Salón de Ginebra de 1961.

Este año se cumplieron seis décadas del lanzamiento del E-Type y mi anécdota favorita de ese auto es otra bien distinta, que casualmente ocurrió en el mismo lugar y en la misma fecha.

En 1950, Williams Lyons -fundador de Jaguar- le encargó a sus ingenieros la creación de un deportivo que reemplazara al famoso -aunque ya veterano- XK. El nuevo modelo debía estar inspirado en los nuevos íconos deportivos de la marca inglesa: los C-Type y D-Type, que ya habían brillado en las 24 Horas de Le Mans.

El primer E-Type se llamó Prototipo E1A y se terminó en 1957: era un exótico roadster fabricado en aluminio y magnesio. Fue el primer auto en utilizar la suspensión trasera independiente diseñada por el ingeniero Bob Knight, con un esquema que adoptarían todos los modelos de Jaguar durante las décadas siguientes. El segundo ejemplar fue el Prototipo E2A, que ya incorporaba el motor seis cilindros en línea, diseñado por Bill Heynes. Era el mismo impulsor que había establecido la vuelta más rápida en Le Mans 1960.

Pero volvamos a Suiza. El 15 de marzo de 1961, a las 16:30, el Jaguar E-Type de producción fue presentado en el Salón de Ginebra. Se exhibió en forma de Coupé y Convertible. Debutó con una evolución de aquél motor de Le Mans: era un 3.8 de seis cilindros (265 cv y 347 Nm), que lo convirtió en el auto de calle más rápido del planeta. Alcanzaba una velocidad máxima de 241 km/h.

Lo más revolucionario de todo era que el E-Type tenía un precio que humillaba a los Aston Martin y Maserati de la época: esos deportivos eran más anticuados, más lentos y costaban el doble que el Jaguar.

Fue en ese Salón de Ginebra donde nació el slogan publicitario más perfecto e involuntario de la historia del automóvil: la famosa frase de Don Enzo.

Algunos dicen que el E-Type fue el auto que impulsó a Ferrari a crear un auto deportivo que fuera veloz y hermoso, al mismo tiempo. Se dice que esa combinación le dio el impulso final a la gloriosa Ferrari 250 GTO de 1962, que ya estaba en desarrollo.

Pero acá viene la otra historia.

Igual de genial, aunque menos conocida.

En aquella época, el Salón de Ginebra contaba con una pista de pruebas, para que los visitantes pudieran manejar algunas de las novedades. Era una pequeña trepada de montaña, vecina al pabellón de exposiciones.

El jefe de Prensa de Jaguar, Bob Berry, había manejado desde Inglaterra hasta Suiza el único ejemplar para pruebas en el día reservado para los periodistas. Era el prototipo 3600HP. Y sucedió lo que nadie había planificado: la fila de espera para manejar el E-Type terminó siendo tan larga como la misma pista y Berry se tuvo que encargar de ordenar a la multitud de interesados en subirse al E-Type.

Entonces, Bob llamó de urgencia a Inglaterra. Y le pidió al jefe de pilotos de pruebas, Norman Dewis, que enviara un segundo auto a Ginebra. El propio Dewis se puso al volante del prototipo 77RW, se subió al último ferry de la noche en Dover y manejó toda la madrugada a través de Europa, para llegar a Ginebra a la mañana siguiente.

La solución fue peor que el problema. Norman Dewis manejaba como loco por la pista de pruebas, llevando a los invitados en el asiento del acompañante. Su dominio sobre el auto y las maniobras que hacía con el E-Type convocaron a todavía más curiosos. Hasta los pilotos de Ferrari, que también estaban en Ginebra, pidieron una vueltita en el asiento del acompañante. Ese Jaguar era hermoso, pero también divertidísimo de manejar.

Para celebrar los 60 años del E-Type, Jaguar presentó este año seis recreaciones de los 3600HP y 77RW: tres coupés y tres convertibles. En sus interiores, junto al freno de mano, hay un mapa grabado sobre aluminio, con la ruta que manejaron Bob Berry y Norman Dewis para llegar hasta Ginebra. Los compradores fueron invitados a un viaje de tres días, para revivir la aventura por esos mismos caminos.

El E-Type tuvo tres evoluciones (“Series”) y se mantuvo en producción durante 14 años. Se fabricaron algo más de 72 mil unidades y una de ellas fue el móvil de Autoblog durante el Supermarket Run 2021: un Convertible 4.2 de 1965.

Por supuesto, nos lo quedamos “un ratito más”. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

“¿Vamos con techo o sin techo?”, me pregunta el Tano mientras detiene el E-Type junto a mis pies. Tuve la suerte de ver muchos ejemplares en persona, pero este es un auto que nunca deja de fascinarme. Es la definición absoluta de “elegancia con ruedas”. Un capot larguísimo, interminable. Un perfil afilado como un dardo. Superficies suaves y tersas. Curvas femeninas. Y un remate de cola que es un dechado de sutilezas.

A eso, agregale el cockpit minimalista, con los dos ocupantes casi sobre el tren trasero, y otros detalles exquisitos: las preciosas llantas de rayos (con tuerca central), la doble salida de escape simétrica, las tres escobillas para el pequeño (aunque envolvente) parabrisas, la toma de aire frontal con boca de pez y los cromados apenas necesarios, sin ostentaciones barrocas.

Este ejemplar pertenece a la Series 1, que se fabricó hasta 1968. Las otras dos Series tuvieron motores más potentes y mayor equipamiento de confort, pero creo que nunca lograron igualar la pureza del diseño de esta serie original.

Sus proporciones son desconcertantes: estirado y flaco, como una flecha. Mide 4.45 metros de largo, pero apenas 1.65 de ancho y 1.22 de altura. Su peso es de apenas 1.280 kilos.

El E-Type es el auto más hermoso que jamás se haya fabricado. No soy nadie para desmentir a Don Enzo. Pero acá viene el debate eterno, ¿Coupé o Convertible? Son geniales los dos, porque la carrocería Coupé incluso tiene esa original burbuja trasera, al estilo Shooting Brake. Así es que la respuesta correcta a este dilema es la siguiente: ninguna buena colección de autos está completa sin un E-Type Coupé y otro Convertible.

POR DENTRO

El enorme volante de madera ocupa casi media cabina. Bueno, tal vez exagere un poco, pero esa es la sensación que te brinda cuando tenés que empezar a contorsionarte para subirte al E-Type. Quitar el techo antes de entrar es una buena decisión para cualquiera que mida más de un metro ochenta. Lo bueno es que, una vez que lograste sentarte, el Jaguar te calza como un guante: la pedalera es estrecha, pero la palanca de cambios y todos los comandos quedan bien al alcance de la mano.

Este ejemplar había recibido un minucioso trabajo de detailing, justo antes de participar del Supermarket Run. Todo brillaba. No había suciedad o polvo ni en el rincón más escondido. Lo más sorprendente: todo funcionaba a la perfección. Me obsesioné con encontrar algún detalle que revelara los 56 años de antigüedad de este ejemplar y apenas lo encontré en el contacto de la llave, que tenía un leve juego.

Las alfombras parecían recién salidas de una textil. Los tapizados estaban perfectos. Y la capota se maniobraba con una suavidad inusitada. Esta unidad participó en algunas ediciones de las 1000 Millas Sport en Bariloche, pero su estado de conservación es de exposición. Merecía un “Best of Show” en Autoclásica, pero se suspendió por la pandemia. Por eso, lo homenajeamos con el primer puesto en la caravana del Supermarket Run (ver notas).

SEGURIDAD

Cinturones de seguridad de dos puntos y frenos a disco en las cuatro ruedas. ¡Nada mal para 1961! La cabina no ofrece ningún tipo de protección para los ocupantes. Ni siquiera los delicados paragolpes cromados brindan la sensación de ofrecer seguridad alguna en caso de choque.

“Y más te vale que no choques”, me dijo el Tano, cuando escuchó mis pensamientos en voz alta.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Este Series 1 Convertible tiene un motor de seis cilindros en línea con 4.2 litros de cilindrada. Cuando era nuevo, Jaguar declaraba 265 caballos de potencia y 384 Nm de torque. Son excelentes valores para un auto de 60 años y alimentado por carburadores.

La caja de cambios tiene sólo cuatro velocidades y la tracción es trasera. Es importante recalcar que todo el conjunto fue montado sobre una estructura autoportante, en una época donde la mayoría de los autos usaban chasis de largueros. Eso le permitió al E-Type combinar motores potentes con bajo peso.

El motor V12 llegó recién con el Series 3. Tenía 5.3 litros de cilindrada y era bastante más pesado que el seis cilindros. Pese a ello, no era mucho más potente: apenas llegaba a los 272 caballos. Sin embargo, pasó a la historia como el E-Type con la mejor sinfonía mecánica.

COMPORTAMIENTO

Y eso que este seis cilindros no suena mal. Nada mal.

Los escapes trabajan libres y el motor no tiene ningún tipo de aislación acústica. No le gusta regular a bajas vueltas. Es un impulsor para llevar siempre alegre, ruidoso, bien enroscado.

La potencia máxima la entrega a 5.400 rpm y por debajo de 3.500 no hay nada interesante para ofrecer. Eso te obliga a trabajar con precisión la caja y la pedalera, para que nunca decaiga. Y, sobre todo, necesita espacio: mucho espacio, para expresar toda su performance.

Durante el Supermarket Run, el homenaje a Autoclásica y a los médicos del Hospital de San Isidro, dimos una tranquila vuelta al Hipódromo, a velocidades legales. Pero, a pesar de su silueta elegante y su equipamiento exquisito, el E-Type no es un auto diseñado para pasear.

Recordemos que, por aquellos años, Jaguar había forjado su fama en los circuitos. Por eso, justo después de su debut en el Salón de Ginebra, el E-Type apareció al mismo tiempo en concesionarios y autódromos. Su primer triunfo fue en Oulton Park (Inglaterra), con un aguerrido piloto que después sería campeón de Fórmula 1: Graham Hill.

Y, ya en 1962, el E-Type debutó en las 24 Horas de Le Mans: logró el cuarto y quinto puesto en la general. Sólo fue superado por las Ferrari 330 TRi y 250 GTO del equipo oficial de Maranello. El sexto puesto fue para otra GTO. La tabla de posiciones de Le Mans jamás volvió a verse colmada con tantas bellezas.

¿Y qué se siente al manejarlo? Es una combinación perfecta de ligereza, potencia a alto régimen, sonido de escapes, precisión de la caja, dirección pesada y viento alocado.

Maniobrarlo en ciudad y a bajas velocidades es un suplicio: el volante es así de grande para intentar compensar un poco el peso de la dirección, pero no lo consigue por completo. A eso hay que agregarle que tiene poquito despeje: toca en todos lados. Es realmente estresante manejarlo en ciudad. Bajo ningún concepto querés arriesgar en lo más mínimo, ante la lejana posibilidad hacerle una marquita.

Es como salir a maneja la Venus de Milo en hora pico. Todos se van a fascinar con esa obra de arte voluptuosa, pero también vas a sentir el peso del morbo en las miradas: un segundo de distracción y la escultura quedará arruinada por el resto del campeonato.

Por eso, lo mejor es salir a la ruta. Ponete anteojos. Si tenés antiparras, mejor. Y algo que te agarre también los pelos, porque te vas a volar. Seamos claros: el viento huracanado es la única y maravillosa incomodidad que vas a sentir en el E-Type Convertible.

Entre las 4.500 y las 6.000 rpm, el seis cilindros suena como un verdadero auto de competición clásico. Y las reacciones son brutales. Ahí comprendés por qué la dirección es tan pesada: necesita esa resistencia para ofrecer la mayor precisión posible a alta velocidad. La caja de cuatro marchas puede parecer mezquina, pero a partir de 90 km/h, la cuarta alcanza y sobra para todo lo que quieras hacer con este auto.

No pudimos realizar mediciones, pero cuando se lanzó a la venta Jaguar declaraba una aceleración de 0 a 100 km/h en 6.4 segundos y una velocidad máxima de 241 km/h.

Se siente ligero, afilado y desafiante. Me encantó el trabajo de la suspensión. Me asustaron un poco los frenos. Y, con el paso de los kilómetros, te terminás por enamorar de esa dirección pesada, pero de gran precisión. Es una verdadera maravilla, aunque no oculta su tecnología de hace 60 años.

CONCLUSIÓN

El E-Type nació hace 60 años como un auto hermoso, pero también ganador en circuitos. Y se convirtió con rapidez en un éxito comercial. Fue el auto clave para la difusión de Jaguar en Estados Unidos, donde se vendieron (bajo el nombre XKE) dos tercios de todos los E-Type fabricados en Inglaterra.

En todos estos años, pude ver y conocer muchos E-Type gracias a mi trabajo. Pero esta fue la primera vez que pude manejar uno. Recién ahí comprendí que mi concepción de este auto estaba completamente equivocada. Como buen tifosi, me dejé llevar todo este tiempo por la primera impresión de Enzo Ferrari, que quedó maravillado por su belleza. Nunca hasta ahora había reparado en su verdadera esencia: es un auto delicioso, pero no sólo por su diseño.

El verdadero placer del E-Type radica en manejarlo.

Basta, Don Enzo: que sea la última vez que me hacés equivocar.

C.C. / O.C.

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El Jaguar E-Type 4.2 Convertible de 1965 fue el Móvil de Autoblog en el Supermarket Run 2021 (leer notas).

Y, de paso, nos lo quedamos “un ratito más”.

La belleza del E-Type rivaliza hasta con las flores.

La silueta más conmovedora de la industria automotriz mundial cumple 60 años.

Al abrir el capot, el paragolpes delantero no toca el pavimento: simplemente lo besa (y el asfalto se ruboriza).

Un ejemplar de configuración exquisita y en excelente estado de conservación.

El volante ocupa media cabina.

Es así porque la dirección es muy pesada a baja velocidad. Pero tremendamente precisa y balanceada en ruta.

Pedalera apretada. No sobra nada de espacio.

Estado de “Best of Show”.

En el baúl, la tapicería que ya te gustaría tener en el living de tu casa.

La perfección hecha rueda: llantas de rayos y con tuerca central.

¿Era necesario estilizar hasta la tapa del tanque de combustible? Sí, muy necesario.

El color definitivo para un E-Type.

Elogio de las simetrías.

Motor de seis cilindros en línea, con 4.2 litros de cilindrada, 265 caballos y 384 Nm de torque.

Un motor nacido de la experiencia de Jaguar en Le Mans.

Recipientes curiosos. Algunos, en aluminio y plástico.

Otros, en vidrio.

Sí, vidrio.

Chapa original del fabricante, con recomendaciones de fluidos según el tipo de estación de servicio que prefieras visitar.

Suspensiones derivadas de Le Mans.

“¿Terminaste, Orly? ¡Quiero manejar!”

“Sí, pero andá y volvé. Que me faltan algunas fotos”

“Volvé y peinate para las fotos”.

“¿Dónde está mi coiffeur, cuando lo necesito?”

“¿Coiffeur? Tu pelo necesita una bordeadora”.

“Listo, sale peinado libertario”.

“¿Es posible driftear con un E-Type?”

“Dice el Tano que ni lo pienses”.

“Decile al Tano que me lo quedo una semana más”.

“WANTED – Se ofrece recompensa”.

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Crítica de Pesadoblog: Volvo Trucks Línea F

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Volvo Trucks, la histórica marca de camiones suecos, renovó días atrás en la Argentina su gama de peso pesados de los caminos. La flamante Línea F estrena motorizaciones, diseño y una avalancha de nuevas tecnologías destinadas a mejorar el trabajo del transportista y su seguridad.

Carlos Alfredo Pereyra, editor de Pesadoblog, probó las diferentes versiones de la Línea F en un doble test drive. En la primera etapa, durante un viaje por las rutas del Norte argentino. En la segunda etapa, sobre la pista del Autódromo de Buenos Aires.

La crítica completa ya está publicada y se puede leer acá.

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La crítica completa de Pesadoblog (en ruta y pista) con los nuevos Volvo Trucks Línea F ya se puede leer acá.

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VIDEO: Pesadoblog – Volvo Trucks Línea F (Norte argentino)

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VIDEO: Pesadoblog – Volvo Trucks Línea F (Autódromo)

Crítica: Jeep Compass T270 Limited (2022)

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Texto y fotos de Jerónimo Chemes

Stellantis renovó uno de sus caballitos de batalla, el Jeep Compass. Desde que se lanzó a la venta en 2017 (leer crítica), el Compass siempre fue un éxito, basado en un muy lindo diseño, muy buen equipo de seguridad, variedad de motores y tracción, amplia gama de opciones y muy buen equipo de confort. Sobre la plataforma de los Renegade y Toro, que si bien ya tiene sus años disimula bastante bien el paso del tiempo, Jeep armó un éxito. Comparte toda la estructura y las mecánicas con su prima pick-up y arriba tiene su propio diseño, que lo posiciona con la marca Jeep en un valor mucho más caro (empujado también por los impuestos internos que afectan a las SUVs y no a las pick-ups).

Pienso que las SUV son en general todas muy buenas, todas muy parecidas, todas cumplen lo que prometen, ninguna se saca ventaja grande sobre otra y sobre todo, cada vez más todas me parecen híper aburridas. Líbido killers, a full. El mundo se inunda de estos aparatos que mucha gente demanda y los pocos que nos gustan los fierros detestamos por ser grandes e ineficientes. Suelo pasar seguido por el concesionario Maserati de libertador y siempre me detengo unos minutos en la vidriera. Hay una coupé que es sencillamente preciosa, uno de los autos mas hermosos que vi, con curvas sensuales que comunican emoción hasta cuando está detenida. Una obra de arte atemporal. Y, al lado, hay una cosa horrorosa: la SUV Levante, que al lado de la coupé queda como una escultura de Botero mal terminada. El contraste duele en los ojos. Me pasa lo mismo con las SUV caras: las Cayenne de Porsche, las X de BMW y las de Mercedes-Benz. Cuanto más caras, me parecen más toscas y feas.

Dentro de la triste y gris de la jungla SUV libido killers del sistema solar, lo que sí creo que me da un poquito más de entusiasmo es el excelente Jeep Compass Trailhawk TD (leer crítica), a quien considero junto con la Ford Bronco Sport (leer crítica) y la simple Renault Duster 4WD (leer crítica) los tres mejores SUV integrales del mercado, que al menos me permiten entrar a la playa o encarar un barro tranquilo, con algo de resto. Básicamente, me dejan sentir alguna emoción. No son sólo para ir al super y la puerta del colegio.

La gran novedad de este Compass 2022 es su motor 1.3 turbonaftero, que reemplaza al viejo y querido TigerShark 2.4, que tantas satisfacciones da y dará en el tiempo con promesas de confiabilidad y prestaciones. Junto con el cambio de motor, la nueva Compass perdió la opción de tracción integral en las versiones nafteras, quedando solo para la más cara 2.0 turbodiesel tope de gama.

Por eso, la nueva Compass naftera y 4×2 hoy compite más que nunca con las dos SUVs del mismo planteo que también se fabrican en el Mercosur: Volkswagen Taos (leer crítica) y Toyota Corolla Cross (leer crítica).

Probamos una semana el nuevo Compass T270 Limited (2022), que tiene un precio de lista de 6.405.000 pesos. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Si bien la plataforma ya tiene sus años, el Compass sigue siendo un vehículo a mi entender muy lindo y distinguido. La identidad Jeep la tiene en cada ángulo, especialmente en el frente y la parte de atrás. Como se dice en el fútbol, “equipo que gana no se toca”, por lo cual de afuera los cambios son mínimos y hay que afinar el ojo muy bien para distinguirlos. Eso es porque el diseño siempre fue lindo y elegante, como un “mini Grand Cherokee”. Las llantas de 19 pulgadas son espectaculares y el conjunto tiene un equilibrio envidiable, ya que el diseño no envejeció.

Las luces de LED son extraordinarias y el diseño derrocha estilo y personalidad a pesar de sus años. Buena distancia entre ejes con pocos voladizos delante y atrás, un despeje razonable (aún con las gomas 19) y personalidad por donde se la mire. Con respecto a la Taos, esta tiene más onda, me parece más distinguida y sobre la Corolla Cross directamente sería cruel compararlas. Veredicto: Muy bueno- Dentro del gris mundo SUV, esta se distingue y me parece muy linda.

POR DENTRO

Como dije antes, esta plataforma ya tiene sus años. En la pick-up Toro se manifiesta en unas plazas trasera muy chicas (para darle espacio a la caja de carga). pero al ser SUV, el Compass tiene más espacio atrás.

Para cuatro adultos es cómodo (mucho más que su prima pick-up), pero el baúl es muy chico. Es espacio interior pierde por goleada con las más modernas Taos y Corolla Cross. Y también pierde en otro ítem crítico que es la visibilidad. La visibilidad de tres cuartos traseros es terrible y los parantes delanteros son muy gruesos. Por suerte, Jeep le puso el alerta de punto ciego (la Toro no trae y la pasás bastante mal) que te ayuda a no encerrar a alguien sin querer. El habitáculo cumple, pero hoy quedó chico comparado con sus rivales.

Lo que mantiene es una muy buena calidad de armado y ensamble, bastante más esmerada que la Toro (excepto en los comandos de limpiaparabrisas e intermitentes, que son iguales).

El tablero en las versiones Limited y Trailhawk ahora es 100% digital, con muchas configuraciones, pero una en particular me encanta, que incluye toda la info de valores de motor y transmisión. Lo único que me hace ruido es que cuando usás la pantalla central, los relojes quedan muy pequeños en los costados. De todas maneras, se puede configurar de varias formas: lo importante es que la info está.

El volante es de buen grip y de tamaño adecuado, ya que tiene dirección eléctrica que no es de las más rápidas, pero es mejor que en la Toro. Tiene botones de los cuales te hacés amigo rápido y levas que son diminutas. Igual, la caja Aisin es de todo menos deportiva, por lo cual no las usás casi nunca.

Sobre tu rodilla: comando de luces y en la puerta mando de vidrios, espejos y traba central. Las butacas delanteras son cómodas, ambas eléctricas con regulación lumbar, pero sin memorias. La posición de manejo es buena y podés viajar largo, sin bajarte cansado.

La consola central es nueva, con diseño diferente y la protagonista es la nueva pantalla de 10.1 pulgadas con Uconnect. El sistema es muy bueno, junto con el SYNC de Ford y el On Star (si hay 4g) de Chevy, es rápido, útil y tiene Android auto y Apple Car Play. A futuro va a tener mapas actualizados en tiempo real con tránsito, pero lo único malo es que ahora no tiene mapas propios. El mapa propio puede no ser tan exacto como los de Google, pero te salva cuando estas lejos y no tenés señal. Es decir: en el 90% de las rutas de Argentina, donde los teléfonos están de adorno.

Arriba hay materiales blandos, pero en el medio una bagueta dorada que no solo me parece muy fea, sino que refleja el sol todo el tiempo y se me hizo molesto.

Debajo de la pantalla hay una fila de botones bien a mano para diferentes comandos. Yo en general desactivo de una el Start/Stop y el asistente de carril, pero los botones son medio brillantes y a veces no se ven bien con el sol. Lo mismo pasa con el plástico negro brillante (“Piano Black”) de la parte de la palanca que brilla demasiado y cuesta ver si el Hold y el freno de mano están puestos. Delante de la palanca están los mandos del climatizador con botones y las perillas giratorias. No tengo problema con las pantallas, pero a mi edad por favor no me saquen los botones físicos que siguen siendo más rápidos e intuitivos, especialmente cuando las pantallas son lentas y complicadas. La otra buena novedad es que delante de todo tiene cargador inalámbrico. La idea me parece espectacular ya que elimina los fastidiosos cables volando por ahí aunque este me pareció demasiado lento en la manera de cargar mi Samsung. En la consola entre asientos los posavasos son chicos y el apoyabrazos en pequeño también, si levantás la tapa adentro caben muy pocas cosas.

El techo es espectacular, doble cortina hasta atrás y además se abre en dos posiciones. Los mandos del techo/luces/apertura portón trasero están bien identificados y son fáciles. Como el Compass tiene poco vidrio (de ahí que la visibilidad sea complicada), abrir el techo lo convierte en un lugar más lindo para estar.

Una cosa medio molesta es que todo hace “piiiiip”, por lo cual tomate el tiempo de setear las configuraciones desde la pantalla central para que solo te avise lo que querés, sino es medio insoportable que todo el tiempo chille.

Atrás es cómodo, tiene salidas de aire acondicionado y puerto USB más toma de 12v. Como dije, dos entran cómodos, pero para tres sólo niños. El respaldo es partido por suerte porque el baúl es chico.

En el baúl. La terminación es buena, tiene toma de 12v y botón para cerrarlo, además de ganchos de amarre. La muy buena noticia es que tiene auxilio normal, con llanta igual a las cuatro titulares. Bien, Jeep. Veredicto: Muy bueno en terminación y distribución. Bueno en espacio disponible.

SEGURIDAD

Acá siempre el Compass fue un ejemplo. En esta versión Limited tiene toda la seguridad necesaria más un buen paquete de ADAS (crucero adaptativo, alerta punto ciego, alerta de colisión, mantenimiento de carril y frenado autónomo emergencia).

Hilando muy fino, las ADAS no están calibradas con delicadeza. El control de crucero adaptativo es medio brusco y el alerta de colisión es demasiado histérico. Lo que definitivamente es imbancable es el mantenimiento de carril, en general no lo uso en ningún modelo porque me parece intrusivo, pero en este modelo es directamente insoportable. Apenas lo pongo en marcha, lo desactivo. Veredicto: Excelente.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Esta es la gran novedad. Otro capítulo de la batalla del downsizing. Toda esta camada de SUVs estrena motores de entre 1.3 y 1.5 litros, con turbo. Nos prometen eficiencia, bajos consumos y felicidad eterna. Ya no están los nobles y eternos 1.8, 2.0 o 2.4 atmosféricos (salvo Toyota, que siempre va a lo seguro y lo mantiene en la Corolla Cross 2.0 naftera, así le va de bien)

Veamos, el motor en sí es un 1.3 con distribución por cadena (bien), un solo árbol arriba que comanda el sistema Multiair con 16 válvulas, distribución variable y un mini turbocompresor fijo, bien accesible. Es decir, tiene todo “lo que debe tener”. Las cifras que arroja son buenas 175 cv a 5.750 rpm y 270 Nm a 1.850 rpm.

Voy a analizar primero este motor sólo en sí, porque parece que este motor lo van a usar varios productos de Stellantis, incluyendo la nueva Toro (2022).

Como todo motor de origen tano, es vueltero hasta la médula. Corta a 6.300 rpm. Todos sabemos que los motores chicos no andan abajo, por eso les metieron un turbo. El tema es que el turbo es fijo, no es de geometría variable, por lo cual pasamos a analizar el resultado. Entre 1.000 y 2.000 rpm no existe. Directamente, la aguja salta a 2.000 rpm porque en baja el motor no tiene nada para ofrecer. De 2.000 a 3.300 muestra algo de ganas. De 3.300 a 3.800 se despierta. De 3.800 a 6.300 es el Demonio de Tasmania desatado y con abstinencia sexual. Empuja que da calambres, grita, pecha y se siente como el V8 de la TRX.

Si este motor T270 va a venir equipado en los futuros Fiat Cronos o Peugeot 208, autos con poca área frontal, chicos, livianos y cercanos al piso, me compraría uno sin dudarlo, porque serán muy divertidos de manejar. Lo que empuja de la mitad para arriba es notable y le va a hacer pasar vergüenza a más de un auto importado.

¿Y en este Compass? Bueno, la verdad es que anda bien, pero este aparato es muy pesado, muy alto y muy ancho. Por lo cual, al no tener nada hasta las 2.000 rpm, la caja Aisin siempre baja un cambio para envueltarlo y que jamás caiga de ese régimen. El problema es que nadie que se compre un Compass lo hace para correr o pistear. Todo lo contrario. Pero la ausencia de torque en baja hace que en el tránsito pesado, para moverlo desde cero tengas dos chances.

Una: si apretás el acelerador suave (como con el 2.4 TigerShark), no pasa nada. Se mueve tan despacio que te tocan bocina porque no hay torque abajo (cosa que sobraba en el 2.4).

Dos: entonces apretás el pedal hasta la mitad. Y ahí sí se mueve con normalidad. Hay que apretar con ganas el acelerador, mientras que en viejo 2.4 era cuestión de apenas acariciarlo. No es un tema de calibración del acelerador electrónico, es que no hay torque en baja.

Sin embargo, eso de pisar fuerte para que mueva desde cero tiene un costo. Los consumos en ciudad pesada sin autopista (desde Pacífico hasta Puente Saavedra, por Cabildo a paso de hombre) son muy elevados. Gasta hasta 16.7 litros cada 100 kilómetros. Si hacés un uso mixto (o sea ciudad pesada, pero agarrás alguna avenida limpia o autopista para mantener constante de 60 a 80 km/h), baja a 13.8 l/100. Sigue siendo mucho. De hecho, es más que el amado 2.4 aspirado. Y estoy hablando de usarlo de manera muy cuidadosa, tratando de contener el número.

En ruta a velocidad la cosa cambia y llega a razonables 6.4 l/100km (a 100 km/h y 1.900 rpm), 7.6 l/100km (a 120 km/h y 2.300 rpm) y 8.7 l/100km (a 130 km/7 y 2.500 rpm).

Y eso que se midió en AMBA, que es plano. Tengo dudas sobre lo que puede gastar en Salta, Córdoba o Mendoza, con muchas trepadas. El T270 no es económico en ciudad cuando está montado en el Compass, porque no tiene torque para mover desde abajo. En un vehículo de este tamaño y peso debería tener un turbo de geometría variable (no fijo). Los turbos fijos se pueden reservar para vehículos más pequeños y livianos.

La caja Aisin es muy buena, confiable, simple con convertidor de par (nada de horribles CVT) pero no es ni intenta ser deportiva. Por lo cual las levas están medio al divino botón porque la caja al llegar al corte sube solita el cambio y se metés rebaje no baja hasta que está en zona segura. La caja tiene la orden estricta de que el 1.3 no se pase de vueltas y lo preserva con celo extremo. Cuando apretás a fondo el acelerador, se pone en “alerta” y baja cambios hasta clavarlo en 4000 rpm. Pero tarda 1.5 segundos en tomar la decisión. La caja es muy buena, pero olvídense de cualquier vestigio de deportividad.

Las prestaciones no descollan, pero alcanzan de sobra. Acelera de 0 a 100 km/h en 10.1 segundos y alcanza una velocidad máxima de 189 km/h en sexta y a 4.600 rpm (pero ante el menor viento baja a quinta y clava 6.300 rpm, perdiendo unos km/h). Y eso si, buscando tiempos o a fondo, el consumo es monstruoso. No es está pensado para hacer eso, definitivamente.

En ruta con tránsito, todo es de 4.000 rpm para arriba. Sino, tarda demasiado en reaccionar. En ese régimen anda bárbaro, pero se paga con nafta. Y a plena carga (cuatro pasajeros y equipaje), resulta aún peor.

Para viajar, te conviene abrir el techo, poner el control de crucero adaptativo, tu música en el excelente sistema de audio Beats y ubicarte en la fila de veraneantes para tardar ocho horas hasta Pinamar.

La conclusión es que el motor es bueno, me gustó, pero le cuesta mover cosas pesadas desde cero o con viento en contra. Y eso se paga con nafta. Sostengo que el downsizing no es malo o bueno de por sí: solo es eficiente en condiciones ideales y circunstancias puntuales. Fuera de eso, es marketing. Veredicto: muy bueno el motor en sí (quiero ya mismo un Argo T270), pero sólo aceptable en este Compass

COMPORTAMIENTO

Mantiene lo bueno de siempre. Suspensión independiente atrás, buen tren delantero y un conjunto robusto. Va derecho y es noble, dobla bien en ruta y no tiene vicios. Esta plataforma está preparada para el notable 2.0TD, que es mucho más pesado. Por eso este pequeño T270 se siente liviano. Las llantas 19 con gomas 235 con perfil 45 le quedan hermosas, pero lo dejan más duro e hipersensible a pozos y regalos de intendentes que pierden las elecciones. Son gomas deportivas para un aparato que lo último que pretende es serlo.

Otra cosa que perdió esta generación son las versiones 4×4 nafteras. Una pena. Estamos ante otro Jeep (marca sinónimo de aventura) para ir al shopping y a Pinamar en 9 horas. Es un placer usarlo en el día a día, tiene de todo en equipo, anda suave, tiene pinta y fluye, pero nada más. Cualquier impulso de juventud, aventura o entusiasmo que tengas, la caja Aisin se encargará de cuidar al pequeño y recordarte a vos que te compraste un libido killer. Cuando llegues a la playa, nada de “conectar la doble y mandarte”. Dejalo estacionado y camina cuatro cuadras con los bártulos a cuestas y los pibes gritando (o compra la Compass Trailhawk).

La dirección no es del todo rápida, pero cumple. Estacionarlo es fácil por los sensores y la buena cámara. En el tránsito perdió un poco de agilidad por el tema descripto de falta de jugo en baja, pero igual va bien.

Ahora, todas estas cosas nos importan a nosotros los que nos gustan los autos. Hablando con la gente de Jeep, de la generación anterior solo el 20% compraba las versiones integrales y el 80 restante las usaba en modo urbano. Como el mercado demanda, en esta generación la versión divertida queda sólo para el turbodiesel.

Es un vehículo muy cómodo y confortable, pero nada deportivo, nada aventurero y sobre todo cuidá las gomas porque se van a romper y son muy caras de comprar. Pero eso es culpa de los intendentes, no de Jeep.

Nos guste o no a los amantes de los fierros las automotrices nos están dando lo que la mayoría de los consumidores demanda. Veredicto: Líbido killer a full, hace todo bien. Menos emocionar.

CONCLUSIÓN

Es lindo, sí. Es caro, sí. Se ve cool, sí. Es seguro, sí. Está equipado, sí. Mantiene lo bueno, sí. Mejoró lo que necesitaba: sí, salvo el motor.

¿Perdió algo? Sí, la esencia de libertad en los nafteros que ahora sólo son 4×2 y la contundencia del viejo motor 2.4 a todo régimen (el 1.3 sólo anda arriba).

El Compass sigue siendo una buena opción, aunque cara, para seguir haciendo frente a la más moderna competencia. Jeep construyó un éxito sobre la plataforma de los Renegade y Toro. Y hoy sigue teniendo argumentos para estar en la lucha. Con la VW Taos pierde por goleada en espacio interior, empata en pinta y pierde en motor. Con la Corolla Cross gana en todo por afano, menos en espacio interior y motor. El Compass sigue vivo y da pelea.

J.Ch.

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Archivo para descargar: Ficha técnica Jeep Compass T270 AT6 2WD (2022)

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La nueva Compass (2022) estrena cambios en el diseño y más equipamiento.

Fue la primera SUV del Segmento C (compacto) fabricada en el Mercosur.

Hoy tiene más competencia regional, con las VW Taos y Toyota Corolla Cross.

Nuevo interior. Cambió desde el volante hasta todos los comandos y la plancha de instrumentos.

Butacas cómodas. Es un vehículo muy confortable para viajar.

Atrás el espacio es más limitado, sobre todo cuando se compara con las Taos y Corolla Cross.

Las versiones Limited y Trailhawk tienen un tablero completísimo y 100% digital.

La pantalla multimedia de 10.1 pulgadas es la misma de la nueva Toro, aunque en posición horizontal.

El plástico negro brillante (“Piano Black”) genera muchos reflejos molestos.

Buen diseño de volante. Las levas del cambio no son muy necesarias.

Excelente techo panorámico.

Tiene cortina y se abre en dos posiciones.

Atrás tiene salidas de aire, puerto USB y hasta toma de 220v.

El baúl queda chico frente a la competencia. Tiene sólo 390 litros.

Un claro punto a favor: rueda de auxilio con mismo tamaño y llanta que las titulares.

La gran novedad: el motor 1.3 turbo será excelente cuando lo adopten autos más chicos y livianos de Stellantis.

El motor se llama T270, por el turbo y los 270 Nm de torque.

 

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