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Crítica: Volkswagen Delivery

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Por Jerónimo Chemes

Nuevamente tuve el gusto de ser invitado por Volkswagen Argentina a un evento, siempre bien organizado y con comidita rica. En este caso, fue la presentación del VW Delivery, la novedad en camiones que nos presenta la terminal alemana. Como especialista de Autoblog en toda clase de vehículo que salta, fui a cubrir el evento que constó de dos partes. Una en el predio de Fadeaac, donde estaba todo el tema técnico, con posibilidad de manejarlos en la pista, y luego en un lugar cool de Pilar, donde hubo una conferencia de prensa con posterior cena y show.

El mercado de camiones de reparto está creciendo y VW ofrece ahora un gran producto, muy mejorado con respecto a la generación anterior. La gama está compuesta por las versiones Delivery 9.170 (955.460 pesos) y Delivery 11.180 (1.019.110 pesos).

Como esto es Autoblog y no Mioncablog, les doy mi parecer lo más simple posible. Como nota de color, recuerden que vengo de manejar al Rey León, el Scania V8 (cargado y en ruta, leer crítica) y al saber eso los instructores te miran con otro respeto. Es como si el Scania te diera otro pedigree, que no creo tener.

VW fue a lo simple (keep it simple, recuerden) mantuvo lo bueno, mejoró mucho lo que debía y lo vende a buen precio y con financiación del Banco Santander Río: 70% en 48 meses (TNA 21%), 36 meses (TNA 19%) o 24 meses (TNA 14%), sin gastos de otorgamiento

POR FUERA

Los alemanes escucharon al cliente y se estudiaron todas las leyes de los países donde será vendido. Compraron más de 30 camiones de la competencia y los analizaron al dedillo. Invirtieron horas de Ingeniería y pruebas de todo tipo: realmente se nota que el salto es grande y no una “lavada de cara y dale que va”.

Su diseño es con cabina simple y amigo del viento (por ejemplo, el parabrisas está pegado y no con burlete, todo un avance en un camión). No hay ni habrá versiones de cabina doble. El bajo peso (tara) implica mayor capacidad de carga. En camiones, peso es igual a dinero, así de simple.

Viene de serie con rompenieblas y luces diurnas, que le quedan realmente bien. Dato: el paragolpes es reciclable. Muy cool, pero esperemos que también sea barato.

Tiene “cubreestribos” anti piratas del asfalto de fábrica ojo ahí (realidad bien argenta). Aplausos de pie.

SEGURIDAD

En Brasil se ofrece con dos airbags, pero a la Argentina llega con uno solo. A futuro podría traer control de estabilidad (ESP), pero no se informó cuándo. Obvio que tiene ABS, con compensador de reparto de frenada.

En lo personal creo que todas las terminales deberían poner ESP en todo lo que venden, aunque la ley no las obligue en este segmento, porque eso salva vidas en serio. Además, ninguna empresa quiere perder a un empleado en un accidente de tránsito.

CHASIS y SUSPENSIONES

El chasis está perforado, para facilitar la vida del carrocero (estaba la gente de Baco y Culpina), sin que esto afecte la robustez (para los novatos, les explico que el camión viene sólo la cabina y luego uno le pone la caja, según el laburo que haga, puede ser paquetera, sider, playa, frigorífica, etc.). Los elásticos parecen pocos, pero bancan el peso con soltura y el tren delantero fue testeado para 500 mil de durabilidad, según dicen. La versión más grande tiene suspensión independiente.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Acá VW mantuvo el combo perfecto. Motores Cummins ISF 3.8 de entre 167 y 177 caballos, caja Eaton y ejes Dana. Toda la “carne al asador”, con la calidad de siempre. A diferencia de otros que usan todo propio (Mercedes-Benz), VW “terceriza”, pero lo hace con productos recontra probados y fáciles de conseguir repuestos y reparar. El motor está calculado para no morirse hasta 4.500 metros sobre el nivel del mar. Aplausos.

POR DENTRO

Gran, gran salto de VW. Adentro, la calidad de terminación, los materiales, la insonorización y el “ride” (andar) mejoraron muchísimo. El tablero es el típico de VW, desde el Gol hasta la Amarok, simple y claro. Me arriesgo a decir que está a la altura de una Amarok base en terminación y eso es el mejor halago que puede recibir un “mionca”. Aire, dirección, levantavidrios (one touch para bajar) y buenos asientos.

La vida adentro es realmente cómoda para quien labura todo el día y hay un abismo de diferencia con la generación anterior. Tiene tres asientos y homologa tres pasajeros. Lo único que no me gustó nada es la manija de apertura de puerta interior: es realmente muy endeble y de mala calidad. Le pronostico tres meses de vida: luego abrirán desde afuera bajando la ventanilla continuamente, hasta quemar el motorcito del vidrio y posterior alambre al fierrito de adentro (alias “tirador”) y destornillador al vidrio para trabarlo arriba y que no se baje. Chicos, si pusieron tanta plata en hacerlo confortable, esa manija debería ser de metal o al menos de plástico de mejor calidad.

COMPORTAMIENTO

Acá está el gran salto de VW. El andar es mucho mejor que los anteriores, más parecido a una chata que a un carro. La maniobrabilidad es excelente, da vuelta en una baldosa, ideal para meterlo en repartos apretados en tránsito y bahías de carga atestadas.

Destaco que los camiones estaban cargados casi a tope y si bien no se podían sacar a la ruta, te dejaban manejarlos a vos en la pista. La caja es cortita y el Cummins mueve todo sin mosquearse: a 1.500 rpm va sin drama y gastando poco. El camión reacciona desde 800 rpm, ventajas de la cilindrada. La caja no es una pesadilla, al contrario: es suave y tiene sexta, lo que te permite jugar con los cambios y llevar el motor bajo de rpm, ahorrando combustible. Sorprende la maniobrabilidad y el confort de marcha.

Detalle 1: El tanque de gasoil tiene integrado el de urea. Como idea es genial, pero aunque son dos picos de carga distintos, con dos colores diferentes, para mí se presta a confusión: calculen que al camión lo agarra cualquier chofer y no siempre de buen humor.

Detalle 2: La cabina es volcable y si la volteás con las puertas abiertas suena la bocina, muy bien ahí VW para evitar que mecánicos apurados hagan de las suyas.

Detalle 3: La batería tiene un borne libre para que el carrocero tome energía de ahí y no ande tocando nada ni pinchando cables. Muy bien.

CONCLUSIÓN

VW apuesta fuerte. Invirtió tiempo, ingeniería y mejoró mucho los puntos débiles de la generación anterior, manteniendo los powertrain que son de calidad. Realmente, el cambio de andar y calidad interior es notable y recuerden que cuando VW “se pone”, aprende y corrige: no son un jugador que se queda en el banco. Ya lo hicieron con Amarok y en Argentina les va bien.

Hoy ofrece un camión urbano de calidad, bien terminado, con buen respaldo, a buen precio y financiado. No hay excusas si necesitás uno: sí o sí debés tener en cuenta a estos y consultar.

J.Ch.

***

Archivo para descargar: Ficha técnica VW Delivery 9.170
Archivo para descargar: Ficha técnica VW Delivery 11.180

***

La presentación de los nuevos VW Delivery se hizo en el predio de Fadeaac y en Pilar.

Allí estuvo el B.J. McKay de Autoblog, Jerónimo Chemes.

Lo dejaron subirse, tocar y manejar todo lo que tuviera forma de camión.

Hasta que cayó el sol.

Los nuevos camiones de VW vienen en versiones Delivery 9.170 (955.460 pesos) y Delivery 11.180 (1.019.110 pesos).

Las carroceras Baco y Culpina mostraron sus opciones de personalización.

Chemes probando la maniobrabilidad. No se reportaron conitos damnificados.

La pista permitía llevarse una buena impresión de la performance de los Delivery.

Interior típico de VW: sencillo, pero de calidad y fácil de usar.

Techo desmontable, algo que ni siquiera el nuevo Polo tiene.

Este tablero lo vimos en muchos VW. Es correcto y muy fácil de leer.

Acá el juego consiste en adivinar para qué servirían todos esos botones ciegos.

En la plancha de instrumentos, más botones ciegos.

El picaporte interno de plástico es de pobre calidad.

Si la cabina se vuelca con las puertas abiertas, suena la bocina: a prueba de b… distraídos.

Motores Cummins turbodiesel con sistema de urea.

El combustible y la urea comparten la misma zona de depósito. Se presta a confusión.

Batería con un borne libre, para alimentar herramientas de trabajo.

Los Delivery se entregan así, listos para carrozar.

Ejes Dana y caja de cambios Eaton.


Crítica: VW Polo 1.6 MSi Highline Tiptronic

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Volkswagen Argentina lanzó a la venta en enero el nuevo Polo. Es un hatchback del Segmento B (chico), que se posiciona a mitad de camino entre la oferta del Golf y los Gol/Fox. El Polo calzó tan justo dentro de la gama de VW, que esos tres modelos mencionados tuvieron que eliminar versiones, para evitar la competencia interna (leer nota).

Lo mismo acaba de ocurrir con el Virtus, un sedán basado en este Polo y reemplazante del Polo Sedán indio (leer obituario).

Pero volvamos al nuevo Polo hatchback. En Autoblog ya probamos en Brasil la versión de entrada a gama: 1.6 MSi Trendline Manual (344 mil pesos, leer crítica). Y ahora pasamos una semana con la variante más cara: 1.6 MSi Highline Tiptronic (461 mil pesos).

La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Entre el Polo Trendline y el Highline hay unas pequeñas diferencias estéticas. El Highline tiene la parrilla frontal cromada, llantas de 16 pulgadas (con Goodyear EfficientGrip 195/55R16) y luces de giro en los espejos retrovisores externos.

Más allá de eso, es el mismo auto: un hatchback chico, diseñado para verse más moderno que el Gol, aunque no tanto, para evitar opacar al Golf. Ese punto de equilibrio justo, para ofrecer más (aunque no demasiado), es una constante en este Polo.

Se fabrica en Brasil y fue desarrollado sobre la Plataforma MQB-A0. La base estructural y gran parte de su diseño es idéntico al Polo que ya se vende en Europa. Sin embargo, Autoblog comparó a los dos modelos y encontró numerosas diferencias de terminación y equipamiento. La galería de imágenes para comparar al Polo brasileño con el Polo europeo se publicó acá.

El Polo, sobre todo en esta versión Highline, compite contra los hatchback chicos más caros de nuestro mercado. En mi opinión, el mejor diseño entre las marcas generalistas lo tiene hoy el recién lanzado Kia Rio. El Polo ni siquiera tiene opciones con una estética deportiva, como ofrece el Fiat Argo HGT. Al lado de ellos, este VW luce conservador, algo desfasado en el tiempo y -lo más grave- demasiado parecido al Gol.

Durante el lanzamiento en Brasil, el diseñador brasileño José Carlos Pavone –responsable del VW Design Center de América Latina- admitió este parecido. “Durante la etapa de desarrollo, el Polo fue trabajado y analizado como el sucesor del Gol, pero esto finalmente no ocurrió en nuestra región. Pero no son dos autos iguales. Les sugiero que vean un Polo y un Gol, uno junto al otro, y verán las diferencias de proporciones y medidas”, señaló en rueda de prensa.

Es cierto: no son iguales. Pero resultan demasiado familiares.

Para conocer las versiones más arriesgadas del Polo habrá que esperar a la variante deportiva GTS, prevista para el año que viene. Se espera una estética similar al Polo GTi, que ya se vende en Europa.

El nuevo Polo mide 4,05 metros de largo, con un ancho de 1,75 metros y una altura de 1,46 metros. La distancia entre ejes es de 2,56 metros. Es claramente más largo y ancho que el Gol, pero también más bajo. Su coeficiente aerodinámico es de Cx 0,33.

POR DENTRO

En la cabina hay una diferencia fundamental entre el Polo Trendline que ya probamos y este Polo Highline. Y se encuentra sobre la plancha de comandos. Me refiero a las dos enormes pantallas digitales: la Discover Media Touch (ocho pulgadas, para el equipo multimedia) y la Active Info Display (diez pulgadas, para el tablero de instrumentos).

Sólo la versión Highline ofrece esta configuración, que además cuenta con el Dockstation para llevar el smartphone bien a la vista. El resultado es algo abrumador: el conductor queda rodeado por tres grandes pantallas, llamativas, atractivas y luminosas. Brindan muchísima información (más de la que ofrecen varios autos premium), pero también hay que admitir que son una colorida fuente de distracción.

El grado de configuración y personalización de estas pantallas es casi infinito. Es posible activar un tablero de instrumentos convencional (aunque siempre digital) y reservar la pantalla multimedia sólo para el GPS. O trasladar el GPS al tablero de instrumentos para desplegar información de consumo en la pantalla multimedia.

Los gráficos son muy buenos y la calidad de resolución es excelente. Sin quererlo, el Active Info Display y el Discover Media Touch jubilaron a muchas pantallas y tableros digitales que recién están saliendo al mercado, como es el caso del restyling del Citroën C4 Lounge (un auto más grande y caro, pero sin esta tecnología).

Estas pantallas serán el principal argumento de ventas del Polo Highline. Porque son espectaculares, pero también porque el auto no ofrece mayores atractivos. No tiene tapizado en cuero ni techo corredizo. Los revestimientos son en plásticos duros, sin lujos ni materiales de gran calidad. La insonorización del habitáculo es muy buena y la posición de manejo también (butaca con banqueta bien larga, para los conductores más altos, volante con ajuste en altura y profundidad).

Está claro que esta versión Highline apunta exclusivamente a los que ponen a la conectividad y la tecnología en el primer lugar de las prioridades de compra.

Lo cierto es que el Polo Highline no es sólo dos pantallas con un auto. Las plazas traseras son más cómodas que en un Gol, aunque obviamente más estrechas que en un Golf (otra vez el “justo medio” ,calculado con precisión alemana). Lo mismo ocurre con el baúl: los 300 litros de capacidad son correctos. Las versiones Comfortline y Highline tienen respaldo trasero partido al medio, para rebatirlo por mitades. Es una buena alternativa para ganar espacio de carga, sin anular por completo las plazas posteriores.

Bajo el piso del baúl, una mala noticia: la rueda de auxilio es finita, de uso temporario. Con ella en uso no es posible circular a más de 80 km/h.

SEGURIDAD

Este es uno de los puntos donde el Polo se destaca con claridad. Y se diferencia de todos sus competidores.

Viene de serie con cuatro airbags, frenos ABS con EBD, sistema de frenado post-colisión, anclajes Isofix, control de estabilidad, control de tracción y asistencia al arranque en pendiente. Completísimo, desde la versión Trendline.

Es una pena que, con este conjunto, los frenos traseros sean de tambor.

Más allá de los dispositivos de seguridad, el Polo se destaca por los refuerzos estructurales de esta plataforma MQB-A0. Los puntos más sensibles del vehículo están hechos en acero estampado en caliente, que tiene una resistencia cuatro veces superior al acero de estampado convencional. Es una tecnología que, en su segmento, también adoptó el nuevo Fiat Argo.

Para salir a la venta ya con una calificación de seguridad, Volkswagen decidió patrocinar un crash test de LatinNCAP. El organismo encargado de evaluar la seguridad de los autos que se venden en América Latina le otorgó el puntaje máximo de cinco estrellas para adultos y cinco para niños, con una mención especial por superar también la prueba de protección de peatones.

En este punto, un auto excelente.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Acá el Polo vuelve a desilusionar un poco. El tema es así: en Brasil tiene una gama amplia de versiones (incluyendo a un moderno 1.0 TSi con 128 cv y 200 Nm). Ni hablar de Europa, donde hay hasta un Polo GTi, con motor 2.0 turbo de 200 caballos.

En la Argentina, en cambio, el Polo (y el Virtus) llega sólo con una motorización. Es la más antigua de la gama con la que se produce en Brasil. Es el viejo y conocido MSi 1.6 16v que equipaba el desaparecido Golf Trendline: 110 cv y 155 Nm.

Se combina con caja manual de cinco velocidades o automática Tiptronic de seis marchas (con convertidor de par). Estas dos transmisiones están disponibles con los tres niveles de equipamiento, lo cual no ofrece ninguno de sus rivales. La tracción es delantera.

VW no traerá por ahora el 1.0 TSi a la Argentina, porque en nuestro mercado no contaría con los beneficios que tienen en Brasil los motores de un litro (o menos) de cilindrada. Es decir: sería claramente más caro que este MSi 1.6.

Lo que sí vendrá en el futuro es una versión deportiva. Se llamará GTS, pero aún no se definió la motorización. Lo más deseable sería que cuente con el 1.4 TSi (turbo) del Golf, con 150 caballos de potencia. Todavía no hay información oficial. Lo único que se sabe es que se lanzará en 2019.

COMPORTAMIENTO

No parece un Volkswagen. Ese andar algo firme, con pretensiones deportivas, no está presente en el Polo. Es un auto con una puesta a punto de suspensión más suave y confortable que otros hermanos de marca. No rola mucho en las curvas ni se muestra inestable en la ruta, pero está claro que busca la comodidad de los pasajeros antes de cualquier emoción al volante.

De quererlo, tampoco lo lograría. El motor no ayuda. El 1.6 16v se queda corto en potencia, pero lo que más se extraña es la ausencia de torque a bajas vueltas. Ni siquiera hay que pensar en el más costoso Golf 1.4 TSi, para tener una referencia de un VW ágil. Incluso el Up! 1.0 TSi Pepper tiene reacciones mucho más vivaces y divertidas que este Polo.

La caja Tiptronic de seis velocidades es excelente. El paso de los cambios es muy suave, lineal e imperceptible. Pero no hace milagros: ni siquiera la precisa ingeniería de su cerebro electrónico puede compensar la ausencia de respuesta del motor.

Eso se nota en las prestaciones: el Polo Highline Tiptronic acelera de 0 a 100 km/h en 12,2 segundos. La velocidad máxima llega a 180 km/h, pero requiere una larga recta (cerrada al tránsito, por supuesto) para alcanzarla.

Los consumos son lógicos para un motor de prestaciones algo limitadas: gasta 8,5 litros cada 100 kilómetros.

Una vez más, todo es mérito de la transmisión, más que del impulsor. Por eso, durante la semana de prueba, manejé la mayor parte del tiempo con la caja en modo secuencial. Así vas a conseguir una mejor respuesta del acelerador y vas a evitar -con un golpe en las levas- algunos vicios irritantes del modo Drive: por ejemplo, estirar los cambios hasta las 6.000 rpm al acelerar a fondo, cuando todos sabemos que por encima de las 4.500 rpm el motor no tiene nada más para entregar. En ese modo secuencial, el consumo puede llegar a aumentar hasta medio litro más cada 100km, pero lo vas a compensar con un manejo agradable.

En ruta, es un auto estable y silencioso. Los frenos responden bien, la dirección acompaña y el consumo a 120 km/h se estabiliza por debajo de los 7 litros cada 100 kilómetros. A esa velocidad y en sexta marcha, el motor trabaja a 2.700 rpm. Con el tanque de 50 litros, no es un mal auto para salir a viajar. Sólo vas a necesitar paciencia y capacidad de cálculo a la hora de encarar sobrepasos en ruta.

En estos días consulté a varios colegas brasileños. Todos me hablaron maravillas del Polo con motor 1.0 turbo. Sentí un poquito de envidia.

CONCLUSIÓN

Pocas veces ocurre que, dentro de un mismo modelo, haya versiones con misiones tan opuestas. El Polo Trendline de 344 mil pesos, por ejemplo, cumple de manera sobrada a la hora de reemplazar a los Gol y Fox más caros: ofrece buen espacio interior y un equipamiento de seguridad muy por encima de esos dos veteranos.

El Polo Highline de esta nota, en cambio, tiene una tarea más difícil: reemplazar al Golf Trendline. No tiene su espacio interior. No tiene el comportamiento dinámico de su chasis. Y tampoco tiene el diseño del Golf.

Con respecto al Golf más barato, que ahora se discontinuó, los argumentos de venta del Highline son sólo dos: la caja Tiptronic –aunque también está disponible desde la versión Polo Trendline- y el espectacular despliegue de las dos pantallas digitales en su plancha de instrumentos.

Hay un fuerte contraste entre el despliegue hi-tech de la cabina y la antigüedad del motor low-tech seleccionado para el mercado argentino.

Volkswagen eligió el Polo Highline para que se convierta en un símbolo de la popularización de nuevas tecnologías dentro del habitáculo. Ojalá que esas nuevas tecnologías se democraticen pronto también bajo el capot.

Carlos Cristófalo
Fotos: Garage Creativo

***

A mitad de camino entre el Golf y el Gol. VW calculó con precisión el “justo medio” a la hora de crear el Polo.

Desde algunos ángulos, resulta demasiado parecido al Golf.

Desde otros, recuerda en exceso al Gol. Al Polo le falta identidad propia.

El gran atractivo del Polo Highline: la doble pantalla digital, con más información que muchos autos premium.

Con el agregado del celular en el Dockstation, el bombardeo de datos resulta abrumador y colorido (aunque también distrae mucho).

El tablero con Active Info Display se puede configurar para que sólo muestre el mapa del GPS.

Y el Discover Media Touch incluye programas para jugar a mejorar los consumos.

No es lo único. Las posibilidades de configuración son infinitas.

Mucha pantalla, pero el Polo Highline no tiene tapizado en cuero ni techo corredizo.

Atrás, otra vez el “justo medio”: más cómodo que un Gol, pero menos que un Golf.

La caja Tiptronic es excelente y se ofrece desde la versión de entrada a gama (Trendline).

Pero no alcanza a compensar la floja respuesta del veterano motor MSi 1.6.

El baúl tiene 300 litros de capacidad. En las versiones Comfortline y Highline el respaldo trasero se rebate por mitades.

Una mala costumbre, cada vez más usual: rueda de auxilio de uso temporario.

El Polo Highline se distingue por fuera del Trendline o Comfortline apenas por emblemas, llantas y luz de giro en los retrovisores.

Por su andar, no parece un VW: suspensiones cómodas y suaves, pensadas para las inclemencias de nuestras calles.

El comportamiento en ruta es bueno y estable. 

Pero no tiene la precisión de un Golf. Ni de cerca.

El VW Polo es un gran auto. Merece un mejor motor.

***

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Volkswagen Polo 1.6 MSi Highline Tiptronic
Origen: Brasil.
Precio: 461.230 pesos (versiones desde 344 mil pesos)
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros
Comercializa: Volkswagen Argentina (www.vw.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, inyección electrónica multipunto.
Cilindrada: 1.598 cc
Potencia: 110 cv a 4.500 rpm
Torque: 155 Nm a 4.000 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción delantera, con control electrónico.
Caja: automática, con convertidor de par, de seis velocidades, con modo secuencial y levas al volante.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Suspensión trasera: eje de torsión, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Frenos delanteros: discos ventilados.
Frenos traseros: de tambor.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Neumáticos: Goodyear EfficientGrip 195/55R16 (rueda de auxilio de uso temporario)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 180 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 12,2 segundos
Consumo urbano: 10,2 l/100km
Consumo extraurbano: 6,9 l/100km
Consumo medio: 8,5 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 4.057 mm / 1.751 mm / 1.466 mm
Distancia entre ejes: 2.565 mm
Peso en orden de marcha: 1.210 kilos
Capacidad de baúl: 300 litros
Capacidad de combustible: 50 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Frenos ABS con EBD
Control de estabilidad (ESP)
Control de tracción (ASR)
Asistencia al arranque en pendiente (HHC)
Anclajes Isofix en plazas traseras
Alerta de olvido de cinturón de seguridad
Levantavidrios eléctricos en las cuatro puertas
Espejos externos con ajuste eléctrico y Tilt Down
Cierre centralizado con comando a distancia
Alarma e inmovilizador electrónico
Dirección asistida eléctrica
Asiento conductor ajustable en altura
Porta celular “Dockstation”
Seis parlantes (2 delanteros + 2 tweeters + 2 traseros)
Audio Discover Media Touch de 8” con GPS y App Connect
Toma 12V
Volante multifunción en cuero con ajuste en altura y profundidad
Respaldo de asiento trasero plegable (1/3 – 2/3)
Faros antiniebla delanteros con función cornering
Tablero digital Active Info Display
Cámara de estacionamiento trasera con sensores delanteros y traseros
Climatizador automático y guantera refrigerada
Dos puertos USB
Difusores de aire traseros
Control de velocidad crucero
Sensor crepuscular con activación de luces automática
Sistema “Coming & Leaving Home”
Limpiaparabrisas automático con sensor de lluvia
Alfombras de tela
Sistema de apertura y encendido sin llave

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Crítica: Mini Countryman Cooper S

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Texto de Carlos Cristófalo
Fotos de Rafael Delceggio
Nota publicada originalmente en la Revista Miura 

“Voy a lavar el casco y vuelvo”. Estamos en Gorchs, provincia de Buenos Aires. Sólo llevamos unas horas de viaje, pero Rafa ya quiso parar. Cuando hizo señas para detenerse, en la legendaria estación de servicio del ACA –esa con placita de juegos de caño viejo-, pensé que sólo quería rendirle honores a su cábala de la infancia: descansar un rato a la sombra y clavarse uno de esos gloriosos sánguches de crudo y pan casero.

Pero no. Sólo quería sacarse los bichos de encima.

Estamos viajando en caravana, rumbo a Tandil. La excusa: probar y fotear el nuevo Mini Countryman Cooper S y la Moto Guzzi V7 Stornello. El motivo real: escaparnos por algunos días de la bendita ciudad de Buenos Aires, sólo porque tenemos que hacer una nota para MiuraMag.

Rafa Delceggio, director de Arte de la revista, decidió viajar en la Guzzi. Yo elegí el Countryman. Pensaba andar ligero, pero Rafa me encajó todo su equipaje. De paso, se colaron Renato Tarditti (Benemérito Señor Director Le Pertenezco) y Vito (mi hijo). No sobra mucho lugar, pero al menos en el Mini no hay bichos.

En estos días de calor, las rutas de la llanura pampeana parecen un documental sobre plagas. El Mini atraviesa las nubes de insectos con su carrocería. Rafa encara con el casco. Por eso, cada media hora, tiene que parar a lavar su precioso Ruby, en una estación de servicio.

***

Este Countryman es la segunda generación de la SUV chica de Mini. Es la segunda si contamos desde la Era BMW, pero es la tercera si recordamos al “Hombre de Campo” original, de 1960. Era un Mini estirado y con unos horribles listones de madera, atornillados a la carrocería. Yo sé que hoy un Countryman bien conservado (y barnizado) cotiza como clásico, pero seamos honestos: esas maderitas parecían los zócalos del ‘flat’ de una grannie inglesa.

El Countryman moderno no tiene maderitas de Jenga, pero compite en otra liga. Hasta parece un chiste llamarlo Mini. Mide 4,31 metros de largo. Son más de 30 centímetros extra que el Countryman 2010/2016 y todo un metro más que el Countryman zocalero. Por supuesto, también es más ancho, alto y tiene mayor distancia entre ejes.

Tiene faros y proporciones de Mini, pero parece enojado. Esa parrilla frontal quiso ser agresiva o deportiva, pero terminó ofuscada. Es como el primo pendenciero (y algo rechoncho) del Mini. Es grande, algo morrudo y de ceño fruncido: un Countryman que se comió a otro Mini (y se quedó con hambre).

Por suerte, esa rechonchez se disfruta por dentro. Está homologado para cinco pasajeros, así que cuatro adultos viajan holgados. Es un salto importante con respecto al Countryman anterior, que ofrecía la quinta plaza sólo como un opcional, que había que pagar aparte.

El diseño interior es una nueva vuelta de tuerca a lo que viene mostrando Mini desde hace tiempo: muchas perillas y botones de estilo retro, un equipo multimedia redondo en la consola central (del tamaño de una grande de muzzarella) y una ambientación con luces de leds, que permiten seleccionar hasta doce colores diferentes.

En los materiales y las terminaciones hay buen gusto y originalidad. No se siente como un Mini. Se siente como un gran Countryman.

***

Y eso se transmite en la ruta. El Countryman perdió algo de esa sensación de karting de los primeros Mini firmados por BMW. Eran durísimos de suspensión, pero divertidísimos de manejar: dirección bien directa, excelentes frenos, un conjunto ligero y motores de temperamento explosivo (ojo, esto no es bullying para el THP).

Esas sensaciones al volante se lograban, básicamente, con la fórmula original de Alec Issigonis: una pequeña distancia entre ejes y las ruedas ubicadas en cada rincón del auto.

El nuevo Countryman perdió algo de esa personalidad, pero ganó mucho en practicidad y confort de marcha. Es más cómodo que nunca y sigue siendo bastante picante: este Countryman Cooper S tiene un motor 2.0 turbo con 192 caballos y 280 Nm de torque. En la Argentina, se combina sólo con caja automática de ocho velocidades. Acelera de 0 a 100 km/h en 7,2 segundos y alcanza los 222 km/h.

***

Es rápido y potente, pero eso no siempre alcanza para seguirle el ritmo a la Guzzi de Rafa. Cuando aparecen los camiones de la Ruta 3 o –peor aún- los embotellamientos- Delceggio se pierde en el horizonte y manda mensajitos varios kilómetros más adelante, desde adentro del baño de una estación de servicio: otra vez se está sacando los bichos de encima.

Antes de que existieran los controles satelitales y las “cajas negras”, un veterano dueño de flota de camiones me contó que usaba a los insectos de la ruta para saber a qué velocidad manejaban sus choferes. La técnica se llamaba El Algoritmo del Reviente. Según esta ciencia, cuando un insecto se encuentra con un auto a baja velocidad, tiene los reflejos suficientes para esquivarlo y salvar su vida. Pero, cuando el vehículo viaja a más de 80 o 90 km/h, está condenado: se clava en la parrilla o se desparrama en el parabrisas.

Manuel Bonanata, mi amigo flotillero, decía que cuando los camiones volvían a la base, lo primero que hacía era revisarlos para buscar bichos aplastados. Según su algoritmo, incluso era posible detectar excesos de velocidad flagrantes, midiendo la extensión de las tripas desparramadas sobre el parabrisas. Un asco. Pero era la prueba que necesitaba para incriminar a su chofer. Y regañarlo como a un niño.

Obvio: los choferes no tardaron en descubrir el truco. Entonces, antes de volver a la base, paraban en una estación y manguereaban de manera meticulosa la parrilla, los faros y el parabrisas. A Don Manuel no le quedó otra que contratar un servicio del estilo TrackSat.

El viejo Bonanata se haría un festín con el casco de Rafa. Si no aprendí mal a leer las manchas, por el tamaño de algunas salpicaduras de insectos, estimo que venía manejando a 435 km/h. Ponele.

Delceggio lo niega. Dice que a más de 130 no se puede viajar. Y no lo afirma por prudente: la Guzzi carece por completo de carenado. El tipo para todo el viento (y la fauna que vuela) con el pecho.

Es lindo subirse a una moto de estética vintage, pero por pocos kilómetros. Los 350 hasta Tandil prefiero hacerlos en el Mini.

***

Pero, cuando entramos a la zona de las sierras, la historia cambia. Comienzan los desniveles, las curvas cerradas y esos toboganes de vértigo, por donde se lanzaban (y se mataban) los pilotos de Turismo Carretera. Tandil es un lugar soñado para manejar y acá empiezo a extrañar la personalidad nerviosa de los anteriores Mini. El nuevo Countryman tiene buena potencia y la caja es una maravilla, pero es demasiado grande y pesado (1.500 kilos). Los neumáticos (con llantas de 18 pulgadas) tienen buen agarre. Existe una versión All4 (con doble tracción, 60.900 dólares), aunque este Cooper S es sólo tracción delantera (53.900 dólares).

A lo largo de su historia, Mini fabricó algunos de los mejores autos con tracción delantera del planeta. Es su especialidad. Los ingenieros ingleses la tienen tan clara que ellos recibieron el encargo de desarrollar la próxima generación de nuevos modelos chicos de BMW: serán todos FWD.

El Countryman es excelente en rutas y autopistas, pero no es tan dócil como otros Mini en los tramos más revirados. Venís a buena velocidad, te acercás a la curva, clavás los frenos y bajás a tercera. Cuando esperás que el auto muerda la cuerda interna y salga disparado hacia la curva siguiente, lo que hace en realidad es irse un poco-demasiado de trompa e inclinar un poco (¡too much!) la carrocería.

Cae el sol en las sierras y veo que Rafa está disfrutando de la Guzzi por primera vez en el día. Se acuesta un poco en las curvas y libera potencia cada vez que puede. Los escapes de la V7 Stornello retumban en las laderas. No hay dudas: debajo de ese manto de bichos aplastados hay un tipo que sonríe.

***

Tengo sentimientos encontrados con el Countryman. Me parece el Mini más confortable, práctico y multifacético de los últimos tiempos. Pero, al mismo tiempo, perdió en gran parte la esencia que hizo famosa a la marca inglesa.

Entiendo el camino que eligió BMW Group: “Si quiero vender más Mini, tengo que llegar a un público más amplio”. Esa masificación es la que suele anestesiar a las ideas más osadas y puristas de este negocio. No es un fenómeno que afecte sólo a Mini, lo padece toda la industria: “Si no querés desaparecer del mapa, vas a tener que vender millones de unidades”.

A veces me pregunto por qué Mini nunca llevó a la producción el Rocketman Concept de 2011. Era una idea genial: tenía el mismo largo de un Mini original, pero era más ancho y espacioso. Incluía algunas soluciones delirantes, como puertas con bisagras dobles (para lograr un ángulo de apertura mayor, sin recurrir al tamaño de una tranquera). Se veía moderno, simpático y muy divertido de manejar. El único defecto estaba en su nombre: era un homenaje a la canción más cursi de Elton John.

Pero el Rocketman fue archivado y, en su lugar, surgieron modelos cada vez más grandes, como los nuevos Clubman y Countryman.

Sueño con un Mini que se maneje con la alegría y agilidad de una Moto Guzzi. No como un Serie 7.

***

El día que pegamos la vuelta para Buenos Aires, Rafa se muestra inusualmente generoso: “¿Alguien quiere volver manejando la Stornello?”

La última noche nos clavamos una parrillada y nos quedamos charlando hasta tarde en Chacrabliss. Por la mañana, el cuerpo acusa recibo.

Me encanta la Guzzi. Cómo se ve, cómo suena y lo bien que se mueve en las sierras. Es la John Cooper Works de las motos. Además, por un motivo que no supe explicar, cargué durante todo el viaje mi propio casco en el baúl del Countryman. Estoy a punto de aceptar el convite.

Pero ahí recuerdo que nos espera el tránsito pesado al ingreso a la ciudad. También el calor del pavimento. Los baches del camino. Y las nubes de bichos en la ruta.

Le digo a Rafa: “No, gracias. Prefiero seguir manejando el Mini”.

Sí, soy un mar de contradicciones.

C.C. / R.D.

***

R.D. con la Guzzi. C.C. con el Countryman. Encuentro en Tandil.

Stornello y Countryman. Una moto y un auto con guiños de estética retro.

Rafa Delceggio saca buenas fotos incluso cuando aparece en cámara.

En la ruta no lo para nadie. Bueno, salvo los bichos.

El Countryman es una SUV del Segmento B (chico), pero ahora es más grande que nunca.

Interior bien Mini: completo, con calidad y muy original.

Esta versión tiene el motor 2.0 turbo con 192 caballos, pero sólo tracción delantera.

El All4 cuesta siete mil dólares más.

Un Mini genial para la ruta y la ciudad, aunque sacrificó parte de la esencia deportiva de los Cooper S.

 

 

Crítica: VW Amarok V6 Comfortline 4Motion Automática

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Texto de Jerónimo Chemes

Por suerte, fui enviado por Autoblog esta vez a probar algo que salta menos que un camión. Si sigo sumando puntos, en cualquier momento del futuro –¿quién dice?– puedo probar algún monocasco y a sólo 15 centímetros del piso. Será todo un progreso personal.

EL EVENTO

Los eventos de Volkswagen Argentina son siempre de calidad. El lanzamiento de la Amarok V6 Comfortline (ver equipamiento y precios) se desarolló en una hermosa estancia en Alsina, a 130 kilómetros de Buenos Aires, sobre la barranca del río. Realmente, un lugar espectacular, acondicionado a la perfección y que ofrecía una pista natural utilizando la barranca: era más “en serio” que una pista tradicional con obstáculos.

Primero estuvo la presentación, donde se destacó una charla de Santiago Bilinkis, sobre el futuro del trabajo y los cambios en la tecnología. Luego vino un parte de demostración técnica, con pista de obstáculos armada (la típica), donde los instructores mostraban las aptitudes de la camioneta.

Por último, una pista de manejo real en la barranca, que estuvo bastante buena. Y, como colorario, una clínica de manejo de… drones. Sí, drones (como en el comercial de esta pick-up), por todo esto de la tecnología que veremos más adelante.

La presentación la escuché toda. La charla de Bilinkis fue interesante en algunos puntos, pero no creo que tenga mucho que ver con una camioneta. La idea era asociar la Amarok con “cambios” “tecnología” y “futuro”. Si bien no habló de la chata, de alguna manera se hizo hincapié en eso.

VW, desde que salió con la Amarok en 2010, la quiere posicionar como “lo nuevo” que “rompe moldes” y “es lo que viene y hay que aceptarlo”. Primero con el tema del downsizing del motor, que “era el futuro”. Después, con la avalancha de electrónica que no libera la chata del todo, “que es más segura” (eso es verdad, pero en el asfalto, bienvenida y aplausos a VW, pero no en el terreno suelto). Después, la caja automática de ocho velocidades sin reductora, que es “la novedad hacia donde va el mercado”. Y así.. Bien, está perfecto como estrategia de comunicación, pero bajado a lo real, veamos:

* En Europa ya dejaron de lado el motor de 2 litros “que era el futuro” y pusieron una bestia rústica, noble, simple y confiable de seis cilindros, con muchos centímetros cúbicos, distribución por cadena y un solo turbo (que teóricamente era lo que no iba más). Encima, un motor recontraprobado y que guarda mucha potencia. El dos litros es insostenible en el tiempo. Si tenés un V6 simple, a valor similar que el pequeño 2.0 con su complejidad, montado en la misma chata, ¿vos cuál comprarías? El motor para la Amarok es el V6. No hay discusión.

* La electrónica en la Amarok es muy buena, pero insisto que en el suelto bravo es imposible de controlar, aún manejada por los pilotos profesionales de la marca. La caja AT8 con una topadora bajo el capot -como este V6- es un desperdicio, ya que no hay forma de que la V6 AT8 supere a una V6 MT con reductora. No hay forma. En todas las circunstancias que la Amarok AT8 (2.0 y V6) fue usada por Autoblog -en todas las versiones y aún manejada por instructores de la marca- la chata aún seteada por expertos tuvo problemas para salir de lugares donde una manual con reductora pasaba sin problemas. La electrónica es excelente, segura y necesaria en el firme, pero voy a insistir: en el suelto feo no va, déjenla libre, como las MT6.

* A fin de año sale la Amarok V6 Manual 4×4, con reductora (leer más). Para colmo, sus propios primos alemanes de Mercedes-Benz ya presentaron la Clase X350d con AT9 y reductora con acople de baja en movimiento (leer más). Un golpe jorobado de digerir.

Más allá de lo que digan, la realidad es la realidad. El keep it simple en Argentina está más vivo que nunca. Cadena. Embrague común. Cilindros. Centímetros cúbicos. Torque en baja. Manual. Reductora. Un solo turbo. Que después haya un nicho de usuarios que valore la AT8 con todo lo bueno que tiene, está perfecto y es genial que haya producto para todos.

Hay que entender que el mercado se diversificó aún más de lo pensado. Hay gente que valora tener una chata 4×2 o 4×4 automática para paseo y disfrute. Está muy bien. Hay otro nicho que nunca dejará de valorar las MT + reductora (es, por lejos, el segmento más grande) y otro nuevo nicho que valorará lo que se viene: las chatas de carrera sin uso comercial. La V6 de VW tope de gama, la V6 de Mercedes, posiblemente la Ranger Raptor, posiblemente la Hilux TRD, posiblemente una X AMG y -¿por qué no?- una Frontier Nismo, ya que estamos. Hay para todos. Van a vender todos. Más oferta. Más opciones.

Pero recuerden: la masa crítica del mercado emergente sigue siendo la misma.

VW sigue apostando con el mensaje millenial acerca de que hay que innovar, que la tecnología para el campo es imparable y todo lo que sabemos. Es una estrategia y está muy bien. Pero la realidad del interior argentino es que la gente quiere cosas fiables, que no se rompan y sean nobles. Si bien algunos pools de siembra usan algunas cosas de vanguardia (cosechadoras y tractores con GPS, algún drone y demás) el 90% del interior no es así.

Además, mucha tecnología, pero en el lugar del evento casi no había señal de celular (iba y venía, imposible subir una foto). Y estábamos a 130 kilómetros de Buenos Aires. Una muestra cabal de lo que escribo.

El tema de la publicidad de la Amarok y el drone, qué sé yo: realmente creo que la Amarok V6 da para hacer comerciales reales, mostrando producto en uso intensivo. Sobre las publicidades en general de chatas, da para otra nota, pero creo hay una crisis de creatividad en las publicidades de chatas de todas las marcas, porque estoy seguro de que ningún creativo de ninguna agencia realmente usó una pick-up en serio. Algunas publicidades alejan al producto de la vida real (¿recuerdan la de Renault Alaskan, cargando baterías con paneles solares de noche?) e incluso las desmerecen. Pero ese es otro tema. Hay chatas para hacer algo real: falta creatividad y sobra producto, a mi criterio. Pregunten a alguien que use pick-ups en serio y saquen info real.

LOS INSTRUCTORES

Recordarán que un anterior evento de Amarok tuve un tema con el instructor (ver nota). Bueno, me volví encontrar con él. Y con el responsable de Experto Amarok. Con el instructor estuvimos hablando un buen rato, respetando nuestras posiciones con cordialidad y encontrando puntos en común. Sabe mucho y compartimos conocimientos, coincidiendo casi en todo. El tema quedó superado. Destaco su buena voluntad y cordialidad

Quiero destacar el progreso que hizo VW con el programa Experto Amarok, porque desde hace años recorren el país con un roadshow, capacitando a vendedores y servicio. Definitivamente, es el camino a seguir y deben continuar. No llegan a nivel de Toyota en postventa todavía, pero hay una mejora evidente. Experto Amarok está bien hecho.

Con ambos nos quedamos hablando de diversos temas off-the-record y en general es un placer hablar con gente que sabe y reconoce las cosas (de ambos lados). En general, coincidimos que la Amarok mejoró una barbaridad desde 2010 a hoy, pero siguen faltando cosas, como a todas. Hoy todas las chatas de todas las marcas son buenas, pero siempre se puede mejorar y cada una tiene su costado a revisar. La competencia es dura y encima se viene Mercedes-Benz, que ya tiene un red de servicio con años y el peso de la Estrella es innegable (por más que las Clase X comunes sean Nissan revisadas).

LA CHATA

La Amarok V6 Extreme probada el año pasado me causó excelente impresión (leer crítica). Escribí que, más allá de la estética, la principal limitación eran las gomas que se convierten en un dolor de cabeza fuera del asfalto. Bueno, hablando con los instructores, coincidimos que cualquier goma de perfil ultrabajo montado en algo de dos toneladas está destinado a cortarse o hacer huevo al costado en cualquier momento, ya que ni hace falta salir al campo: un pozo de los que nos regalan las municipalidades ya las dejan out. El costo de reposición es sideral. Y, si marcás la llanta, olvidate. La Amarok V6 Extreme es una pick-up de carreras, pero el motor era todo.

Ahora tenemos esta versión que toma lo bueno (chasis, suspensiones, motor, cuatro discos, etc…) mantiene por ahora la AT8 (ya viene, ya viene la MT6 con reductora, sepan esperar) y sobre todo cambia el rodado por unas Michelin mixtas perfil 65 en llanta 17. ¡Aleluya!

Esto limpia la principal limitación de la anterior, convirtiéndola en una pick-up más “chata”, ya que no toca tanto abajo en el suelto y no sufrís en cada cuneta o badén.

POR FUERA

A nivel estético tiene un nuevo color “naranja estoy acá, mírenme” y fenders negros, como para darle un toque “wild”. Ya lo dije varias veces: la Amarok tiene casi 10 años y a mi gusto sigue siendo muy linda. Diseño limpio y sobrio. Las nuevas llantas de 17” le quedan buenas y dejan ver los discos traseros. Ah, de la caja de carga le sacaron dos ganchos de sujeción, quedando sólo cuatro.

Abajo no está blindada (sólo cubrecárter) y el amortiguador trasero que apunta hacia adelante no tiene cortapiedras. Pero agregaron en el chasis, debajo del asiento del acompañante, una canillita para drenar agua del tanque de combustible, si está contaminado: excelente idea. Continuando abajo, ahí está el DPF (bien protegido) y tiene un inyector para él solito, para quemar todo. Muy bien ahí también.

El portón mantiene el brazo amortiguador que lo convierte en una pluma para cerrarlo. Los ganchos de rescate son ridículos: eso debe mejorar sin falta en la próxima generación, tanto en la forma como el tamaño y la ubicación.

POR DENTRO

Perdió algo de equipamiento para tener precio competitivo, pero tiene todo lo necesario y más. Los tapizados son buenos en serio. Está terminada promedio (mejoró en eso) y hablar de su comodidad reconocida es redundante. Aunque atrás no es la mejor, está arriba del promedio.

FIERROS

El motor V6 ya no es novedad. Ya lo dije: es “El” motor. Hace todo bien. El dos litros no tiene ni para empezar al lado de esta bestia y encima consumen casi lo mismo. Es gracioso ver a los que vienen de la Amarok biturbo, la cara que ponen cuando sienten el torque a 1000 rpm. No se puede reproducir lo que dicen, pero básicamente se asombran de la fuerza en baja.

Acoplado a la AT8 con Torsen, el V6 anda perfecto (sigo hilando finísimo, hay un tema de comunicación entre la caja y el torque del motor, pero es casi-casi imperceptible). El conjunto otorga confort y potencia, ideal para que el nuevo usuario diga: “Y no sabés cómo acelera”. La ZF es la mejor caja automática del mercado de chatas, hasta que llegue la AT9 de Mercedes-Benz (leer más).

Es una pena que VW no le ponga reductora a la AT8. No digan que no se puede, porque Mercedes-Benz sí pudo. El motor V6 es un digno rival para Bebé Godzilla (Ford Ranger) y Duramax (Chevrolet S10). Toyota no participa en esta liga y aún así duplica en ventas al resto. Espero realmente con ansias la Amarok V6 MT6 con reductora, para hacer un comparativo áspero y dar veredicto.

CÓMO ANDA

No las sacamos al asfalto, y no creo que haga falta, ya que todos sabemos que la Amarok es un tren en la ruta de estable. Y en ciudad sigue siendo muy confortable. El tema es ya conocido y destacable como máximo punto de la chata (ahora, junto con el V6).

El tema es que, en el suelto, ahora copia mucho mejor porque las gomas son más “normales”, otorgando más confianza al encarar un terreno sin fruncir la boca, porque toca la trompa o la panza. Está mejor y transmite sensaciones más concretas, aunque sin llegar al nivel de la robustez de las Hilux y Ranger en fuera de camino, todavía. Notable mejora con el cambio de gomas.

Eso sí. Como también le pasa a Ranger con el 3.2, ambos motores son físicamente grandes y mucho más pesados que los cuatro cilindros, por lo cual cargan bastante más las trompas de ambas chatas. Esto merece atención, porque en determinadas situaciones se debe tener en cuenta, para que no juegue en contra. Si se sabe manejar chatas, puede jugar muy a favor. Muy.

La pista de pruebas era natural, usando la barranca del río que fue desmalezada: realmente era exigente y divertida. Pude manejar con un instructor macanudo, que me dejó hacer (siguiendo instrucciones) y dos pasajeros. La gran diferencia es que el motor empuja desde 900 rpm y para encarar los obstáculos más exigentes sólo necesitás 1300 o 1500 vueltas. Toda la electrónica desconectada por el instructor (hasta donde lo permite el manual de usuario, claro). Fue un paseo lento y divertido. Si bien seguía siendo una pista, al menos fue un poco más real que las comunes. Estaba seco y la hice sin problemas, destacando las gomas aptas para esto.

PRECIO

Las Amarok V6 son caras. Pero esta V6 Comfortline es más barata que la tope de gama 2.0, pero igual sigue muy arriba: 942.500 pesos. Por lo que vale esta pick-up, que no es full, te llevás una S10 High Country o una Ranger Limited. Ambas chatas son muy superiores en equipamiento y están a la par mecánicamente. Ahora, si venís de una Amarok 2.0 biturbo, por la misma plata te llevás la V6. Si venís de Amarok, es muy barata. Si estás en otra marca, sigue siendo cara.

CONCLUSIÓN

Amarok siempre tuvo el chasis. Amarok siempre tuvo el confort. Amarok ya hace un año que tiene el motor. Amarok ahora tiene una configuración más racional. Ahora le falta sólo la versión manual con reductora. Ya llega, ya llega… a no desesperar, muchachos.

Toda la vanguardia anunciada durante años terminará en: muchos cilindros, muchos cm3, cadena, un solo turbo, manual y reductora.

Celebremos la variedad. Según el uso que le des, podrás elegir la que más te guste.

Eso sí, chicos de VW: no da seguir con sólo cuatro airbags. Sé que no se puede ofrecer más ahora hasta la nueva generación, pero aunque sea uno de rodilla. Casi un palo con cuatro airbags no da.

Cuando les dije el año pasado con la V6, “corran a comprarla”, no me equivoqué: hoy son codiciadas. Ahora subo la apuesta: si te gusta Amarok, vayan a comprar la V6 Comfortline, si la van a usar para pasear o esparcimiento, con salidas fuera de camino normales.

Subo más la apuesta: corran a reservar la Amarok V6 MT6 con reductora. Háganme caso.

J.Ch.
Fotos: VW Argentina

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En una estancia de Alsina, Volkswagen preparó un recorrido off-road para presentar la nueva Amarok V6 Comfortline (ver equipamiento y precios).

Es la versión de entrada a gama de la pick-up más potente de VW.

Y enviamos a Jero Chemes, para hacer lo que más le gusta: chapotear y embarrarse.

La V6 Comfortline viene con tapizado en tela. Se combina sólo con caja automática de ocho velocidades y tracción integral 4Motion.

Tiene muchas ayudas electrónicas a la conducción. Pero no tiene caja reductora con alta y baja.

Como siempre en la Amarok, la mejor posición de manejo del mercado.

Chemes Approved.

El motor V6 3.0 turbodiesel es la estrella. En Europa, reemplazó por completo al motor 2.0 bi-turbodiesel, que fue discontinuado.

Una pick-up con mayor perfil off-road que la Amarok V6 Extreme.

A fin de año llegará la versión V6 Manual, con reductora. Y, en 2019, un remapeo del motor para ofrecer todavía más potencia (leer más).

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Crítica: Citroën C4 Lounge 2018

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Texto y fotos de Orly Cristófalo

Desde Villa Carlos Paz (Córdoba) – La excusa era el Rally de Argentina, fecha válida por el Campeonato Mundial de la especialidad que convoca a miles de fanáticos cordobeses y “aledaños” todos los años. Allí se hacía presente el equipo Citroën Total Abu Dhabi WRT, con tres pilotos, uno de los cuales es el propio dueño del team: Khalid Al Qassimi. La propuesta de Citroën Argentina fue que Autoblog acompañara al equipo durante buena parte de la carrera.

Nuestro vuelo salió bien temprano desde Aeroparque rumbo a Córdoba. Allí nos esperaba una larga fila de modelos Citroën para probar: C4 Cactus, SpaceTourer, C-Elysée y C4 Lounge. La mayoría de ellos con motorizaciones HDI (turbodiesel), pero también había versiones nafteras.

TURBODIESEL

El “sorteo” me puso al volante de un C4 Lounge HDI con caja manual de seis velocidades y equipamiento Feel Pack (542 mil pesos), que incluye ESP, ASR, tapizados de cuero, sistema multimedia con pantalla táctil de 7 pulgadas y Mirror Screen para Apple CarPlay y Android Auto, entre varios detalles. El restyling presentado en marzo de este año le cayó bien a un auto que ya tenía un diseño agradable y elegante. Personalmente, me gusta mucho todo el conjunto de trompa y ópticas delanteras, de los más lindos en su segmento y mejor resueltos estéticamente.

Nuestros colegas de MotorWeek tuvieron la buena voluntad de dejarnos arrancar al volante en el primer tramo. Testigos indiscretos dicen que no les quedó otra, porque quien escribe ya estaba sentado en la posición del conductor, con el cinturón abrochado y la puerta bloqueada (pero siempre hubo gente mal intencionada).

El tramo inicial era Córdoba – Villa Carlos Paz, pasando por la ciudad y tomando la autopista que está en plena remodelación. Entre las obras y el manejo en “modo caravana”, pudimos sacarle el jugo a la elasticidad del motor, con el que se puede andar en segunda y tercera sin que el motor tironee por salir de abajo, a muy pocas revoluciones, o se estire el cambio antes de volver a frenar por el tránsito. Con tres personas a bordo y con un equipaje para un par de días, el C4 se mueve sin mayores problemas. La posición de manejo me resultó muy cómoda, aunque preferiría poder bajar aún más la altura del asiento. Soy de los que prefiere manejar bien abajo.

Me costó acostumbrarme al tablero, sobre todo al cuentavueltas, que es horizontal y con luces, al estilo F1: grande en el centro el velocímetro y al lado el EcoCoaching, que nos sugiere el cambio de marcha para hacer un uso más eficiente del combustible. Lo intenté seguir durante algunos momentos y me encontré conduciendo a 80 km/h en sexta marcha, algo raro, pero que el motor HDI del C4 Lounge permite tranquilamente, sin tironeos y con respuesta lógica ante una pisada del acelerador. No, no es la reacción de un deportivo, pero el torque a bajas revoluciones ayuda a empujar en cualquier momento.

El equipamiento incluye una pantalla touch con sistema multimedia y GPS incorporado. Con mi copiloto luchamos un rato hasta poder pasar la temperatura del aire acondicionado de Farenheit a Celsius (con mis lentes de ver de cerca todo hubiese sido más fácil). El climatizador está dividido en derecha e izquierda y tiene dos salidas para la parte trasera que se agradecieron mucho en los cálidos días de este extraño abril.

¿Nos ponemos pedigüeños? Un toma más para USB sería ideal. Con tres adultos exprimiendo sus celulares abordo, un puerto solo suena a muy poco. Si bien hay dos tomas 12v, el USB simplifica adaptadores y enchufes.

Finalmente pasamos la zona de obras en la autopista y aceleramos un poco al HDI, que demostró que se siente cómodo también en esa zona. Hicimos una parada en Villa Carlos Paz, que incluyó: visita al Parque de Asistencia y al equipo Citroën, conferencia de prensa, donación de un C4 Lounge al Instituto Provincial de Educación Técnica Nº 62 (Río Segundo) y almuerzo en el Portal del Lago. Después de eso, de nuevo a nuestro C4 Lounge HDI, para hacer Villa Carlos Paz – Villa General Belgrano.

Este tramo me tocó ir en el asiento de atrás y comprobar que es a prueba de gente XXL, como yo. Piernas más que cómodas y lejos del respaldo del conductor, techo lejos de la cabeza y asientos de buen largo de piernas. Casi dos horas de viaje para 86 kilómetros, con muchos tramos de curvas y montaña y las correspondientes paradas para hacer parte de las fotos que ilustran esta nota. Por momentos, con buen ritmo, el C4 Lounge hizo gala de un muy buen andar, frenado más que eficiente a pesar de la exigencia, y gran confort de marcha.

Estuvimos en el hotel durante unas horas, donde asistimos a una charla sobre Tecnología HDI liderada por Thomas Burguete, gerente de Marketing Estratégico de Citroën Argentina (leer nota aparte).

El día terminó con una cena en Los Reartes y unos kilómetros más en ruta, pero esta vez de noche, con la navegación de Waze a través de Android Auto y la musicalización del “Polaco” Silveira (Clarín, Vorterix y MiuraMag). El manejo de noche en ruta sirvió para comprobar la potencia de las luces de LED y la pobre definición de la cámara trasera, en condiciones de poca iluminación.

TURBONAFTA

El segundo día me tocó la versión THP, naftera, de 165 cv y con caja automática de seis velocidades, todo un cambio a simple vista. Similar equipamiento, aunque este caso era la versión Shine (598.500 pesos), fácil de detectar cuando empezamos a buscar dónde poner la llave y nos dimos cuenta de que el arranque era mediante el botón de Start/Stop. Detalle: el pulsador viene ubicado del lado izquierdo del volante y no del derecho, donde sí está el tambor de la llave en los modelos que lo llevan.

Salir a la ruta y acelerar con ganas alcanzó para darnos cuenta de que teníamos casi 50 HP más debajo del capot. La caja automática responde bien, casi sin retrasos y con suavidad. ¿El resto del conjunto? Mantiene el equilibrio del C4 Lounge: buen andar, silencio a bordo y un pequeño zumbido en el techo solar, cuando está cerrado pero sin la cortina. Probamos varias posiciones y “toques”, pero el zumbido se mantenía a menos que cerráramos la cortina.

Esta vez el recorrido fue más corto, ya que fuimos hasta Santa Rosa de Calamuchita, donde nos adentramos en un campo para dejar allí los autos y caminar hasta el campamento que había preparado Citroën para que viéramos el Super Especial 4 “Santa Rosa – San Agustín”. Una vez que pasaron los autos y almorzamos un gran asado en medio de la montaña, volvimos manejando nuestro THP hasta Villa General Belgrano. Allí nos despedimos de nuestras unidades para emprender el camino al aeropuerto de Córdoba, en micro.

CONCLUSIÓN

Citroën nos dio la posibilidad de manejar y aprender más sobre sus HDI y, además, compararlos con la versión naftera del mismo modelo. Las prestaciones, aún con 50 caballos menos, dejan muy bien parado al “gasolero”, gracias a su mejor eficiencia en el uso del combustible y elasticidad del motor.

La marca del Doble Chevrón es una de las pocas del mercado que todavía sigue apostando a las mecánicas diesel, con una amplia variedad de opciones.

Sin embargo, la gran novedad del C4 Lounge 2018 no es el turbodiesel ni el turbonafta. A partir de este restyling, se sumó la versión 1.6 VTi Live, con motor atmosférico de 115 caballos. Es menos potente, pero logra un precio más accesible: 444 mil pesos. Dentro de un modelo que cambió poco con este restyling, es el principal atractivo para quienes buscan un auto amplio y cómodo, por un precio un poco más accesible.

O.C.

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Autoblog acompañó al equipo Citroën en el Rally de Argentina 2018.

Fue una caravana variada, con caballos nafteros, diesel y también de los otros.

El rediseño afectó principalmente a la trompa.

Sigue siendo un auto elegante y armónico.

El nuevo tablero digital requiere cierto acostumbramiento.

Las ópticas traseras también son de nuevo diseño.

Donación de un C4 Lounge para la escuela técnica de Río Segundo.

En la caravana del Doble Chevrón, Autoblog probó los nuevos C4 Lounge HDi y THP.

Con el restyling se sumó la versión Live 1.6 VTi, con precios desde 444 mil pesos.

Crítica: Ford Fiesta 2018 (Mercosur)

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El Ford Fiesta KD marcó una pequeña revolución, cuando se lanzó en la Argentina en 2010. Por primera vez en nuestro mercado, un auto del Segmento B (chico) de una marca generalista venía con un equipamiento de seguridad de auto premium: siete airbags, control de estabilidad y control de tracción. Además, su diseño era atractivo y moderno. Durante años fue el referente indiscutido entre los autos chicos.

Pero el tiempo pasa y, ocho años después, el Fiesta KD –primer modelo de la estrategia global One Ford– dejó de venderse en los principales mercados. En Europa ya existe una nueva generación y, en Estados Unidos, pronto se erradicará por completo el modelo de la gama.

Sin embargo, el Fiesta KD sobrevivió en el Mercosur. Recibió un restyling desarrollado en Brasil y pronto se discontinuará la versión sedán que llegaba importada de México. Este Fiesta 2018 (Mercosur) también recibió cambios en el equipamiento.

Manejamos durante una semana la versión SE Plus Manual de 390.200 pesos. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Era el hatchback chico más moderno y original del mercado. Pero el tiempo pasa para todos, incluyendo para el Fiesta KD. El restyling elaborado en Brasil es de esos que invita a preguntarse si realmente era necesario. Estrena nueva parrilla del tipo “diamantada” y los faros antiniebla ahora están enmarcados en un aplique de bordes cromados. Las ópticas traseras cambiaron la distribución de los elementos internos.

Las llantas también son de nuevo diseño. En esta versión SE Plus son atractivas. Todos los Fiesta vienen calzados con los mismos neumáticos: Pirelli Cinturato 195/50R16.

Pese a los esfuerzos de los diseñadores brasileños, el Fiesta 2018 (Mercosur) luce desactualizado frente a la competencia más moderna: Fiat Argo, Volkswagen Polo, Honda Fit, Kia Rio y próximamente el Toyota Yaris brasileño, por citar a las principales novedades.

Las medidas exteriores no variaron. Como se mencionó, se está dejando de ofrecer la versión Sedán. Las últimas unidades importadas de México (sin restyling) se ofrecen con precios entre 379 mil y 452 mil pesos.

Desde hace dos años, el Fiesta tiene competencia en su propia casa: el Ka y el Ka+ utilizan la misma plataforma y comparten numerosos componentes, pero tienen un precio más accesible. El mes pasado, el Ka se convirtió en el auto más vendido de la Argentina. En el segundo semestre, su oferta se ampliará con la llegada de una versión con estética aventurera, llamada Freestyle.

POR DENTRO

La versión Titanium perdió el techo corredizo y los materiales blandos en los revestimientos internos. El resto de las versiones, en cambio, mejoró al sumar la pantalla táctil de 6,5 pulgadas con sistema Sync3 (excepto la S Plus).

El GPS integrado, el encendido por botón y el tapizado en cuero son exclusivos de la versión Titanium. Más allá de eso, esta variante SE Plus tiene un equipamiento correcto, donde se destacan el climatizador de una zona y la cámara de retroceso.

La posición de manejo es buena, sobre todo porque el volante tiene una columna telescópica con mucho recorrido, para el ajuste en altura y profundidad. El asiento del conductor se ajusta en altura, pero no ocurre lo mismo con el acompañante. La butaca derecha viene muy baja desde fábrica: las rodillas siempre te van a quedar muy por encima de la cadera.

En el habitáculo, el principal defecto del Fiesta sigue siendo el mismo desde el primer día: el espacio en las plazas traseras, sobre todo por el lugar mínimo para las piernas. Hasta el más económico Ka, con sus líneas menos agraciadas, logró resolver la distribución interna de mejor manera.

El baúl permanece con la misma capacidad de siempre: 281 litros. Bajo el piso de carga, una mala noticia: rueda de auxilio de uso temporario. Con ella en uso, no se puede circular a más de 80 km/h. Es una solución mala si planeás salir a la ruta.

SEGURIDAD

El Fiesta Titanium sigue siendo de los más completos en su segmento en este rubro. El resto de las versiones –incluyendo esta SE Plus- no están mal, pero podrían ofrecer más.

Lo bueno, vienen de serie con: frenos ABS, asistencia al frenado de emergencia, distribución de frenado, control de estabilidad, control de tracción, asistencia al arranque en pendiente y anclajes Isofix.

Lo malo: sólo dos airbags en todas las versiones (excepto Titanium, que tiene siete). También podría ofrecer alerta de pérdida de presión de neumáticos y frenado automático post-colisión, como algunos de sus competidores.

El Fiesta mexicano fue evaluado en julio de 2012 por LatinNCAP. Con el protocolo de aquél entonces, obtuvo una calificación de cuatro estrellas en protección de adultos y niños. Sin embargo, el Ka -su hermano de plataforma- fue aplazado en un crash test más reciente: cero estrellas para adultos y tres para niños, en octubre de 2017. El organismo que evalúa la seguridad de los autos que se venden en América Latina lanzó un alerta sobre el pobre funcionamiento de los airbags y la falta de barras de protección laterales del Ka.

MOTOR y TRANSMISIÓN

La base mecánica sigue siendo la misma del Fiesta KD lanzado en 2010, pero en el transcurso de estos años recibió algunas mejoras. Por ejemplo, el motor 1.6 16v con distribución variable sigue entregando 120 cv a 6.000 rpm, pero el torque máximo se encuentra a un régimen más accesible: 152 Nm a 4.200 rpm (en lugar de 5.000).

Conserva la caja de cambio manual de cinco velocidades, pero el Fiesta fabricado en Brasil siempre tuvo unas relaciones del cambio más cerradas que el mexicano, sobre todo en las primeras tres marchas. Mientras la caja para la producción azteca priorizaba la eficiencia de combustible (algo muy demandado por el mercado norteamericano), la transmisión para el Mercosur puso el foco en una mejor respuesta en baja.

Las versiones SE Plus y Titanium mantienen la opción de caja automática Powershift (doble embrague). Es una caja que le dio muchos problemas a Ford (y sus usuarios), que ya está en retirada en la gama del Óvalo.

Una mala noticia: Ford Argentina sigue sin planes de ofrecer el motor 1.0 Ecoboost de tres cilindros que ya tiene el Fiesta brasileño desde hace tres años. Es un ejemplo de eficiencia, con 125 caballos de potencia y 170 Nm de torque. Es el mismo camino que siguió VW, cuando decidió excluir a la Argentina de la posibilidad de tener el nuevo Polo con el motor 1.0 TSi.

COMPORTAMIENTO

Los leves retoques en el motor y la caja dejaron atrás el temperamento apático del primer Fiesta KD mexicano. El Fiesta 2018 Mercosur no es un deportivo, pero es un auto que se mueve con agilidad en el tránsito. El motor y la caja tienen un diálogo más fluido, sin baches de torque y con un empuje en bajas vueltas más sostenido.

Eso se nota en las prestaciones. Acelera de 0 a 100 km/h en 9,5 segundos, una mejora apreciable con respecto a los 10,1 que rindió el Fiesta KD probado hace ocho años por Autoblog. En ruta, aún se sigue notando un poco la ausencia de punch. Como dije en 2010: nada grave, que no se solucione con un “tercerazo” a la hora de adelantar un camión.

Insisto: no es un rendimiento que te vaya a volar la peluca, pero después de haber pasado una semana con el anodino MSi 1.6 del nuevo Volkswagen Polo, el conjunto mecánico de este Fiesta me pareció más interesante y divertido.

El confort de marcha también evolucionó con el tiempo. Las suspensiones ya no son tan duras y transmiten una mayor sensación de robustez, sobre todo cuando se transita por calles en mal estado, con lomos de burro, pozos y cunetas.

El comportamiento dinámico sigue siendo correcto. Como ya es habitual, el control de estabilidad no se puede desconectar, pero no interfiere ni molesta: entra en acción cuando corresponde. Los frenos están ok, aunque a esta altura ya debería ofrecer discos en las cuatro ruedas.

El consumo se mantuvo estable en el tiempo. Gasta una media de 6,3 litros cada 100 kilómetros. En un auto con un tanque de 51 litros, ofrece una autonomía generosa para salir de viaje. Aunque, no lo olvides: la rueda de auxilio del baúl es de mentirita.

CONCLUSIÓN

¿Realmente el Fiesta necesitaba un restyling? Se puede llegar a comprender que Ford experimente demoras en cumplir con la promesa de seguir ofreciendo modelos globales en todos los mercados, pero los retoques estéticos que le hicieron en Brasil al Fiesta 2018 parecen innecesarios.

Los usuarios del primer Fiesta KD Titanium también notará una involución en el Titanium 2018: perdió equipamiento y las terminaciones de calidad que lo convirtieron en un referente en su segmento.

En lugar de las novedades estéticas, la marca debería hacer hincapié en destacar cómo mejoró el conjunto mecánico con el tiempo. También, en lugar de un restyling, hubiera sido un buen momento para ofrecer el motor 1.0 Ecoboost, que ya hace tres años se comercializa con el Fiesta en Brasil.

Al Fiesta se le nota el paso de los años y ya no es más el referente de su segmento. Es lógico: la competencia se modernizó y Ford apenas se aggiornó. El problema del Fiesta es que hasta sus hermanos de plataforma también avanzaron mucho: la EcoSport mejoró la calidad de construcción y estrenó mecánicas más modernas. El Ka hará lo mismo en el segundo semestre, cuando se lance el Freestyle con más equipamiento y nuevo motor.

Cuando un modelo extiende de esta manera su vida útil sólo le resta competir por precios, promociones y descuentos. El Fiestita que marcó una época se merecía una vejez más digna.

Carlos Cristófalo
Fotos: Garage Creativo

***

Este restyling del Fiesta KD es exclusivo para el Mercosur.

Estrena nueva parrilla y paragolpes delantero. Atrás, cambió la distribución de las ópticas.

La versión Titanium perdió terminaciones de calidad, pero todas las versiones (exepto S Plus) recibieron un nuevo sistema multimedia con Sync3.

Es una pantalla táctil de 6,5 pulgadas, con Apple Car Play y Android Auto.

El tablero no recibió cambios.

La versión SE Plus viene con climatizador de una zona.

Bien ahí: dos puertos USB y un toma de 12 voltios.

La posición de manejo es muy buena. El acompañante viaja muy abajo y su asiento no se regula en altura.

Atrás, el problema de siempre: muy poco espacio para las piernas.

Baúl de 281 litros, con posibilidad de ampliarlo con los respaldos 60/40.

Flojo ahí: rueda de auxilio de uso temporario.

Se extraña un poco la calidad de fabricación mexicana.

El motor ahora entrega el torque desde más abajo y se entiende mejor con la caja de cambios.

Esto mejoró el comportamiento dinámico.

Es más ágil en ruta y en ciudad.

Cambios mecánicos bienvenidos. ¿Pero realmente merecía un restyling? Creemos que no.

***

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Ford Fiesta SE Plus Manual (Mercosur 2018)
Origen: Brasil.
Precio: 390.200 pesos (versiones entre 361 mil y 419 mil pesos).
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros.
Comercializa: Ford Argentina (www.ford.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, 16 válvulas, distribución variable, inyección electrónica multipunto.
Cilindrada: 1.596 cc
Potencia: 120 cv a 6.000 rpm
Torque: 152 Nm a 4.200 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción delantera, con control electrónico.
Caja: manual, de cinco velocidades.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson con resortes helicoidales, amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora.
Suspensión trasera: eje de torsión, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Frenos delanteros: discos ventilados.
Frenos traseros: de tambor.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Neumáticos: Pirelli Cinturato 195/50R16 (rueda de auxilio de uso temporario)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 186 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 9,5 segundos
Consumo urbano: 8,1 l/100km
Consumo extraurbano: 4,9 l/100km
Consumo medio: 6,3 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 3.969 mm / 1.722 mm / 1.464 mm
Distancia entre ejes: 3.969 mm
Peso en orden de marcha: 1.120 kg
Capacidad de baúl: 281 litros
Capacidad de combustible: 51 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Alerta de uso del cinturón de seguridad para conductor
Control Electrónico de Estabilidad (ESC)
Asistencia al Arranque en Pendientes (HLA)
Asistencia Electrónica al Frenado de Emergencia (EBA)
Cinco cinturones de seguridad inerciales
Control de Tracción (TCS)
Distribución electrónica de frenado (EBD)
Sistema antibloqueo de frenos (ABS)
Sistema de anclaje Isofix para sillas de bebé
Alarma antirrobo
Sistema inmovilizador de motor Secury Lock
Espejos exteriores color carrocería con regulación eléctrica y luz de giro
Faros antiniebla
Luces led delanteras y traseras
Alerta de puertas abiertas y luces encendidas
Asiento de conductor c/ajuste manual de 6 direcciones
Climatizador automático
Columna de dirección ajustable en altura y profundidad
Levantacristales eléctricos del. y tras. c/ sistema “One touch”
Volante y palanca de cambios forrados en cuero
Respaldo de asientos rebatible 60/40
Tapizado de asientos en tela
Apertura de baúl con comando a distancia
Apertura y cierre de cristales con comando a distancia
Apertura y cierre de puertas con comando a distancia
Cámara de estacionamiento trasera
Cierre automático de puertas a 20 km/h
Cierre centralizado de puertas
Computadora de abordo
Control de velocidad crucero
Sensores de estacionamiento traseros
Sistema “Follow me home” de luces de acompañamiento
Radio AM/FM con rep. de CD/MP3, USB, Plug In y Bluetooth
Sistema Sync3 con pantalla táctil de 6,5 pulgadas
Control por voz para dispositivos
Sistema de audio con 6 parlantes (incluye tweeters)
Navegador satelital integrado
Control satelital de audio en volante

Crítica: Honda CR-V EX–T AWD

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¿Sabías que la CR-V es el sexto auto más vendido del planeta? Y el segundo de Honda, apenas por detrás del Civic. La marca japonesa tuvo un 2017 espectacular a nivel internacional, donde sólo fue superada por Toyota, Volkswagen y Ford (ver ranking mundial).

Ese fenómeno, sin embargo, no se reproduce en la Argentina. Honda fue alguna vez la marca japonesa más vendida en nuestro mercado. Hoy está tercera, cada vez más lejos de Toyota y Nissan. Hasta la superan marcas como Mercedes-Benz y Jeep.

El motivo: Honda Motor de Argentina se convirtió, desde hace tiempo, en la terminal automotriz más conservadora del país. En su planta de Campana concentra todo su esfuerzo en producir motos (la gran prioridad de la filial local) y la HR-V (que se exporta al Mercosur).

A raíz de esa decisión estratégica, el resto de la gama de autos de Honda en la Argentina hoy resulta deslucida. El Fit III mexicano interrumpió sus ventas a la espera de una actualización, el Civic brasileño llega en cuentagotas y la nueva CR-V arribó en una sola versión: la más cara.

La SUV del Segmento C (compacto) estrenó en marzo su quinta generación. El modelo que alguna vez fue el más vendido en su rubro, ya no viene importado de México. Ahora llega procedente de Estados Unidos. Sólo se ofrece la versión EX–T AWD, por 57.200 dólares.

La manejamos una semana y la crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

La “CR-VV” (la segunda V es por “quinta” generación, ponele) creció en todas las dimensiones. Tiene una distancia entre ejes de 2.659 mm (+40mm), un largo de 4.587 mm (+58mm), un ancho de 1.854 mm (+35mm) y un alto de 1.689 mm (+35mm).

Pero, lo más importante, se la ve más deportiva, robusta y agresiva que nunca. Después de dos generaciones muy redondeadas, Honda apostó a diseñar una CR-V más angulosa, musculosa y grande como la osa (perdón). En persona, se ve mejor que en fotos: tiene personalidad, pero sin llegar a ser ostentosa. Por definición, la CR-V fue y será un elegante y discreto vehículo familiar.

Esta versión EX–T viene de serie con llantas de 18 pulgadas (con Hankook 235/60R18) y unos geniales faros full led: utilizan diodos para las luces diurnas, de posición, bajas, altas e intermitentes. Sólo emplea lámparas halógenas para los antinieblas.

En otros mercados, se ofrecen versiones con menos equipamiento y ruedas más chicas, pero por el momento no están previstos en la Argentina.

Las rivales de la CR-V en nuestro país son: Chevrolet Captiva, Ford Kuga, Hyundai Tucson, Kia Sportage, Nissan X-Trail, Peugeot 3008, Renault Koleos, Subaru Forester y Toyota Rav4. Sin embargo, debido al posicionamiento en precio de esta única versión, la EX-T se ubica en el rango de precio de las SUVs del Segmento D (mediano), donde la más vendida es la Toyota SW4.

POR DENTRO

Acá sigue siendo fiel a la tradición de las CR-V: un confortable living familiar con ruedas. En esta quinta generación, esto resulta exacerbado por las dimensiones todavía más grandes, donde los ocupantes delanteros van sentados en cómodas y anchas poltronas (con ajustes eléctricos y memorias) y los de atrás viajan en Business (con muchísimo espacio para las piernas, cabezas y hombros, además de respaldo reclinable).

Esto no impide ofrecer un baúl más grande que nunca, con nada menos que 646 litros (hasta la altura de la cortina que oculta el equipaje).

El interior de la CR-V no tiene el diseño galáctico de una Peugeot 3008, pero tampoco es austera como una Subaru Forester. La calidad de fabricación es excelente y hay materiales blandos, con muy buen tacto, en todos los revestimientos. Es una pena que la marca siga insistiendo con esos apliques de plástico que imitan madera: un arcaísmo.

El tablero es algo confuso, pero completo. La pantalla multimedia de siete pulgadas es generosa: tiene Apple Car Play y Android Auto, pero también incluye su propio HotSpot para conectarse a internet y navegar páginas web (como ya tiene la HR-V).

Como es full-full, también tiene detalles extra de equipamiento: head-up display, techo corredizo (no panorámico) y muchos enchufes para dispositivos (cuatro puertos USB y dos tomas de 12v). Además, como ya es un clásico en las CR-V, hay gran cantidad de gavetas, huecos, guanteras y escondites para guardar cachivaches de todo tipo y tamaño.

Un vehículo amplio y familiar, donde todos viajan casi con el mismo nivel de confort. Incluyendo al pobre voluntario que tenga que cambiar una rueda pinchada: el auxilio es de verdad, con el mismo tamaño y llanta de las cuatro titulares.

SEGURIDAD

Viene muy completa: seis airbags, frenos ABS con EBD, control de estabilidad, control de tracción, anclajes Isofix, monitoreo de presión de neumáticos, asistencia al arranque en pendiente, detector de fatiga y cámara de punto ciego en el retrovisor derecho.

Sin embargo, en un auto full-full y con este precio, hay que exigir también: airbag para las rodillas del conductor, control de crucero adaptativo, frenado autónomo de emergencia, alerta de cambio de carril y alerta de punto ciego del lado izquierdo. No tiene nada de eso, ni siquiera como opción.

Al menos en la Argentina, Honda no se caracteriza por ser una marca generosa en términos de seguridad. Recordemos que la generación anterior de la CR-V se vendió hasta el año pasado sin ESP, en su versión de entrada a gama.

Esta quinta generación de la CR-V ya fue sometida a las pruebas de choque de EuroNCAP. Obtuvo una calificación máxima de cinco estrellas, con 93% de protección para adultos, 74% para niños y 68% para peatones.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Llegó el downsizing para la CR-V. Aunque muchas marcas están abandonando esta técnica (cuyo principal objetivo es reducir las emisiones de gases contaminantes), la SUV de Honda aplicó la fórmula de cambiar cilindrada por turbo.

El veterano 2.4 atmosférico, con 185 cv y 219 Nm, fue reemplazado por un moderno 1.5 turbo con inyección directa, de la misma familia que equipa al nuevo Civic. Pero, en el caso de la CR-V, entrega más potencia y torque: 190 cv a 5.600 rpm y 240 Nm, entre 2.000 y 5.000 rpm.

Al ser una sola versión, esta es la única motorización disponible y se combina con un solo tipo de transmisión: caja automática con variador continuo (CVT con siete marchas preprogramadas y levas al volante). Tiene tracción integral de acople automático (última evolución del clásico Real Time AWD de las primeras CR-V).

En otros mercados se sigue ofreciendo el conjunto 2.4 atmosférico con tracción simple, pero -por el momento- no hay planes de venderlo en la Argentina.

COMPORTAMIENTO

La Honda CR-V siempre fue un vehículo cómodo, práctico y fácil de conducir. Todo eso sigue intacto, pero con algunas mejoras importantes: se trabajó la aislación acústica para lograr una cabina más silenciosa y se logró una puesta a punto más confortable de las suspensiones. Las llantas de 18 pulgadas son grandes, pero los neumáticos no tienen un perfil tan bajo como otras SUVs de este precio: esto asegura un buen colchón de aire, que aísla a la cabina de baches y otras imperfecciones del camino.

¿Y qué tal es el motor turbo? Si manejaste alguna vez las anteriores CR-V, con el motor 2.4 atmosférico, la primera sensación será un poco frustrante. El motor no se escucha y el primer tramo del recorrido del acelerador se siente vacío: falta torque. Esa sensación se mantiene hasta las 1.500 rpm, cuando el turbo empieza a soplar con decisión. Ahí el panorama cambia por completo y la nueva CR-V tiene una respuesta superior a su antecesora.

Los valores de aceleración medidos por Autoblog mejoraron de manera notable, de una generación a otra. La CR-V 2012 (leer crítica) pasaba de 0 a 100 km/h en 9,8 segundos. Esta CR-V 2018 completa la misma prueba en 8,6 segundos. La velocidad máxima aumentó de 189 a 200 km/h (limitada electrónicamente).

Sin embargo, como era de esperarse, la mejora más importante está en los consumos. Aunque esto se aprecia más en la ciudad que en la ruta. En ruta, a 120 km/h constantes (y con el motor trabajando a 2.000 rpm), gasta 7,1 litros cada 100 kilómetros (antes, 9,2 litros). En ciudad, el consumo es de 11,9 litros cada 100 (antes, 14 litros). El tanque de combustible sigue teniendo una capacidad similar (ahora 57 litros, antes 58), así que también ganó mucho en autonomía para viajes largos.

No soy un fan de las cajas de cambios tipo CVT. Sólo las de Subaru me parecen excelentes, pero hay que reconocer que esta de la CR-V tiene mejor respuesta que en el Civic Turbo. Es progresiva y no emite ruidos que remiten a patinamientos. Igual, sigo prefiriendo el clásico sistema de convertidor de par. Es más costoso que una CVT, pero siempre dialoga mejor con el motor.

Junto con las suspensiones y las prestaciones, también mejoraron los frenos y la dirección. La CR-V es un clásico auto familiar en buena parte del mundo, pero al menos en esta versión turbo la marca se tomó muy en serio la dinámica del vehículo. Incluso se recurrió a la ayuda de la electrónica para mejorar su comportamiento dinámico.

El mejor ejemplo de esto es el sistema AHA. No es una banda noruega de pop, sino el Agile Handling Assist. Es un sistema que entra en acción incluso antes de que el control de estabilidad (ESP) intervenga en el manejo. La idea es proporcionar una conducción más divertido, sin la intervención celadora del ESP. Básicamente, lo que hace el sistema es ayudar al conductor a mantener el trazado de curva deseado, con leves intervenciones sobre el freno de la rueda delantera interna. Es decir, colabora para que el auto ingrese mejor en cada curva. El trabajo del AHA es imperceptible en el volante, pero brinda la sensación de un manejo más deportivo, ágil y seguro, aunque seas un pésimo conductor (ver ejemplo en la firma al pie). Si superás el límite de adherencia, ahí sí: el ESP entra en acción.

Por suerte, el ESP se puede desconectar por completo. Es algo fundamental en el manejo off-road. Todavía sorprende que algunas pick-ups 4×4 del mercado (Fiat Toro y Volkswagen Amarok Automática) no permitan este tipo de libertad.

Los neumáticos de la CR-V están pensados para viajar rápido en el asfalto. Y se empastan con facilidad en el barro. Pero, con el ESP 100% Off y el buen funcionamiento del sistema de tracción integral, es posible manejar en el barro con una buena dosis de control y seguridad.

El sistema de doble tracción con acople automático –cada vez más habitual en este segmento- tiene una sola contra: al conectar y desconectar todo el tiempo el eje trasero, tiende a recalentarse. No es algo que te vaya a ocurrir en el barro, durante el otoño. Pero es un inconveniente común en los médanos, durante el verano. En ese caso, se encenderá una luz en el tablero que te va a informar que el vehículo quedará sólo con tracción simple, hasta que baje la temperatura del conjunto. Llevá termo y mate, para amenizar la espera.

Por supuesto, la CR-V nunca pretendió ser un vehículo off-road puro y duro. El sistema Real Time AWD sirve para transitar por caminos difíciles, pero no imposibles. También aporta estabilidad y control cuando el pavimento está mojado. Y es el sistema más difundido entre los usuarios de la Argentina que viven en zonas con nieve (tal vez porque ahí nunca se recalienta el mecanismo).

CONCLUSIÓN

La Honda CR-V es una de las SUVs más vendidas del mundo y siempre estuvo entre las favoritas del público argentino. Sin embargo, es difícil que eso vuelva a ocurrir con esta quinta generación. Al venir importada de Estados Unidos y tener que tributar el 35% de arancel aduanero, Honda decidió importar sólo la versión tope de gama.

Con un precio de 57.200 dólares, la CR-V queda desfasada del Segmento C (compacto) y se ubica en los valores de SUVs más grandes (y caras).

Las Chevrolet Captiva, Hyundai Tucson, Kia Sportage y Toyota Rav4 –por mencionar sólo a las más vendidas- tienen versiones de entrada a gama mucho más accesibles (incluso después de la devaluación).

De esta manera, Honda le cederá a varias marcas competidoras un mercado que históricamente le perteneció. La nueva CR-V es un producto excelente: buen diseño, gran calidad, notables prestaciones, seguro y con un equipamiento muy completo. Pero también es caro.

Así, a la CR-V 2018 le costará conquistar nuevos clientes en la Argentina. De hecho, se le complicará conservar a muchos de sus usuarios históricos. Las importantes mejoras de esta quinta generación sólo podrán disfrutarlas los seguidores más fieles. Y holgados.

Carlos Cristófalo
Fotos: Orly Cristófalo – Garage Creativo

***

No es un todo terreno extremo, pero el sistema Real Time AWD aporta mucha seguridad y control.

Lástima que los neumáticos se empasten tan rápido en el barro.

En el interior, todo nuevo, pero con la misma calidad de siempre.

Butacones delanteros anchos y cómodos, con ajustes eléctricos y memorias (lado conductor).

Los pasajeros traseros viajan en Business (y perdón por la mugre, pero el off-road es así).

Materiales de buena calidad. Los apliques en plástico símil madera son prescindibles.

Pantalla multimedia grande, completa y sencilla.

Incluye el visor para la cámara ubicada bajo el retrovisor derecho (para evitar sorpresas por el ángulo muerto).

También cuenta con un Hotspot para conectarse a redes wi-fi.

El tablero tiene mucho diseño, pero es algo confuso.

Por suerte, el Head-up Display ofrece un buen resumen.

La caja CVT es buena. Pero preferimos una con el clásico convertidor de par.

Muchas conexiones para cargar dispositivos. Contemos: un toma 12v bajo la palanca de cambios.

Dos USB y otro 12v en la consola junto a los asientos delanteros.

Y dos USB más en las plazas traseras. Honda entendió todo sobre las necesidades básicas modernas.

Como siempre, mucho espacio para guardar cachivaches.

Y soluciones inteligentes para que no se note el desorden.

El baúl de la CR-V es más grande que nunca: 646 litros (y perdón por la roña).

La rueda de auxilio tiene el mismo tamaño y llanta de las cuatro titulares. Excelente.

Llegó el downsizing: chau 2.4 atmosférico y hola 1.5 turbo (sorry por las salpicaduras).

La nueva CR-V dejará muy conformes a los usuarios habituales del modelo (que lleguen a pagar esta versión tope de gama).

***

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Honda CR-V EX–T AWD
Origen: Estados Unidos
Precio: 57.200 dólares
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros.
Comercializa: Honda Motor de Argentina (www.honda.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, distribución variable, inyección directa, turbocompresor e intercooler.
Cilindrada: 1.498 cc
Potencia: 190 cv a 5.600 rpm
Torque: 240 Nm entre 2.000 y 5.000 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción integral con sistema de acople automático (Real Time AWD).
Caja: automática de variador contínuo (CVT), con siete velocidades preprogramadas, modo Eco, modo Sport y levas al volante.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales, amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora.
Suspensión trasera: independiente, tipo multibrazo, con resortes helicoidales, amortiguadores hidráulicos y barra estabilizadora.
Frenos delanteros: discos ventilados
Frenos traseros: discos macizos
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica y dureza variable.
Neumáticos: Hankook Kinergy GT 235/60R18 (rueda de igual tamaño y llanta)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 200 km/h (limitada electrónicamente)
Aceleración de 0 a 100 km/h: 8,6 segundos
Consumo urbano: 11,9 l/100km
Consumo extraurbano: 7,1 l/100km
Consumo medio: 9,7 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 4.571 mm / 1.855 mm / 1.689 mm
Distancia entre ejes: 2.660 mm
Peso en orden de marcha: 1.603 kg
Capacidad de baúl: 646 litros
Capacidad de combustible: 57 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Doble airbag de cortina
Frenos ABS con EBD y BA
Freno de estacionamiento eléctrico
Sistema automático de retención de frenado (Brake Hold)
Control de estabilidad (VSA) con control de tracción
Asistencia al arranque en pendientes (HSA)
Sistema de asistencia al manejo ágil (AHA)
Cinco cinturones de seguridad inerciales de tres puntos (delanteros con pretensionador)
Aviso visual y sonoro de cinturones de seguridad para conductor y acompañante
Sistema de retención infantil Isofix y Latch
Encendido automático de luces con sensor crepuscular
Sensor de lluvia
Luces de marcha diurnas (DRL de leds)
Cámara de visión trasera de tres ángulos con guias dinámicas de dirección
Sistema Lanewatch (cámara para reducción de punto ciego izquierdo)
Detector de fatiga (Driver Attention Level)
Monitoreo de la presión de los neumáticos (TPMS)
Sistema de alarma perimetral y volumétrica
Inmovilizador de motor
Faros delanteros y traseros Full Led (posición, bajas, altas e intermitentes)
Faros antiniebla delanteros
Espejos laterales con pliegue eléctrico y luces intermitentes de Led
Spoiler trasero color carrocería con luz de freno integrada de Led
Techo solar corredizo eléctrico
Barras de techo símil aluminio
Limpiaparabrisas intermitente variable con sensor de lluvia
Sensores de estacionamiento traseros con alertas visuales y sonoras
Tablero TFT de alta resolución
Monitor de la distribución de par (All Wheel Drive)
Head-up display (HUD)
Climatizador bizona integrado en pantalla táctil
Salida de aire para plazas traseras
Sistema de acceso inteligente sin llave con botón de encendido
Sistema de encendido remoto del motor
Portón trasero eléctrico con altura programable y acceso manos libres
Espejo monitor con portalentes
One touch en todas las ventanillas con antipinzamiento
Volante multifunción con controles de audio y cruise control
Volante y selectora de marchas revestidos en cuero
Revestimiento símil madera y materiales soft touch en panel central y puertas
Columna de dirección regulable en altura y profundidad
Apertura remota de tapa de tanque de combustible
Toma de 12 volts (frontal y consola central)
Asiento de conductor con ajustes eléctricos de posiciones y regulación lumbar
Configuración de dos memorias para el asiento del conductor
Asientos traseros reclinables y plegables 60/40
Tapizado de cuero
Pantalla multimedia de 7” con Apple Carplay y Android Auto
Sistema de audio con 180w de potencia (4 parlantes – 4 tweeters)
Cuatro puertos USB y dos tomas 12v

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Crítica: Mercedes-Benz Actros y Arocs

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Texto y fotos de Jerónimo Chemes

Mercedes-Benz presentó su nueva línea de camiones en un evento… “a lo Mercedes”. El lanzamiento tuvo lugar en el Autódromo de Buenos Aires y lo primero que uno nota es… la calidad de los detalles en el evento mismo. Los bóxes del autódromo dejan bastante que desear en general, pero en este caso estaban todos revestidos: piso, paredes y hasta el techo. Una inversión cuantiosa en imagen.

Además había maquetas a escala de los camiones (hermosas), simuladores de realidad virtual que todo el mundo quería usar y Play4 para los chicos. Mercedes conoce al dedillo a sus clientes (y sus hijos) y todos le rinden una fidelidad absoluta. Les recuerdo que los alemanes van a vender pick-ups dentro de poco, tienen una red de concesionarios legendaria en el país, están entrenando gente hace rato, la Clase X tope de gama parece ser otra cosa. Ojo con Mercedes: lo vengo diciendo hace rato. La organización, el catering y los regalitos, todo, todo, todo con calidad Mercedes.

Después, trajeron una gran cantidad de camiones con acoplados de todo tipo para los Actros (semi, tanque, acoplado) y chasis con trompo hormigonero y volcadora para los Arocs. Todos se podían usar y además trajeron un bitren, que también se podía manejar. Sí, sí: un bitren. ¿Adivinen a cuál me subí a manejar con desesperación? Y si…

LAS NOVEDADES

Mercedes ya tenía esta línea de camiones, sólo que ahora separó los modelos entre los de ruta que se llaman Actros, y los off-road, que se llaman Arocs. Son medio parecidos los nombres, ¿no?

Los Actros son los camiones de carretera configurados para diferentes aplicaciones de transporte y son los más comunes de ver en todo el país. Los Arocs son los de aplicación fuera de camino para movimientos de suelos, minas e industria pesada. Estos son mucho más vistosos, ya que el despeje del suelo los convierte en edificios con ruedas. Ambas gamas comparten motores y se diferencian por la aplicación.

Se los pongo en fácil: los Actros (de ruta) tienen la parrilla con agujeritos redonditos y los Arocs (fuera de ruta) con agujeritos grandes. Los nuevos Actros mantienen, en línea con sus antecesores, configuraciones específicas para diversas aplicaciones del transporte de cargas de larga distancia por carreteras. En esta oportunidad, se agregan también nuevas versiones para transportar entre 45 y 75 toneladas de carga.

La nueva familia Arocs fue desarrollada pensando específicamente en aplicaciones fuera de ruta. Sus características y la gran variedad de versiones disponibles lo adaptan perfectamente a diferentes terrenos y aplicaciones, incluyendo configuraciones especiales para transportar pesos extremos, como es el caso de cargas especiales y/o indivisibles de hasta 250 toneladas. Sí, leyeron bien: ¡250 toneladas!

Son todos camiones de origen alemán. Y se nota a la legua en cada detalle, por más ínfimo que este sea.

LAS CABINAS

Los de ruta son más bajos que los off-road, de todas maneras todos son altos de subir, pero el naranja de las fotos (Arocs 4845) es tan alto que literalmente tiene un escalón más. Realmente es un edificio que, si le pifiás al escalón al bajar y te caés, te vas a lastimar. El despeje es tal que podrías estacionar un Lotus Seven abajo, sin drama.

En todos los casos, la terminación es exquisita, mejor que cualquier sedán mediano Mercosur. Las cabinas son amplias, luminosas, espaciosas y con encastres perfectos, aún las versiones más “baratas”. Mercedes entendió que el camión es “la oficina” del trabajador e hizo que fuera realmente confortable. Hasta el respaldo del conductor se arquea en la parte superior, copiando la postura. El tablero tiene toda la info posible que pueda existir y llama la atención la falta de palanca de cambios. Al revés de los viejos mioncas, la maravillosa caja Mercedes-Benz Powershift 3 (no confundir con la de Ford, nada que ver) se maneja con una palanquita atrás del volante, tanto el paso de cambios como el freno motor. El espacio libre dentro de la cabina es enorme y de nuevo: la calidad es Mercedes.

TRANSMISIÓN

Las cajas de cambios Mercedes Powershift 3, son increíbles. Tienen entre 12 y 16 marchas, dependiendo del modelo. Uno lo pone en Drive y se olvida. Según el motor, la superficie y el peso, la caja decide en qué cambio arrancar. Increíble.

El Arocs más grande, al estar vacío, en plano arrancaba en quinta o sexta, sin ningún drama. El bitrén vacío, en plano arranca en cuarta o quinta.

Pero esto no termina acá. Vos sólo presionas el acelerador y la caja sube y baja cambios, según la inclinación del piso y el requerimiento de potencia del chofer. Es decir, arranca en cuarta, pasa a octava a décima. Todo sin el más mínimo tironeo de ningún tipo. Es increíble que unas bestias de este tamaño tengan semejante suavidad de marcha. Los cambios dicen ser 20% más rápidos (respecto al Actros actual con MPS2), otorgando menor consumo y menor desgaste del embrague. La caja es 100% diseñada y producida por Mercedes-Benz y tiene tres programas:

* Economy, para aplicaciones estándar, con foco en la economía de combustible (larga distancia).
* Power, para una conducción más dinámica, aplicaciones de gran PBTC y/o terrenos difíciles.
* Off-road, para aplicaciones todo terreno y AWD (Tracción total)

EFICIENCIA

Como digo siempre, el ahorro de combustible en el transporte es todo. Mercedes afirma que su nueva motorización, la nueva generación de cajas de velocidad, el diseño aerodinámico de la cabina y los componentes auxiliares inteligentes otorgan un ahorro de hasta 7% de consumo de combustible. Además, el desarrollo se enfoca en alargar los intervalos de mantenimiento y reducir el desgaste de todos los componentes. Como saben, “camión que para, camión que pierde (mucha) plata”. Mercedes hizo foco en cada detalle para maximizar la eficiencia de sus nuevos vehículos.

MOTOR

La nueva generación de motores de camiones Mercedes-Benz OM470, OM471 y OM473 dispone de seis cilindros en línea y estará disponible en tres cilindradas: 10.7 l (alias “el chico”, para los amantes del “downsizing”), 12.8 l y 15.6 l.

La principal ventaja de estos motores es su elevado torque a bajas vueltas. El torque máximo está a 1.100 rpm, pero a 800 ya dispones de fuerza para sacar a Marte de su órbita. Como consecuencia, se obtiene un rango de pleno torque mucho más amplio, dando como resultado menos cambios de marcha, menos interrupción de la tracción y posibilidad de utilizar relaciones de eje trasero más largas.

El torque es des-co-mu-nal. Nunca pasás las 1300/1500 rpm.

SEGURIDAD

Esto merece un párrafo aparte. Mercedes acá no deja títere sin cabeza. Tienen todo. Todo: ABS, ASR, EBS, ESP, etc. El sistema de control de estabilidad (ESP) ayuda a mantener la estabilidad direccional del vehículo en condiciones críticas a través de sensores adicionales y un software especialmente desarrollado. La estabilización se logra mediante una intervención selectiva del sistema de frenos del camión y del semirremolque así como también a través de la regulación del torque del motor.

El sistema de control de carril es capaz de detectar las líneas continuas o discontinuas en todo momento y alerta si el conductor se sale de la pista. El sistema muestra en pantalla una advertencia en rojo de que el conductor se salió del carril y suena para alertarlo de manera que éste pueda corregir la posición del camión.

El sistema de detección de cansancio Attention Assist detecta patrones en el uso de los pedales, el volante y la longitud del viaje. Si el conductor presenta fatiga o cansancio, el sistema muestra en pantalla la advertencia y suena para alertar al conductor.

El increíble sistema de regulación de la distancia (disponible a partir de octubre), ajusta regularmente la distancia mínima entre el camión y el vehículo que le antecede. La regulación se realiza cómodamente desde el mismo volante multifunción. Además, en caso de una desaceleración hasta la parada total del camión, como en una situación de tránsito pesado, este sistema frena y acelera automáticamente si la detención es menor a 2 segundos.

El cinematográfico sistema de frenado activo autónomo Active Brake Assist 4 (disponible a partir de octubre) es la cuarta generación de esta tecnología de frenado autónomo, que detecta objetos en movimiento o detenidos y permite iniciar el frenado de forma automática en caso de que el conductor no alcance a frenar. Mercedes se mantiene una vez más a la vanguardia en seguridad ya que este sistema es el único del mercado en detectar peatones en movimiento.

Acá paremos un minuto. Es fácil. El camión frena solo. Y frena de una manera extraordinaria, sin siquiera el más mínimo resquicio del semi haciendo tijera. El sistema de detección de peatones (solo hasta 50 kms/h) fue probado con personas reales en el Gálvez (ver video abajo).

Luego de las pruebas, nos dieron de almorzar y encaré al equipo que hizo las pruebas. La mejor onda con los de Marketing, saben mucho, pero la info cruda y posta me gusta preguntarla a los que manejan o a los ingenieros. Encaré al portugués que manejaba y al alemán que se cruza delante del camión en las demostraciones y tuvimos una muy cordial charla en inglés fluido. Lo primero que le pregunté al que manejaba fue: “¿Cuantos compañeros perdés por año?”. El alemán se reía fuerte, por lo que pregunté: “¿Qué opina tu mujer de tu laburo?”. Al margen de los chistes, el datazo es que Mercedes en vez de usar dummies usa vehículos y personas reales en sus demostraciones.

Están locos. O están recontra seguros de que funciona. Mercedes está a años luz de sus competidores en cuanto a seguridad. Y las pruebas son no aptas para cardíacos, pensando que “se la pone se la pone” y el camión frenando como en Hollywood.

FLEETBOARD

La gacetilla de Marketing dice: “El sistema de gestión de flotas Fleetboard maximiza la rentabilidad gracias a que permite trabajar con los conductores para reducir el consumo de combustible y el desgaste de los componentes. Además permite una planificación precisa del programa de mantenimiento”.

En real: viene el mionca de afuera, para en Olavarría a comer el chofer y tenía 500 litros de gasoil. Está dos horas detenido con motor apagado. A las 2 horas prende y tiene 450 litros de gasoil. Llamás al chofer y le preguntas: ¿qué onda? Todo esto es telemetría desde tu celular, si querés. Fuente: uno que sabe de Mercedes.

GARANTÍA

Los nuevos camiones Actros y Arocs disponen, además de la garantía por dos años o 200.000 kms para el vehículo completo, de una garantía especial para el tren de fuerza de tres años o 450.000 kms en el caso de Actros y tres años o 250.000 kms en Arocs.

MODELOS

La nueva línea Actros, principalmente para transporte de larga distancia, cuenta con los modelos 2042 y 2048 en las versiones 4×2 tractores y chasis para acoplado con cargas hasta 45 Tns. Equipados con un gran nivel de confort y seguridad, sorprenden por su nivel de tecnología y calidad. También está presente el Actros 2636, un vehículo 6×2 liviano para transporte de combustible y carga peligrosa en general, que se presenta con el más alto equipamiento en materia de seguridad. Además tenemos versiones para cargas superiores a 45 Tns, como el Actros 2645, un nuevo modelo 6×2 tractor para semirremolques de hasta 55,5 Tns., o 60 Tns. en la modalidad de Bitrén de 7 ejes. Finalmente en 6×4, representado por el Actros 2651, tenemos un camión pensado para arrastrar un Bitrén de 75 Tns con el máximo nivel de seguridad y confort.

Por otra parte, la nueva familia Arocs fue desarrollada específicamente para aplicaciones todo terreno. Entre las versiones disponibles tenemos al 3342, un camión 6×4 para montar cajas volcadoras de 17 m3. En 8×4 tenemos 2 versiones, un Arocs 4136, con doble toma de fuerza, que permite montar una amplia gama de carrocerías, como por ejemplo un trompo hormigonero de 10 m3, una caja volcadora o una grúa. El Arocs 4845, también 8×4, admite una capacidad de carga máxima sobre el chasis de 48 Tns. y cajas volcadoras de 23 m3.

EN PISTA

Manejé cuatro camiones, pero vamos a los más cool.

* Arocs 4845 (48 ton 450 cv): Listo, quiero este. Miren que manejé alto, pero esto es manejar el Empire State. El camión está pensado para animaladas fuera de camino y todo tiene una robustez masiva. Todo está sobredimensionado. Brinda la sensación de no romperse nunca. Tengan en cuenta que el 1114 es eterno. Esté va a sobrevivir a la extinción de la raza humana. Es impresionante, literalmente. Ahora, vos lo ves y decís: “Chau, esto es una piedra para andar”. Pero cuando lo escalás (a este no te subís, lo escalás) arrancás y andás, a los 40 segundos no podés creer que estés andando en esta bestia. Es suave, silencioso, ágil… cómodo, cool, naranja y Mercedes. Dan ganas de pasar a buscar a tu mujer y llevarla a cenar a Morena. El tema es que el dique soporte esta bestia sin desmoronarse, ya que esto pesa lo mismo que el restaurante. De alto no entra pero no importa, se lleva puesto el techo sin inmutarse y en quinta. Chicos, si les gustan los fierros, no se mueran sin manejar uno. Es otra ingeniería.

* Actros 2651 (26 ton en el plato y 510 cv) Bitren: El tema del bitren siempre me llamó la atención. La primera vez que vi uno en San Luis dije: “Es muy largo”. Bueno, lo manejé por primera vez y… ¡es muy largo! La bestia de 510 cv te lo hace fácil y lo mueve sin inmutarse, al punto de arrancar en cuarta desde cero y a los pocos metros ya ir en novena. Pero hay que mirar los espejos al doblar, porque no termina nunca. Es como tener un semi y otro acoplado. Intimida: mide un cuarto de cuadra. Si bien estos estaban vacíos, desplazan hasta 75.000 kilos. El camión monitorea constantemente el resto y no hay ninguna posibilidad de que haga tijera. ¿Se imaginan un bitren haciendo tijera? Mamadera… Pero acá la sorpresa. El bitren es mucho más estable y sereno que un semi común. Calculo porque tienen muchos más puntos de apoyo al asfalto (ruedas), que hacen que ni se inmute aún doblando. El tema es que es para expertos camioneros, porque todos los radios cambian mucho y las distancias se miden en otra dimensión. Y hablamos de ir para adelante. Estacionar para esto es para choferes nivel Iron Man. Claro que ambos casos eran en pista en autódromo sin tránsito, en el real ni loco manejo un bitren sin antes haber entrenado. En ambos casos pasa lo mismo. Los camiones parecen un auto gigante, no hacen ruido, pasan los cambios solos, mantienen el carril solos, frenan solos, mantienen la velocidad solos… estás medio de adorno, les diría. Hasta que tomas conciencia de que arrastrás 75 toneladas y te das cuenta lo real de ese número.

CONCLUSIÓN

Si sos consciente y sabés manejar, estos aparatos son otra cosa. Olvídense del concepto de camión de antes. Bienvenidos al concepto de nave espacial, dónde el camión es mejor que quien lo maneja. Si te quedaste dormido, te avisa. Si no viste a al peatón, el camión le salva la vida. Si el de adelante frenó por algo y estabas enchufando el cargador, el camión para solo. Los nuevos camiones Mercedes-Benz te enseñan a manejar a vos. Volvamos todos a la escuela.

J.Ch.

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Crítica: Citroën C-Elysée HDi

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La llegada del C-Elysée al mercado argentino, en octubre de 2016, fue de la mano de los éxitos de José María “Pechito” López en el WTCC, que ese año conseguía su tercer título consecutivo manejando la versión competición. Claro, este modelo llegó a ocupar un lugar en el catálogo de Citroën Argentina que nada tiene que ver con la competición: apenas por debajo del C4 Lounge en medidas, equipamientos y precio, posicionándose como una alternativa más que válida para una familia tipo o el uso profesional del auto como vehículo de pasajeros.

Autoblog probó aquella primera versión (leer crítica).

En mayo de 2017, el C-Elysée recibió un restyling y la incorporación del motor turbodiesel. Probamos la versión HDi durante una semana y la crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Comparado con el modelo 2016, el restyling le cayó más que bien al C-Elysée pero, a mi entender, en forma desigual. La trompa ganó mucho en estilo y en aire de familia. El Doble Chevrón totalmente integrado en la parrilla, cromados bien proporcionados y un conjunto de luces que hace que toda la trompa tenga armonía. De perfil va perdiendo la gracia y personalidad, a medida que nos acercamos a la parte trasera, para terminar en un baúl que es un chapón entre dos luces laterales. Pliegues y dobleces tratan de darle “onda”, pero no logran evitar ese impacto visual. Todo esto se justifica sólo con la gran boca de carga y el enorme baúl, pero estéticamente se pierde mucho.

Las llantas de aleación son de un diseño agradable y la combinación de negro y color metal ayudan a darle un buen toque. Son de 16 pulgadas con neumáticos Michelin Energy 195/55. Quizás un poco más de talón haría que tengamos más confort de marcha en calles urbanas con juntas mal hechas, pero nada grave. El auxilio es de tamaño “normal”, pero con llanta de chapa y en nuestra unidad era Goodyear.

POR DENTRO

Primera desilusión: el exterior promete un interior diferente al que vemos cuando abrimos la puerta. No se alarmen, tampoco es para tanto, pero el C-Elysée nos cuenta algo de afuera y no nos entrega lo mismo adentro. Lo primero que llama la atención es la ausencia de todo tipo de tecla y comando en las puertas. Y un gran aplique de plástico bien pintado, a modo de decoración. Los comandos a distancia de los espejos quedan abajo y a la izquierda del tablero, en un lugar poco práctico y con letras y dibujos para que tenga que ponerme los anteojos de “ver de cerca”, para saber qué estoy tocando. Los levantavidrios de las cuatro puertas mantienen sus teclas a los costados de la palanca de cambios. O sea: lo más lejos posible del conductor. En cada cabina de peaje me acordé mucho de los diseñadores de interiores de Citroën y su decisión de colocarlos allí. Si a eso le sumamos que no tienen función “one touch”, la dedicatoria aumenta un par de puntos.

Parece que la ergonomía se les complicó con el C-Elysée, ya que el bloqueo de ventanillas trasero está al fondo y bien abajo de la consola central. El encendido de las balizas se encuentra del lado del acompañante. Y el portavasos muy cerca de la palanca de cambios. Por poco inundo la consola central, tras una pasada por un auto-hamburguesa. No me juzguen: los críticos de Autoblog también comemos comida chatarra.

La posición al volante es cómoda, el asiento se regula en altura y se logra una posición descansada y con todo a la vista y al alcance (menos todo lo que ya escribí). La pantalla multifunción es de 7 pulgadas con touchscreen y de fácil uso. Se me complicó al principio la configuración de Android Auto y el mirror screen, pero un par de tips de C.C. hicieron todo más fácil. El sonido es bueno aunque se extrañan un par de parlantes en las puertas, ya que los delanteros vienen en la parte de arriba del tablero, en los ángulos. No tiene reproductor de CD, pero no lo vamos a poner como negativo, porque después me tildan de “viejo”.

En un vistazo general, las terminaciones no parecen muy buenas y el exceso de “chapones” de plástico no es del todo agradable. Si bien este C-Elysée se fabrica en España, no parece muy europeo. El tablero es simple, lo cual se agradece, pero creo que se podría haber hecho otra distribución de las luces testigo y así darle más visibilidad a la computadora de a bordo, con los datos de consumo y autonomía. Un dato: la visibilidad de cuentavueltas y velocímetro mejora enormemente con las luces encendidas, sobre todo porque se opaca esa “Y” invertida que tienen los dos relojes en el centro.

Los comandos del aire acondicionado son simples y fáciles de setear. Los mandos satelitales de la radio están en una palanca atrás del volante, lo mismo que el accionamiento del mando de voz, con el cual no me llevo demasiado bien, pero ese es un problema de quien escribe, que todavía se niega a interactuar con asistentes virtuales.

En las plazas traseras, el espacio es enorme, con muchísimo lugar para las piernas aún con alguien de 1,85 manejando.

El baúl tiene 506 litros de capacidad, o sea: entra todo y más. Debajo del piso, pero dentro del vehículo, viene la rueda de auxilio y un kit de seguridad.

SEGURIDAD

Con el restyling, Citroën Argentina agregó una versión de entrada a gama: Live. Logró un precio más accesible, lo cual es bueno. Lo malo: no tiene control de estabilidad (ESP). Sólo doble airbag frontal delantero, frenos ABS y anclajes Isofix. Autoblog no recomienda la compra de autos sin ESP.

El resto de los C-Elysée (incluyendo el HDI de esta nota) agregan: doble airbag lateral delantero, control de estabilidad y sensores de estacionamiento traseros. La cámara de retroceso es exclusiva de la versión tope de gama (Shine).

La única prueba de choque independiente realizada con el C-Elysée ya tiene unos años: fue realizada en 2014 por EuroNCAP. Con el protocolo de aquél entonces, logró una calificación mediocre: tres estrellas, con 71% de protección para adultos, 75% para niños y 54% para peatones.

MOTOR Y TRANSMISIÓN

El HDI 92 tiene 1.560cc y es un motor turbodiesel más que probado en la familia PSA. Como su nombre lo indica, tiene una potencia de 92 cv a 4.000 rpm y un torque de 230 Nm a 1.750RPM. Viene acoplado a una caja manual de cinco velocidades. Este conjunto mecánico es el mismo que equipan los Peugeot Partner, Citroën Berlingo, Peugeot 301 y Peugeot 208 HDi (leer crítica).

Su “hermano” mayor, el C4 Lounge HDI viene con el 1.6 turbodiesel de 115 cv y 270 Nm (leer crítica). Por el momento, no está previsto que el C-Elysée reciba este upgrade.

COMPORTAMIENTO

Una vez en marcha, el C-Elysée deja en claro que es un sedán cómodo y fácil de usar, ya sea en ruta como en ciudad. Como mencioné antes, quizás un poco más de talón en las cubiertas lo haría más confortable en algunos asfaltos o pisos desparejos, pero no es tan grave.

La aislación acústica es buena, aunque en ruta algunos burletes por momentos se pusieron a jugar con el viento. Los asientos son muy cómodos y te invitan a viajes largos. Las plazas traseras también son cómodas y amplias: hasta cinco adultos viajarán sin problema.

El motor de HDi 92 tiene dos caras: por debajo de las 2.000 rpm es remolón, tranquilón. Por encima de las dos mil vueltas, empuja con ganas y te hace olvidar de que es un diesel. Me pareció un poco más ruidoso de lo normal para los gasoleros post-2010. Es claramente más sonoro que el C4 Lounge HDi. Quizás tenga que ver con el hecho de que que el capot no cuenta con la misma cantidad de aislantes y materiales de insonorización que su hermano mayor.

Los consumos son contenidos siempre y cuando no te entusiasmes con el acelerador. “Si querés ir rápido, vas a tener que alimentar más al motor”, me dijo una vez un preparador de competición y aplica para cualquier propulsor. Medí 6,7 litros cada 100 kilómetros en ciudad y 5,2 litros en ruta a 120 km/h. Esto garantiza una excelente autonomía con el tanque de combustible de 50 litros.

La dirección es asistida eléctricamente y tiene una buena sensación a alta velocidad. También es muy fácil de maniobrar en pleno tránsito. La visibilidad es buena para todos los ángulos y en las maniobras de estacionamiento los sensores traseros ayudan. La cámara de retroceso sólo está disponible en la versión naftera Shine.

El despeje al suelo está bien pensado y apto para cunetas conurbanas, aunque siempre traté las suspensiones con cariño, para poder devolverle a Citroën el C-Elysée tal como lo prestaron: en una sola pieza.

Tiene buena capacidad de frenada y tuve la “suerte” de probar el ABS en una frenada de emergencia sobre adoquines mojados. El perro que cruzó la calle por la mitad de la cuadra y saliendo de atrás de un auto estacionado, debería agradecer a varios ingenieros.

CONCLUSIÓN

El Citroën C-Elysée HDI Feel es un sedán para competir en un segmento de usuarios que buscan un auto cómodo, confortable, de bajo consumo y buena capacidad, tanto para los pasajeros como para sus pertenencias. Si bien algunas terminaciones y detalles de posiciones de teclas son puntos mejorables, el “auto de Pechito” invita a quedarse por comodidad y autonomía.

¿Qué le pediría a Citroën? Mejorar las terminaciones y acabados interiores (tanto plástico no es lindo ni agradable a la vista). También una versión con caja automática. Y repensar la ergonomía interior, para que las teclas más usadas estén accesibles.

La versión probada cuesta 463.000 con todos los impuestos incluidos, casi 100 mil pesos menos que el C4 Lounge HDI de 115HP. Un precio más que lógico, para un auto que tiene mucho de lógica.

Texto y fotos: Orly Cristófalo

***

El Citroën C-Elysée se lanzó en la Argentina en 2016 y recibió un restyling en 2017.

Ahí se sumó esta versión turbodiesel (HDI).

Un auto práctico y con una mecánica muy eficiente.

Interior generoso, con espacio para cinco adultos.

Puesto de manejo sencillo, con algunos problemitas de ergonomía.

Por ejemplo, los levantavidrios mal ubicados.

El tablero se ve anticuado. No tiene reloj de temperatura del motor.

Una de sus grandes virtudes: el baúl de 506 litros.

Auxilio del mismo tamaño que las cuatro titulares, aunque con llanta de chapa y otra marca de cauchos.

El motor HDi 92: uno de los diesel más eficientes y probados del mercado automotor argentino.

Sólo admite Diesel Grado 3 (también conocido como Euro, Premium o “el más caro”).

Las luces diurnas de leds llegaron con el restyling del año pasado.

Se actualizó un poco la estética, aunque sigue siendo un auto sobrio y discreto.

Humilde, sencillo y ahorrador. El más lógico de los Citroën.

Crítica: Kia Rio SX Automático

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La cuarta generación del Kia Rio se lanzó a la venta en la Argentina en marzo pasado. La historia del hatchback de la marca coreana para el Segmento B (chico) se remonta a la primera generación, nacida en el año 2000. Sin embargo, en nuestro mercado llegó recién en noviembre de 2007, con la segunda generación.

El Rio IV se renovó por completo y ahora ya no viene importado de Corea del Sur. Se fabrica en México. El beneficio directo es que ahora está exento de impuestos aduaneros (antes tributaba el 35%). Y también hay algunas ventajas inesperadas.

Manejamos durante una semana el Rio SX Automático de 23.900 dólares. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Me encanta. Creo que es el hatchback chico más lindo que una marca generalista vende hoy en la Argentina. Y eso que el Gris Tristeza de su carrocería no ayuda. Lo cierto es que el Río abandonó las líneas redondeadas de la generación anterior y ahora se muestra más anguloso y agresivo. Es original y tiene personalidad.

En eso ayuda mucho la trompa afilada y recta. También los faros con luces diurnas de leds y proyectores. Las llantas de 17 pulgadas de esta versión SX son geniales, pero hay que cuidarlas: vienen con neumáticos de perfil un poco bajo (Kumho Ecsta 205/45R17). La versión de entrada a gama (EX) viene con llantas de 15”.

El diseño del Rio es otro trabajo impecable de Peter Schreyer, el alemán que creó los Audi TT y VW New Beetle. Durante la última década, Schreyer fue el responsable de transformar a Kia, desde una anodina firma coreana de autos, a una de las marcas más innovadoras de la industria. Los coreanos se lo agradecieron y ascendieron a Schreyer, desde jefe de diseño hasta presidente de Kia. También lo sentaron en el directorio Hyundai Motor Company, para que también comenzara a meter mano en los diseños de la otra marca coreana.

Uno de los secretos del atractivo del Rio está en sus proporciones: mide 4,06 metros de largo, 1,72 de ancho y 1,45 de alto. La distancia entre ejes es de 2,58 metros. Es decir, es un poco más ancho y largo que el promedio del segmento.

Los rivales directos del Rio en la Argentina son los VW Polo, Fiat Argo y Honda Fit, por citar sólo a los más modernos. Este año llegará también el nuevo Toyota Yaris brasileño.

Para más adelante, Kia ya confirmó que importará desde México el Rio Sedán. Competirá contra los VW Virtus y Fiat Cronos, entre otros.

POR DENTRO

En la cabina sigue la escala de grises, pero se mantiene agradable a la vista. Volante en cuero, tapizado en cuero, pantalla táctil flotante y una muy buena calidad de fabricación. En el Rio no hay materiales lujosos, todos los revestimientos son plásticos duros, pero se destaca con facilidad de las terminaciones a las que estamos acostumbrados en el Mercosur.

Esa es una de las claves de su origen mexicano. La misma planta de Pesquería, que abastece a la Argentina, también envía los Rio a Estados Unidos y Canadá. Son mercados más exigentes que los nuestros. Por más que se trate de un auto económico (en EEUU arranca en 13.900 dólares), el estándar de calidad siempre es más elevado.

La butaca tiene un buen diseño, pero la posición de manejo podría ser mejor. El volante está forrado en cuero, con el tamaño justo y muy buen tacto, pero tiene un problema: sólo se regula en altura, no en profundidad. El tablero es claro, aunque sencillo: no abunda la información.

Esta versión SX es la tope de gama y se diferencia de la EX por ofrecer: tapizado en cuero, techo corredizo y climatizador automático. La pantalla táctil de siete pulgadas viene de serie: no tiene GPS, pero cuenta con cámara de retroceso, Apple Car Play, Android Auto y dos puertos USB (uno adelante y otro atrás).

En las plazas traseras, el espacio es aceptable. No sobre el lugar para las piernas, pero al menos es generoso a la altura de hombros y cabezas. El baúl también es correcto: 325 litros de capacidad.

Bajo el piso de carga, una buena noticia: rueda de auxilio del mismo tamaño y llanta que las cuatro titulares.

SEGURIDAD

Este Rio SX es impecable: seis airbags, anclajes isofix, frenos ABS con EBD, discos en las cuatro ruedas, control de estabilidad (ESP), control de tracción y asistencia al arranque en pendiente. Sin embargo, el Rio EX ofrece lo mínimo exigido por la Ley: doble airbag frontal, ABS e Isofix. Al menos conserva los discos en todas las ruedas, pero es una diferencia importante con la versión full.

Es evidente que Kia Argentina decidió sacar ventaja del lobby que realizaron ante el Gobierno los fabricantes agrupados en Adefa. Lograron postergar el ESP obligatorio para todos los nuevos modelos lanzados a la venta. Iba a regir a partir desde enero de 2018, pero se prorrogó hasta enero de 2020. El Rio hubiera sido uno de los modelos obligados, pero la connivencia Adefa-Gobierno les abrió la puerta para retacear seguridad en el Rio. Hicieron lo mismo con el Picanto 2018.

La política de Kia de sacar partido de las posibilidades que ofrece cada país para pichulear seguridad no es exclusiva del importador argentino. En otros mercados de América Latina, por ejemplo, el Rio se vende sin airbags, porque así lo permiten las normas de esos mercados.

Ese es el motivo por el cual, el nuevo Rio mexicano obtuvo una pobre calificación en las pruebas de choque de LatinNCAP. En mayo de 2017, el Rio Sedán mexicano obtuvo cero estrellas en protección de adultos y sólo una para niños. Como siempre, LatinNCAP probó una versión con el mínimo equipamiento de seguridad disponible en nuestra región: sin airbags y sin ESP. La estructura del auto, sin embargo, fue considerada “estable”.

En agosto de 2017, LatinNCAP volvió a probar el Rio Sedán mexicano, pero en este caso con sólo un airbag: obtuvo dos estrellas en protección para adultos y dos para niños. Se supone que este Rio SX, con seis airbags y ESP, debería lograr una mejor nota, pero no hay resultados de crash tests independientes que lo prueben.

MOTOR y TRANSMISIÓN

El Rio de generación anterior tenía un motor 1.4 16v con 109 cv y 140 Nm. El nuevo Rio incorporó un motor 1.6 16v, que en nuestro país ya utilizan los Kia Soul y Cerato. En la configuración para el Rio, rinde 123 cv a 6.300 rpm y 151 Nm a 4.850 rpm. Es una mejora importante con respecto a la generación previa.

Se mantiene la opción de caja manual de seis velocidades para las versiones de entrada a gama y esta variante SX estrena una nueva caja automática de seis velocidades, con modo secuencial (antes tenía cuatro marchas convencionales).

Con caja de sexta y 123 caballos, más de un fabricante del Mercosur estaría hablando de un “hatchback deportivo”. El Rio no tiene esas pretensiones de marketing, aunque en algunos mercados se ofrece una variante GT-Line. Tiene esta misma mecánica, pero cuenta con una estética más deportiva.

COMPORTAMIENTO

El Rio es un auto cómodo, práctico y ágil, tanto para la ciudad como para la ruta. Las llantas de 17 pulgadas transmiten las imperfecciones del camino con más presencia que otros autos con neumáticos de mayor perfil, pero no es nada grave. Es algo que se siente poco en los huesos (sólo vas a lamentarlo en el bolsillo, si abollás una rueda en un bache).

El motor 1.6 16v ofrece un salto importante en potencia y torque, con respecto al anterior 1.4. Es un impulsor silencioso, que no vibra nada y que evoluciona de manera lineal, sin sobresaltos. La potencia y el torque máximos se entregan a un régimen elevado, pero el Rio tiene mejores reacciones que otros rivales de segmento, como el nuevo VW Polo, por ejemplo.

En esto ayuda mucho la caja automática de seis velocidades. Es una clásica transmisión con convertidor de par, pero tiene reacciones rápidas y sin titubeos. El Rio SX Automático acelera de 0 a 100 km/h en 11,1 segundos y el consumo medio es de 8,8 litros cada 100 kilómetros. A 120 km/h en ruta y en sexta velocidad, el motor trabaja a 2.600 rpm.

Pero lo mejor del Rio es el comportamiento dinámico. La dirección tiene una excelente respuesta, los frenos son muy buenos y las reacciones del auto en general son bien dóciles. Es un auto divertido de manejar, sobre todo cuando llevás el motor a un buen régimen de vueltas: ahí entrega todo lo mejor y se distingue con claridad de otros hatchbacks generalistas del Mercosur.

Lo ideal, en esas condiciones, es usar el cambio en modo secuencial. Ahí la transmisión se entiende a la perfección con el motor. Las reacciones del Rio te pueden sorprender. Como dije más arriba, más de una automotriz hablaría de un “auto deportivo” si tuviera un hatchback chico con este motor. Kia no lo hace. Creo que la marca peca de discreta. El Rio merece tener la versión GT-Line en la Argentina.

CONCLUSIÓN

Cuando salió a la venta en marzo, el nuevo Kia Rio ya se posicionaba como uno de los modelos del Segmento B (chico) más caros, entre las marcas generalistas. Y la devaluación del peso empeoró las cosas.

Autoblog no recomienda la compra de autos sin control de estabilidad (ESP), así que la única versión que cuenta con nuestro pulgar hacia arriba es la tope de gama: SX, de 23.900 dólares. Es un precio elevado. Sin embargo, resulta un producto que agrada por prestaciones, seguridad y equipamiento.

Y, sobre todo, el Rio sorprende por diseño y calidad.

Esto último me llevó a reflexionar sobre los productos que están llegando a la Argentina. Y sobre una nueva modalidad que deberíamos tener en cuenta a la hora de comprar un auto.

Pongamos como ejemplo el Ford Fiesta KD de 2010. Fue un auto con diseño, seguridad y calidad revolucionarios en su época. ¿El motivo? Se fabricaba en México, desde una planta que también abastecía al mercado de Estados Unidos. Cuando dejó de fabricarse y venderse en el Norte, el Fiesta KD pasó a fabricarse en Brasil. El resultado: perdió equipamiento de seguridad, abandonó terminaciones de calidad y hasta recibió un restyling evitable (leer crítica).

Otro ejemplo: Volkswagen Polo. Tuve la suerte de conocer de cerca el Polo fabricado en Europa: un auto que no se destaca por su diseño, pero que sí sorprende por la prolijidad en su construcción y sus mecánicas modernas. ¿Y qué ocurrió? La Argentina terminó siendo abastecida por Brasil, con un producto que copia el diseño y el nombre del Polo europeo, pero que está lejos de ofrecer el mismo nivel de calidad y tecnología (leer crítica).

No es casual que este Rio -de precio elevado, pero de confección notable- se venda también en Estados Unidos. Hoy todas las automotrices dicen ofrecer productos globales, pero en la práctica algunas marcas tratan a sus clientes con más “globalización” que otras. Por lo general, son aquellas que abastecen a nuestro mercado con los mismos productos que se venden en los países centrales.

¿Es una coincidencia? De ninguna manera. No hay que ser un experto en comportamiento humano para saber que los consumidores y las reglas de los gobiernos de Estados Unidos y Europa son más exigentes que en la Argentina.

Por eso, si hoy querés comprar un buen auto, ya no alcanza con leer la ficha técnica y pelear el precio. No estaría mal también preguntarte: ¿dónde más se está vendiendo este mismo auto?

Carlos Cristófalo
Producción fotográfica: Alberto Daniel

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En su cuarta generación, el Kia Rio llega a la Argentina importado por primera vez desde México.

Un auto que se destaca, sobre todo, por su diseño y calidad de fabricación.

Probamos una semana la versión SX Automática, de 23.900 dólares.

Viene con tapizado en cuero y techo corredizo.

Atrás no sobra el espacio para las piernas, pero sí para cabezas y hombros.

Volante forrado en cuero, de excelente tacto. Lástima que sólo se ajusta en altura (no en profundidad).

Tablero sencillo y claro, aunque sin gran cantidad de información.

Por primera vez en el Rio, caja automática secuencial, de seis velocidades.

El control de estabilidad (ESP) sólo está disponible en la versión SX.

Revestimientos en plásticos duros. Sin grandes lujos, pero con muy buena calidad de fabricación.

Lindo detalle: puerto USB para las plazas traseras.

El baúl es razonable: 325 litros de capacidad.

Y aún sobra espacio para llevar una rueda de auxilio de verdad.

El 1.6 16v es un gran salto en potencia y torque, con respecto al 1.4 del anterior Rio.

Kia Argentina ya confirmó que la oferta del Rio se ampliará con una versión Sedán, también importada de México.

La dirección, el comportamiento dinámico y los frenos están por encima de la media de su segmento.

También el precio, sobre todo después de la devaluación.

***

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Kia Rio SX Automático
Origen: México
Precio: 23.900 dólares (versiones desde 19.900 dólares)
Garantía: Cinco años o 100 mil kilómetros.
Comercializa: Kia Argentina (www.kia.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, 16 válvulas, inyección electrónica multipunto.
Cilindrada: 1.590 cc
Potencia: 123 cv a 6.300 rpm
Torque: 151 Nm a 4.850 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción delantera, con control electrónico.
Caja: automática, de seis velocidades, con convertidor de par y modo secuencial.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Suspensión trasera: eje de torsión, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Frenos delanteros: discos macizos
Frenos traseros: discos macizos
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Neumáticos: Kumho Ecsta 205/45R17 (rueda de auxilio del mismo tamaño y llanta)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 185 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 11,1 segundos
Consumo urbano: 10,5 l/100km
Consumo extraurbano: 7,1 l/100km
Consumo medio: 8,8 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 4.065 mm / 1.725 mm / 1.450 mm
Distancia entre ejes: 2.580 mm
Peso en orden de marcha: 1.230 kg
Capacidad de baúl: 325 litros
Capacidad de combustible: 50 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Doble airbag de cortina
Anclajes Isofix
Cinco cinturones de seguridad inerciales
Frenos ABS con control de frenado en curvas
Control de estabilidad y tracción
Asistencia al arranque en pendiente
Airbag para conductor y acompañante
Airbag laterales y cortina
Cámara de retroceso
Sensores de estacionamiento traseros
Alarma
Luces diurnas de leds
Faros delanteros halógenos con proyector
Faros antiniebla delanteros
Espejos retrovisores eléctricos, rebatibles y con luz de giro
Pantalla táctil de 7’’ con Apple CarPlay y Android Auto
Asiento del conductor regulable en altura
Asientos trasero plegable y reclinable 60/40
Puerto USB delantero y trasero
Climatizador bizona
Volante y palanca de cambio en cuero
Volante multifunción con ajuste en altura
Control de crucero
Tapizado en cuero
Llantas de aleación de 17 pulgadas
Techo corredizo

Crítica: Nissan X-Trail

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Después de cuatro años de ausencia, la X-Trail volvió a la Argentina. La tercera generación de la SUV de Nissan para el Segmento C (compacto) llegó con cierto retraso: esta X-Trail III se vende en otros mercados desde 2013 y se lanzó en nuestro país sin un restyling, que ya se ofrece en otros países.

Pero, por fin, regresó. Eso es lo que quiere resaltar Nissan Argentina con la campaña de publicidad que difunde por estos días: “Volvé con tu X”. Y lo hizo con una sola versión: X-Trail Exclusive CVT, de 959.900 pesos.

La manejamos durante una semana y la crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

Las dos primeras generaciones de la X-Trail se vendieron en la Argentina y era fácil reconocerlas: eran cuadradas. Pero no en los términos de rusticidad de la recordada Nissan Patrol, sino que estaba más bien inspirada en la “cuadratura urbana y moderna” de la pionera de esa estética, la Mitsubishi Montero iO.

La idea era diferenciarse de las Patrol y Pathfinder -dos modelos todo terreno que nacieron con chasis de largueros- para presentar una propuesta más civilizada y monocasco. Es decir: más SUV. En esta tercera generación, la X-Trail se liberó de aquella cuadratura y adoptó líneas más suaves y aerodinámicas.

Recordemos que este modelo se vende en otros mercados con nombres diferentes: Rogue (en América del Norte) y Qashqai II (en Europa, China y Rusia, aunque no hay que confundirla con la QashQai I, que sigue en producción).

La X-Trail III fue desarrollada sobre la plataforma CMF-C/D de la alianza Renault-Nissan. Por eso, comparte muchos componentes con la Renault Koleos II, que desde el año pasado llega a la Argentina importada de Corea del Sur.

Las dos deben enfrentar a una competencia cada vez más nutrida: Ford Kuga, Jeep Compass, Honda CR-V, Hyundai Tucson, Kia Sportage, Peugeot 3008, Subaru Forester y Toyota Rav4. Pronto se sumarán las Chevrolet Equinox y Volkswagen Tharu, entre muchas otras. Y no olvidemos a las invasoras chinas que ya desembarcaron: Baic X55, Chery Tiggo5, Haval H2 y Geely X7.

La única versión Exclusive viene con techo panorámico, barras sobre el techo, faros de leds y llantas de 18 pulgadas (con neumáticos Dunlop Grandtreck 225/60R18). El despeje del suelo es de 22 centímetros.

Como se informó, en otros mercados la X-Trail III ya se ofrece un restyling. Nissan Argentina aún no reveló cuándo llegará a nuestro país.

POR DENTRO

La X-Trail viene importada de Japón y eso se nota en el primer vistazo dentro del habitáculo: una cabina con gran calidad de fabricación, materiales durables, pero sin grandes lujos ni creatividad en el diseño. Sobria y generalista, desde el volante ya visto en otros Nissan, hasta la rústica pantalla multimedia.

La configuración de esta X-Trail Exclusive para el mercado argentino es algo desconcertante. Por un lado, tiene elementos de confort al nivel de las mejores del segmento: techo panorámico que abarca las dos plazas, portón trasero de apertura automática, butacas delanteras con ajuste eléctrico y calefaccionadas, y asiento trasero con respaldo reclinable y ajuste longitudinal.

Sin embargo, también hay algunos olvidos de equipamiento: no tiene cámara de retroceso, no hay levas del cambio y el tablero no se caracteriza por la abundancia de información.

Más allá de eso, es un vehículo muy cómodo para llevar hasta cinco adultos. La posición de manejo es relajada y el volante se ajusta en altura y profundidad. Pero los más holgados serán los pasajeros de las plazas traseras, con muchísimo espacio para piernas, cabezas y hombros.

Esto le resta un poco de espacio al baúl, aunque los 440 litros son muy aprovechables. El piso de carga tiene diferentes posiciones para llevar objetos pequeños y se puede ganar espacio deslizando el asiento trasero hacia adelante (o reclinando o plegando los respaldos).

Por ese motivo, no se comprende la rueda de auxilio: tiene 17 pulgadas y llanta de chapa. Las medidas son similares a las cuatro titulares (225/65R17). No es un auxilio de emergencia finito, pero el neumático ni siquiera es del mismo fabricante: es Goodyear. No tiene limitación de velocidad, como un auxilio temporario, pero no es recomendable usar diferentes tipos de neumáticos en un mismo auto.

SEGURIDAD

En este aspecto, la X-Trail Exclusive es completa. Aunque, una vez más, la configuración es extraña. Viene de serie con seis airbags, frenos ABS con EBD, control de estabilidad, control de tracción, asistencia al arranque en pendiente y control de descenso.

La curiosidad es la siguiente: incluye alerta de cambio de carril, pero no los otros dispositivos que suelen utilizar el mismo hardware. No tiene sensores de estacionamiento delanteros, ni alerta de punto ciego o frenado autónomo de emergencia. Tampoco cuenta con sensores de presión de neumáticos o detector de fatiga. Y, como ya se mencionó, ni siquiera viene con cámara de retroceso.

La Nissan X-Trail III fue sometida en 2014 a las pruebas de choque de EuroNCAP. Una versión con frenado autónomo de emergencia (no disponible en Argentina) obtuvo la calificación máxima de cinco estrellas, con 86% en protección de adultos, 83% en niños y 75% para peatones.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Acá, de manera insólita, no hay novedades. A pesar de ser una nueva generación, bajo el capot sigue siendo el año 2008: conserva el veterano motor de cuatro cilindros naftero, con 2.5 litros de cilindrada, 171 cv a 6.000 rpm y 233 Nm a 4.000 rpm. Es el mismo impulsor de la Renault Koleos.

Mientras la mayoría de las competidoras optaron por motores más modernos –con menor cilindrada y turbo-, la alianza Renault-Nissan sigue apostando en la Argentina por impulsores de confiabilidad probada, pero con menor rendimiento.

En otros mercados se ofrecen mecánicas más modernas. Los favoritos de Autoblog: 1.6 turbonafta (163 cv y 240 Nm) y 2.0 turbodiesel (177 cv y 380 Nm).

El sistema de doble tracción, en cambio, recibió pocas novedades, pero sigue siendo uno de los más versátiles del segmento: viene con modo de tracción simple, programa 4×4-i (doble tracción de acople automático) y Lock (bloqueo de 4×4 con 50% de torque en cada eje, hasta una velocidad máxima de 50 km/h).

COMPORTAMIENTO

La gran ventaja del sistema Lock es que, al mantener la doble tracción a bajas velocidades, se trabaja siempre con un reparto ideal de torque en las cuatro ruedas. Además, al bloquear el sistema de acople y desacople automático, se evita que el mecanismo se recaliente. Es un defecto habitual de otras SUVs con este sistema RealTime y sin bloqueo de 4×4, como ya se mencionó en el caso de la CR-V (leer crítica).

La X-Trail tiene una buena transmisión para el manejo off-road, pero me quedé con la sensación de que el resto del conjunto no acompaña. Los neumáticos son estrictamente para asfalto y las suspensiones tienen un recorrido corto, que se traduce en un andar áspero, cuando se circula por caminos en mal estado.

Con esa puesta a punto: la doble tracción es un gran aporte en seguridad para pavimentos mojados. También para la nieve o el hielo. Pero no invita a darle duro en la arena, la tierra o el barro.

En ciudad y ruta ocurre todo lo contrario: es un vehículo confortable y veloz, tanto para el uso diario como para hacer viajes largos. La mecánica es veterana, aunque rendidora: el 2.5 atmosférico no es el último grito de la moda, pero se las arregla con soltura para mover este vehículo de tonelada y media. Eso sí: me pareció un motor bastante más ruidoso que, por ejemplo, el 1.5 turbo de la nueva CR-V.

Las prestaciones son correctas para un impulsor de vieja generación: acelera de 0 a 100 km/h en 11,1 segundos, alcanza los 186 km/h y consume una media de 10,1 litros cada 100 kilómetros. Son valores aceptables.

Lo que no me convenció fue la caja CVT. No todas las transmisiones con variador continuo son iguales y cada vez son más las marcas que las emplean, sobre todo cuando se trata de firmas japonesas. Las mejores que probé son las de Subaru, seguidas por las de Toyota y Honda. Las de Nissan ocupan un cuarto lugar, cómodas, porque suelen estar asociadas a motores más veteranos y lentos de reacciones. Eso produce esa incómoda sensación de patinamiento, con el régimen del motor que se clava bien arriba del tacómetro, mientras el velocímetro escala de manera mucho más lenta y pausada.

Esto no mejora al colocar el cambio en modo secuencial o usando alguna de las seis marchas preprogramadas. Lo único que se logra es aumentar el régimen del motor y el ruido, no la capacidad de reacción.

Las cajas CVT ganan terreno en el mercado, porque son más económicas de fabricar que una convencional con convertidor de par (o de doble embrague). Además, llevan el motor siempre en un régimen ideal, para consumir poco combustible. En la X-Trail, esto se consigue en ruta, con 7,9 litros cada 100 kilómetros a 120 km/h constantes (y 2.000 rpm). En ciudad, el gasto se dispara: 12,5 litros cada 100.

El resto del vehículo es más que correcto: los frenos son eficientes, la dirección es ligera. Es un auto pensado para viajar sin sobresaltos. No es para exigirlo: ya sea on-road, como off-road.

CONCLUSIÓN

Después de manejar una semana la nueva Nissan X-Trail me quedé con una sensación muy parecida a la que me dejó la nueva Honda CR-V (leer crítica). Son dos productos que dejarán muy conformes a los usuarios de las generaciones anteriores de estos modelos. Pero, al mismo tiempo, no lograrán conquistar nuevos clientes. Tanto Nissan como Honda decidieron seguir el mismo camino en la Argentina: ofrecen sólo las versiones tope de gama, sin posibilidad de elegir mecánica, caja o sistema de tracción.

Esto limitará las ventas.

Hablamos de vehículos con precios entre 960 mil (Nissan) y 1.200.000 pesos (Honda). Los rivales de Hyundai, Kia y Jeep ofrecen mayor variedad de versiones y, por lo tanto, precios un poco más accesibles.

¿Y por qué Nissan no ofrece más variedad de opciones y precios en este regreso de la X? Porque la filial local, ahora convertida en terminal, está completamente concentrada en poner en marcha la producción de la pick-up Frontier en Córdoba.

En los últimos meses, cada vez que pregunté por algún nuevo lanzamiento de Nissan, la respuesta siempre fue la misma: “Esa no es la prioridad. La prioridad es que Santa Isabel II comience a despachar pick-ups. Detrás de eso viene todo lo demás”.

La Frontier cordobesa es el producto que le permitirá a Nissan Argentina equilibrar su balanza comercial y cumplir con el flex de intercambio con Brasil. Es el modelo que también permitirá hacer crecer la red de concesionarios y, por lo tanto, ampliar su llegada a un mayor público. Será la responsable de destrabar el ingreso de una mayor variedad de modelos y versiones.

No es una pick-up: es la pieza clave en el futuro de Nissan en la Argentina.

Por eso, como dice la publicidad de Nissan, ya “podés volver con tu X”. Pero tenelo en claro: Nissan Argentina hoy está pensando en otra.

Carlos Cristófalo
Producción fotográfica: V.C.

***

Faros de led y diseño más moderno. 

Pero en algunos mercados ya se vende un restyling que aún no tiene fecha de llegada a la Argentina.

Comparte plataforma y mecánica con la Renault Koleos II.

Viene importada de Japón: calidad y buena fabricación, pero sin gran diseño ni lujo.

La única versión disponible viene con tapizado en cuero, butacas de ajuste eléctrico y techo panorámico.

Los asientos traseros son muy cómodos: se ajustan de manera longitudinal y varía la reclinación del respaldo.

Tablero de instrumentos claro, aunque no abunda la información.

Pantalla multimedia de estética aftermarket. No tiene cámara de retroceso.

La caja CVT ayuda en la economía de combustibles, pero tiene reacciones más lentas que una transmisión con convertidor de par.

Una de las pocas SUVs del segmento con diferentes modos de manejo off-road. 

El baúl tiene portón de apertura automática.

Tiene 440 litros de capacidad.

Y bandejas intercambiables, para repartir cargas de menor tamaño.

Rueda de auxilio con llanta más chica y neumático de otra marca que las titulares.

Los Dunlop Grandtreck 225/60R18 son muy buenos para el asfalto, pero no están pensados para el off-road.

Veterano, pero confiable: conserva el viejo 2.5 naftero de la anterior X-Trail.

Nunca falla. Le vas a sacar una foto a un auto. Y Trotsky se para en el medio. ¿Lo hará a propósito? Click en la imagen para encontrar la respuesta.

Buen motor y transmisión para el off-road. Pero los neumáticos y la puesta a punto de la suspensión no invitan a la aventura.

Como siempre, perdón por la mugre.

 

***

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Nissan X-Trail Exclusive CVT
Origen: Japón.
Precio: 959.900 pesos.
Garantía: Garantía de tres años o 100 mil kilómetros.
Comercializa: Nissan Argentina (www.nissan.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, inyección electrónica multipunto.
Cilindrada: 2.488 cc
Potencia: 171 cv a 6.000 rpm
Torque: 233 Nm a 4.000 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción integral de acople automático tipo All-Mode 4x4i, con bloqueo de doble tracción y bloqueo de 2WD.
Caja: automática de variador contínuo (CVT), con seis marchas preprogramadas.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales, amortiguaodres hidráulicos y barra estabilizadora.
Suspensión trasera: independiente, tipo multibrazo, con con resortes helicoidales, amortiguaodres hidráulicos y barra estabilizadora.
Frenos delanteros: discos ventilados.
Frenos traseros: discos ventilados.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia hidráulica.
Neumáticos: Dunlop Grandtreck 225/60R18 (rueda de auxilio de uso temporario)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 186 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 11,1 segundos
Consumo urbano: 12,5 l/100km
Consumo extraurbano: 7,9 l/100km
Consumo medio: 10,1 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 4.600 mm / 1.820 mm / 1.710 mm
Distancia entre ejes: 2.705 mm
Peso en orden de marcha: 1.540 kg
Capacidad de baúl: 440 / 1.982 litros
Capacidad de combustible: 60 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Doble airbag de cortina
Frenos ABS con EBD
Diferencial de deslizamiento limitado
Asistente de ascenso en pendientes (HSA)
Asistente de descenso en pendientes (HOC)
Control de estabilidad (VDC)
Sistema de alerta de cambio del carril (LDW)
Intelligent 4×4
Intelligent Trace Control, Ride Control y Engine Brake
lnmovilizador y alarma
Cinturones de seguridad primera y segunda fila retractiles de 3 puntos
Anclajes Isofix para silla de bebé en segunda fila
Levantacristales eléctricos delanteros y traseros
Porta vasos (2 delanteros con refrigeración y 2 segunda fila)
Porta botellas (2 delanteros y 2 traseros)
Seguros con cierre centralizado y apertura a control remoto
Apertura remota de tanque de combustible
Tres tomacorrientes 12v
Asiento del conductor con ajuste eléctrico de 6 posiciones y soporte lumbar
Asiento del pasajero con ajuste eléctrico de 4 posiciones
Asientos delanteros calefaccionados
Tapizado en cuero
Segunda fila de asientos delizable y reclinable manualmente
Segunda fila de asientos abatibles 40:20:40
Espejo retrovisor con antirreflejante automático
Volante en cuero, con ajuste de altura y profundidad manual
Seis parlantes
Spoiler trasero con luz de freno •
Rieles de carga en techo
Espejos exteriores con ajuste eléctrico y luz direccional integrada
Espejos exteriores abatibles eléctricamente y desempañantes
Faros de LED con encendido y apagado automático
Faros con ajuste de altura automático
Faros antiniebla delanteros y traseros
Encendido automático de luces
Sensor de lluvia •
Techo solar panorámico con apertura/cierre de un solo toque, con cortina deslizable
Apertura eléctrica de baúl desde interior y función “no touch”
Control de velocidad Crucero
Climatizador bizona
Bolon de encendido de motor
Sensores traseros de estacionamiento
Llave inteligente con botón de apertura de baúl

Crítica: DS 3 THP 208 Performance

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Texto y fotos de Julián Podestá

Un día común y corriente, C.C. se comunicó conmigo para saber si podía ir a Mar del Plata para cubrir un evento de Peugeot y Citroën –las competencias de postventa– representando a Autoblog. Me dijo que, para el viaje, las marcas me permitían elegir cualquier auto que quisiera, dentro del Grupo PSA.

La oferta era muy variada, pero preferí elegir algo divertido, ágil: el DS 3 THP 208 MT6 S&S Performance (40.700 dólares).

Tiene la misma mecánica del 208 GTi: 1.6 turbo, con 208 caballos, 300 Nm y caja manual de seis velocidades. Tengo una preferencia por el 208 en cuanto a diseño, pero el DS 3 no está nada mal.

Me asignaron una unidad en color blanco. No es lo mejor para mostrar fotográficamente, ya que es un auto con líneas modernas y que generan mucho volumen, aunque sea chico. Un color oscuro hubiese sido el indicado, pero no me quejé: es muy bonito, en fin.

Cuando llegó la hora de sentarme en el auto, las butacas deportivas me atraparon inmediatamente. Tienen un muy buen agarre y quedan muy bien estéticamente. Más allá de estas butacas, el interior tiene un par de puntos abajo.

La calidad de los materiales son aceptables. El torpedo tiene dos materiales: una goma que es agradable a la vista y al tacto, con la visera del instrumental está dividido en plástico y cuero. Pero también hay superficies duras, lo que le quitan algo de prestigio. Por otra parte, tenemos otro material que es plástico totalmente brillante, que fue una novedad en aquel entonces y en esta versión Performance viene con tres vinilos en el lado derecho, el cual debería estar impreso para que quede mejor estéticamente y tenga una mayor durabilidad. En cuanto a los laterales, en la parte superior posee plásticos duros y en la parte inferior cuero con un relleno demasiado blando para mi gusto.

Las alfombras acompañan bien a la estética deportiva: los pedales enamoran aún más, ya que son de aluminio. El volante es sobrio, con una estética muy limpia y un poco deportiva, ya que la parte inferior es plana.

En cuanto a la tecnología del display, es algo anticuada y poco práctica: la gráfica y el software del navegador quedó en el tiempo. Por momentos, al utilizar la función de Apple Car Play se tildaba y el display no respondía. Además, es incómodo a la hora de utilizar el volumen: el comando, junto con el botón del menú, están separados del display. Se encuentran a la altura de la palanca de cambios.

Pasando a los comandos, están bien ubicados para la comodidad del conductor y bien pensados al haber dejado el volante limpio como un deportivo.

Considerando el audio, está equipado con parlantes en la parte delantera, generando un sonido muy agradable, pero al no estar compensado con parlantes en la parte trasera no se logra un sonido envolvente. Le quita algo de calidad.

Pero, a pesar de todas las críticas que mencioné, ¿qué importa a la hora de encender el motor? El sonido del escape se siente como un deportivo. Es un ruido molesto, inquietante, encantador.

Al salir a la ruta, la reacción que tiene el THP es maravillosa. Todo el auto tiene una agilidad que encanta. La dirección me pareció algo suave y poco precisa a alta velocidad en ruta, pero eso también es un asunto del asfalto, que en el camino a Mar del Plata no está en las mejores condiciones.

Las suspensiones se comportan perfectamente. Es un auto pensado para disfrutar muy buenas prestaciones en todo tipo de condiciones.

Es un auto que, para disfrutarlo a pleno, hay que llevarlo a un trackday. Según dicen, el diferencial autoblocante Torsen en el tren delantero se comporta de maravillas a la hora de trazar las curvas. Es un auto pensado para circuitos. Lo manejé mil kilómetros en menos de una semana. Y me quedé con ganas de un poco más. Mar del Plata es muy lindo, pero ojalá que el próximo evento de postventa lo realicen en un autódromo.

J.P. / @julian.podesta 

***

El DS3 THP 208 Performance es uno de los modelos más deportivos de DS Automobiles en Argentina.

También es uno de los más caros: cuesta 40.700 dólares.

Viene de serie con diferencial delantero Torsen, para disfrutar en circuito.

Lo mejor del interior: las butacas deportivas.

Llevan la firma de DS Performance.

El volante es agradable, pero al resto del interior le faltan detalles más modernos.

Mucho diseño, pero al DS 3 ya se le nota el paso de los años.

Viaje veloz de Buenos Aires a Mar del Plata, ida y vuelta.

Acelera de 0 a 100 km/h en 6,5 segundos.

Alcanza una velocidad máxima de 230 km/h.

Y consume… ¿importa el consumo en un auto deportivo?

Sí, claro que sí: gasta una media de 7,9 litros cada 100 kilómetros.

Mirá las fotos de Julián Podestá que también publicamos la semana pasada, acá.

En el garage de Autoblog: Citroën C4 Lounge VTi

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Citroën Argentina lanzó a la venta en marzo pasado el C4 Lounge 2018 (descargar equipamiento y ficha técnica). Se trata de un restyling del sedán del Segmento C (compacto) fabricado en El Palomar.

En Autoblog ya manejamos las versiones 1.6 THP y 1.6 HDi, durante su presentación en Córdoba (leer crítica). Pero nos faltaba probar la gran novedad que llegó junto a este rediseño: la versión VTi.

Es la nueva propuesta de entrada a gama. Por primera vez, el C4 Lounge se combina con el conocido motor 1.6 16v de 115 caballos de potencia. Tiene también el nivel de equipamiento más básico (Live), por eso ofrece un precio más competitivo: si los otros C4 Lounge llegan hasta 657 mil pesos, el VTi Live arranca en 488 mil pesos.

Lo vamos a manejar durante una semana, pero antes vamos con una curiosidad.

En un mercado donde las automotrices suelen presentar publicidades donde el producto resulta opacado por el director de fotografía y el casting, Citroën Argentina volvió a las fuentes en los últimos días: difundió una serie de comerciales instructivos en las redes sociales, para mostrar cómo funcionan algunas de las novedades tecnológicas del C4 Lounge 2018.

Los videos tienen una estética sencilla y fueron grabados dentro de la propia planta de El Palomar. Sin la necesidad de sesudos guiones creativos, los comerciales cumplen una función básica: mostrarte qué novedades tiene el C4 Lounge 2018. En total, son cinco cortos y se pueden ver completos acá abajo.

La crítica completa se publicará la semana que viene.

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El Citroën C4 Lounge VTi Feel cuesta 488 mil pesos.

La crítica completa se publicará la semana que viene.

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VIDEO: Citroën C4 Lounge – Sistema ADAS

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VIDEO: Citroën C4 Lounge – Tecnología Full Led

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VIDEO: Citroën C4 Lounge – Tablero digital

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VIDEO: Citroën C4 Lounge – Android Auto

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VIDEO: Citroën C4 Lounge – Apple Car Play

Crítica: Jaguar I-Pace

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Desde Lisboa (Portugal) – Paren el mundo, me quiero bajar. Esto avanza más rápido de lo que imaginaba. Cuando en la Argentina todavía no nos acostumbramos a la presencia de autos híbridos, Jaguar -durante años la automotriz más conservadora del mercado- anunció que los híbridos son cosas del pasado: la marca británica lanzó la semana pasada el I-Pace, el primer auto eléctrico de su historia. Y ya confirmó que llegará a la Argentina (leer entrevista con el importador Ditecar).

¿Un Jaguar eléctrico en Argentina? A mí me pareció igual de inverosímil, cuando la gente de Ditecar me invitó a participar de un evento muy exclusivo: el Global Media Drive, la primera vez que el I-Pace fue puesto en manos de la prensa internacional.

Eso ocurrió la semana pasada en Portugal, durante tres días y 800 kilómetros, por calles, rutas, autopistas, ripio, tierra, vadeos y hasta unas vueltas en el Autódromo de Portimao. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

¿Qué es el I-Pace? Parece una SUV, tiene algunos rasgos de hatchback deportivo, su perfil es casi monovolumen y por dentro es un auto de lujo para cinco adultos. Es decir, el I-Pace es un crossover: un vehículo que atraviesa varios segmentos del mercado. Todo combinado con ese toque futurista que los diseñadores siempre le dan a los autos movidos por energías alternativas. ¿Por qué? Porque, tanto los diseñadores como la mayoría de los clientes, quieren que todos sepan -al primer golpe de vista- que eso de ahí es un auto muy especial.

El I-Pace es como una F-Pace (leer crítica), pero venida del futuro. Su diseño me parece espectacular y lleva la firma de Ian Callum, ex estilista de Ford (RS200 y Escort RS Cosworth) Aston Martin (Vanquish y DB9) y creador de algunos de los Jaguar más hermosos de los últimos tiempos. Mi favorito: la coupé F-Type.

El I-Pace no es muy largo, mide 4,68 metros. Pero es anchísimo: 2,14 metros (si contamos los espejos retrovisores). Por eso se ve así: como un voluminoso gato galáctico, agazapado. En su aspecto influyen mucho las enormes llantas: en la versión “First Edition” viene con ruedas de 22 pulgadas (calzadas con verdaderos rodillos de caucho, como son los Continental PremiumContact6 255/40R22).

El I-Pace es un auto futurista. Y está obsesionado con la aerodinámica. Tiene un Cx de 0,29, que lo logra con la carrocería rebajada al mínimo. Para eso, cuenta con suspensión neumática, que puede variar el despeje del suelo entre 154 y 204 milímetros.

También tiene soluciones ingeniosas. Por ejemplo, no tiene limpia-lavaluneta. Sin embargo, el vidrio trasero no se ensucia nunca. Ni siquiera se le adhiere el polvo: el alerón sobre el techo está diseñado para mantenerlo siempre despejado.

La carrocería está diseñada para aprovechar mejor la energía, en todo sentido. Por ejemplo, la toma de aire bajo la trompa se utiliza para enfriar las baterías. Con un detalle: el aire caliente generado por las baterías se aprovecha para la calefacción. Es como en el viejo Citroën 3CV, pero sin gases tóxicos.

¿Contra quién compite el I-Pace? El rival más lógico es Tesla: el I-Pace tiene el tamaño y el precio del Model 3, pero con el planteo crossover del Model X. Lo cierto es que sus verdaderos competidores aún están por llegar: los futuros Mercedes-Benz EQ, los próximos Audi E-Tron y el Porsche Taycan. Acá no cuento a los posibles rivales híbridos. El comprador de este Jaguar adhiere a la filosofía de la marca: los híbridos ya son cosa del pasado.

POR DENTRO

Si es eléctrico, ¿dónde están las baterías? No están debajo del capot delantero, que es muy cortito y lanzado hacia abajo. Ahí sólo existe un pequeño baúl de 27 litros, para guardar un bolso mediano. Tampoco están en el maletero posterior, que tiene una cavernosa capacidad de 656 litros.

Las baterías están ubicadas en el piso del auto, a todo lo largo y ancho del espacio comprendido por las cuatro ruedas. Es decir, los ocupantes van literalmente sentados sobre las baterías. Esta disposición permitió ofrecer una rareza en la industria automotriz: una cabina con piso plano, sin túneles de transmisiones ni salientes incómodas.

Por eso, con apenas cuatro metros y medio de largo (pero con una distancia entre ejes de tres metros), hay espacio para cinco adultos. El diseño del interior es moderno y futurista, aunque no tanto como el exterior.

Acá Jaguar se resistió a copiar la receta minimalista y con mega-tablet de Tesla. La cabina del I-Pace recuerda a muchos Jaguar modernos, pero con algún detalle techie extra, como muchos puertos USB (cinco, en total), tablero digital y pantalla táctil multimedia. También tiene un enorme techo panorámico (fijo, no se abre) y la versión First Edition viene con una notables butacas Recaro.

La calidad de fabricación es intachable. Tapizado en cuero microperforado, con costuras dobles, detalles en aluminio, madera o fibra de carbono (a gusto del cliente). Todo superlativo. Todo un Jaguar, pero avanzado unas horas en el futuro.

Como ya ocurre en otros Jaguar, el i-Pace viene con la Activity Key: es una llave extra, en forma de pulsera, que el usuario coloca en su muñeca cuando practica deportes. Es a prueba de agua y golpes. Así, podés salir a correr o a nadar, sin tener que preocuparte por la posibilidad de perder la llave. ¿Y dónde queda la llave titular? Adentro del auto, que queda cerrado. Las puertas se destraban al acercar la Activity Key al emblema de “Jaguar” sobre el portón trasero.

Y perdón por revelar el secreto. Se suponía que eso era algo confidencial y muy James Bond, sólo para la cofradía de usuarios de Jaguar modernos. Pero es demasiado cool como para no contarlo.

La mayoría de las funciones del vehículo se comandan desde la pantalla táctil de la consola central. Tiene Apple Car Play y Android Auto. El GPS integrado es genial, al menos con las funciones que estaban activas en Europa: tiene su propia conexión a internet (que puede compartir hasta con ocho dispositivos vía Wi-Fi), información del tráfico, aviso de cercanía de estaciones de recarga y la posibilidad de compartir en tiempo real tu ruta y hora estimada de arribo: ideal para quienes no te creen cuando decís “estoy llegando”.

Desde una aplicación en el teléfono, incluso estando lejos del auto, podés consultar en todo momento el nivel de carga de la batería, la autonomía restante y si está enchufado o no a su cargador. También podés solicitar un diagnóstico a distancia, con el servicio de postventa, ante cualquier inconveniente.

Si tenés el parlante inteligente Alexa con Google Assistant, hasta podés dialogar con el auto desde el living de tu casa.

SEGURIDAD

El I-Pace viene de serie con seis airbags, frenos ABS con EBD, control de estabilidad, control de tracción, control de crucero adaptativo, sistema de mantenimiento de carril, sistema de cámaras en 360 grados y frenado autónomo de emergencia.

Es lo que tiene un auto de lujo moderno. Si me dejaran, sólo le agregaría un airbag para las rodillas del conductor o airbags laterales traseros.

Por el momento, no hay pruebas de choque independientes. Se espera que los resultados de los crash tests de EuroNCAP se difundan en los próximos meses. Será interesante ver cómo responde ante un impacto un auto con el piso recubierto de baterías.

MOTOR y TRANSMISIÓN

En los autos eléctricos, el motor es importante. Pero las baterías son fundamentales. El I-Pace está equipado con un paquete de baterías de iones de litio de 90 kw/h. Es mucho. Sólo las versiones tope de gama de los Tesla Model S y Model X llegan a 100 kw/h. Esta es una carrera donde los límites se superan día a día.

Los rumores indican que el futuro Tesla Roadster llegará a 200 kw/h. ¿Porsche permitirá que su Taycan ofrezca menos que el próximo capricho de Elon Musk? No, de ninguna manera. Chau, “guerra de potencia”. Hola, “batalla de kilowatts/hora”.

Esa capacidad de entrega de las baterías permite que los motores del I-Pace desarrollen una potencia conjunta de 400 caballos y 696 Nm de torque. Hay un motor en cada eje, por lo tanto tiene tracción permanente a las cuatro ruedas.

Las baterías tienen una garantía de 10 años y, en caso de problemas, se pueden reemplazar por partes. Se accede a ellas por debajo del auto. Lo más impresionante: el primer servicio de mantenimiento se realiza a los 35 mil kilómetros o dos años (lo que ocurra primero).

Es eléctrico, no hay caja de cambios con marchas. Sólo botones para Parking, Neutral, Drive y Reverse. También hay diferentes modos de conducción: Eco, Normal, Sport y Dynamic. Como es 4×4, cuenta además con ayudas para el manejo off-road, como asistente de trepada y ayuda al arranque en pendiente. Son dispositivos que ya tiene la Range Rover Velar.

COMPORTAMIENTO

Nunca antes, durante el lanzamiento de un nuevo modelo, había manejado tantos kilómetros y sobre superficies tan diversas. El I-Pace es un lujoso auto para uso diario, que también sirve para viajes en familia, se anima con un poco de off-road y además lo podés llevar a un track-day.

Sí, porque es una verdadera bestia en la pista. Jaguar hizo en Portugal algo que ninguna marca había hecho hasta ahora: permitió que el I-Pace aniquilara al famoso F-Type, en la pista de Portimao.

La cosa fue así: cuando llegamos al circuito del Sur de ese país, nos encontramos con una flota de F-Type Roadster y Coupé, a nuestra disposición. Todas unidades con motor V6 3.0, con 340 caballos de potencia. Autos de una tonelada y media, dos asientos, suspensiones deportivas, caja secuencial y tracción trasera: la vieja y encantadora receta de cilindros generosos y escapes ruidosos.

Fue un placer acelerarlos en esa pista: el F-Type es todo lo que está bien. Un deportivo de reacciones explosivas, suspensiones bien duras, con un nivel de adherencia muy elevado, dirección directa y frenos incansables.

Portimao es un circuito bastante jodido, con muchos desniveles, lo que hace que la mayoría de las curvas sean ciegas: vas trepando y sólo ves el cielo, pero cuando llegás a la cresta de cada lomada, descubrís que ahí abajo te espera una curva a la derecha. ¿O era a la izquierda? Imposible no marearse. O acojonarse. Cuando recién había empezado a memorizar el circuito, me llamaron a boxes. Era hora de cambiar de auto.

El I-Pace pesa 2.2 toneladas. Casi 700 kilos más que el F-Type. Pero la respuesta del motor eléctrico es colosal. Acá no hay pistones ni detonaciones del escape, pero no tardás en descubrir que llegás a cada curva mucho más rápido en este eléctrico que con el V6. La respuesta del acelerador es instantánea, sin titubeos. Es una película en fast forward.

En modo Dynamic, hundir el acelerador del I-Pace es como tocar la perilla de la luz de la cocina de tu casa. Sólo hay on y off. “Nada” o “a fondo”, sin términos medios. Tu espalda lo siente, aplastada hasta el dolor en esos preciosos Recaro.

La suspensión neumática se encarga de que no haya rolidos de la carrocería. Compensa la fuerza centrífuga de cada curva, incluso de manera negativa: inclina hacia adentro, como si fuera una lancha.

En el fondo, el I-Pace es un demagogo: te hace sentir mejor piloto de lo que en realidad sos. Y, cuando superás el límite –porque todos los autos lo tienen- desliza un poquito con las ruedas traseras y después con las cuatro. Muy previsible. Muy 4×4. Se corrige con sólo levantar el pie derecho.

En Portimao, Jaguar avaló un verdadero parricidio. Los mejores pilotos que pasaron por este test drive lograron hasta un segundo y medio de ventaja por vuelta, a favor del I-Pace. Y en contra del F-Type. El deportivo más emblemático de Jaguar fue sacrificado en público.

Pero esa fue apenas una pequeña porción del Global Media Drive. Manejamos 800 kilómetros en total. Y, antes de seguir, tengo que decirte que manejar el I-Pace implica olvidar algunas costumbres de la conducción convencional.

Por ejemplo, cuando estás en la ciudad, podés recorrer muchos kilómetros sin tocar -jamás- el pedal de freno. Recordá que el pedal del acelerador es como una perilla de luz. Cuando apretás, acelera. Pero, cuando soltás, se frena. No aplica los discos de freno: al soltar al pedal derecho, activa de manera automática el sistema de regeneración de baterías, para recargarlas con la energía cinética.

Esto implica acostumbrarse un poco: cuando estás bajando una pendiente o cuando te acercás a un semáforo en rojo, no hay que soltar el acelerador de golpe, como harías con un auto con motor de explosión. Si lo hacés, el auto reduce muy rápido la velocidad. Hay que liberar el pedal de a poco, hasta frenar por completo, sin siquiera haber pisado el freno. Si te resulta incómodo, es posible disminuir la incidencia de la regeneración desde la computadora del auto: pero vas a estar malgastando tu energía cinética. No es nada eficiente.

Parece difícil, pero con los kilómetros le agarrás la mano. Y comprendés por qué. El I-Pace tiene prestaciones de auto deportivo: acelera de 0 a 100 km/h en 4,8 segundos y alcanza los 200 km/h. Pero también, cuando cuidás el acelerador, tiene una autonomía más que razonable: hasta 480 kilómetros.

La autonomía se mide de manera bastante compleja: la computadora de abordo no sólo evalúa la velocidad y el estilo de manejo. También usa el GPS para determinar si habrá caminos de montaña (en las subidas se gasta más) o si te encontrarás con embotellamientos de tránsito (por más que el auto esté detenido en el tráfico, las luces y el climatizador seguirán consumiendo batería)

Lo manejé en caminos de montaña, que Jaguar cerró al tránsito. Eran estrechos, con asfalto irregular y rodeados con precipicios. Sólo faltaban los fanáticos portugueses, alentando desde lugares suicidas, como para sentirme por completo en un tramo del Rally de Portugal.

Ahí, con subidas y bajadas, abusando del acelerador, la autonomía se redujo a la mitad. Pero estoy seguro de que, con el mismo estilo de manejo, hubiera pasado lo mismo con el F-Type. Sólo con una diferencia: el V6 avanzaría haciendo mucho más ruido, pero irremediablemente más lento que el I-Pace.

En el test drive no faltó el off-road. Nos hicieron recorrer el lecho de un pequeño río, porque el I-Pace tiene una capacidad de vadeo de 500 milímetros (lo mismo que una VW Amarok). Y también recorrimos varios kilómetros por caminos de tierra y ripio. En condiciones normales, la potencia se reparte 50/50 en cada eje. Pero puede llegar a enviar hasta el 80% a cada uno de los trenes, según las condiciones de adherencia.

Sólo hubo una trampita: para esos tramos nos cambiaron los autos. Manejamos las versiones SE, que tienen la misma mecánica, pero reemplazan las llantas de 22 pulgadas por unas un poco más lógicas, de 18 pulgadas. Al final de cada sector de ripio, un técnico de Jaguar Land Rover inspeccionaba los neumáticos. No querían que nadie fuera sorprendido por un pinchazo: el I-Pace no tiene rueda de auxilio, sólo un kit de reparación de emergencia. Y eso que sobra espacio en el baúl. Flojo ahí.

De los sistemas de ayuda para el off-road, el que más me sorprendió fue el asistente para subir pendientes. Es muy impresionante, porque es una función semi-autónoma. Todos los dispositivos de este tipo que probé hasta ahora, tienen un límite: si en la pendiente el auto se encuentra con un obstáculo –como puede ser un pozo o un desnivel más pronunciado, donde se trabe una rueda- el vehículo se detiene. Deja de avanzar. El I-Pace se frena también. Pero un segundo después ocurre lo siguiente: el auto vuelve a acelerar sólo otra vez, modificando el torque que aplica en cada rueda, hasta que supera el obstáculo. Todo esto ocurre sin que el conductor tenga que pisar el acelerador o el freno: sólo hay que concentrarse en el volante.

El comportamiento dinámico del I-Pace no paró de sorprenderme. Tiene una dirección excelente, la suspensión neumática es casi mágica (combinada con esquema de doble paralelogramo adelante y multilink atrás) y el torque instantáneo te vuela la cabeza. Pero lo que más me desveló fue esa sensación de enorme estabilidad. Parece una SUV, pero dobla como un Sport. El secreto está en la disposición de las baterías: el centro de gravedad es tan bajo que el I-Pace dobla como un tren, sin esfuerzos. Acá no hay trampitas: las leyes de la física están de su lado.

Ahí también ayuda la suspensión de altura variable: cuanto más rápido se viaja, más se aplasta el auto contra el piso, para reducir la resistencia del viento y el centro de gravedad.

¿Y qué hay del ruido? Casi no se escucha, desde ya. Sólo se siente el sonido de autito a fricción, por los motores eléctricos. Y también se oye el roce de los neumáticos contra el piso. No se escuchan ruidos aerodinámicos, por esa obsesión con atravesar el aire de la manera más discreta.

Sin embargo, si querés banda de sonido, los ingenieros de Jaguar desarrollaron el Active Sound Design, un efecto artificial que se emite por los parlantes Meridian y que acompañan la demanda sobre el acelerador. El resultado es como una versión remasterizada de un auto de Fórmula E. O, más bien, como el Halcón Milenario saltando al hiperespacio (sin los gruñidos de Chewie, desde ya).

En el guardabarro delantero izquierdo tiene una toma para recarga rápida de baterías, en estaciones públicas. En un cargador convencional de 50 kw, obtenés una autonomía de 270 kilómetros, con una hora de recarga. Es lo que demora mi mujer en las estaciones de servicio, cuando paramos para que vaya al baño y se tome un café. Pero en Europa ya existen cargadores de 100 kw, donde se obtienen 100 kilómetros de alcance con una recarga de 15 minutos (es lo que tardo yo en ir al baño y tomar un café).

La carga completa se realiza en cargadores domésticos. Para obtener la autonomía total de 480 kilómetros necesita estar 13 horas enchufado.

Mientras está enchufado y recargando baterías, podés accionar algunas funciones del auto a distancia, desde una App en tu celular. Por ejemplo, podés enfriar el habitáculo o calentarlo, con el climatizador de cuatro zonas. En ese caso, el auto no usa la energía de las baterías: toma la energía directamente de la red eléctrica.

CONCLUSIÓN

Jaguar, el más tradicional y conservador de los fabricantes, acaba de poner a la venta -hoy mismo-, un auto del futuro. Ya se consigue en Europa y Estados Unidos, con precios entre 70 mil y 100 mil dólares (dependiendo del equipamiento y los beneficios impositivos que cada país otorga a los vehículos con energías alternativas). De acá a dos años, Jaguar se comprometió a ofrecer el I-Pace también en América Latina. Incluyendo a la Argentina.

Es un auto que te sorprende por diseño, te conquista por el lujo, te seduce con sus prestaciones y te vuela la cabeza con su comportamiento dinámico. Jaguar se animó a compararlo con el F-Type, que resultó humillado.

Los ingleses no están locos: saben que la tecnología del I-Pace es la base para el futuro de la compañía, si es que quieren expandirse a nivel mundial. Los autos eléctricos están en pleno crecimiento en todo el mundo: las cifras de ventas todavía no conocen un techo. El F-Type, en cambio, quedará reducido a una elite de fans de la combustión interna. Esa porción del mercado no crecerá. Se mantendrá igual (o se achicará con el tiempo).

Manejar el I-Pace fue como asomarme por “una ventana hacia el futuro” (hola, anciano televidente de VCC). Pero también fue una experiencia algo frustrante. En Portugal, no sólo me divertí acelerando en Portimao. También vi un país del Primer Mundo, con puestos de recarga en todos los estacionamientos, ciudades con zonas de acceso exclusivas para autos eléctricos y una amplia variedad de autos híbridos y 100% a batería.

Al mismo tiempo que me divertía manejando el I-Pace, también me deprimía pensando en lo difícil que me resultaba imaginarlo en la realidad de las calles argentinas. Sin infraestructura para autos eléctricos. Sin estaciones de recarga. Y con un beneficio impositivo del Gobierno que no podría recibir el I-Pace. Para lograr un incentivo arancelario, el Estado nacional le está exigiendo a Porsche, Jaguar y BMW que pongan una fábrica en la Argentina. Es algo que no ocurrirá.

En muchos países, el Jaguar I-Pace es la demostración palpable de un futuro que llegó más rápido de lo imaginado. Al mismo tiempo, es un auto pensado y fabricado para una Argentina que todavía no existe.

Carlos Cristófalo

***

Bienvenidos a Portimao, el autódromo de Portugal donde Jaguar permitió a la prensa comparar el F-Type contra el I-Pace.


-¿Te gustaría manejar un F-Type V6 3.0 en Portimao?
-Claro, ¿qué tengo que hacer?


-Ponete el casco y subite. Pero antes dejame sacarte una foto con el pulgar hacia arriba.
-¡Clink!


-¿Y ahora te gustaría probar el I-Pace en la misma pista?
-No se diga más nada.


-¡Clink!

En manos de los periodistas más habilidosos, el I-Pace giró hasta un segundo y medio más rápido por vuelta que el F-Type.

En manos de los menos habilidosos, los instructores acompañantes sufrieron un poco más.

El Jaguar del futuro aniquiló al deportivo más clásico de la marca. Parricidio en Portimao.

Pero basta de pista. Levantemos la suspensión.

Y vamos al off-road.

Primero, un poco de vadeo.

El I-Pace puede circular hasta por 50 centímetros de agua (igual que una VW Amarok).

Es eléctrico, pero tiene doble tracción y sistemas de ayuda de Land Rover.

Por eso trepa como una cabra.

Una parte del recorrido se hizo por tramos históricos del Rally de Portugal.

Sólo faltaban los espectadores suicidas, al borde del camino.

Futurista por fuera, pero no tanto por dentro.

Excelentes butacas, con modelos Recaro en opción.

Piso plano y mucho espacio: caben en total cinco adultos.

Volante de diseño clásico y excelente tacto.

Tablero completamente digital, con el foco puesto en la velocidad y el consumo de baterías.

Terminaciones de nivel Jaguar. En opción, detalles en carbono, madera o aluminio.

La consola central tiene muchos huecos para guardar objetos (y perdón por tanta tierra, fue idea de Jaguar).

No tiene la mega-tablet de un Tesla, pero sí muchísima información.

La autonomía se calcula en función del uso del vehículo, pero también en base a la ruta cargada en el GPS.

Los ocupantes traseros también tienen sus detalles de confort.

Bajo el capot delantero, un pequeño baúl para llevar un bolso.

Bajo el portón trasero: una enorme capacidad de 656 litros.

Versión First Edition con ruedas de 22 pulgadas y llantas con detalles en carbono. Más te vale que las cuides.

Porque no hay rueda de auxilio: sólo un kit de reparación.

Chasis en aluminio y un motor eléctrico en cada eje.

¿Las baterías? Bajo el piso del habitáculo.

El I-Pace cuesta en Europa entre 70 mil y 100 mil euros. Un auto eléctrico de lujo, sólo para pocos.

Pero es un eléctrico para manejo off-road.

Y que también sirve para track-days.

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VIDEO: Jaguar I-Pace en Portimao

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Crítica: Citroën C4 Lounge VTi

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Hace poco más de un mes, tuve la posibilidad de probar los nuevos Citroën C4 Lounge HDI y THP Shine en Córdoba (leer crítica). Y, cuando C.C. me propuso probar también la versión VTi, pensé: “¿Para qué? Es sólo la versión de entrada a gama de un auto ya conocido”.

Pero, el trabajo es el trabajo y esto es probar autos, así que durante una semana manejé el C4 Lounge VTi Live de 488 mil pesos. Y, como se suele decir por acá, la crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

En la anterior crítica ya hablé sobre el rediseño que recibió el C4 Lounge 2018. Me gustó mucho cómo quedó la trompa. Sin embargo, en comparación con sus hermanos mayores, el VTI pierde cromados en los bordes de los faros auxiliares delanteros, tiene una sola salida del caño de escape y cambia el diseño de llantas. Es el único C4 Lounge que calza neumáticos con medidas 205/55 R16.

Más allá de esas diferencias, es igual a los THP y HDi. El C4 Lounge sigue siendo un auto elegante y sobrio. ¿Realmente necesitaba un restyling? Tal vez podría haber seguido sin modificaciones, porque hay que admitir que la nueva parrilla resulta debatible para el gusto de algunos.

POR DENTRO

Sentarme de nuevo en un C4 Lounge es encontrarme otra vez con una posición de manejo cómoda, aunque siempre tengo que poner el volante en su ubicación más alta, porque si no queda realmente bajo. Se extraña el techo solar, que no está disponible para la versión VTI. La primera mirada al interior te deja con la idea de que faltan cosas. Es el problema de haber probado antes los THP y el HDI. “Memoria emotiva”, le dicen.

Los asientos del VTi están de tapizados en tela, con regulación en altura. El tacto del volante no es el mejor. Parece como que tuviese más plástico que goma (perdón la brutalidad descriptiva, pero trato de buscar la forma de transmitir la sensación). No tiene un buen grip. No es peligroso ni nada parecido, pero decididamente no es agradable al momento de tener que maniobrar mucho el volante. En los brazos centrales de la dirección tiene los mandos del control de velocidad crucero, la radio y el Bluetooth.

El tablero de instrumentos ya tuvo mis críticas en mayo. Volví a confirmar que no soy fan de ese tipo de diseño digital. Lo que más me incomoda es el cuentavueltas: una línea muy fina y en el mismo color que el resto, con lo que realmente hay que prestar atención para ver subir las rpm y saber por dónde está trabajando el motor. El “vistazo” no sirve.

La pantalla central es idéntica a los otros C4 Lounge, pero perdió el GPS incorporado. Lo bueno: se puede utilizar Android Auto o Apple Car Play. Gracias al Mirror Screen, podés ver el navegador de tu celular replicado en la pantalla táctil de siete pulgadas. El climatizador es de dos zonas y la configuración es bastante sencilla.

Las plazas traseras son amplias y con un gran lugar para las piernas de los pasajeros. El baúl es enorme (450 litros), y debajo de la alfombra está la rueda de auxilio. En el caso del VTi, tiene el mismo tamaño de las ruedas titulares, aunque con llanta de chapa.

La calidad de terminación y los plásticos están a la altura de sus hermanos más caros. Es decir, entre lo mejorcito del segmento. El equipo de audio es bueno, aunque no trae reproductor de CD (no me peguen, soy viejo) y cuenta con un sólo conector USB. En 2018, suena a muy poco.

SEGURIDAD

El Citroën C4 Lounge VTI resigna algunos elementos de seguridad con respecto a sus hermanos de gama, pero mantiene el control de estabilidad (ESP), el control de tracción, el ABS con REF (Repartidor Electrónico de Frenada), y AFU (Ayuda al Frenado de Urgencia). También cuenta con airbags frontales para conductor y acompañante, fijaciones Isofix en las plazas traseras, y ayuda de arranque en pendiente.

¿Qué pierde con respecto a los THP y HDI? Airbags laterales y de cortina, además del encendido automático de luces y el sensor de lluvia.

No hay resultados de pruebas de choque independientes para el C4 Lounge. De hecho, Citroën debe ser una de las marcas que menos veces fue evaluada por LatinNCAP (sólo una, con el C3).

MOTOR y TRANSMISIÓN

El propulsor que lleva el C4 Lounge VTI ya es conocido de otros modelos de Peugeot y Citroën fabricados en el Mercosur: es un cuatro cilindros naftero de 1.587 centímetros cúbicos, con sistema de distribución variable. Entrega 115 cv de potencia a 5.800 rpm y 153 Nm de torque a 4.000 rpm. Todo esto está acoplado a una caja de manual de cinco velocidades.

En los papeles, son 50 caballos menos que su hermano THP y la misma caballería que el HDI (aunque el gasolero hace la diferencia en el torque). En los papeles, es una brecha importante.

COMPORTAMIENTO

La potencia, justamente, era mi mayor temor: ¿cuánto repercutiría en el andar la falta de esos 50 cv con respecto al THP?

La respuesta es: poco y nada. Si bien se nota la diferencia al acelerar fuerte o querer ganar velocidad en ruta, el VTI se defiende más que bien, empujando parejo y tranquilo.

¿Te pega la espalda contra el asiento? No, de ninguna manera. Pero tampoco es un auto que tenga esas pretensiones. La caja tiene sus cinco cambios muy bien escalonados, sacando provecho de cada uno de los 115 caballos y haciendo que el VTI tenga un andar confortable y acorde al lugar que ocupa en el mercado.

Me sorprendieron los bajos consumos, tanto en ciudad (9,3 litros cada 100 kilómetros), como en ruta (7,1 litros cada 100 kilómetros a 120km/h). Acelera de 0 a 100 km/h en 11,9 segundos y alcanza los 189 km/h. Son cifras correctas para un naftero de 1.6.

Si algo conserva del resto de sus hermanos es el confort de marcha, con un buen andar tanto en ciudad como en ruta. Las suspensiones son cómodas, los neumáticos de 16 pulgadas y 205/55 ayudan en el confort y la carrocería y elementos del interior están bien ensamblados, evitando “grillitos” y otros ruidos extraños.

La ayuda para el arranque en pendiente es realmente útil y al estacionar se echa de menos la cámara trasera, aunque los sensores de retroceso ayudan mucho.

El manejo de la caja es corto y contundente, a gusto de quien escribe. Las marchas se notan cuando engrana: sin dudas, sin falsos recorridos. En ruta es un auto muy estable, fácil de llevar y que invita a recorrer kilómetros, más todavía cuando vemos los consumos.

CONCLUSIÓN

A veces, los prejuicios hay que dejarlos de lado y este “entrada de gama” termina siendo –quizás- el más lógico y razonable de los C4 Lounge. Tiene equipamiento por encima de la media, gran habitabilidad y un motor que se comporta de forma muy eficiente.

¿El diseño? A mí me gusta mucho cómo quedó después del restyling, pero admito que es discutible. El C4 Lounge anterior les gustaba a todos. El rediseño 2018, deja afuera a algunos. Tal vez por eso surgió esta versión de entrada a gama. Con un valor de 488 mil pesos, será ante todo un auto que conquiste por la relación entre precio, habitabilidad y confort de marcha. Es el más racional de los C4 Lounge.

Texto y fotos de Orly Cristófalo

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Gracias al Cine York y a la Municipalidad de Vicente López por permitirnos realizar la producción de fotos.

Imágenes tomadas en feriado y con autorización. Nunca estacionen sobre cordón pintado de amarillo.

El restyling del C4 Lounge afecta principalmente a la trompa. Es debatible.

El tablero digital es otra novedad. Ahí es unánime: no nos gusta.

Tapizado en tela para el VTi, pero con el mismo y generoso espacio interior de los C4 Lounge.

La pantalla multimedia no tiene GPS ni cámara de retroceso, pero sí Apple Car Play y Android Auto.

Un auto con buena calidad, al que ya se le nota el paso de los años.

Baúl de 450 litros. El VTi es el único C4 Lounge con rueda de auxilio del mismo tamaño de las cuatro titulares (aunque con llanta de chapa).

El C4 Lounge VTi cuesta 488 mil pesos.

Acelera de 0 a 100 km/h en 11,9 segundos y consume una media de 8,2 litros cada 100 kilómetros.

Tiene llantas más chicas, escape más modesto y no hay techo corredizo. El más humilde y racional de los C4 Lounge.


Crítica: Great Wall Wingle5 4×4 Standard

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Sos argentino y naciste en el país de las pick-ups, pero cuando viajás por Latinoamérica no parás de sorprenderte por una cosa: la cantidad de pick-ups que circulan por las calles de nuestra región, pertenecientes a marcas y modelos de los que nunca oíste hablar en la Argentina. Y es normal: las pick-ups chinas llevan más de dos décadas de presencia en América Latina, pero recién ahora están llegando a nuestro país.

El año pasado arribó la Foton Tunland (leer crítica). Y ahora el Grupo Car One lanzó a la venta una de las pick-ups chinas más vendidas en todo el mundo: la Great Wall Wingle5. Es una chata mediana, con el foco puesto en el trabajo. Hay versiones con cabina simple, doble, tracción 4×2 y 4×4. También hay una variante con más equipamiento, la Wingle6 (ver fichas técnicas, equipamiento y precios de toda la gama).

Manejamos durante una semana la Great Wall Wingle5 4×4 Standard de 26.500 dólares. La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

En la Argentina hay muy pocas Great Wall, pero –enorme casualidad- el otro día paré en un semáforo justo al lado de una Wingle3 de color verde. Tenía patente uruguaya. El conductor, apenas vio “mi” Wingle5 blanca, bajó la ventanilla con una alegría desencajada: “¡No te puedo creer! ¡Es la primera que veo de las nuevas! ¡Yo la tengo desde hace diez años, es un fierro!”

El hombre se fue feliz, tras el encuentro en el semáforo. Pero a mí me sorprendió otra cosa: su Great Wall de diez años era prácticamente igual a la cero kilómetro que yo estaba manejando. El diseño original de esta primera y –hasta ahora- única generación de la Wingle se remonta al año 2006, gracias a una licencia de diseño de la antigua Isuzu Rodeo. Es como una pick-up que viajó en el tiempo. El De Lorean de las chatas.

Por eso, sus líneas y -sobre todo- sus proporciones, recuerdan en mucho a las pick-ups medianas que se vendían hace más de una década en la Argentina. Me refiero a las Toyota Hilux, Ford Ranger, Nissan Frontier y Chevrolet S10, pero no las actuales: las de una generación anterior.

A lo largo de estos doce años, Great Wall le aplicó algunos leves restylings a la Wingle. La primera fue la Wingle3, que no se vendió en la Argentina. En 2012 se lanzó la Wingle5, que ves en esta nota. Y en 2014 se presentó la Wingle6, con más cromados y equipamiento, que también se acaba de lanzar en la Argentina.

En los últimos años, la mayoría de las pick-ups medianas que se venden en nuestro mercado crecieron en dimensiones. Por eso, las medidas e la Wingle5 están más cerca de una Fiat Toro (o una Chevrolet S10 de antigua generación) que de una VW Amarok. La Great Wall mide 5,04 metros de largo, 1,80 de ancho y 1,73 de altura. La distancia entre ejes es de 3,05 metros.

También, por ese motivo, la caja de carga es un poco más chica en volumen. Pero no en capacidad: está homologada para llevar hasta 975 kilos.

Viene calzada con neumáticos Giti Savero H/T Plus 235/70R16. Tienen una buena medida y dibujo para una pick-up 4×4 de trabajo. Las llantas son de aleación, con un diseño que no sobresale del neumático (para evitar raspones con cordones de vereda, algo muy común en las chatas modernas, de llantas pisteras). La rueda de auxilio está bajo la caja de carga y tiene el mismo tamaño y llanta.

Esta versión Wingle5 Cabina Doble 4×4 se ofrece con dos niveles de equipamiento: nosotros probamos la Standard. Pero también hay una variante Luxury, que se distingue por fuera apenas por los picaportes cromados.

POR DENTRO

Otro viaje en el De Lorean de las pick-ups. Mirá esa radio con CD. Mirá esas perillas del aire acondicionado. Mirá esos paneles de puertas, con plásticos rectos y duros. La Wingle5 es honesta: se vende como una pick-up de trabajo, así que no sería justo exigirle grandes lujos ni un despliegue de diseño y materiales.

¡Pero mirá ese tablero! Cuatro agujas y una computadora que no informa temperatura exterior ni consumo: sólo kilómetros recorridos y horas de funcionamiento. Hay tractores con tableros más completos.

Pero bueno, esta es la versión Standard. La Wingle5 Luxury tiene volante en cuero (no en poliuretano), tapizado en cuero (no en tela), levantavidrios eléctricos traseros (en vez de manivelas) y una pantalla táctil multimedia.

Más allá de eso, sin grandes lujos ni equipamientos, la Wingle5 tiene una cabina aceptable para transportar a cinco adultos. En las pick-ups de trabajo y flota, no es un dato menor: se usan tanto para llevar carga como personas, por caminos que no siempre están en buen estado.

La posición de manejo es rústica: el volante sólo se regula en altura, la palanca de cambios tiene un accionamiento algo duro (sobre todo cuando la transmisión está fría) y la unión de plásticos a la altura de la visera del instrumental emite algunos chirridos, cuando el camino no es parejo. Más allá de eso, se la siente sólida y bien ensamblada. Es una pick-up rústica, pero pensada para durar. Cuando sos tan, pero tan austero, hay pocas cosas que se puedan romper.

SEGURIDAD

Epa, acá es como si el De Lorean de las pick-ups viniera del futuro. La Great Wall Wingle es, junto a las Foton Tunland y la VW Amarok V6, una de las pocas pick-ups medianas en la Argentina con frenos a disco en las cuatro ruedas.

Tiene frenos ABS con EBD, asistencia al arranque en pendiente, control de estabilidad, cinco cinturones de seguridad inerciales y anclajes Isofix. Donde atrasa, es acá: sólo dos airbags frontales y falta el apoyacabezas del ocupante central del asiento trasero.

La Wingle6 viene con seis airbags y sistema de monitoreo de presión de neumáticos, pero ocurre algo extraño: pierde el cinturón trasero central de tres puntos, a cambio de uno ventral (dos puntos).

No hay resultados de pruebas de choque independientes para las Wingle.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Great Wall Motors (Great Wall y Haval) es una de las pocas automotrices chinas que desarrolla y fabrica motores de diseño propio. Todas las variantes que llegaron a la Argentina de estas pick-ups (Wingle5 y Wingle6) tienen el mismo impulsor GW4D20: 2.0 diesel, con inyección directa por common rail, cuatro válvulas por cilindro y turbocompresor de geometría variable. No tiene intercooler ni distribución variable.

Es un motor homologado para la norma de emisiones Euro 5. Tiene un filtro de partículas y la marca recomienda cargar sólo diesel premium (Grado 3). En caso de necesitar renegeración del filtro, una luz lo advertirá en la pantalla.

Desarrolla 137 caballos de potencia (entre 1.800 y 2.800 rpm) y 305 Nm de torque (exactamente en el mismo régimen de la potencia máxima). La caja es manual, de seis velocidades en todas las versiones. No hay opción de transmisión automática.

Todas las versiones son 4×2, excepto las Wingle6 y Wingle5 Standard, que son 4×4: tienen un sistema de doble tracción desconectable (se usan los botones en la plancha de instrumentos), con reductora (alta y baja).

COMPORTAMIENTO

Es como manejar una Toyota Hilux, pero de antigua generación. La Wingle5 es una pick-up de andar algo duro y saltarín. El esquema de suspensión es bien básico: barra de torsión adelante y eje rígido con elásticos atrás. Pero lo que realmente le va a interesar al que compre esta chata para trabajar es lo siguiente: se siente indestructible. La Great Wall no atraviesa los pozos: los nivela. No supera los lomos de burro: los aplasta. Los trenes de rodaje parecen pensados para caminos peores que los de Argentina (como si eso fuera posible, já).

Todo eso tiene un costo: el confort de marcha no es el mejor. Manejar la Wingle5 transmite la sensación de una pick-up construida para aguantar mucho más que tus huesos.

Más allá de eso -y de la palanca de cambios algo dura en el cambio de marcha- es una pick-up aceptable para el uso diario. No es fácil de maniobrar y no le pidas sensores de estacionamiento ni cámara de retroceso, pero las medidas más contenidas de la carrocería hacen que quepa en muchos más estacionamientos que una Amarok.

En la ruta no hay que pedirle grandes hazañas. No es la pick-up para el típico Lewis Hamilton con Hilux, que cada vez abunda más en nuestros caminos. Acelera de 0 a 100 km/h en 12,3 segundos, alcanza los 170 km/h y consume una media de 9,1 litros cada 100 kilómetros. Es decir, es más lenta que una pick-up mediana promedio moderna, pero también consume menos.

En eso ayuda mucho la caja de seis velocidades. A 120 km/h, se puede viajar tranquilo, con el motor trabajando a 2.500 rpm. Cuando se conduce a alta velocidad, se siente una vez más la rusticidad de la suspensión: no es una chata para andar a fondo ni para hacer maniobras bruscas o deportivas. Es sensible a los vientos laterales y, por encima de los 120 km/h, la dirección tiende a volverse demasiado liviana. Por eso es fundamental -y se agradece- la presencia del control de estabilidad. Aunque el ESP no hace magia. Una vez más: no es para el Fangio de las chatas.

Viajamos hasta la Cuenca del Salado, para visitar al crítico rural de Autoblog, Jacinto Campos. El propio Campos contará su impresión en una nota que publicaremos en los próximos días.

Pero vamos a adelantar algo: para el andar duro de la Wingle5, Don Jacinto nos brindó una receta bien campechana: “¡Ah, pero eso se arregla fácil! Bajás cuatro o cinco libras la presión de los neumáticos, y listo”. Le explicamos que eso afectaría la estabilidad en ruta. Y que produciría un desgaste desparejo de los neumáticos en el asfalto: “Ah, en ruta, sí. En asfalto, claro. ¡Bienvenidos al campo! Si acá andás con la presión que indica el fabricante para asfalto, te quedás encajado en el primer charquito de barro”.

Lo probamos y es cierto: cinco libras menos mejoran mucho el confort de marcha. También la tracción en off-road. Pero, a no olvidarse: en ruta y asfalto hay que circular con la presión indicada por el manual de usuario.

También mejora el andar cuando llevás la caja cargada. Llenamos la Wingle5 con leña y salimos a recorrer el campo, con Don Jacinto. Y no la volvimos a descargar: ¡combustible en quincho y chimenea para pasar el invierno!

Eso sí, la caja de carga se rayó un poquito. Perdón, señores de Grupo Car One. Pero debería venir de serie con protector de caja. La pintura plástica que recubre la caja de la Wingle6 es ideal.

Me quedé con las ganas de meterla en el barro pesado. Sólo había algunos tramitos de camino húmedo. Ahí respondieron muy bien los neumáticos. La sequía que hay en la provincia de Buenos Aires es tremenda, después de las inundaciones de la primera mitad de año.

Tampoco pudimos probar la capacidad de remolque: no hay ninguna pick-up que se venda en la Argentina con gancho de serie. La Wingle5 al menos sí tiene buenos ganchos de rescate: adelante y atrás. Es algo que la best-seller Hilux no ofrece: sólo tiene adelante.

El motor responde de manera aceptable. Cuando lo exigís a fondo, hay un bache de empuje entre las 1.500 y 2.000 rpm. Hay que tratar de mantenerlo entre 2.000 y 3.500 rpm, para encontrar el mejor rendimiento.

La Wingle5 es el mejor ejemplo de que no necesitás 200 caballos de potencia para trabajar. Los 305 Nm de torque son más que suficientes. En especial, cuando contás con caja reductora, para sacarle todo el provecho a cada Newton. La doble tracción se conecta por medio de un botón, pero es de los sistemas antiguos: tenés que frenar el vehículo a cero y poner punto muerto (o pisar el embrague) para que conecte o desconecte. Las pick-ups más modernas permiten hacer el cambio en movimiento, hasta 70 km/h. Ni hablar de la reductora: sólo la híper-moderna Mercedes-Benz Clase X350d V6 permite la conexión y desconexión de baja en movimiento.

Junto con el motor, la tracción y la caja de seis velocidades, lo que más me gustó fueron los frenos a disco en las cuatro ruedas: son incansables. Y resultan una buena lección para esas pick-ups carísimas, que siguen ofreciendo tambores traseros.

CONCLUSIÓN

La Wingle5 es una excelente pick-up de trabajo. Tiene una mecánica pensada para abusar y un chasis diseñado para resistir más que tus huesos. No es confortable. No es veloz. Y tampoco tiene el equipamiento de una nave espacial. Pero tiene buenos consumos y dimensiones más contenidas, para quienes no estén buscando el Gran Chatón. No es una pick-up delicada, que tengas que andar cuidando. La Great Wall pide ser maltratada.

Las competidoras directas de esta Wingle5 Doble Cabina 4×4 Standard (26.500 dólares) son las versiones más accesibles –con doble cabina y doble tracción- de todas las pick-ups medianas del mercado: Chevrolet S10 LS 4×4 (200 cv, 841 mil pesos), Ford Ranger XL 4×4 (150 cv, 847 mil pesos), Foton Tunland Standard 4×4 (170 cv, 33.600 dólares), Nissan Frontier XE 4×4 (190 cv, 868 mil pesos), Toyota Hilux DX 4×4 (150 cv, 838 mil pesos) y VW Amarok 2.0 Trendline 4×4 (140 cv, 888 mil pesos).

Como toda marca nueva, Great Wall –que se venderá en los concesionarios identificados con la marca Haval– tiene un camino largo para recorrer en la Argentina: necesitará años de trabajo para ganar la confianza de los clientes y demostrar su capacidad en el servicio de postventa. Es el mismo proceso que está atravesando la Foton Tunland china, que vende a un ritmo de 10 unidades mensuales.

Pero ese no es el único desafío que enfrenta la Wingle5. También hay otro más difícil de dominar. Me refiero a la coyuntura argentina.

El 13 de abril, el Grupo Car One anunció que las pick-ups Great Wall llegaban a la Argentina. Ese día el dólar estaba a 20 pesos. El lanzamiento oficial se hizo el 4 de mayo, con el dólar a 22 pesos. Y al momento de publicar esta nota, la moneda estadounidense ronda los 30 pesos.

Al ser importada de China y pagar el 35% de arancel aduanero, el posicionamiento de la Great Wall queda muy condicionado. La brutal devaluación de los últimos meses la sacó del mercado, cuando todavía no había ingresado. Por eso, su rival más temible en la Argentina no es la Hilux ni ninguna otra pick-up. Es el dólar.

Carlos Cristófalo
Producción fotográfica: Jacinto Campos y Trotsky

***

Great Wall Wingl5: una de las pick-ups chinas más vendidas del mundo, ya está en la Argentina.

Probamos una semana la versión Wingle5 Standard 4×4, de 26.500 dólares.

Una pick-up de trabajo, sin gran lujo ni diseño.

Eso se aprecia de manera especial en el interior, rústico y despojado.

La versión Standard viene con tapizados en tela. La Luxury, con cuero.

Falta el apoyacabezas central trasero. La Luxury tiene levantavidrios eléctricos traseros.

El De Lorean de las pick-ups. Lo dice su estéreo con CD y los botones de para la doble tracción.

Aire acondicionado como los de “antes”. Muy buena: caja de seis velocidades.

El tablero necesita una computadora de abordo más completa.

Básica y pensada para durar. Y con ESP de serie, algo que no ofrece la Toyota Hilux STD.

Great Wall desarrolla sus propios motores. Todas las Wingle llegan a la Argentina con este 2.0 turbodiesel de 137 cv.

Buen chapón cubrecárter, neumáticos con dibujo para off-road y gancho de rescate delantero.

Gancho de rescate trasero. Rueda de auxilio del mismo tamaño y llanta.

Lost in translation. 

La caja de carga es un poco más chica que en las pick-ups medianas modernas. Pero carga una tonelada.

El revestimiento interno para proteger la caja sólo viene de serie en la Wingle6.

Una pick-up china en el campo argentino. En breve, la opinión de Jacinto Campos, crítico rural de Autoblog.

***

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Great Wall Wingle5 Standard 4×4
Origen: China
Precio: 26.500 dólares (versiones desde 22.500 dólares)
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros
Comercializa: Haval Argentina (www.haval.com.ar)

MOTOR
Tipo: diesel, delantero longitudinal, cuatro cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, inyección directa por common-rail, turbo de geometría variable.
Cilindrada: 1.996 cc
Potencia: 137 cv a 2.500 rpm
Torque: 305 Nm entre 1.800 y 2.800 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción a las cuatro ruedas, con desconexión de 4×4 y reductora.
Caja: manual, de seis velocidades.

CHASIS
Suspensión delantera: barra de torsión con amortiguadores hidráulicos.
Suspensión trasera: eje rígido, con paquete de elásticos y amortiguadores hidráulicos.
Frenos delanteros: discos ventilados.
Frenos traseros: discos macizos.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Neumáticos: Giti Savero H/T Plus 235/70R16 (rueda de auxilio del mismo tamaño)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 170 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 12,3 segundos
Consumo urbano: 11,2 l/100km
Consumo extraurbano: 7,0 l/100 km
Consumo medio: 9,1 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 5.040 mm / 1.800 mm / 1.730 mm
Distancia entre ejes: 3.050 mm
Peso en orden de marcha: 1.900 kg
Capacidad de carga: 975 kilos
Capacidad de combustible: 70 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal
Frenos ABS
Repartidor electrónico de frenada
Asistencia al frenado de emergencia
Cinco cinturones de tres puntos inerciales
Cuatro apoyacabezas
Anclajes Isofix
Bloqueo de puertas traseras para niños
Barras de protección laterales en las cuatro puertas
Control de estabilidad (ESP)
Asistencia al arranque en pendiente
Cierre centralizado con comando a distancia
Alarma con inmovilizador de motor
Columna de dirección ajustable en altura
Espejos retrovisores eléctricos
Faros antiniebla delanteros y traseros
Tercera luz de freno
Tapizado en tela
Volante en plástico poliuretano con comandos del audio
Equipo de audio con radio, USB y CD
Levantavidrios eléctricos delanteros
Faros regulables eléctricamente en altura
Aire acondicionado manual
Llantas de aleación de 16 pulgadas

Crítica: Subaru All-New XV

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Desde Nagano (Japón) – La Subaru XV nació en el año 2010, como un juego: la idea fue llevar al Segmento C (compacto) el exitoso concepto de la Subaru Outback. Es decir: tomar a un modelo ya existente de la gama (como la Legacy Touring Wagon) para convertirlo en un vehículo familiar con prestaciones off-road. La Outback fue un éxito imitado por varias marcas: Audi Allroad, Mercedes-Benz All-Terrain, VW Alltrack y Volvo XC70. Entonces, ¿por qué no repetir la fórmula sobre la base del Impreza?

Ese fue el punto de partida lógico para la primera generación de la XV. En su primera generación se llamó Impreza XV y se lanzó en la Argentina en julio de 2010. La segunda generación ya adoptó una identidad propia. Se llamó New XV y llegó a nuestro mercado en abril de 2013 (leer crítica). El éxito mundial fue rotundo. Y ahora acaba de presentarse la tercera generación: la All-New XV ya está a la venta en la Argentina (ver equipamiento y precios).

Autoblog viajó al centro invernal de Nagano, en Japón, para ser el primer medio argentino en manejarla.

POR FUERA

Cambió la plataforma. La All-New XV utiliza la nueva Subaru Global Platform, que estrenaron los recién lanzados Impreza (ver equipamiento y precios). Es la misma base estructural que también usa la nueva generación de la Forester.

Hay que poner una XV al lado de la otra para notar las diferencias de diseño entre la primera y segunda generación. Sólo así se pueden apreciar las variaciones que existen en todos los paneles de la carrocería.

“¿Por qué mantuvieron un diseño tan parecido?”, le pregunté a un ingeniero de Subaru en Nagano. “Ah, es una tradición de la marca. En Subaru tenemos clientes muy fieles. Sabemos que no están detrás de la última moda. Hacer evoluciones paulatinas en nuestros diseños es una manera de respetar a los clientes que tendrán un tiempo más el modelo anterior. Si el diseño del primer XV les gustó, tenemos que respetar esa elección y realizar pequeñas evoluciones, no una gran revolución”.

Por eso me gusta entrevistar ingenieros: suelen ser más sinceros y claros que los egresados de Marketing.

Por concepción de producto, el rival más directo de la All-New XV en la Argentina serán las Mercedes-Benz Clase GLA (entre 156 y 211 cv, entre 53 mil y 68 mil dólares) y Volvo V40 Cross Country (190 cv, 57.900 dólares). Pero también se pueden considerar otras muchas SUVs del Segmento C. Con un precio desde 1.1 millones de pesos, la All-New XV japonesa cuesta por ejemplo lo mismo que una Toyota SW4 argentina.

El diseño de la All-New XV es muy parecido al de la segunda generación. Sin embargo, las dimensiones variaron bastante: mide 4.46 metros de largo (10 milímetros más que la anterior XV), 1.80 de ancho (+50 mm) y 1.65 de altura (+45 mm). También aumentó la distancia entre ejes: pasó de 2.644 a 2.670 milímetros. El despeje del suelo es muy bueno: 220 milímetros. Es más que el promedio de las SUVs de este segmento.

La All-New XV llega a la Argentina con tres niveles de equipamiento: XV (con neumáticos 225/60 R17), XV Dynamic (con 225/55 R18 y luces delanteras de leds) y Limited (con las mismas ruedas y faros, más el agregado de techo corredizo).

POR DENTRO

Acá los cambios son todavía más notorios. Los Subaru siempre tuvieron fama de ser muy confiables y duraderos, pero también austeros y despojados en cuanto a equipamiento. La All-New XV se sale un poco de esa tendencia, con una cabina más cuidada, revestimientos blandos en puertas y plancha de instrumentos, tapizados con costuras dobles y en color de la carrocería.

La versión Limited viene a la Argentina con tapizado en cuero y asientos delanteros con ajustes eléctricos. Las Dynamic y Limited también tienen una nueva pantalla táctil multimedia, de ocho pulgadas. La XV de entrada a gama tiene pantalla de 6”. Pero las tres versiones cuentan con cámara de retroceso, Apple Car Play y Android Auto.

La postura de manejo ahora es más deportiva. La butaca es de nuevo diseño y ofrece un mejor agarre lateral. Se combina con un lindo volante multimedia, en cuero (con costuras color carrocería) y pedalera deportiva en aluminio. Sobre todo en la versión Limited, en el interior se respira un ambiente más cercano a un WRX que a un Impreza convencional.

La información para el conductor es abundante y hay que acostumbrarse. Además de la pantalla multimedia y el tablero completísimo, hay un instrumental extra sobre la consola central: tiene información sobre el desempeño off-road del vehículo (con ángulos de inclinación y compás de navegación) y un gráfico que muestra en tiempo real cómo se reparte el torque en cada una de las cuatro ruedas.

En las plazas traseras aumentó el espacio, aunque no mucho. Sigue siendo un auto donde viajarán cómodos cuatro adultos o dos adultos y tres niños. El que sí creció es el baúl: pasó de 340 a 385 litros de capacidad.

SEGURIDAD

Uno de los objetivos de la nueva plataforma global de Subaru fue mejorar la resistencia estructural de los vehículos. Y el efecto se aprecia en los resultados de las últimas pruebas de choque: la capacidad de absorción de energía de la estructura aumentó hasta en un 40%. Y lo más interesante: se logró sin aumentar el peso del vehículo.

La All-New XV viene de serie en la Argentina con: siete airbags (incluye bolsa de aire para las rodillas del conductor), anclajes Isofix, frenos ABS con EBD, control de estabilidad, asistencia al arranque en pendiente, control de descenso y la tracción permanente en las cuatro ruedas de serie.

La versión Limited se diferencia de las otras dos apenas por los faros delanteros con luces altas adaptativas (activa las bajas cuando detecta que viene un auto de frente, para no encandilar al vecino de ruta).

En otros mercados ya se ofrece la tecnología Eye Sight, que llegará a la Argentina antes de fin de año: se trata de un dispositivo que cuenta con varias cámaras de monitoreo, para anticiparse a lo que ocurre delante del vehículo. El EyeSight consta de varios sistemas combinados: control de crucero adaptativo, frenado autónomo de emergencia (con detección de objetos, vehículos y peatones) y advertencia de cambio de carril.

Subaru ya realizó su primera demostración del Eye Sight en la Argentina, en junio pasado. Fue durante el evento #StopTheCrash, en el Autódromo porteño (ver nota).

La All-New XV ya fue sometida a las pruebas de choque de EuroNCAP. Obtuvo una calificación máxima de: cinco estrellas, con 94% de protección para adultos, 89% para niños y 84% para peatones.

MOTOR y TRANSMISIÓN

La All-New XV estrena una evolución del conocido 2.0 Bóxer (cuatro cilindros opuestos). El 80% de las piezas del motor son nuevas y más livianas. El conjunto mecánico se aligeró en 12 kilos. Tiene inyección directa y distribución variable. Entrega 156 caballos de potencia (antes 150) y 200 Nm de torque (no varió).

Es uno de los pocos motores de este segmento que no tiene turbocompresor. Subaru sigue reservando esta tecnología sólo para sus modelos más deportivos.

La caja automática CVT también fue mejorada. Es la nueva generación de la Lineartronic, que redujo su peso en 7,8 kilos y tiene siete marchas preprogramadas. Subaru es una de las marcas que mejor sabe usar las cajas de variador continuo, para que “dialoguen” de mejor manera con el motor. También se trabajó en la aislación, para que al habitáculo lleguen menos vibraciones y ruidos molestos: sólo se aprecia el simpático sonido del motor Bóxer.

El sistema de tracción permanente en las cuatro ruedas sigue siendo el clásico Symmetrical AWD de Subaru. En esta generación de la XV, agregó el X-Mode, que hasta ahora sólo estaba disponible en las Forester y Outback: es un software que permite seleccionar diferentes modos de manejo, alterando la respuesta del acelerador, la dirección, el cambio de marcha y el reparto de torque en cada eje.

En la All-New XV debuta el Active Torque Vectoring, que brinda un mayor control del vehículo en curva: el sistema envía mayor torque a las ruedas externas (y activa el freno de las ruedas internas) para aumentar la adherencia y la velocidad de paso por curva.

COMPORTAMIENTO

La prueba de manejo se realizó en el centro de esquí de Nagano, a 300 kilómetros de Tokyo. Allí, la gente de Subaru preparó un recorrido bien variado: asfalto, ripio, nieve y barro. Ni siquiera faltaron algunas sorpresitas, como capas de hielo sobre el camino.

A decenas de miles de kilómetros de distancia, el paisaje me recordó a ciertos rincones de la Patagonia argentina: territorio favorito de los Subaristas más devotos de nuestro país.

Esa combinación de condiciones y terrenos es para lo cual la All-New XV y su hermana mayor, la Outback (leer crítica), fueron diseñadas. Son vehículos que se pueden disfrutar todos los días, pero que brillan de manera especial cuando se complica la adherencia.

La unidad de pruebas tenía volante a la derecha. Siempre tardo un poco en acostumbrarme al cambio. La típica 1: cuando querés doblar una esquina, accioná el limpiaparabrisas en lugar de la luz de giro. La típica 2: se te llena la humanidad de preguntas cuando tenés que girar en una rotonda.

En la zona de asfalto, la All-New XV se comporta como un confortable hatchback, con un poco más de despeje del suelo. Con respecto a la generación anterior, se nota un menor rolido de la carrocería. Es algo que se aprecia cuando se toman las curvas con un poco más de entusiasmo de lo habitual. Subaru asegura que eso se logró bajando el centro de gravedad del vehículo y con un trabajo más fino en las suspensiones, para lograr un equilibrio entre confort de marcha y comportamiento dinámico.

Se nota que se hizo una revisión importante en la dirección, la suspensión y la insonorización. El resultado es un auto que transmite una sensación de manejo más refinado, confortable y aislado de las imperfecciones del camino.

Por suerte, eso también se conserva cuando se acaba el asfalto. En el ripio, la All-New XV saca a relucir las virtudes clásicas de todo Subaru: robustez y confort de marcha, incluso cuando lo exigís con el acelerador.

La caja CVT es de las mejores que probé. Está derivada de la Lineartronic que tiene la Outback y también el deportivo WRX. No hay sensación de pateamiento y la respuesta ante el cambio de marcha es inmediato (tiene levas al volante). Muchos fabricantes eligen las CVT porque son más baratas de producir. Subaru es el primero que demuestra que también se pueden entender muy bien con el motor en el manejo deportivo.

El chasis y la transmisión son de primer nivel. Por eso, el motor parece quedar algo corto. Me dio la impresión de ser un conjunto pensado para asimilar sin problemas más de 200 caballos. Por eso, con los 156 cv, las prestaciones no son todo lo brillantes que podría esperarse de un producto de este precio y segmento. Acelera de 0 a 100 km/h en 10,5 segundos y alcanza los 195 km/h. El consumo medio durante la prueba fue bastante bueno: 8 litros cada 100 kilómetros.

Y entonces llega el barro. No hay necesidad de levantar el pie del pedal derecho. El auto se mantiene firme y estable en el camino, incluso cuando desconectás el control de estabilidad. La capacidad de adaptación del sistema de tracción integral es brillante. Sólo unos leves patinazos de los neumáticos te permiten descubrir qué rueda tiene más torque en cada momento. Pero siempre con la mayor seguridad y control.

Y entonces llega la nieve. Y el hielo. Acá hay que tomarse las cosas con calma. Ningún sistema 4×4 puede vencer las leyes de la física. Así y todo, avanza. El patinamiento de las ruedas aumenta, pero el buen despeje ayuda a no quedar trabado en los huellones de nieve y barro. El camino me lleva hasta el interior de una pista de nieve.

Subaru montó un circuito de pruebas donde normalmente sólo transitan esquiadores y vehículos con orugas. La All-New XV trepa laderas con algunas placas de hielo, supera baches con bastante agua y avanza lanzando nieve hacia los cuatro costados.

El parabrisas se salpica con el propio chapoteo de mi manejo. Tengo que prender el limpiaparabrisas. No, torpe: esa es la luz de giro. Intento corregirlo, mientras mantengo al auto en la huella de nieve. Otro manotazo improvisado: se me escapa un bocinazo. El pitido resuena en las laderas de todo el centro invernal. Unos pájaros se asustan. Despegan en racimo, de las copas de los árboles.

Cuando vuelvo a la base, un ingeniero de Subaru me hace la mímica de que me escuchó tocando bocina en la montaña. Se cree que lo hice de contento, nomás: “You really enjoyed the car, isn’t it?”. No voy admitir mis torpezas: “Y, la verdad que sí, macho…”

CONCLUSIÓN

La All-New XV es hija directa de la excelente Outback (leer crítica). Y, cada vez que pruebo uno de estos productos de Subaru, me hago la misma pregunta: ¿quién necesita una SUV, cuando una rural o un hatchback, con buena tracción integral y un generoso despeje del suelo, pueden cumplir con la misma misión?

O incluso más, porque la capacidad del baúl muchas veces resulta superior. Además, el comportamiento dinámico es más divertido. Y, aún así, seguís teniendo un auto donde manejás sentado un poco por encima del promedio del tránsito, con capacidad para circular por los mismos caminos que una SUV.

Son vehículos ideales para un país como la Argentina, donde los caminos nunca son perfectos y donde los mejores paisajes suelen estar a cientos de kilómetros del final del asfalto. Las únicas trabas para que las XV y Outback se difundan más en nuestro mercado son sólo dos: la All-New XV no es barata (arranca en 1.1 millones de pesos) y la presencia de la marca está limitada sólo a unos pocos concesionarios en las provincias de Buenos Aires, Mendoza y Tierra del Fuego. Los servicios de postventa incluyen también a Neuquén, Río Negro, Córdoba, Entre Ríos y Santa Fe. El nuevo importador Inchcape prometió abrir más puntos de venta y postventa en breve.

Con respecto a la anterior generación, la All-New XV mejoró en diseño, en calidad interior, en equipamiento y hasta en sensaciones al volante. Pero mantiene intactas las virtudes de robustez y capacidad off-road. Un auto para salirte del camino con confianza. Y perderte en el bosque, como un lobo solitario. Un lobo que, además, podría devorarse a un buen rebaño de mansitas SUVs. Imaginate: se espantarían en bandada, con un simple bocinazo.

Carlos Cristófalo

***

Autoblog, primer medio de la Argentina en manejar la Subaru All-New XV.

No fue cerca. Hubo que viajar casi 40 horas hasta Nagano, en Japón (pero peor es trabajar).

A la izquierda, la All-New XV 2018 (tercera generación). Derecha, la New XV 2013 de segunda generación (leer crítica)

Creció en todas las dimensiones y estrena plataforma, pero la filosofía XV sigue intacta.

El motor Bóxer 2.0 estrena componentes más ligeros y aumentó un poco la potencia.

La nueva caja Lineartronic CVT, derivada de la que tienen los Outback y WRX.

Que el volante a la derecha no te distraiga: diseño interior ,completamente renovado.

Butacas más deportivas y detalles de costuras en naranja.

Atrás hay tres plazas, pero sigue sin abundar el espacio. Para eso, una Outback.

Curvas, colores y hasta diferentes materiales y texturas. Un japonés menos sobrio de lo habitual.

La calidad de terminación siempre fue buena. Pero ahora es más agradable a la vista.

Entre el tablero, la pantalla multimedia y el display superior hay muchísima información para el conductor.

En Argentina, Apple Car Play, Android Auto y cámara de retroceso de serie.

El baúl aumentó su capacidad. El respaldo trasero se rebate 60/40.

En Japón no tiene rueda de auxilio. En la Argentina tiene un auxilio del mismo tamaño que las cuatro ruedas titulares. Sí, se puede.

El motor es eficiente y tiene un sonido Bóxer encantador.

Por chasis y transmisión, es un conjunto pensado para soportar mucha más potencia y torque.

Igual, alcanzó para jugar al rally en los bosques de Nagano, cerrados al tránsito.

Pero basta de asfalto.

Una parada para dejar las valijas en el hotel. Última foto con la carrocería limpita.

Y todos a jugar en el barro.

Mucho barro. Y también un poco de nieve.

Este es el terreno donde cualquier Subaru se siente como en casa.

Son autos diseñados para ser maltratados.

El sistema de doble tracción Symmetrical AWD debería ser considerado un ítem de seguridad (y diversión) obligatorio en todo el mundo.

Tan genial que sólo le pedimos dos cosas: más potencia. 

Y late check-out.

***

VIDEO: Subaru All-New XV en Nagano

Crítica: Chevrolet Spin Activ7

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Desde Foz do Iguaçu (Brasil) – General Motors de Argentina y Brasil presentaron en un evento en conjunto frente a las Cataratas del Iguazú la nueva Chevrolet Spin 2019, el restyling de la minivan-monovolumen para el Segmento B (chico, ver equipamiento y precios). La develación se llevó a cabo en un parque dentro del complejo Wish en Foz, con casi 500 invitados, entre directivos, concesionarios y periodistas.

POR FUERA

Como bien se encargó de aclarar Bernardo García, gerente de Comunicación de GM Argentina, la nueva Spin “es un restyling, un rediseño, no una nueva generación del modelo”. Por eso es que los principales (y únicos) cambios son estéticos.

Arrancamos por la trompa, donde los faros se estilizaron y se “achataron”. La parrilla central perdió bastante de esa “boca de pez” que tenía antes. En la parte baja, también todo ganó en ángulos y estilo, dejando un conjunto mucho más agradable que en el modelo anterior.

La vista lateral sigue en deuda. Casi no cambió, aunque la versión Activ sumó una barra lateral negra y ya no tiene más el sticker de decoración sobre el zócalo. Las llantas también son de nuevo diseño y sumó neumáticos ATR (de uso mixto, no “A Todo Ritmo”) en las versiones Activ.

El portón trasero fue totalmente rediseñado y perdió ese nervio central que tenía. Ahora es más armonioso. Las versiones Activ ya no tienen la rueda de auxilio colgando afuera y pasó a estar debajo del piso del baúl. Eso sí: es una rueda de uso temporario, más chiquita que las cuatro titulares.

El conjunto en general ganó mucho con respecto al modelo anterior, pero sigue teniendo varias deudas para llegar a ser atractivo. La Spin 2019 convencional parece más armoniosa que la Spin Activ 2019.

POR DENTRO

Adentro también hay novedades y reconfiguraciones. La gente de General Motors se encargó de remarca que se trabajó mucho en la habitabilidad y la modularidad. Hay que reconocer que se nota.

Empecemos hablando de la Activ7, modelo que manejamos durante casi 120 kilómetros con cuatro adultos a bordo. La posición de manejo es buena y cómoda. Se encuentra enseguida un punto cómodo para poner primera y arrancar. Personalmente, me hubiese gustado que el volante se pudiese subir un poco más o el asiento bajar un par de centímetros, pero nada grave.

En el puesto del acompañante, las piernas ahora van más que cómodas y la butaca es confortable. En las plazas traseras sorprende el gran espacio que queda entre las rodillas y el respaldo del asiento delantero. Incluso con la butaca del conductor en su posición más lejana del volante, sigue sobrando espacio atrás.

La gran novedad en las versiones con tres filas de asientos es que la segunda fila ahora se pude desplazar de manera longitudinal hasta una distancia de 11 centímetros. Así, se puede elegir entre ganar más espacio para las piernas o ampliar la capacidad del baúl. Además, la sensación de amplitud es aún mayor porque el respaldo de las butacas delanteras ahora es más delgado, “sin perder confort ni seguridad”, según aclaró la marca.

La tercera fila de asientos sigue siendo para niños pequeños, pero es algo que siempre suma en familias numerosas. Con esa fila en uso, el espacio del baúl alcanza para un par de bolsos, pero es más que suficiente para madres o padres que hacen el pool escolar, por ejemplo. Si plegamos la tercera fila de asientos, la capacidad pasa a ser de más de 750 litros. En este párrafo se resume la gran virtud de la Spin: espacio y versatilidad.

SEGURIDAD

La novedad es la incorporación de anclajes Isofix para sillas infantiles. Se encuentran en la segunda fila de asientos. También se agregó el cinturón de seguridad de tres puntos y el apoyacabezas para el pasajero central de la segunda fila. Son cosas que la Spin original no tenía.

Sigue sin ofrecer control de estabilidad (ESP). Autoblog preguntó por qué. Y el motivo para este faltante de seguridad vital fue explicado por GM Argentina en esta declaración oficial (ver nota).

MOTOR y TRANSMISIÓN

Acá no hay novedades. Sigue con el conocido motor 1.8 8v de 105 cv y 161 Nm. Se combina con caja manual de cinco velocidades y automática de seis marchas. La tracción es delantera.

Una mala noticia: en Brasil, la Spin 2019 estrenó una nueva caja manual de seis velocidades. Por ahora, no se ofrecerá en la Argentina.

COMPORTAMIENTO

Fiel al espíritu de Autoblog, al momento del test drive corrimos a sentarnos en el primer turno de manejo. Manejamos una versión Activ7 Automática. Es la variante tope de gama, con un precio de 625.900 pesos.

Nos tocó un tramo con un poco de ruta, con bastante tráfico y un trecho largo de ciudad para terminar en la represa de Itaipú. Primera impresión: el grip del volante mejoró mucho. Es muy agradable y tiene costuras a la vista. Me gustó.

La caja automática de seis velocidades conserva la opción de manejo semiautomático, donde los cambios se pasan mediante un botón ubicado en el costado de la palanca. Confieso que lo usé menos de 100 metros y volví a “D”. El botón es incómodo. La reacción de la caja es lenta. Y resulta poco práctico. Es una opción que, en vez de sumar, resta.

El motor sigue siendo el 1.8 de 105 cv y 161 Nm de torque. Con cuatro adultos arriba, no tuvo chance de demostrar nada. Ni potencia, ni elasticidad, ni bajo consumo. Salimos con el tanque lleno y completamos el recorrido de 120 kilómetros consumiendo casi medio depósito de combustible.

No es una medición digna de una crítica más completa de Autoblog, pero la primera impresión es que necesita “comer”. Y mucho. Así se comprende por qué la Spin suele ser candidata directa a la instalación de equipos de GNC. Estas adaptaciones no cuentan con la garantía del fabricante y, por lo tanto, no son recomendadas por Autoblog.

Es una lástima que se haya dejado de ofrecer la versión de la Spin favorita Autoblog: la turbodiesel (leer crítica). Pero GM confirmó que no volverá a comercializarse.

¿Y una Spin con el excelente 1.4 turbo del Cruze? Soñemos, quizás algún día GM decida actualizar la mecánica de la Spin.

Nos llamó la atención a los cuatro que estuvimos al volante el tacto del pedal de freno. Esponjoso y con la sensación de que no terminaba de frenar nunca. En el tránsito urbano y con lomos de burro cada tanto, se convierte en algo molesto: pisar un freno que no sabemos cuánto lo estamos presionando.

El andar en ruta es bueno, cómodo, fácil de llevar y sin inconvenientes frente a encuentros con camiones o vientos laterales. La conectividad es un punto fuerte en los Chevrolet. que con el sistema MyLink y On Star cuentan con uno de los mejores combos del mercado.

Hicimos todo el recorrido guiados por el GPS de un celular Android conectado a la Spin Activ7, sin ningún inconveniente y con los comandos en la pantalla touch de nuestro vehículo.

Entre las novedades de equipamiento se destacan la cámara trasera de serie en las versiones LTZ y Activ7, y los sensores de lluvia en los limpiaparabrisas, aunque no tuvimos que usarlos con los casi 30 grados y sol que nos tocaron.

CONCLUSIÓN

Para tratarse de un restyling, se mejoraron muchos aspectos estéticos y soluciones en el interior que le dan un plus a la Spin 2019. La sensación es que se quedaron cortos en la parte mecánica, sobre todo a la hora de configurar el modelo para la Argentina. No se explicó por qué en Brasil se ofrece una nueva caja manual de seis velocidades, cuando los argentinos deben conformarse con una MT5.

Más allá de eso, la Spin sigue siendo un vehículo accesible para familias numerosas, que ahora ofrece un poquito más de diseño y un poquito más de equipamiento. Es lamentable que siga sin ofrecer control de estabilidad, en ninguna de sus versiones. Autoblog no recomienda la compra de autos sin ESP.

Texto y fotos: Orly Cristófalo

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La nueva Chevrolet Spin 2019 ya se vende en la Argentina (ver equipamiento y precios).

Autoblog manejó en Brasil la versión tope de gama: Spin Activ7 Automática.

La versión convencional (no-Activ) es la que mejor recibió los cambios estéticos.

La Activ y la convencional ahora tienen el mismo portón trasero: sin auxilio colgando por fuera.

Autoblog al volante. El crítico O.C. elogió la posición de manejo. Pero no el conjunto mecánico.

Volante y butacas de nuevo diseño.

Adiós al tablero símil-moto. El display digital tiene información más completa.

Nuevo sistema multimedia MyLink2, con Apple Car Play y Android Auto.

La gran novedad: segunda fila de asiento con desplazamiento longitudinal, hasta 11 cenímetros.

Cero novedad: el motor 1.8 8v sigue siendo el mismo de siempre. En Brasil estrenó caja manual de seis marchas. En Argentina, no.

La gran virtud de la Spin: interior modulable, con capacidad de hasta siete pasajeros.

Autoblog preguntó: “¿Por qué la Spin 2019 sigue sin ESP?” GM Argentina respondió esto.

Crítica: Maserati Levante S Q4

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Texto de Carlos Cristófalo
Fotos de Rafael Delceggio 
Nota publicada originalmente en Revista Miura 

“¿Cómo anda la Maserati?” Tengo diez años y acabo de volver a casa en mi nueva bicicleta. Es una Aurora con manubrio de carrera y neumáticos finitos. Es roja y todos los domingos le paso un trapito, para pedalear el lunes bien temprano hasta la escuela. Es mi macchina veloce.

Hasta ese entonces, nunca había escuchado la palabra Maserati.

A los diez años ya me gustan los autos, pero conozco pocas marcas. En casa siempre hubo Peugeot, Ford y Fiat. También aprendí algo sobre los Porsche, Lamborghini, Ferrari y Mercedes-Benz, por las cartas de Tope y Quartet.

Es 1983 y, en mi acotado mundo infantil, nadie habla de Maserati.

“¿Cómo anda la Maserati?”, me pregunta mi mamá cada vez que vuelvo de la escuela, en esa bici roja. Así, pasé muchos años pensando que Maserati era una marca de bicicletas. O una forma simpática y bien tana de llamar a un juguete infantil.

Hasta que crecí y comencé a atar cabos. Los autos me gustaron desde chico, porque mis padres –Doña Martha y Don Poroto– siempre fueron fierreros. Aunque no siempre se ponían de acuerdo. Poroto era fanático de los Gálvez, hincha de Ford. Martha siempre fue admiradora de Fangio y de cualquier cosa que manejara el Chueco: Chevrolet, Alfa Romeo, Mercedes-Benz, Ferrari y, por supuesto, Maserati.

***

Lo que son las cosas. A los diez años pensaba que podía existir una bicicleta Maserati. Pero en más de cuatro décadas no se me ocurrió que podía haber una camioneta, un todo terreno o una SUV de Maserati. Esa es la definición correcta de la Levante, el primer vehículo utilitario deportivo del Tridente.

La SUV que ves acá se lanzó el año pasado en la Argentina. Pero tiene casi una década y media de desarrollo.

En los años ’80, Maserati no aparecía ni en las Tope y Quartet porque la marca estaba casi fundida. La cosa fue así.

Los hermanos Maserati (Alfieri, Bindo, Carlo, Ettore y Ernesto) fundaron Maserati en 1914 y se la vendieron a Adolfo Orsi en 1937. En 1968, la firma fue adquirida por Citroën. Cuando los franceses entraron en bancarrota, el Tridente quedó bajo el control de los sindicatos y el estado de Módena. Después fue comprada por el argentino Alejandro De Tomaso, que la sumergió en la profunda crisis de los ‘80.

Recién en los ’90 comenzó un lento renacer, bajo el control de Fiat y con la ayuda de Ferrari.

Dentro del actual Grupo FCA (Fiat-Chrysler), Maserati tiene el rol de ser una marca de lujo: exclusiva, aunque sin llegar al elitismo de Ferrari. Tiene la misión de competir contra Porsche, aunque también debe enfrentar a los modelos más potentes y caros de Audi, BMW, Jaguar-Land Rover y Mercedes-Benz.

Por ese motivo, que tal vez a mi madre le cueste comprender, hoy Maserati fabrica una chata. El término es una broma, desde ya: la Levante es un lujoso vehículo con V6 biturbo y tracción integral.

***

Para llegar hasta la actual Levante, Maserati pasó una década y media realizando muchas pruebas y desarrollos. Algunos de ellos, vaya uno a saber por qué, se mostraron en público. En enero de 2011 se presentó la Kubang Concept en el Salón de Detroit. Era un prototipo que ya anticipaba la forma agresiva de su parrilla, pero al cual le faltaba todavía un golpecito de horno. Digamos que unos cinco años más de diseño, ensayos y desarrollo, hasta llegar a la Levante definitiva.

Su diseño es espectacular. Como toda SUV de lujo, tiene dimensiones descomunales y polémicas. Mide cinco metros de largo y dos de ancho, como una pick-up. Pero su altura está contenida por debajo del metro setenta. Son las proporciones de la Porsche Cayenne, aunque con mucho más estilo, diseño y originalidad.

En su diseño exterior participó el argentino Pablo D’Agostino. Trabaja para Maserati desde 2014, después de una larga trayectoria en Fiat. “Fue un gran desafío para el team de diseño interpretar el Stile Maserati, en un segmento y tipología inéditos para la marca”, me contó Pablo, en una entrevista para esta nota.

“El enfoque estilístico tenía como objetivo mantener el carácter distintivo de la marca, con un estilo único, combinando las necesidades y características de un SUV con el patrimonio deportivo de Maserati. El dinamismo, la pureza y la armonía formal fueron las líneas guías del Proyecto Levante”, agregó.

“¿Cuáles son tus rasgos favoritos de la Levante?”, le pregunté. “Es difícil, porque me gusta todo el auto. Pero si tengo que elegir un rasgo favorito, diría que es el frontal. La mirada desafiante y agresiva, creada por una única línea que conecta los faros con la parrilla, le da mucho carácter, sin perder elegancia. También me gusta el volumen tipo coupé, elevado. Le da un carácter deportivo, que lo diferencia en el segmento”.

Y por último lo desafié: “En materia de diseño, ¿qué encontrará el cliente de una Levante, que no verá en una Porsche Cayenne?”. Me respondió: “El encanto y la exclusividad de la marca. La deportividad, el stile italiano. La calidad de los materiales. Y la atención al detalle. Son todas cualidades que distinguen a Maserati. Se ven muy bien reflejadas en el diseño de la Levante”.

***

En 2017, su primer año en la Argentina, la Levante patentó ocho unidades. Es poco, teniendo en cuenta las 35 Cayenne que se matricularon en el mismo período. Pero es muchísimo, en comparación con las casi-cero Maserati que se vendieron durante la última década en nuestro mercado. El importador sigue siendo el mismo, el Gruppo Modena, pero ahora con la decisión de ser una alternativa real y concreta en el segmento de lujo local.

Una de esas ocho Levante que se patentaron el año pasado es la S Q4 que probamos para MiuraMag. Tiene un motor V6 3.0 biturbo con 430 caballos de potencia y 680 Nm de torque. Caja automática ZF, de ocho velocidades. Y tracción integral, de acople automático. Cuesta 195 mil dólares.

Hay una versión más accesible, con 350 burros y 165 mil dólares. Y también una variante Trofeo con 600 caballos y 390 mil dólares de precio. Si te vas a comprar una Maserati, lo mejor que podés hacer es pensar en grande.

Así lo hizo el director de MiuraMag, Renato Tarditti, que me propuso probar la Levante en un viaje a la capital de la cultura italiana en la Argentina, Rosario. Nos acompañó el editor de Arte, Rafael Delceggio, y sobre la hora se sumó mi hijo, Vito. La formación fue Tarditti, Delceggio, Cristófalo y Vito. Los descendientes de italianos somos así: cuando nos vamos de viaje, lo hacemos amontonados y en famiglia.

La primera parada fue todo un homenaje a nuestras Nonnas: almorzamos en Italpast de Campana, el famoso ristorante de Pedro Picciau. Mi lasagna estaba espectacular. Pero admito que le robé medio plato a Renato, que había pedido unos soberbios tallarines de cinta gruesa, con pequeñas albóndigas. Flancito con limón veloz y otra vez a la ruta.

***

Manejar una Levante requiere cierto acostumbramiento. Tiene las mismas proporciones de una Hilux: no es fácil de estacionar y demanda cálculos milimétricos en calles estrechas. Necesita espacios amplios, como una buena autopista.

La Ruta 9 no está muy buena, pero es lo que hay: un espacio generoso para que el V6 biturbo estire las piernas. La Levante S acelera de 0 a 100 km/h en 5,2 segundos. Maserati declara una velocidad máxima de 264 km/h. No encontré un lugar lo suficientemente amplio (y legal) para comprobarlo.

El confort de marcha es excelente. Y eso que los enormes neumáticos de perfil bajo no ayudan: está calzada con Goodyear Eagle (265/50R19 adelante y 295/45R19 atrás). La magia viene por el lado de la excelente suspensión neumática. Tiene altura y dureza variable. El seteo se puede hacer de manera manual o seleccionando algunos de los programas de manejo: Normal, Manual, Sport, Off-Road y Efficiency.

Obvio: lo primero que quise probar era cómo respondía en modo Sport. Tiene las reacciones de un excelente deportivo, pero en un vehículo con las dimensiones de una chata y dos toneladas de peso. Lo que más sorprende no es la aceleración: es el sonido del escape y el ambiente imperturbable de su lujoso interior. Es un cohete italiano, para viajar hasta la Luna, pero con la suave sensación de navegar en una Riva.

El interior de la Levante es un hermoso lugar para estar. La butaca es comodísima, la posición de manejo es muy relajada y no vas a tardar más de unos minutos en adaptarte al funcionamiento de cada uno de los comandos: muy claros y bien a mano.

Es una cabina trabajada con muy buen gusto. Y con algunos contrastes: tenés la modernidad del instrumental y del sistema multimedia, pero también el guiño clásico del reloj analógico, típico de Maserati. Sólo no me gustaron algunos detalles: la terminación con apliques en madera está muy cuidada, pero ese material no merecía tantas capas de laca. La madera debe permitirse el lujo de mostrar alguna veta o porosidad, más cálidas al tacto.

En el asiento trasero hay lugar para tres pasajeros, pero está todo pensado y diseñado para que se repatinguen sólo dos personas. Pero, más allá de su precio y prestaciones, no olvidemos que es una SUV: un vehículo utilitario con un gran baúl (580 litros), con la posibilidad de ampliarlo hasta 1.200, plegando los respaldos traseros por partes.

Cuidado por donde circules: la rueda de auxilio es de uso temporario y ni siquiera está inflada: viene con un compresor para ponerle aire, en caso de necesitarla.

***

Llegamos a Rosario y encaramos directo para el lado de Fisherton. El Chueco de Balcarce le dio a Maserati el único campeonato mundial de su historia y fuimos a homenajearlo al Autódromo Juan Manuel Fangio.

Pero nos encontramos con un circo.

Literal: durante los últimos meses, el Cirque du Soleil se adueñó de la mitad del circuito. No se disputan carreras, pero el presidente del Autódromo, Pato Malano, le abrió las puertas a MiuraMag. Teníamos el 75 por ciento de la pista a nuestra disposición y sólo nos pidieron que no molestáramos al espectáculo. Es decir, el modo Sport sólo se activaba en la parte del fondo del circuito.

¿Una SUV en una pista? Sí, claro. La Levante es enorme, pero tiene chasis y prestaciones de auto sport. Los frenos, por suerte, también están a la altura de la exigencia.

Lo bueno del Autódromo Fangio es que también tiene un circuito de Rallycross. Por eso, todos los tramos asfaltados están enlazados por senderos de tierra y ripio: un paraíso para acelerar sin tapujos una bestia con tracción integral y 430 cavalli.

Me divertí un buen rato y me puse a las órdenes de la lente de Rafa. Era hora de la sesión de fotos. Todavía el sol estaba alto y el color blanco de la carrocería no ayudaba. De pronto, en el fondo del circuito, humo.

Y fuego.

Mucho fuego. Unos caballos que pastaban al borde de la pista se alejaron nerviosos. Se estaba quemando un campo vecino a la pista y las llamas ya habían alcanzado a una pila de neumáticos de protección.

Llegaron bomberos, policías y hasta los guardias del Cirque du Soleil.

Pensé que la sesión de fotos se había terminado, pero Rafa se acercó corriendo: “¡Me vuelvo loco! ¡Mirá ese cielo!”

Donde los bomberos veían un incendio -y los del circo francés, un dolor de cabeza-, Rafa componía su arte. Me dediqué a hacer pasadas veloces, entre las nubes de humo, con el sol del atardecer iluminando por detrás. Rafa gatillaba, desatado. Lo envolvía una banda sonora de escapes, V6 y sirenas

Delceggio tenía razón: en medio de un verdadero circo soleado, un cielo dantesco abrazaba a ese infernal auto italiano. “Divina comedia”, diría Alighieri.

C.C. / R.D.

***

La Maserati Levante S Q4 en el Autódromo de Rosario. Al fondo, las carpas del Cirque du Soleil.

La Levante S Q4 tiene un motor V6 3.0 biturbo con 430 caballos y tracción integral.

Cuesta 195 mil dólares.

En la cabina, madera y cuero de excelente calidad.

La primera SUV en la historia del Tridente.

Y la Maserati más vendida desde su relanzamiento en la Argentina, hace un año.

Si el V6 biturbo te parece poco, la versión Trofeo viene con V8 firmado por Ferrari.

En su diseño participó el argentino Pablo D’Agostino.

Compite de manera directa contra la Porsche Cayenne, pero con mucho estilo italiano.

La famiglia Cristófalo aprueba.

Humo y llamas. Rafael Delceggio compone su arte durante un incendio imprevisto en el autódromo.

Circo, bomberos y tridente: “Divina comedia”.

Todas las fotos son de Rafael Delceggio. Click en las imágenes para ampliar y descargar en mayor resolución.

Crítica: Volkswagen Virtus 1.6 MSi Highline Tiptronic

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Y pensar que el plan original era que este auto, el Virtus, fuera el reemplazante del Voyage. Pero resulta que, cuando el Grupo VW decidió fabricar vehículos con la Plataforma MQB-A0 en Brasil, descubrió que esa base estructural era mucho más costosa que la veterana PQ24, que venían usando el Gol y el Voyage. Por eso, el Polo no reemplazó al Gol. Y el Virtus se posicionó por encima del Voyage.

El resultado: el Voyage hoy sigue a la venta con precios entre 407 mil y 472 mil pesos. Y el Virtus se lanzó en marzo, con valores bastante más elevados: hoy cotiza entre 466 mil y 642 mil pesos. De este modo, Gol y el Voyage demoraron su jubilación. Acaban de recibir un tercer y último restyling en Brasil –que pronto se ofrecerá en la Argentina- y serán reemplazados en 2020 con el llamado Proyecto A00 (leer más).

Pero volvamos al Virtus. Es el sedán del Polo (leer crítica). Se posiciona en el Segmento B (chico), pero se encuentra entre los más caros de su categoría. Sobre todo en esta versión tope de gama Highline Tiptronic, que manejamos durante una semana en Autoblog.

La crítica completa se reproduce a continuación.

POR FUERA

El Polo de sexta generación es un diseño global de Volkswagen. Si bien existen numerosas diferencias entre el modelo brasileño y el europeo (ver comparación), la base es la misma. Eso no ocurre con el Virtus. No es un auto global. Es un sedán desarrollado específicamente para el mercado sudamericano. Se produce en una sola planta: Anchieta, en el estado de Sao Paulo.

Los diseñadores de VW lo definieron como un “fastback”, por la manera en que la caída de la luneta parece tener continuidad sobre las líneas del baúl. Con respecto al Polo, es bastante más grande. Por empezar, el Virtus tiene una distancia entre ejes de 2.650 milímetros (85 mm más que el Polo). Su largo es de 4.480 mm (+423mm), el ancho es de 1.751 mm (sin diferencias) y la altura es de 1.468 mm (+2mm). El peso aumentó de 1.210 a 1.300 kilos.

Para adaptarse a estas medidas más grandes, VW calzó en el Virtus neumáticos con mayor pisada que en el Polo: Goodyear EfficientGrip 205/55R16 (en lugar de 195).

¿Contra quién compite el Virtus? Contra los sedanes más caros y modernos del Segmento B (chico). Es decir, muy pocos.

Ford dejó de vender en la Argentina el Fiesta Sedán. Honda hace rato que no comercializa el City. Entre los modelos producidos en el Mercosur, hoy el único rival directo es el Fiat Cronos cordobés, con precios entre 405 mil y 564 mil pesos (leer crítica). Entre los importados extrazona: Peugeot 301 (entre 435 mil y 555 mil pesos) y Citroën C-Elysée (entre 444 mil y 583 mil pesos).

Pero esa soledad regional durará poco. Antes de fin de año llegará otro competidor: el Toyota Yaris Sedán brasileño (ver fotos). Y para el 2019 está confirmado uno más: el Kia Rio Sedán mexicano (ver fotos).

El Virtus no es un auto global, pero sin embargo me pareció un diseño más atractivo y original que el Polo. Tiene líneas mucho más conservadoras que el Cronos, que también es agradable a la vista. Son diferentes estilos: el modelo de VW rumbea por el lado de la elegancia y la discreción, mientras que el Fiat juega con la italianidad y ciertos rasgos prestados por Alfa Romeo.

El Virtus es exclusivo para Sudamérica, pero puede ser interpretado como un ensayo previo para un modelo global. Antes de fin de año llegará a la Argentina la tercera generación del Vento. El nuevo sedán para el Segmento C (compacto) es tan parecido que puede ser considerado un maxi-Virtus (ver fotos).

POR DENTRO

Empecemos por lo que más le interesa al comprador de un sedán de este segmento: el baúl. El Virtus tiene una baulera con una capacidad de 521 litros. Son nada menos que 221 litros más de lo que ofrece el Polo y apenas dos menos de lo que tiene el Cronos. Además, el respaldo del asiento trasero se pliega por un tercio o dos tercios, para ampliar la capacidad de carga o llevar objetos más largos.

La mayor distancia entre ejes se aprecia en las plazas traseras: hay un poco más de espacio para las piernas. Y, gracias a un respaldo levemente más inclinado, también se gana en comodidad y altura para las cabezas.

La posición de manejo es la misma del Polo: la mejor del Segmento B hoy en la Argentina. La butaca se ajusta en altura y el volante en altura y profundidad. La ergonomía es excelente y a eso se suma que esta versión Highline viene de serie con el Active Info Display: el tablero completamente digital, que se puede configurar a gusto del usuario.

El equipamiento es el mismo del Polo Highline (leer crítica), con el agregado de que el Virtus cuenta en exclusiva con el sistema Watson: una aplicación de inteligencia artificial, desarrollada por IBM, que responde a preguntas verbales sobre el funcionamiento del vehículo (utiliza como base de datos el manual del usuario). Puede reconocer diferentes voces y es capaz de encontrar respuesta a casi 6.000 preguntas posibles: ideal para quienes sienten un poco de fiaca de abrir la guantera y buscar en un índice de papel.

Watson cuenta con un truco interesante: es capaz de interpretar fotos. Supongamos que se enciende una luz en el tablero y querés saber a qué se refiere el alerta. Bastará con sacarle una foto y pedirle a Watson que explique de qué se trata (sí, también recibimos el chiste de WhatsApp sobre la temperatura del auto en -4º y el señor sentado en el baño, pero este no es el caso).

La calidad del interior del Virtus es buena, pero pareciera que VW se gastó todo el presupuesto en pantallas digitales: los revestimientos son en plásticos duros y algunos hasta tienen superficies ásperas. ¿Duradero? Seguramente. ¿Refinado? No.

Además, el Fiat Cronos le saca ventaja por un detalle: el tapizado en cuero opcional, que no está disponible en el VW (ni siquiera pagando extra).

Casi me olvidaba: el baúl del Virtus es enorme, pero bajo el piso de carga hay una mala noticia. La rueda de auxilio es de uso temporario. Cuando está colocada, no se puede circular a más de 80 km/h. Es incomprensible: hay lugar de sobra para colocar un auxilio de verdad.

SEGURIDAD

Este es uno de los puntos donde el Polo y el Virtus se destacan con claridad. Y se diferencian de todos sus competidores.

Vienen de serie con cuatro airbags, frenos ABS con EBD, sistema de frenado post-colisión, anclajes Isofix, control de estabilidad, control de tracción y asistencia al arranque en pendiente. Completísimo, desde la versión Trendline.

Es una pena que, con este conjunto, los frenos traseros sean de tambor.

Más allá de los dispositivos de seguridad, los Polo/Virtus sobresalen por los refuerzos estructurales de esta plataforma MQB-A0. Los puntos más sensibles del vehículo están hechos en acero estampado en caliente, que tiene una resistencia cuatro veces superior al acero de estampado convencional. Es una tecnología que también adoptaron los nuevos Fiat Argo/Cronos.

Para salir a la venta ya con una calificación de seguridad, Volkswagen decidió patrocinar un crash test de LatinNCAP. El organismo encargado de evaluar la seguridad de los autos que se venden en América Latina le otorgó el puntaje máximo de cinco estrellas para adultos y cinco para niños, con una mención especial por superar también la prueba de protección de peatones. El resultado es válido tanto para el Polo como para el Virtus.

En este sentido, dos autos muy recomendables.

MOTOR y TRANSMISIÓN

Al igual que el Polo, acá el Virtus desilusiona un poco. El tema es así: en Brasil tiene una gama amplia de motorizaciones (incluyendo a un moderno 1.0 TSi con 128 cv y 200 Nm)

En la Argentina, en cambio, los Polo/Virtus llegan sólo con una mecánica. Es la más antigua de la gama con la que se produce en Brasil. Es el viejo y conocido MSi 1.6 16v, que equipaba el desaparecido Golf Trendline: 110 cv y 155 Nm.

Se combina con caja manual de cinco velocidades o automática Tiptronic de seis marchas (con convertidor de par). Estas dos transmisiones están disponibles con los tres niveles de equipamiento. La tracción es delantera.

VW no traerá por ahora el 1.0 TSi a la Argentina, porque en nuestro mercado no contaría con los beneficios que tienen en Brasil los motores de un litro (o menos) de cilindrada. Es decir: sería claramente más caro que este MSi 1.6.

COMPORTAMIENTO

Cuando probé el nuevo Polo hace unos meses, mencioné que el motor era el punto más flojo del auto. El Virtus tiene la misma mecánica y encima es más pesado. Que nadie se sorprenda: es un auto todavía más lento de reacciones. Acelera de 0 a 100 km/h en 12,3 segundos (una décima más que el Polo).

La velocidad máxima es de 182 km/h. Necesitás una recta completa de casi cuatro kilómetros (y obviamente cerrada al tránsito) para alcanzarla. Adelantar un camión en la ruta es un proceso en slow-motion. Requiere planificación, buen cálculo y el rebaje de al menos tres cambios con las levas del volante.

La caja automática Tiptronic es muy buena. En modo secuencial y con las levas, la rapidez para el cambio de marcha es excelente. Pero esa tecnología no puede hacer nada frente a un motor que es anémico. No tiene ninguna reacción por debajo de las 2.000 rpm y hay que llegar hasta las 4.000 vueltas para alcanzar el torque máximo. Ahí se vuelve ruidoso y se notan mucho las vibraciones en el habitáculo.

Es una verdadera lástima, porque el resto del conjunto del Virtus es excelente. Es un auto con muy buena dirección, un destacable comportamiento dinámico y buenos frenos (a pesar de tener tambores traseros).

La mayor distancia entre ejes con respecto al Polo se nota en ruta y en calles en mal estado. El Virtus es más estable, supera mejor las imperfecciones del camino y es más confortable. Es todo lo que se espera de un buen sedán.

Consume una media de 8,8 litros cada 100 kilómetros. Podría ser peor, si no fuera por la ayuda de la caja Tiptronic, que está programada para tener el menor gasto posible de combustible.

A la hora de configurar los Virtus y Polo para la Argentina, VW explicó que se eligió este 1.6 MSi por una cuestión de ahorro de costos. El resultado final es un auto que no es barato. El ahorro no se nota en el consumo. Y tampoco en el tiempo insumido a la hora de acelerarlo. Fue una mala elección de la terminal.

CONCLUSIÓN

El balance para el Virtus es igual que para el Polo. Son autos con mucha seguridad, amplio espacio interior, excelente comportamiento dinámico, equipamiento innovador y muy buena caja automática. Sin embargo, los dos merecen un mejor motor.

Volkswagen ya anunció que en 2019 llegarán a la Argentina los Polo/Virtus GTS. La marca utiliza esa sigla para los modelos deportivos (como el Scirocco GTS). Tendrán el motor 1.4 TSi que ya utilizan los Golf, Vento y Tiguan AllSpace que se venden en Argentina. Los GTS tendrán un diseño inspirado en el Polo GTi europeo (leer más).

Pero volvamos a este Virtus 1.6 MSI. Frente al Cronos, su principal rival, ofrece más seguridad de serie y un mejor chasis, pero queda desfasado en precio. El Fiat oscila entre 405 mil y 564 mil pesos, mientras que el VW está entre 466 mil y 642 mil pesos. Habrá que estar atento a cómo jugará el Toyota Yaris Sedán brasileño, que llegará a la Argentina antes de fin de año.

Y no hay que olvidar la competencia en casa: en 2019 se lanzará la variante SUV del Virtus. La Volkswagen T-Cross jugará con la ventaja de interpretar mejor la actual tendencia del mercado, donde los vehículos aventureros le ganan por goleada a los sedanes tradicionales.

Volkswagen ya anunció que la T-Cross tendrá en Brasil una amplia gama de potentes y eficientes motores con turbo (leer más). VW Argentina tendrá una nueva chance de afinar la puntería.

La marca no puede volver a repetir el error de ofrecer vehículos modernos y seguros, pero con el motor equivocado.

Carlos Cristófalo
Producción fotográfica: Rafushka

***

El Virtus es más que un Polo con baúl: se agrandó la distancia entre ejes. Comparte batalla con la futura VW T-Cross (leer más).

El Polo es un diseño global de VW. El Virtus sólo se venderá en Sudamérica.

¿Por qué los creativos vendedores de VW le dicen “mini-Vento”? Se explicó en esta nota.

Excelente posición de manejo. Los revestimientos y materiales parecen duraderos, pero no son agradables al tacto.

El tapizado en cuero no se ofrece ni siquiera como opción.

La mayor distancia entre ejes se aprecia en las plazas traseras: hay mucho espacio para las piernas. Una pena: el falso túnel de transmisión en el centro. Su presencia es inexplicable en un auto con tracción delantera.

Doble salida de aire trasera y puerto USB.

El tablero digital es exclusivo de la versión Highline.

Muy completo y fácil de usar.

La pantalla multimedia también excelente. Pero el Dock Station para colocar el celular obstruye mucho la visión (y el cablecito obligado para activar el Apple CarPlay o Android Auto queda poco estético.

La caja automática Tiptronic es lo más destacado de la mecánica del Polo/Virtus.

Lo que más le interesa a todo comprador de un sedán del Segmento B: el baúl es enorme. Tiene 521 litros de capacidad.

Incomprensible II: con tanto espacio, debería traer una rueda de auxilio de verdad. Pero es de uso temporario y con diferente tamaño que las titulares.

El motor no acompaña al conjunto. Ofrecer sólo el MSi 1.6 16v fue un error en la configuración de los Polo y Virtus para el mercado argentino.

El chasis (suspensión, dirección, frenos) está preparado para recibir mucha más potencia.

VW define el diseño del Virtus con el nombre “Fastback”: es por la forma en que la caída de la luneta continúa casi con la misma línea a la altura del baúl.

***

FICHA TÉCNICA

Modelo probado: Volkswagen Virtus 1.6 MSi Highline Tiptronic
Origen: Brasil.
Precio: 642.000 pesos (versiones desde 466 mil pesos)
Garantía: Tres años o 100 mil kilómetros
Comercializa: Volkswagen Argentina (www.vw.com.ar)

MOTOR
Tipo: naftero, delantero transversal, cuatro cilindros en línea, cuatro válvulas por cilindro, inyección electrónica multipunto.
Cilindrada: 1.598 cc
Potencia: 110 cv a 4.500 rpm
Torque: 155 Nm a 4.000 rpm

TRANSMISIÓN
Tipo: tracción delantera, con control electrónico.
Caja: automática, con convertidor de par, de seis velocidades, con modo secuencial y levas al volante.

CHASIS
Suspensión delantera: independiente, tipo McPherson, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Suspensión trasera: eje de torsión, con resortes helicoidales y amortiguadores hidráulicos.
Frenos delanteros: discos ventilados.
Frenos traseros: de tambor.
Dirección: de piñón y cremallera, con asistencia eléctrica.
Neumáticos: Goodyear EfficientGrip 205/55R16 (rueda de auxilio de uso temporario)

PRESTACIONES
Velocidad máxima: 182 km/h
Aceleración de 0 a 100 km/h: 12,3 segundos
Consumo urbano: 10,5 l/100km
Consumo extraurbano: 6,9 l/100km
Consumo medio: 8,8 l/100km

MEDIDAS
Largo / ancho / alto: 4.480 mm / 1.751 mm / 1.468 mm
Distancia entre ejes: 2.650 mm
Peso en orden de marcha: 1.300 kilos
Capacidad de baúl: 521 litros
Capacidad de combustible: 50 litros

EQUIPAMIENTO
Doble airbag frontal delantero
Doble airbag lateral delantero
Frenos ABS con EBD
Control de estabilidad (ESP)
Control de tracción (ASR)
Asistencia al arranque en pendiente (HHC)
Anclajes Isofix en plazas traseras
Alerta de olvido de cinturón de seguridad
Levantavidrios eléctricos en las cuatro puertas
Espejos externos con ajuste eléctrico y Tilt Down
Cierre centralizado con comando a distancia
Alarma e inmovilizador electrónico
Dirección asistida eléctrica
Tapizado en tela
Asiento conductor ajustable en altura
Porta celular “Dockstation”
Seis parlantes (2 delanteros + 2 tweeters + 2 traseros)
Audio Discover Media Touch de 8” con GPS y App Connect
Toma 12V
Volante multifunción en cuero con ajuste en altura y profundidad
Respaldo de asiento trasero plegable (1/3 – 2/3)
Faros antiniebla delanteros con función cornering
Tablero digital Active Info Display
Cámara de estacionamiento trasera con sensores delanteros y traseros
Climatizador automático y guantera refrigerada
Dos puertos USB
Difusores de aire traseros
Control de velocidad crucero
Sensor crepuscular con activación de luces automática
Sistema “Coming & Leaving Home”
Limpiaparabrisas automático con sensor de lluvia
Alfombras de tela
Sistema de apertura y encendido sin llave

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